viernes, 10 de mayo de 2019

La otra oportunidad de Guaidó

Por Luis Manuel Aguana

En junio del año pasado, un grupo de venezolanos comprometidos, entre los cuales tuve el honor de participar, introdujimos una solicitud ante el TSJ legítimo para que este Alto Tribunal procediera a la designación de un Consejo de Gobierno de Emergencia Nacional, con el objeto del restablecimiento del orden constitucional y democrático en Venezuela (ver solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb). Esa solicitud obedeció a que en ese momento era absolutamente necesario, como lo sigue siendo ahora, que Venezuela contara con un liderazgo sobre la que descansara la conducción de la oposición venezolana habida cuenta de la omisión escandalosa de la Asamblea Nacional de designar un gobierno legítimo en Venezuela. Así como la nuestra, se sumaron otras solicitudes similares de venezolanos desde dentro y fuera del país.

Una de las razones principales por las cuales esa solicitud, ni ninguna de las otras, cristalizó en un Gobierno de Emergencia Nacional que en el exilio condujera en ese entonces la lucha opositora, fue la presión intensa que realizaran los Diputados miembros de la directiva de la Asamblea Nacional para evitar esa decisión, amenazando incluso a los Magistrados que se les ocurriera actuar de manera independiente (ver mi nota del 16 de agosto de 2018, Una decisión del Soberano, en http://ticsddhh.blogspot.com/2018/08/una-decision-del-soberano.html).

¿Que buscábamos en realidad con esa decisión del TSJ legítimo?: que se designara un Gobierno al margen de los intereses y de la corrupción política que desde la Asamblea Nacional albergaban factores estrechamente ligados de una u otra manera con el régimen. Que Venezuela pudiera contar con un Gobierno de Transición que fuera de verdad independiente y que volviera a poner la institucionalidad dislocada del país en el riel del Estado de Derecho. Que se designaran personalidades que todos los venezolanos respetáramos, de una probidad indiscutible y a toda prueba, con la suficiente experiencia de Estado como para conducir este barco que hace aguas por todos lados, a un  puerto seguro, para luego de una profunda reconstrucción, se pudiera volver a colocar en el océano de la política, a través de un proceso electoral auténticamente libre.

¿Que termino pasando? Que la Asamblea Nacional retrasó el proceso de toma de decisiones hasta llegar al 5 de Enero de 2019, con la designación de una nueva legislatura que a duras penas, y empujada por el pueblo venezolano terminó por designar un Presidente Encargado el 23 de Enero. Eso que queríamos que ocurriera el primer semestre de 2018, efectivamente ocurrió pero a medias el año siguiente, con la Ley del Estatuto para la Transición, adefesio con el que gobierna la Asamblea Nacional y todos esos políticos comprometidos con intereses bien lejanos a los del pueblo venezolano, a los que queríamos a toda costa evitar. Por supuesto al existir efectivamente un gobierno legítimo, toda la Comunidad Internacional se volcó a reconocerlo, como efectivamente esperábamos que así ocurriera si el TSJ legítimo lo hubiera designado.

Si bien es cierto ese Gobierno de Emergencia en los términos solicitados al TSJ legítimo no se concretó, confiamos en ese momento en que la conducción política del proceso llevada a cabo por Juan Guaidó como Jefe de Estado, aun cuando mediatizado por la Ley del Estatuto para la Transición, pudiera efectivamente conducirnos a una salida ordenada del régimen, al ver la presión ciudadana y el sólido respaldo dado a su investidura por la ciudadanía y por los principales polos de poder y Estados democráticos de Occidente, como fue el caso del Gobierno de los Estados Unidos y la Organización de Estados Americanos.

Sin conocerse en toda su profundidad el acuerdo al que llegó el liderazgo opositor con los miembros del alto gobierno de Maduro para concretar el Cese de la Usurpación, ya que aun no se ha publicado el documento de 15 puntos cuya existencia se ha corroborado por declaraciones del mismo Elliott Abrams, representante especial del Departamento de Estado, el país pudo conocer a través del portal Armando.info los detalles de la operación del 30A, que de haber sido exitosa, el TSJ de Maikel Moreno y al Alto Mando Militar de Vladimir Padrino quedarían intactos (ver La Conjura de los Testaferros, en https://armando.info/Reportajes/Details/2556), formalizándose una unión que ya sabíamos existía como concubinato.

De acuerdo con el reportaje “La Conjura de los Testaferros”, que describe en detalle la sucesión de eventos del 30 de Abril, los reales mal habidos de Gorrín y la corrupción de los actores de este montaje tuvieron mucho que ver con el arreglo de marras con el régimen y sus actores de la oposición. Esto no hace más que reafirmar la complicidad que hemos denunciado muchas veces de ambas partes con la tiranía y explica en mucho la razón por la cual no hemos salido de ella, al cuidar ambas partes intereses que les son comunes. Si ese movimiento del 30A hubiera tenido éxito, los intereses de todos quedan a salvo, manteniéndose el mismo Alto Mando de Padrino y TSJ de Moreno, quedando la “recuperación” de la democracia descansado en la corrupción de ambos factores. De hecho se hubiera tratado de la Disneylandia de la corrupción formalizada en cogobierno.

Esto también explicaría el porque de la negativa persistente de los diputados al rechazar la cooperación del exterior para ponerle fin a la violación de los Derechos Humanos de los venezolanos. No lo quieren hacer porque una salida de raíz del régimen, daría al traste también con los negocios de sus contrapartes de la oposición asociados a su sombra, poniendo en evidencia quienes están y quienes no están en todo lo que ha pasado en Venezuela en estos últimos 20 años.

Lo peor de todo esto es que muchos de los que deciden la aprobación del Artículo 187 numeral 11 en la Asamblea Nacional, son cómplices de esta lamentable situación. Incluso todos aquellos que debieran aceptar que estamos en un estado de emergencia que amerita la aplicación del principio de la  Responsabilidad de Proteger (R2P) al pueblo venezolano, de las claras violaciones a los Derechos Humanos y delitos de Lesa Humanidad cometidos por Nicolás Maduro Moros, no lo aceptan porque están escondiendo vinculaciones e intereses comunes con el régimen.

Entonces los venezolanos necesitamos que quien esté al frente de la lucha opositora tiene necesariamente que estar completamente desligado de toda esa basura, y al momento de una muy posible intervención humanitaria de la Comunidad Internacional, pueda gobernar una transición sin la macabra influencia de quienes han prevaricado con el dinero de la Nación, acompañado de venezolanos de la talla que buscábamos cuando intentamos el recurso para la designación de un gobierno desde el TSJ legitimo en el exilio.

Ante la posibilidad cierta que ocurra de una intervención humanitaria del país por la legítima solicitud de los venezolanos de exigir la Responsabilidad de Proteger (R2P) al mundo, el Diputado Presidente de la Asamblea Nacional y Presidente Encargado Juan Guaido, tiene después del fallido intento del 30A, la obligación separarse definitivamente de los factores indeseables descritos anteriormente -así sean de su mismo partido- y actuar independientemente, para conducir una transición de una manera transparente.

Esto es algo que los venezolanos exigimos luego de ver ese espectáculo ofrecido el 30A donde se pretendía poner al frente de la recuperación del país precisamente a quienes lo han destruido. En una nueva oportunidad sería muy grave otro intento de una Operación Libertad que no traiga consigo la liberación y sometimiento de aquellos que han asesinado, torturado y violado los derechos humanos de los venezolanos, entregando las riquezas de nuestro territorio en detrimento del pueblo. Ojalá el Presidente Encargado la aproveche, porque el país así se lo está exigiendo y posiblemente no tenga otra...

Caracas, 10 de Mayo de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

lunes, 6 de mayo de 2019

La hora de la Responsabilidad de Proteger (R2P) a Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

Si hay algo en lo cual todos los venezolanos coincidimos hoy es en que después del 30 de Abril las cosas no son iguales. Como diría Tiby Lucena, son irreversibles, como los resultados donde siempre dio como perdedora a la oposición después de voltearlos en el CNE. Nunca supe que era mas irreversible, si los resultados o su manera de trampear la voluntad de los venezolanos.

Cuando Juan Guaidó y Leopoldo López salieron en ese video acompañados de un grupo de militares en un lugar que no resultó ser la Base Aérea de La Carlota, como se había anunciado, sino el puente del distribuidor de Altamira en la Autopista Francisco Fajardo de Caracas, imagino que sabrían que estaban dando un paso irreversible, del que no se podía dar marcha atrás, y que a partir de allí las cosas con el régimen no serían iguales. Es más, que si estaban saliendo de esa manera era porque ya estaba resuelto el Cese de la Usurpación, porque después de la distribución masiva de ese video a las 5:30am esperaba que media hora después se anunciara la huida de Maduro y de sus principales cómplices en una Vaca Sagrada desde Maiquetía o cualquier otro aeropuerto del país.

Pero no, ¡lo que se tiraron fue una parada! Una apuesta de la que después nos enteramos por funcionarios norteamericanos que había sido negociada con tres de los principales mandos del madurismo en el régimen (ver EEUU reveló que altos mando chavistas negociaron con Juan Guaidó la salida de Nicolás Maduro, en https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/04/30/john-bolton-vladimir-padrino-maikel-moreno-y-hernandez-dala-creen-que-maduro-debe-dejar-el-poder/) esperando que esos delincuentes “cumplieran con su palabra”, removiendo al usurpador. Lo pongo entre comillas porque hay que ser bien crédulo -por no decir bien pendejo- para exponer la vida de esa manera, apostando que esos malandros no les mandarían un batallón para aniquilarlos en ese puente, a esa hora donde no había más nadie que ellos en el lugar. Lo hubieran hecho y habría sido catalogado como un alzamiento militar sofocado, y Guaidó y López hubieran engrosado, conjuntamente con los pocos militares que allí estaban, las estadísticas de asesinatos del régimen de Nicolás Maduro.

Como era de esperar para cualquier persona, los delincuentes no cumplieron su palabra. Pero Guaidó y López no son cualquier persona, son las principales cabezas del movimiento opositor venezolano. El Presidente Encargado y el principal líder político de su partido confiaron cándidamente en Vladimir Padrino, Iván Hernández Dalá y Maikel Moreno, la Santísima Trinidad de la represión de la tiranía de Nicolás Maduro Moros. Y eso no es cualquier pendejada. Creo que fue un error demasiado monumental para dejarlo pasar desapercibido.

Cualquiera que se haya acercado a la obra de Ramón J. Velásquez o Enrique Tejera París, o mejor aún, les haya conocido personalmente -cosa que no era muy complicada en el mundo político venezolano- pudo haber aprendido un poco acerca de la historia política detrás de los alzamientos militares que han habido en Venezuela. Sin tener un manual de cómo se hace un movimiento como ese, se podía deducir de ese mínimo conocimiento que si usted se tira una parada de ese tipo y sale en público para decir que el burro es negro es porque tiene los pelos en la mano. El caso de Chávez en 1992 es clásico. No sabíamos quienes eran los responsables del alzamiento hasta que sometieron al cabecilla -en ese momento el desconocido Hugo Chávez- para que les ordenara a quienes no se habían rendido en la Guarnición de Maracay, y seguían echando plomo, que depusieran las armas. En otras palabras, primero se logra el control militar del país y luego el control del gobierno. Al Chávez no tener militarmente el control del país fue sometido y  preso.

Cuando hemos dicho que solo se debe negociar con Maduro y sus secuaces los términos de su salida, no se entiende que es para que se negocie con ellos el control compartido del país o un cogobierno con el castro-chavismo-madurismo, sino porque han sido derrotados militarmente, y para evitar un mayor derramamiento de sangre, solo entonces se discute con ellos los términos su rendición. Eso fue lo que paso con Chávez el 4F-1992. En otros casos de la historia, como en 1958, ya los militares estaban en control del país cuando la gente salió a la calle. No es que el pueblo tenía que estar en la calle para que ellos asumieran el control de la situación. El pueblo no es el que provoca la salida de un régimen, es la fuerza pura y simple de las armas. Y si no se tiene tal fuerza, no se puede desalojar a nadie del poder, así lo tenga en usurpación de una manera ilegal. No se tumba un gobierno con la “promesa” que dio alguien de cambiarse de bando, por muy alto que este en la pirámide del régimen. Es porque usted ya movió tropas teniendo la certeza de tener mayor poder de fuego que su enemigo y lograr su rendición, entonces hace los anuncios correspondientes. Es allí donde está “la parada”.

Equivocadamente pensaba que ese manual de primaria de los alzamientos militares en Venezuela, era del conocimiento de la dirigencia opositora oficial, y me llama poderosamente la atención que teniendo acceso a todo el conocimiento profesional que existe a su disposición en esa materia, no se haya utilizado. Eso dice muchísimo de quienes pretenden conducir el país en el futuro. Y es claro que después del fracaso de la intentona, acto seguido todo militar que haya estado involucrado en el proceso será identificado y neutralizado por el régimen -entendiendo que significa eso en esta tiranía- tal y como ocurrió después del flamante regreso del Galáctico el 13 de Abril de 2002. Eso que pasó el 30 de Abril 2019 no se podrá repetir con los mismos protagonistas militares, incluyendo a Padrino y Hernández Dalá, porque esa acción, como dijimos al comienzo, es tan irreversible como los resultados electorales de Tiby Lucena.

Pero un aspecto muy importante de esta trama compleja lo constituyen las declaraciones de Elliott Abrams, reseñadas igualmente en la misma noticia: “Por su parte, Elliott Abrams, el enviado especial de EEUU para Venezuela, señaló este martes que el gobierno de Trump no formó parte de esas negociaciones entre miembros de la oposición venezolana y el ministro Vladimir Padrino para derrocar a Maduro. "EEUU no fue parte de esas negociaciones, las negociaciones eran entre venezolanos", dijo Abrams a un grupo de periodistas en el Departamento de Estado. "En el último mes o dos, ha habido unas interesantes negociaciones entre venezolanos, dentro del régimen y fuera sobre el retorno a la Constitución", explicó Abrams.”.

Estados Unidos no está ni debe estar a cargo de ninguna estrategia que escoja la oposición oficial para salir del régimen de Nicolás Maduro Moros. Sin embargo dificulto que hayan estado de acuerdo con esto pero imagino que dirían algo como esto: “ellos son negros y se entienden”, al punto que inmediatamente se adelantaron a convertir lo que fue a todas luces un fracaso en una oportunidad para minar las bases de confianza entre los integrantes del alto gobierno de Maduro. De acuerdo a los entendidos, es sumamente inusual que un asesor de seguridad de la Casa Blanca de unas declaraciones tan directas en torno a esos temas que son de la competencia del Departamento de Estado. Es posible que el futuro de esa Trinidad denunciada por Bolton sea muy incierto en las próximas horas.

Y se salva Guaidó de la respuesta inmediata del régimen -aunque eso todavía está por verse- porque los Estados Unidos, aun estando en conocimiento de este movimiento y de la manera en cómo se manejaron los hechos, aun permanecen respaldando -gracias a Dios- la esperanza de cambio del pueblo venezolano, encarnadas todavía por el Presidente Encargado Juan Guaidó. Sin embargo después de ojo sacado no vale Santa Lucía. Lo que hicieron no tiene vuelta atrás y no queda otra que seguir adelante. El régimen sabe que no es a la oposición oficial a la que tiene que temer después de esto, es al gobierno norteamericano. Y eso lo hace sumamente débil pero a la vez muy peligroso para nosotros.

“El TSJ legitimo ha solicitado a la comunidad internacional aplicar el R2P y detener el genocidio en Venezuela por medio de una coalición militar internacional en misión de paz” (ver tuit de @TSJ_Legitimo, en  https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1123997735890370568). Esto sale precisamente porque el régimen arreciará a partir de ahora la comisión de delitos de lesa humanidad en contra de opositores en Venezuela. Esos fracasos tienen esas consecuencias. Esta posición de aplicar de inmediato el R2P en Venezuela ha sido respaldada completamente por el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, en reunión con el Presidente del TSJ Legítimo en el exilio, Dr. Miguel Ángel Martín (ver tuit de @Almagro_OEA2015, en https://twitter.com/Almagro_OEA2015/status/1124357267212705794).

El TSJ legítimo ha sostenido una posición muy seria luego de este nuevo fracaso en el “quiebre de las Fuerzas Armadas” intentado por la oposición oficial y tal vez  se pueda demostrar de cara al gobierno norteamericano y la Comunidad Internacional en general, que si existen políticos venezolanos serios que pueden asumir responsabilidades de Estado como las que se necesitan para conducir el país, desestimando de una vez por todas cualquier interlocución poco preparada para afrontar esta hora oscura de Venezuela. Ya van demasiados muertos por esa improvisación. Si ya es muy grave aceptar que el problema sobrepasó las capacidades locales para resolverlo, imaginen si la conducción tampoco está a la altura de la circunstancia. Llegó la hora de la Responsabilidad de Proteger (R2P) a Venezuela.

Caracas, 6 de Mayo de 2019

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
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