sábado, 11 de julio de 2015

Las dos caras del voto

Por Luis Manuel Aguana

¿Votar para atornillar una dictadura o votar para rescatar la democracia? He allí el dilema, como diría un Hamlet trasformado en elector en este drama teatral en que han convertido lo electoral en Venezuela.

Ya desde hace mucho había decidido que no contribuiría a atornillar una dictadura en Venezuela (ver Porque no les daré mi voto en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/porque-no-les-dare-mi-voto.html) razonando ese paso trascendental. Existe una línea muy difusa entre una cosa y la otra. En la Venezuela actual el significado del voto vale para una cosa u otra dependiendo de cómo se asuma el hecho electoral por quienes pretenden competir con un régimen que ha secuestrado la institución electoral.

La oposición oficial vendió, como nos ha vendido en todos los procesos electorales desde el 7-O/2012, que arrasaríamos en las elecciones y que superaríamos ese punto donde era “imposible” que el régimen a pesar de todas sus trampas nos ganara. Y la gente cumplió. Yo cumplí, a pesar de todas mis dudas razonadas técnicamente en esta pequeña tribuna que me da la Red.

Pero la oposición oficial no cumplió con su parte. No defendieron el voto a pesar que la gente estaba dispuesta a hacerlo después del 14A/2013, cuando a todas luces el gobierno perdió las elecciones. Henrique Capriles, en el peor error histórico de su vida política, llamó a tocar cacerolas y bailar salsa. Y a pesar de no haber exigido un mínimo de condiciones electorales, la gente de nuevo salió a votar, porque esa es la única arma que tiene el ciudadano para cambiar las cosas. Y el régimen de nuevo se robó las elecciones, como lo ha hecho consistentemente desde el año 2004, año en el que estrenaron la automatización del escrutinio y el voto electrónico.

Por más que uno les explique a los políticos venezolanos que esta manera de contar los votos es tramposa (ver La trampa del Voto Electrónico: De Escrutinios Manuales a Escrutinios Automatizados en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/la-trampa-del-voto-electronico-de.html) y que la lucha por condiciones electorales ES LO PRIMERO que debemos hacer para aceptar ir a medirnos con el régimen, seguiremos perdiendo elecciones, apuntalando una dictadura.

Entonces, la lógica indicaría a estas alturas que nadie puede ser tan estúpido o criminal  para no comprender lo que todos los técnicos han sugerido consistentemente y que públicamente se ha reseñado (ver Carta abierta a la sociedad democrática venezolana ante el llamado a Elecciones el 14 de Abril de 2013 en http://www.gopetition.com/petitions/carta-abierta-a-la-sociedad-democr%C3%A1tica-venezolana-ant.html) para dar a conocer las exigencias mínimas para concurrir a un proceso electoral en Venezuela.

No puedo dejar de mencionar que hasta el día de hoy, ninguna de estas exigencias al CNE se ha cumplido, agravándose significativamente el cuadro para ir a unas nuevas elecciones el 6 de Diciembre de 2015. Lo único diferente en el país es que los venezolanos estamos exponencialmente más arruinados que el año 2013, y que el único elemento que esgrime la oposición oficial, es que “esta vez sí ganaremos” las elecciones  porque el gobierno lo ha hecho extraordinariamente mal, acabando con la calidad de vida de los venezolanos.

Este argumento que bien podría funcionar en un país “normal” con unas elecciones periódicas que sacan a un gobernante por esas mismas razones, estaría muy bien, pero en las actuales condiciones electorales le puede costar a Venezuela su siguiente decepción masiva el 7 de Diciembre, fecha donde oiremos de nuevo el rosario de excusas de nuestra representación opositora indicando que otra vez el gobierno “abusó” de su condición pero que lo seguiremos intentando porque “somos demócratas y creemos en el voto”.

Mientras tanto, miles de venezolanos, especialmente los más jóvenes, estarían en ese momento definitivamente convencidos que su única salida es el aeropuerto de Maiquetía “porque de esto no saldremos nunca con votos”, volviendo a repetir el circulo  vicioso electoral, donde cada vez los opositores seremos menos (ya han salido más de millón y medio de personas del país, Estudio de la Comunidad Venezolana en el Exterior, UCV-Infografía de El Universal, https://twitter.com/RobertoSmithP: “180.000 PhDs y 700.000 con maestría se ha ido porque Venezuela no les da un futuro. Así se arruina un país”). Y la nueva “promesa” de los dirigentes de la oposición oficial será que buscaremos el “revocatorio de Maduro” el año 2016… ¿Hasta cuándo?

En esta nota no pretendo decirle a nadie que no vote, esa es la prerrogativa y el derecho de cada quien, y es una decisión muy personal. Pero vean porqué lo hacen y en qué condiciones, exigiendo activamente las responsabilidades del caso si por quienes votaron no hacen respetar la voluntad que el pueblo les confió con su voto.

El voto no puede ser solamente el endoso ciego que un ciudadano le da a un político. Es una responsabilidad que se comparte con el votado. Es un acto que tiene dos caras. Eso fue lo que no entendió Henrique Capriles  cuando mandó a cacerolear y a bailar salsa. El tenía la RESPONSABILIDAD de esos votos que la gente le dio y simplemente la ignoró. Los ciudadanos que votaron por él no se la cobraron debidamente, al punto que todavía pretende ser “presidenciable”. Ya es hora de exigir esa responsabilidad.

¿Y cómo se exige? Pues bien, si la oposición oficial indica-como ahora-, que “ganaremos las parlamentarias” incluso ¡con mayoría!, sin exigirle nada al CNE, aceptando todas las marramucias que Tiby y su corte les de la gana poner, solo por la confianza de que ganaremos de calle porque la gente hace cola en los supermercados, entonces deberían estar dispuestos a renunciar en masa a su eterna condición de dirigentes de la  “oposición” si esa victoria no se concreta. ¿No les parece justo?

Si esa derrota ocurre, al menos nos sacaríamos de encima a quienes han conchupado con el régimen para que este permanezca, dándole paso a otros que hagan el siguiente intento. Se convocarían de inmediato a unas elecciones nacionales de todos los sectores opositores para elegir nueva dirigencia de la oposición, con la responsabilidad de rehacer la estrategia en contra del régimen porque definitivamente la dirigencia actual no da pie con bola, y desde hace varias elecciones. Así pues, si Ud. va a votar, cuando lo haga sepa lo que hace en toda la extensión de la palabra y esté dispuesto a exigir luego del resultado, ejerciendo la otra cara del voto, porque si no lo hace estará de nuevo atornillando a una dictadura.

Caracas, 11 de Julio de 2015

Twitter:@laguana

domingo, 5 de julio de 2015

La República Civil

Por Luis Manuel Aguana

Nos han metido tanto el militarismo en el ADN que no hay fecha patria en que no haya un desfile militar. ¡Todas destacan una batalla o alguna hazaña militar! Muchos venezolanos están convencidos que todas las fechas a las cuales debemos algún recuerdo conmemorativo son producto de alguna intervención de los militares al punto que no nos dejan olvidarla. Eso atornilla y condiciona la mente de los ciudadanos.

Deseo expresar aquí que eso no es así. Particularmente hoy, 5 de Julio de 2015, no solo quiero recordar sino exigir que se rinda homenaje a la civilidad y a los héroes civiles que fundaron este país y que para ello no necesitaron más que su inteligencia y su determinación, sin portar más armamento que una pluma para escribir y unas ideas claras de libertad en su mente. Incluso, que esta fecha epónima en la cual se reparten los sables de los nuevos oficiales de la Academia Militar, es profundamente civil.

¿Quiénes fueron los firmantes del Acta de la Independencia el 5 de Julio de 1811? Veamos: En una extraordinaria intervención en un Foro de El Nacional, el Dr. Asdrúbal Aguiar (ver https://soundcloud.com/laguana-1/intervencion-del-dr-asdrubal-aguiar-foro-el-nacional-21-07-2014) indicó: " No debemos olvidar que el Congreso de 1811 cuando se construye, se integra, el 78% de sus miembros eran egresados de la Universidad Santa Rosa de Lima y Tomas de Aquino, que era como se llamaba, y todos ellos en conjunto Doctores en Letras, Doctores en Canon, Doctores en Derecho Civil…". En otras palabras, allí se encontraba la más esclarecida representación civilista de nuestra sociedad. ¿Había acaso allí algún grupo militar por el que se pudiera decir que este acto tuviera ese sesgo histórico militarista? Obviamente que no, el acto fue civil. Por supuesto, quienes la respaldaron, peleándola en una guerra para hacerla realidad, debían y tenían que ser nuestros militares. Pero primero, lo primero. El acto político fundamental de firmar un Acta declarando independiente a una nación, ES UN ACTO FUNDAMENTALMENTE CIVIL Y POLÍTICO.

Los héroes del 4 de Julio en los Estados Unidos fueron Thomas Jefferson, John Adams, James Madison, Benjamín Franklin, Alexander Hamilton, todos civiles. Y aunque George Washington, firmante de la Declaración de Independencia fuera posteriormente Comandante en Jefe del Ejercito Continental, ...solo había sido coronel de regimiento en la frontera virginiana y tenía poca experiencia en combate. No sabía nada de mover grandes masas de soldados y nunca había dirigido un asedio a una posición fortificada. Muchos de sus oficiales habían salido de las capas medias de la sociedad: había posaderos convertidos en capitanes y zapateros en coroneles…” (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Independencia_de_los_Estados_Unidos). Quienes forjaron la Independencia de los Estados Unidos fueron civiles y algunos posteriormente se obligaron a ser militares por fuerza de las circunstancias. Fueron esos civiles los que pensaron ese movimiento que cambio la historia de ese país.

No es ninguna pendejada que luego de ganarse esa o cualquier guerra los vencedores reclamen el botín. Venezuela no fue, es, ni será una excepción de esa conducta que ha prevalecido desde el inicio de los tiempos. Sin embargo lo que precisamente separa a las naciones civilizadas y desarrolladas de aquellas que no lo son, es precisamente eso, que luego de los conflictos se regrese a la civilidad y que aquellos que pelearon esas guerras se sometan a la autoridad civil y al imperio de la ley y el Estado de Derecho.

Tamaña diferencia hace a las naciones. Sin embargo, Venezuela tiene solo alrededor de un quinto de su tiempo republicano gobernada por civiles. ¿Como entonces le podemos pedir a la gente que no se alumbre por una charretera? Lo tenemos cableado en nuestra idiosincrasia. Cuando nuestro incipiente ensayo democrático empezó a boquear después de 40 años, no se le dio una oportunidad para enmendarse, la gente salió corriendo a buscar un militar golpista. Y aun estamos entonces en período de maduración.

Sin embargo, Restituto “Tuto” Calvo Fuentes, nos promete en su libro “Nace la Segunda República Civil de Venezuela”, en palabras de su prologuista Don Rafael Grooscors Caballero, que estamos “presenciando los últimos avatares de la Primera República Civil de Venezuela, insistiendo en cuanto a que todo el pasado, todo lo anteriormente vivido por los venezolanos, desde la Independencia, había sido una desorganizada prolongación de la cultura colonial, eminentemente episódica, repitiendo, una y otra vez, la aparición casi fantasmal del monarca absoluto y de una corte de interesados, graduados en las artes de la adulancia y la inmoralidad.” (ver Prólogo del libro Nace la Segunda República Civil de Venezuela en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/07/nace-la-segunda-republica-civil-de.html. El libro será publicado, de acuerdo a su autor, a finales del mes de Julio 2015).

De acuerdo a este planteamiento, Don Rafael Grooscors Caballero indica que esta Primera República Civil, “tras la llamada “Revolución de Octubre” y consolidada luego del 23 de Enero de 1958, a la caída del Dictador--  tenía la obligación de evolucionar en relación con las nuevas tendencias federativas del mundo y de no hacerlo, caería en una debacle decadente,  lo que exigiría su suplantación histórica por un proceso más acorde con la realidad mundial.”. Esto es, transformarnos en una Segunda República Civil, federal y evolucionada.

¿Podremos hacer eso? Son muchísimos años de militarismo pero es una obligación histórica de nuestra sociedad llegar a esa Segunda República Civil, si deseamos que Venezuela entre en la modernidad del Siglo XXI. El rescate de la civilidad lograría, como en 1811, que quienes tienen la obligación de combatir para defender lo que los ciudadanos civiles decidan, lo hagan como lo hicieron sus antepasados en los años de la Independencia.

De eso hablamos precisamente cuando proponemos una nueva convocatoria del Constituyente para restituir la civilidad y el imperio de la Constitución y el Estado de Derecho, poniendo orden donde ahora hay desorden e intervención extranjera. Solo convocando limpiamente a los legítimos representantes del pueblo, la quintaesencia de la civilidad, el Poder Originario, cualquier poder en armas deberá subrogar su voluntad a él, corrigiendo el desorden que ha intercambiado a quien debe estar por encima de quien en el ejercicio del poder.

Cuando llegue el momento-que tarde o temprano llegará-, en que los militares reconozcan que no puede haber República en el sentido que la diseñaron nuestros fundadores CIVILES en 1811, que primero son los civiles quienes marcan la pauta de su accionar como militares, entonces, solo entonces, no solo tendremos paz, sino que seremos testigos excepción de los primeros pasos que recorrieron las mejores naciones para emprender su largo camino hacia el desarrollo.

Caracas, 5 de Julio de 2015

Twitter:@laguana