sábado, 9 de junio de 2018

La propuesta de Lenín

Por Luis Manuel Aguana

Las reacciones negativas –y algunas virulentas- de la dirigencia política venezolana a la propuesta de una consulta popular, realizada por el Presidente de Ecuador, Lenín Moreno, me recordaron a aquellas personas que dan la opinión de un libro con solo leer la portada. Y no me extrañaron algunas de ellas, provenientes de políticos que nunca consideraron consultarle algo al pueblo de Venezuela antes del 16 de julio de 2017 y ahora argumentan no hacerlo porque “ya se le consultó al pueblo”, y usan precisamente esa consulta por la cual no levantaron para que se produjera un solo dedo, con el objeto de sostener sus propias banderas políticas. Es de esas personas de las que los venezolanos tenemos cuidarnos mucho en los próximos tiempos de turbulencia donde nadie es lo que parece.

Ninguno se detuvo ni 24 horas para analizar porque Lenin Moreno dijo lo que dijo y que cosa de lo que dijo puede ser extraído para intentar solucionar con ayuda de la comunidad internacional el gravísimo problema por el que atravesamos en Venezuela. Ni siquiera aquellos que estuvieron inmediatamente de acuerdo en comprarle sin pensar la consulta a Lenín, como fue el caso de Julio Borges, porque solo miraba su propio ombligo de interés político –como suele hacer- y no el de los venezolanos.

Lenin Moreno llego a la Presidencia de Ecuador de la mano de Rafael Correa. Pero al mentor Correa le pasó lo mismo que a su colega Álvaro Uribe de Colombia cuando su protegido decidió actuar por su propia cuenta. Moreno fue electo dos veces consecutivas Vicepresidente y como acompañante de fórmula de Rafael Correa, razón por la cual existía la máxima confianza del ex mandatario ecuatoriano para darle paso a Moreno, dado que la Constitución le impedía postularse para un tercer período. La intención era luego retomar la presidencia luego de ser aprobada una enmienda para la reelección indefinida por parte de la Asamblea Legislativa ecuatoriana.

Pero Lenín tenía sus propios planes. Al alzarse con la presidencia de Ecuador, le cerró el paso futuro a su mentor político aprovechando el rechazo ciudadano de la enmienda aprobada durante el mandato de Correa en diciembre de 2015, llevando esa modificación constitucional a una Consulta Popular para que fuera el pueblo quien lo decidiera. “Mas pierde el venado que quien lo tira” reza el dicho popular. Si Moreno perdía la consulta la situación quedaría igual aun cuando su presidencia fuera un fracaso, pero si lo ganaba, lo ganaba todo. Fue un paso audaz de la mano del pueblo ecuatoriano (ver La disputa entre Lenín Moreno y Rafael Correa en http://www.dw.com/es/la-disputa-entre-len%C3%ADn-moreno-y-rafael-correa/g-41216751).

¿Está Lenín Moreno de acuerdo realmente con los postulados y la continuación del Socialismo del Siglo XXI ecuatoriano, y que allá lo llaman “Revolución Ciudadana”? Rafael Correa creía que sí, pero ahora supongo que lo debe estar dudando mucho. Ese deslinde político de Moreno ha cambiado la percepción del exterior de lo que sucederá políticamente allá, mejorando el riesgo país del Ecuador. La situación está evolucionando a favor de Moreno a pesar de la disputa con Correa, permitiéndole al Presidente dar un giro hacia políticas públicas orientadas a la inversión y una mejora del crecimiento económico (ver La economía después de la consulta, en http://www.elcomercio.com/opinion/economia-despues-consulta-politica.html). Esto confirma lo que sabemos en Venezuela desde hace rato, que ese invento del Socialismo del Siglo XXI con cualquier nombre que le pongan es un fracaso, y de eso es de lo que se ha dado cuenta Moreno viendo a Venezuela desde lejos.

Ahora bien luego de conocer el contexto, ¿porque creen ustedes que Lenín Moreno sale con esa propuesta? ¿Para darle un impuso a quienes apoyan a Correa desde Venezuela? Lo dudo mucho. ¡El verdadero mensaje de la propuesta de Moreno es que el pueblo venezolano decida su futuro como lo hizo el ecuatoriano! Y es lo que hemos repetido en ANCO hasta el cansancio desde siempre, primero con la recolección de firmas para la convocatoria del Constituyente Originario hasta nuestra más reciente propuesta de una Consulta Popular que nos lleve exactamente a ese resultado.

Pero el Presidente Lenín Moreno lamentablemente apunto mal en su declaración: “El Gobierno ecuatoriano tiene la convicción que la legitimidad de las elecciones solo las puede determinar la ciudadanía. Por ello proponemos una Consulta Popular en Venezuela, en las que se decida si se deben refrendar los resultados del 20 de Mayo, o si se convocan a elecciones en un plazo cercano. Esa consulta deberá brindar garantías de transparencia y participación a todos los venezolanos, sin exclusión alguna, y realizarse con total apertura a la observación de todos los partidos políticos, de la sociedad civil organizada y de organismos internacionales organizados como la OEA” (ver La Voz de América, Ecuador propone una Consulta Popular en Venezuela, en https://www.voanoticias.com/a/ecuador-propone-consulta-popular-en-venezuela-lenin-moreno/4428494.html).

Esa es una propuesta seria pero lamentablemente parte de una premisa equivocada. Las elecciones del 20 de Mayo nacieron ilegitimas. Fueron convocadas por un órgano ilegítimamente electo, como lo es la Constituyente del régimen de Maduro. Esa ilegitimidad de origen fue ratificada no solo por la reciente resolución de la OEA del 5 de junio de 2018 sino por el propio pueblo de Venezuela al no concurrir a un proceso electoral fraudulento. Pero tiene razón Moreno: “la legitimidad de unas elecciones solo las puede determinar la ciudadanía”.

Moreno sabe por experiencia propia que se pueden derrotar las pretensiones de continuismo de una modalidad equivocada de gobierno a través de un solo mecanismo: la convocatoria del pueblo en Consulta Popular, y nos está proponiendo esa ruta sin saber que aquí ya la hemos propuesto, pero que no hemos podido ponérsela en la cabeza a la dirigencia política. Sin embargo su propuesta tiene una característica muy importante: puso en el debate internacional una fórmula que se utilizó para frenar las pretensiones continuistas del Chávez del Ecuador.

Lamentablemente quienes no lo han entendido todavía, saltan y condenan la propuesta sin ver el fondo de lo que en realidad se propone. El 16 de julio de 2017 se le consultó al pueblo y este rechazó y desconoció la Constituyente convocada el 1ro de Mayo de ese año por Nicolás Maduro, y aprobó la renovación de los Poderes Públicos. El mandato continua vigente, aun cuando no haya sido cumplido pero eso no invalida una nueva consulta al soberano para definir el futuro de los venezolanos.

Ahora debemos consultar, no si debemos refrendar o no los resultados de una pasada elección fraudulenta, sino la continuidad de todo un régimen como lo hizo el mismo Moreno en Ecuador. Eso significa el desmontaje de la Constituyente de Maduro y una verdadera convocatoria al Constituyente Originario para refundar la República. Y eso hacerlo nosotros los ciudadanos, contando nosotros mismos sin el CNE la decisión del pueblo, con todas las garantías internacionales que él mismo Moreno señala.

¿Por qué razón los gritos destemplados y el rechazo de algunos políticos de preguntarle al pueblo por su futuro? Lenín Moreno les preguntó a los ecuatorianos lo que deseaban para su futuro y ellos decidieron, descabezando las pretensiones continuistas de Correa, y están en vías de deshacerse del Socialismo del Siglo XXI. No veo porque la fórmula no pueda servir igual para Venezuela. Lo que debemos hacer es explicarle a Ecuador y al resto de los países de la OEA que conminen al régimen de Maduro que de no consultarle al pueblo por la continuidad de su régimen de facto, su futuro será muy breve dentro del concierto de las naciones democráticas del continente, y que deberá ser sustituido por otro legítimamente designado. Eso es lo que corresponde. El resto no son más que pataleos de quienes se dicen demócratas pero le temen a la voluntad popular.

Caracas, 9 de Junio de 2018

Twitter:@laguana

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