Por Luis Manuel Aguana
Algunos estimados amigos me han escrito preguntándome si de acuerdo a mis últimas notas estoy cambiando mi posición en relación con una posible “salida electoral” de este régimen, habida cuenta del masivo apoyo que la ciudadanía le endosó a María Corina Machado (MCM) en las primarias del 22 de octubre, y preguntando si ahora creo que el régimen pueda salir por votos.
Mi respuesta sigue siendo la misma: no creo que el régimen, manteniendo el control del actual sistema electoral con escrutinio automatizado, pierda ninguna elección. De hecho, nunca pensé que las primarias discurrieran sin CNE. Sin embargo, vi con sorpresa que el CNE, luego de haber sometido en junio a la Comisión Nacional de Primarias (CNP) y estando a la espera de la carta enviada al Poder Electoral solicitando apoyo, el régimen decidiera “renunciar” a la directiva del CNE. Eso obligo a la CNP a realizar unas primarias “autogestionadas”, decidiéndose de ese modo el destino del proceso con la incorporación definitiva en la boleta de MCM, al cumplirse a su favor la condición más relevante exigida: unas primarias sin CNE. Y el resto es historia.
Consideré en su momento un error de MCM participar en un proceso que no controlaría ella, sino sus enemigos políticos de la oposición oficial, participando como “cucaracha en baile de gallinas”, ya que una vez metido el CNE en esas primarias, como era lo previsible, MCM con su frase “hasta el final” se vería obligada a participar allí con todas las de perder, al ser controlado ese proceso por quienes nunca la quisieron, ni de este ni del otro bando.
Pero me equivoqué. Y me equivoqué porque desestimé, como muchos otros, un factor dentro de la ecuación política del momento: el pueblo venezolano. Ese pueblo engañado por ambas partes, oposición oficial y régimen, y que vio en MCM el “outsider” perfecto en el que depositar el resentimiento político causado por las conductas impropias de ambos actores en 23 años de iniquidad en contra de la población, incluido el interinato opositor. MCM representaba, y representa ahora para los venezolanos, la verdadera imagen de la oposición política del país en contra de la tiranía de Nicolás Maduro Moros, que no cohabitará con el régimen, depositando en ella la confianza de que hará todo lo que tenga que hacer para terminar con esta pesadilla castro-chavista-madurista a la brevedad posible.
Al salir masivamente a votar el 22 de octubre, el factor Pueblo decidió y selló sin lugar a dudas el camino y quién irá por delante, y ese camino no es otro que el electoral, a pesar de que a muchos no nos guste ir a unas elecciones con una tiranía controlando las máquinas de contar votos. Solo queda de aquellos que desconfiamos, por razones técnicas y de peso, de ese sistema construido con tecnología a favor de la continuidad del régimen en el poder, orientar a esa nueva oposición con ideas para que el régimen no se salga con la suya de nuevo.
Pero el régimen también se equivocó en su cálculo, desestimando el factor Pueblo. Creyeron que nadie o un número mínimo de opositores en todo el país saldría a votar ante el continuo saboteo al proceso. El mismo factor Pueblo organizó centros y mesas, y contó manualmente los votos, con todas las inclemencias del tiempo encima, con la escala o nula ayuda de los partidos de la oposición oficial que habían decidido horas antes de las primarias no participar en el proceso.
Ese factor Pueblo movilizó masas para que se pudiera elegir a un candidato que verdaderamente representara las aspiraciones de la mayoría opositora. Como bien indicó el comunicado de ANCO ante la proclamación de MCM como candidata de la oposición: “Los cerros si bajaron pero para hacer colas en las mesas electorales para deshacerse del régimen democráticamente con su voto…” (ver Comunicado ANCO 26-10-2023, en https://ancoficial.blogspot.com/2023/10/comunicado-anco-anco-ante-la.html).
La rabia del régimen tal vez no sea tanto que MCM resultara vencedora en ese proceso, sino ver que lo hizo con muchos de los votos de quienes antes bailaban al son del chantaje de alimentación de una población que hartó de ellos. Ese es el verdadero temor detrás de la persecución de los directivos de la CNP y de la sentencia emitida hoy por el TSJ del régimen, según la cual dejan sin efecto la primaria opositora, y exigiendo la entrega del material electoral (ver La Voz de América, TSJ de Venezuela deja sin efecto la primaria opositora, pide entregar material electoral, en https://www.vozdeamerica.com/a/venezuela-tsj-cancela-primaria-opositora-/7332883.html).
El 22 de octubre, el régimen de Nicolás Maduro Moros recibió un disparo certero a la línea de flotación. Y como respuesta a eso, han decidido darle una patada al Acuerdo de Barbados, desestimando que quien está detrás es el Departamento de Estado de los EEUU, como lo indica la confirmación en la columna Carrusel, del periodista Luis Felipe Colina, en el Semanario La Razón del domingo 29 de octubre, No. 1484: “Los “Acuerdos de Barbados” fueron redactados, en inglés, por el State Departament de EEUU, después de las reuniones que sostuvo con representantes del gobierno de Nicolás Maduro y así, en inglés, los textos le fueron enviados a la mencionada isla a la delegación opositora presidida por Gerardo Blyde, quien tuvo que mandar a traducirlos al español, en un correcorre de última hora” (resaltado nuestro).
Y no era descabellado deducir esto que ya había publicado en una nota anterior: el garante de ese acuerdo son los EEUU. El régimen ya sabe que ir a una elección con MCM representa el final y está acorralado. Desatar una persecución judicial en contra de los directivos de la CNP y en contra de quienes votamos el 22 de octubre, al incautar el contenido de los cuadernos de votación de esa elección primaria, lo que hará será empeorar las cosas para ellos. No les va a quedar otra que negociar con quien es verdaderamente la representante del factor Pueblo que todos desestimamos.
Además, es demasiado tarde para esa reacción destemplada. Ya el factor Pueblo se pronunció y MCM es la indudable representante del pueblo opositor, no solo para los venezolanos sino para la Comunidad Internacional que la reconoció. El momento para el régimen de hacer algo ya pasó y como diría aquel sabio ex presidente de los refranes populares “¡Tarde piaste pajarito!”.
Levantar las inhabilitaciones ilegales y someterse a la voluntad popular es lo que les corresponde hacer ahora, so pena de perder aún más de lo que ya han perdido, mucho más allá de su propia y ahora escuálida base popular. Curioso, ¿verdad? Mirarse ahora a sí mismos como escuálidos debe ser muy doloroso. Pero quien siempre ha decidido eso ha sido el factor Pueblo…
Caracas, 30 de Octubre de 2023
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