miércoles, 30 de abril de 2025

El modo de diálogo del Papa Francisco

Por Luis Manuel Aguana

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“…la (verdadera) política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”

Papa Francisco (1936-2025)

En la última entrevista realizada por INFOBAE al Papa Francisco, y conducida por el periodista Daniel Hadad, fundador y CEO del prestigioso medio digital, publicada originalmente en marzo de 2023, el Papa se refirió en los últimos minutos a la situación de Venezuela:

“P: Las últimas tres preguntas tienen que ver con América Latina. La primera tiene que ver con Venezuela. El informe Bachelet de Naciones Unidas habla de violaciones, descargas eléctricas, presos políticos, desaparición forzada de personas. Me hizo acordar a la noche oscura que vivió la Argentina con la dictadura militar, pero 40 y tantos años después. ¿Ve alguna luz de esperanza en que pueda modificarse el régimen de Venezuela?

R: Pienso que sí. Pienso que sí porque son las circunstancias históricas las que van a obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen. Pienso que sí. O sea, nunca cierro la puerta a posibles soluciones. Al contrario, la fomento” (ver El último reportaje del Papa Francisco a Infobae, en https://www.infobae.com/sociedad/2025/04/21/el-ultimo-reportaje-del-papa-francisco-a-infobae/) (resaltado nuestro).

Como todos saben, el Papa Francisco nunca fue particularmente explicito en rechazar de plano públicamente al régimen de Nicolás Maduro Moros, refiriéndose siempre a la búsqueda de dialogo y el rechazo de las dictaduras, dándole de manera permanente el respaldo a la posición de los representantes de la Iglesia Católica local, esto es a la Conferencia Episcopal Venezolana.

Un ejemplo de eso fue una declaración de septiembre de 2024 a Rome Reports, donde a la solicitud de un mensaje para el pueblo venezolano, respondió: “No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno” (ver Rome Reports, Las dictaduras acaban mal, en  https://www.romereports.com/2024/09/16/el-papa-se-pronuncia-sobre-venezuela-las-dictaduras-no-sirven-de-nada-y-acaban-mal/).

Sin embargo, en ese lenguaje simple del Papa Francisco, que no daba cabida a otras interpretaciones, nos veía como dos grupos enfrentados que debían dialogar, y en esa particular entrevista de INFOBAE de 2023, de una manera premonitoria se refirió a que las circunstancias históricas nos obligarían a cambiar “el modo de diálogo” que teníamos -y todavía tenemos- entre los bandos enfrentados en el país.

Lo anterior me dejó impactado porque los venezolanos nunca hemos tenido una representación que genuinamente haya “dialogado” con el régimen en unos términos que puedan considerarse equitativos. Porque si se considera que “dialogar” donde la parte “opositora” está completamente desacreditada y chantajeada por el régimen porque todos los negociadores tienen algún “rabo de paja” que el régimen explota hasta la saciedad, díganme ustedes si los venezolanos, esto es, aquellos a quienes ellos dicen representar en esa mesa de diálogo, podremos sacar algún provecho de esas negociaciones.

Y las “circunstancias históricas” cambiaron, tanto fuera como dentro del país. Y cambiaron mucho. Ahora y desde octubre de 2023, meses luego de esa entrevista de INFOBAE, María Corina Machado (MCM) se convierte en cabeza indiscutible de la oposición política y supuesta nueva negociadora, si las condiciones se dan para eso con el régimen. De hecho, el último diálogo oposición-régimen que dio origen al evento electoral del 28 de julio de 2024, sale del Acuerdo de Barbados que el régimen decidió ignorar.

Pero el Papa tenía razón. Las nuevas circunstancias históricas van a “obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen”. Y eso tendrá que ocurrir, aunque MCM no lo quiera, si queremos salir del estancamiento de la situación política venezolana. ¿Y por qué lo digo? Porque si la herramienta de los políticos es la argumentación y el medio de convencer es el diálogo, no hay otra manera de resolver la situación política venezolana.

Y alguno de ustedes me dirá, “no, la solución es sacarlos a la fuerza”. Mi modesta respuesta sería que ese no es el terreno de los políticos. Los políticos son muy malos en establecer estrategias para la violencia, debiendo ceder para eso la conducción a los militares. Porque si Venezuela llegó al punto donde las circunstancias señalan que se debe desarrollar un conflicto armado para resolver el problema político, estamos peor de lo que pensé, porque a nuestros políticos todavía les falta muchísima preparación para esa eventualidad. Tendría que haber reencarnado en alguno de ellos El Libertador Simón Bolívar, el venezolano que combinó de manera única y genial la disciplina política y militar. Y solo el hecho de pensarlo causaría risa…

La situación externa de los EEUU, la interna con una oposición escondida y otra entregada que no se puede llamar oposición, aunado a la calle cerrada de una solución electoral en la que ya nadie cree, y los pasos cada vez más decididos del régimen para afianzarse en el poder con una Reforma Constitucional, sin contar con la pérdida de las FFAA tal y como la conocimos, no dejan margen alguno para otra cosa que no sea cambiar el modo de diálogo con el régimen y entrar a una nueva negociación. Esa es la evolución de la negociación política en Venezuela después del 28 de julio, con un modo de diálogo que sería completamente diferente al que hemos tenido hasta ahora.

La negociación de la MUD/PU fracasó, no solo porque nunca nos representaron genuinamente, sino por mediocre y ajustada a sus propios intereses políticos. Esa no fue una negociación verdadera, sino una entrega. La negociación que debe tener lugar ahora con MCM tiene que ser diferente. Estoy completamente seguro de que el régimen estaría dispuesto a negociar, pero no existirá negociación posible si lo que se ofrece a cambio es cárcel y persecución. La propuesta tiene que ser a la altura de la excepcional circunstancia del país, por lo que hay que ofrecer una negociación distinta.

Hay que poner sobre la mesa una salida en la cual puedan converger equitativamente los intereses de los grupos en disputa. ¿Y qué propuesta más equitativa que una elección Constituyente, donde se convocaría al pueblo, de un lado y de otro, para que decida el destino del país, con la intermediación electoral de la Comunidad Internacional? Es una solución que conoce muy bien el régimen y que con los negociadores adecuados podría convocarse, salvaguardando los intereses del país y de todos los sectores enfrentados.

En este caso, no se estaría eligiendo un presidente de la República para cualquiera de los bandos, sino la representación genuina del pueblo. Si ellos quieren una Reforma Constitucional, nosotros proponemos una Constituyente que es lo que corresponde para las reformas estructurales, como las del poder comunal que quieren hacer a la Constitución. Y que en ese escenario, reunidos todos en una Asamblea Nacional Constituyente, que esa representación decida lo que se hará, restableciendo el Estado de derecho. Esto está dispuesto en la Constitución y constituye una solución legítima y electoral que obviaría la desconfianza de todo el mundo, incluyendo sectores oficialistas, en el Consejo Nacional Electoral, garantizando la participación de todos los venezolanos.

Si la oposición política no quiere negociar, se me haría difícil entender su discurso, porque si los quieren presos, entonces deben buscar quien financie y conduzca una salida violenta que pueda lograrlo. Pero si no la han conseguido, ni existen las condiciones internacionales para proceder con eso, ¿entonces qué es lo que queda? HACER POLÍTICA.

Y hacer política en este contexto ES NEGOCIAR. El tema de fondo es qué le propones al otro para negociar. De allí nuestra propuesta, porque como están las cosas, tenemos la obligación ética de comenzar creativamente a proponer soluciones, porque mientras más tiempo pasa, la gente se va consumiendo de hambre, en un país cada vez más depauperado.

¿Es descabellado lo que proponemos? No lo creo. Creo que es más descabellado seguir esperando que alguien nos “salve” sin tener con qué hacerlo. Si somos serios, debemos empezar a avanzar nosotros mismos por alguna parte para al menos iniciar la recuperación de la esperanza de los venezolanos. Si la verdadera política es “el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”, ya es hora de comenzar a obligarnos a cambiar el modo de diálogo, como dijo el Papa Francisco. La maestría en cualquier arte solo se alcanza con la práctica…

Caracas, 30 de abril de 2025

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jueves, 24 de abril de 2025

El componente activo de la abstención

Por Luis Manuel Aguana

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No son de ninguna manera sorprendentes las cifras que muestra la reciente encuesta CATI Meganalisis, Verdad Venezuela, que muestran la fotografía del sentir venezolano de la última semana de marzo 2025, en especial aquellas relativas a la desconfianza del venezolano en el sistema electoral (ver Encuesta completa en http://t.me/meganalisis).

En efecto, a la pregunta abierta “¿Usted votaría en las elecciones regionales que está convocando el actual CNE?”, la respuesta contundente fue un NO de un 83,7% de los encuestados. Pero el dato definitivamente brutal es la desconfianza en el CNE que, según la encuestadora, alcanza niveles históricos. A la pregunta abierta, “¿Usted confía en la honestidad, imparcialidad y profesionalismo del Consejo Nacional Electoral?”, la respuesta fue un NO en 87,73%.

Para aquellos que llevamos años denunciando la parcialidad y el fraude electoral del régimen a través del CNE en Venezuela, estas cifras no son más que el resultado de los años que fueron necesarios para que el pueblo venezolano terminara de despertar, y que se corresponden con el hecho de que existe una forma de gobierno autoritaria en Venezuela que ha manipulado históricamente las cifras electorales, llegando a su clímax el 28 de julio de 2024, donde los venezolanos internalizaron de forma definitiva que su voto no materializaría un cambio en la situación política del país en un futuro próximo previsible.

Incluso terminaron de desnudarse los supuestos opositores, quienes, a pesar de ser evidente el fraude en los resultados electorales del 28 de julio, todavía insisten en seguirle la farsa al régimen, postulando sus candidaturas para una nueva elección, sin aún existir resultados oficiales de la última elección presidencial. La reacción de repulsión de la gente no se hizo esperar, cuando ante la pregunta “¿Cómo calificaría usted a los políticos que decidan ser candidatos en las elecciones regionales del 25 de mayo?”, respondieron en un 81,8% que esos políticos “le sirven conscientemente a Maduro y al chavismo”. No era nada que ya no supiéramos, pero la sorpresa es que esos alacranes todavía insistan en ser reivindicados ante la opinión pública.

Pero la abstención, ahora contundentemente mayoritaria, sigue siendo un problema porque al manifestarse abiertamente el rechazo a las manipulaciones electorales del régimen, ésta por sí misma no constituye una forma de protesta efectiva, si no lleva consigo un componente activo de rebeldía ciudadana. No es solo abstenerse de comprar el producto electoral del régimen y su oposición alacrán, sino cualquier otra cosa que venga aparejada a eso, manifestando en la práctica una acción concreta del pueblo como consecuencia de ese rechazo.

El régimen ha anunciado una Reforma Constitucional que dará a conocer los primeros días del próximo mes de mayo y que debe someter a la consideración de los venezolanos a través de un Referendo a los 30 días de ser sancionada en la Asamblea Nacional (Artículo 344 Constitucional).

El régimen no va a quedarse con el rechazo de la mayoría de la gente, sino que actuará en consecuencia, manipulando los resultados como ya lo hizo con el Referendo del Esequibo, donde “aparecieron” de la nada 10 millones de votos, sin colas en los centros, y haciendo que exista la evidente posibilidad de rodar la fecha electoral del 25 de mayo a una que coincida con la fecha del Referendo sobre la Reforma Constitucional, que se apruebe en la Asamblea Nacional, matando de esa manera dos pájaros de tiro, y dejando muy posiblemente para la historia, esa elección como la que bien podría ser la última realizada de manera directa por los venezolanos.

¿Y por qué ese temor? Porque ya Maduro entregó su primer borrador de reforma de 80 artículos de la Constitución a la Comisión de Reforma Constitucional que preside Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional del régimen, y “adelantó que esta reforma incluye una modificación de la estructura del Estado”. De la misma manera Maduro informó que se realizaría una “ampliación y perfeccionamiento de la democracia”, a través de “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-” (ver La Voz de América, ¿Qué cambios persigue la reforma constitucional que promueve Maduro en Venezuela?”, en https://www.vozdeamerica.com/a/que-cambios-persigue-reforma-constitucional-que-promueve-maduro-venezuela-/7980519.html).

Cambios de la envergadura señalados por el jefe del régimen, NO PUEDEN SER REALIZADOS, a través de una reforma, tal y como establece el Artículo 342 Constitucional:Artículo 342: La reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional…” (resaltado nuestro).

Y precisamente el régimen pretende, según el anuncio de Maduro en su momento, “una modificación en la estructura del Estado”, al pretender modificarla con “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-”. Esas modificaciones constitucionales solo pueden realizarse en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente legítimamente convocada, como lo establece la propia Constitución de 1999 en su Artículo 347.

Y todos estos eventos se llevarán a cabo con la ausencia del 83,7% de los electores venezolanos presentes en el país, y los electores que se encuentran en una diáspora de más de 8 millones de venezolanos, que por razones obvias no se contarán. Eso es a lo que se acerca el país en aproximadamente un mes, sin que tengamos respuesta alguna de la dirección de la oposición legítimamente electa el 28 de julio de 2024.

Ante esta situación aterradora, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, propuso al liderazgo político una acción concreta del pueblo, como componente activo al rechazo mayoritario del venezolano al sistema electoral, la convocatoria por iniciativa popular a una Asamblea Nacional Constituyente (o como se le conoce en el exterior, a una Convención Constituyente) con el Arbitraje Electoral de organismos internacionales, por presión de la Comunidad Internacional, ante unas Elecciones Regionales irritas y desnaturalizadas por el fraude, y frente una Constituyente ilegítima disfrazada Reforma Constitucional.

Esta sería una clara respuesta de rebeldía ciudadana al grave desmantelamiento del sistema democrático del país, por medio de una Reforma Constitucional írrita sin la participación de los ciudadanos, y cuya manifestación ya se está dando por los niveles históricos previstos de abstención. Si la dirigencia política opositora tiene una solución diferente frente a la disolución del Estado como lo conocemos, ya es hora de que la den a conocer. Los venezolanos estamos muy urgidos de ella…

Caracas, 24 de Abril de 2025

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miércoles, 16 de abril de 2025

Venezuela y el giro estratégico de EEUU

Por Luis Manuel Aguana

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Deseo comenzar esta nota con una reflexión muy reciente de quien es quizás uno de los personajes que más conocen el impacto de las políticas de la República Popular China (RPC) en Latinoamérica, R. Evan Ellis (1): “…en términos económicos, los nuevos aranceles estadounidenses pueden causar el mayor daño al propio EE.UU., al tiempo que promueven la penetración económica y política de la República Popular China (RPC)- en América Latina” (ver R. Evan Ellis,  Reflexiones en un momento de inflexión, en https://legadoalasamericas.org/reflexiones-en-un-momento-de-inflexion/).

Pero no me detendré en el impacto que ya tienen las políticas de la RPC en los EEUU, ocurridas en reacción a la nueva política comercial de la administración Trump. De eso deben ocuparse los estadounidenses. Me preocupa todavía más el impacto que tendrán en el resto del hemisferio y en particular en Venezuela.

R. Evan Ellis en una especie de “mea culpa” por su respaldo al MAGA de Trump, concluye el referido artículo con un llamado que creo muy acertado: “En Los EE.UU, América Latina y otros lugares, la trayectoria de las democracias depende, al final del día, de encontrar en nosotros mismos el coraje que nunca deberíamos tener que encontrar, y de hablar sobre lo que sabemos que es correcto.  Incluso si nosotros, como individuos, no influimos en las tendencias preocupantes, nunca podemos saber quién se verá impulsado a actuar por nuestra voz o por nuestro silencio”.

En otras palabras, tenemos que encontrar el valor de hablar sobre lo que sabemos que es correcto, aun si no influimos en la política, porque si no lo hacemos alguien se hará cargo de actuar, nos quedemos callados o no. Y de manera preocupante el silencio en Venezuela, y en particular de la oposición, es atronador, en especial cuando debido a nuestro particular problema, estamos adosados al destino de triunfo o fracaso de lo que están haciendo los EEUU con el resto del mundo.

En otro artículo de finales de febrero, Ellis precisa en más detalle esta situación: “La política de "América Primero" de la administración Trump representa, posiblemente, un cambio estratégico significativo que se aleja de la búsqueda de los intereses estratégicos de Estados Unidos mediante el fomento del apoyo global a la democracia, los derechos universales y las instituciones. En cambio, Washington está adoptando un  enfoque mucho más transaccional, buscando beneficios más concretos mediante una combinación de incentivos y castigos. Los expertos en relaciones internacionales debatirán durante mucho tiempo el impacto estratégico, la eficacia y la moralidad de este cambio” (ver R. Evan Ellis, La política exterior de Trump podría acelerar el avance de China en América Latina, en https://revanellis.com/trumps-foreign-policy-could-accelerate-chinas-advance-in-latin-america) (resaltado nuestro).

Esto es lo que realmente se encuentra en el fondo conceptual de nuestra futura relación con los EEUU, al menos desde la perspectiva de la presente administración estadounidense. Venezuela y el resto de los países ahora no contamos con esa perspectiva estratégica norteamericana de antaño, surgida después de la II Guerra Mundial que impulsaba el “fomento del apoyo global a la democracia, los derechos universales y las instituciones”, sino que ahora lo que buscan del resto del mundo es una transacción que le brinde beneficios materiales a los EEUU. Eso no es malo ni bueno, simplemente es lo que se nos impone ahora.

Pensar que los EEUU nos ayudarán a quitarnos de encima a los delincuentes que están en el poder por una lógica de los Derechos Humanos no ocurrirá. O que seguirán la perspectiva de que existen unos criminales –como los del Tren de Aragua o el Cartel de los Soles- que pueden afectar los intereses de los EEUU desde el punto de vista de su seguridad interna y por eso deben tendernos una mano, eso tampoco ocurrirá.

La perspectiva que ahora entiende la nueva administración de los EEUU, apunta a que solo nos ayudarán en nuestro problema si ven que pueden sacar beneficios concretos en el camino. El cómo nos planteemos esa situación desde la acera opositora va a competir con lo que el régimen y sus socios internacionales fuertes (Rusia, China, Irán) también propongan o le planteen a los EEUU, o si en esta guerra comercial que sostienen con China el balance va o no a su favor.

Las grandes preguntas a responder serían, por ejemplo, estas: “¿Qué tan económicamente conveniente es para los EEUU que en Venezuela exista una democracia?”, o bien “¿Qué podrían hacer los líderes democráticos a favor de los EEUU, que no puedan hacer los delincuentes del régimen de Nicolás Maduro Moros?”.

Lo anterior podríamos matizarlo con la variable china. Es ampliamente conocida la relación que el régimen tiene con la RPC. Podríamos formularnos estas otras preguntas: “Qué podríamos darles a los EEUU los venezolanos en democracia para mejorar su posición estratégica frente a la guerra comercial –u otra- que tienen los estadounidenses con la RPC?”, o bien “¿Qué cosa tiene Venezuela que no debería tener la RPC para mejorar la posición de los EEUU, y que de otra manera no tendrían si existe un gobierno democrático en Venezuela?”. No me adelantaré a dar las respuestas posibles a todas esas preguntas que supongo que muchos de ustedes ya tienen. Simplemente, me limitaré a las palabras del experto petrolero venezolano, el Dr. Humberto Calderón Berti, al final de una entrevista en un reciente programa de opinión:

“P: Con el cierre de la pregunta, con la administración Trump, ¿ve usted una participación efectiva a corto o mediano largo plazo de la administración de Donald Trump para un cambio en Venezuela en unidad con los venezolanos, Humberto?

R: Yo creo que tenemos mucho apoyo en estos momentos internacional, mucho apoyo de la Unión Europea, mucho apoyo en América Latina y mucho apoyo en los Estados Unidos. Yo de eso no tengo yo ninguna duda, ninguna duda de que hay un apoyo muy sólido bipartidista, por cierto, en los Estados Unidos, tanto de los republicanos como los demócratas, para que se produzca un cambio político en Venezuela. Es que la gente sabe, las propias petroleras deben saber, y me refiero ahora a las petroleras, que si hay un cambio de gobierno en Venezuela, el negocio que hoy vale son 200 se va a convertir en negocio de 1000 ¿Por qué? Porque las oportunidades van a ser muy grandes porque el país hay que rehacerlo. Es que la gente todavía no entiende muy bien que lo que tenemos entre manos es la reconstrucción de un país de postguerra sin haber tenido guerra, pero esa es la realidad.  Entonces las oportunidades van a ser gigantescas para todo el mundo y eso es lo que nosotros tenemos que interiorizar y ese es el llamado que tenemos que hacerle al sector privado internacional y ese es el llamado que tenemos que hacerle a los venezolanos que confiemos en Venezuela…” (ver Norbey Marín, Hasta que caiga la tiranía, Calderón Berti habla sobre nuestro petróleo y el poder de negociar, en https://youtu.be/fcvfvQ1gK7g?t=2806) (resaltado nuestro). Recomiendo a todo venezolano interesado en el destino de este país que vea completo este video del Dr. Calderón Berti.

Habida cuenta que todo apunta a que ya opera un giro estratégico en los EEUU hacia una concepción transaccional del mundo con esta nueva administración de Trump, ¿por qué teniendo Venezuela el respaldo de los dos partidos importantes de los EEUU, se insiste todavía en la concepción anterior de unos EEUU que priorizaban el fomento los Derechos Humanos y las instituciones en los países? ¿No será que más bien hay que cambiar la narrativa permanente en la dirección de convencer al gobierno de los EEUU, que los negocios en Venezuela de 200 hoy pueden ser 1000 mañana, como indica Calderón Berti, dentro de unos parámetros de respeto a los contratos, y que eso solamente puede hacerse en el marco de un país en democracia, seguridad jurídica y Estado de derecho, en la lógica de la reconstrucción de postguerra de un país que no ha tenido guerra? Esto sin mencionar todo lo demás que tiene Venezuela, en la disputa comercial con la RPC, para negociar a favor del modo de vida occidental. Piensen solo en las tierras raras venezolanas…Se los dejo allí para su consideración.

Es verdad que el viraje, para muchos desagradable, de los EEUU al dejar de promover los valores de la democracia y la libertad a favor de los negocios –cosa que nunca tampoco dejaron de hacer- buscando del mundo beneficios concretos al corto plazo, afecta directamente nuestra grave situación, al punto de permitir que el país se siga hundiendo si no tenemos una visión clara de lo que queremos hacer.

Si les decimos a los estadounidenses que queremos que hagan algo porque aquí hay unos criminales violando Derechos Humanos como jefes de la organización terrorista  Tren de Aragua, estaremos de último en la lista de sus prioridades. Lamentablemente, muchos más Derechos Humanos se violan en el mundo que en nuestro país. Pero si les decimos que contribuiríamos con un peso específico y de muchas maneras a la guerra que tienen desatada con la RPC, tal vez las cosas sean diferentes y nos presten más atención, centrándolos a negociar con nosotros los términos del cómo. Y allí tenemos gente muy capaz de hacerlo en muchos campos, con décadas de experiencia, como, por ejemplo, el Dr. Calderón Berti en el negocio petrolero.

En estos momentos nos vendría muy bien un viraje del discurso opositor, acercándonos más a lo que sucede en el mundo, actualizando la perspectiva aun a sabiendas de que en realidad el régimen está avanzando y violando cada vez más nuestros Derechos Humanos. En algún momento los EEUU acabarán por entender que Latinoamérica es el terreno natural del modo de vida occidental con libertad que antes fomentaban, y que es precisamente aquí donde hay que extender la fortaleza del libre comercio y la protección de los valores que hicieron fuerte a ese país. Como afirma R. Evan Ellis, hay que hablar de lo que sabemos que es correcto, así no influyamos en lo que suceda. En esta modesta tribuna siempre lo hemos hecho. Al final, esa es precisamente la razón por la que siempre nos hemos atrevido a opinar…

Caracas, 16 de Abril de 2025

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(1) El Dr. Evan Ellis es profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, y se centra en las relaciones de la región con China y otros actores del hemisferio no occidental, así como en el crimen organizado transnacional y el populismo en la región.

miércoles, 9 de abril de 2025

La página cambió de facto

Por Luis Manuel Aguana

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Frente al mar de incertidumbre que vive el mundo por las recientes decisiones económicas tomadas por el gobierno de los EEUU, que incluyen a todos los países, y que prometen una profunda crisis económica planetaria en el corto plazo, en Venezuela se congeló el tiempo. Pareciera que ese desastre que todo el mundo ve para su propio país a causa de esas medidas, ya nosotros lo vivimos desde hace años: inflación, disminución progresiva de la calidad de vida y servicios, evaporación del salario y pensiones, sin contar con la represión y persecución política, con descabezamiento de las libertades.

¿Qué podría ser peor para nosotros por las decisiones de los EEUU? Además de las arancelarias, Trump nos dedicó un capítulo especial debido a la exportación del régimen de la delincuencia del Tren de Aragua, y la deportación masiva de venezolanos de los EEUU, lo que ha traído como consecuencia la mancha de nuestro gentilicio en el exterior, con lo cual dudo que peor no pudiéramos estar, aunque una mala situación siempre puede empeorar.

A pesar de todo esto, nuestra dirigencia política opositora “espera” que el gobierno de los EEUU “nos eche una mano” para salir de nuestros problemas políticos. Si esto fuera cierto, primero resolverán sus problemas antes de abordar los nuestros. Y en el mejor de los casos, nuestra prioridad frente a los problemas que ya están comenzando a enfrentar, y no solo por esas decisiones económicas, hará que nuestra espera sea muy larga. ¿Qué tanto entonces deberemos esperar los venezolanos antes de gritar como Bolívar en la Sociedad Patriótica, “¿es que 300 años no bastan?”?

Algunos de ustedes pensarán que soy muy mezquino y que solo han pasado 3 meses del 10 de enero de la promesa de juramentación del Presidente Electo Edmundo González Urrutia (EGU) en Venezuela. Correré ese riesgo. Ahora resulta que en opinión de la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada Emérita del TSJ, el Presidente Electo ha incurrido en la polémica figura de “abandono del cargo” al no haberse juramentado como establece la Constitución, el día correspondiente, siendo, según su criterio, que esa decisión no es potestativa de él porque hay unas reglas que cumplir:

“… Resulta que sonó muy duro cuando yo dije devuélvanme mi voto, y también es más duro, creo yo, cuando hablo del abandono del cargo, pero es una realidad que no se está enfrentando. Porque yo no sé bajo cuál razonamiento se decidió que se podía quedar el asunto en presidente electo. Y como presidente electo seguir actuando como si fuera presidente en ejercicio. Eso no es verdad, eso no es así. Hay unas reglas que seguir. La Constitución establece claramente que después de 30 días, si no se ha encargado, si hay falta absoluta del presidente, como es el caso porque no se ha juramentado, hay que hacer unas nuevas elecciones. Además, no puede ser infinito el tiempo después de que se vota por un presidente y la ocasión en que pasa al ejercicio del cargo. Entonces esa es la realidad que nosotros estamos viviendo. ¿Cuál es la consecuencia, me preguntan? Bueno, la consecuencia es que hay que hacer nuevas elecciones, esa es la consecuencia…” (ver Blanca Rosa Mármol de León, en Arrímate al Mingo, Doble moral, doble discurso, 07-04-2025, en https://youtu.be/7oDSCDG10a0?t=3253).

Pero se empeñan en no enfrentar esa realidad, como indica la Dra. Mármol de León. Estamos en el famoso mundo al revés, donde a nadie le importan las reglas, ni al régimen, ni a la oposición. Pero ocurre que la situación misma lleva a querer a juro congelar el tiempo porque no se desea “pasar la página” del 28 de julio de 2024, cuando la página cambió de facto, aun cuando nosotros no queramos reconocerlo. La situación del 10 de enero no es la situación de hoy, aunque en Venezuela tengamos el tiempo congelado.

Si se desea seguir sosteniendo a EGU dando vueltas por el mundo como un embajador sin cartera y a una líder opositora en clandestinidad de manera indefinida, creo que ya es hora de cambiar la estrategia porque el mundo siguió girando, lamentablemente en contra de nuestros intereses. A los EEUU ya no les interesa lo que pase en Venezuela, si alguna vez les interesó. Incluso, si a Trump parece no interesarle lo que le pase a clase  más desfavorecida norteamericana después de dinamitar todos los acuerdos comerciales bilaterales y multilaterales de su país, ¿qué creen ustedes que quedará para nosotros?

Se impone entonces un enfoque independiente que tome en cuenta lo que pasará en la región después de las medidas comerciales norteamericanas al resto del mundo. En ese sentido, ya empiezan a colarse opiniones económicas autorizadas conocedoras de nuestra realidad en el continente latinoamericano, como la del Dr. Ricardo Hausmann, investigador de la Escuela de Gobierno John F. Kennedy, de la Universidad de Harvard:

“Bueno, hay que ver en todas las cosas donde América Latina compite con EEUU en terceros mercados, en la producción de soya, en la producción de maíz, en la producción de minerales, en todo en lo que EEUU compite con América Latina en terceros mercados, bueno ahora resulta que el mercado chino nos lo abrieron completamente porque a nosotros China no nos pone aranceles, pero EEUU le puso un arancel del 35% y si mañana Trump le sube los aranceles al 50% más, pues vamos a tener todas las cosas que China le compra a EEUU, van a tener que comprársela ahora a América Latina. Eso creo que nos abre mercados, igualmente vamos a poder hacer negocios con otras regiones que van a tener que buscar alternativas a EEUU, y creo que hay que ver cómo nosotros compensamos el mercado americano, que para el caso de Suramérica, un  mercado es tan importante, como compensamos el mercado americano con el resto del mercado mundial  que ahora va a estar más cerrado a EEUU, porque EEUU también va a tener dificultades en vender en esos mercados” (ver CNN, Ricardo Hausmann, “Estados Unidos se está aislando económicamente del mundo”, en https://youtu.be/VUmDrzkewP4?t=465).

Si todo apunta a que Latinoamérica deberá girar en una órbita diferente a la de los EEUU, la oposición debería estar pensando en un vuelco en la política sostenida hasta ahora, abandonando posiciones históricamente asumidas en otra realidad, operando sobre la base una situación actual y futura muy diferente.

Si en este momento no podemos seguir esperando que ocurra algo que materialice el resultado del 28 de julio porque nadie nos va a ayudar, debemos al menos comenzar por materializar, como primera aproximación a ese objetivo, que EGU sea a lo inmediato reconocido oficialmente como Presidente en ejercicio en el exterior, a pesar de estar en la condición de abandono del cargo, alegando en su descargo la situación actual de Venezuela. No hacerlo, luego de que la página cambió de facto, implicará unas nuevas elecciones, que ya el Secretario de Estado de los EEUU, Marco Rubio, está proponiendo, con todas las consecuencias que eso supone. Aquellos que no aceptan los cambios, siempre terminan aceptándolos, pero en las peores condiciones…

Caracas, 9 de Abril de 2025

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miércoles, 2 de abril de 2025

EEUU y Venezuela, ¿destinos atados?

Por Luis Manuel Aguana

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Hace ya casi 40 años (julio 1986) tuve el privilegio de asistir, por invitación de mi muy estimado profesor de entonces, el Dr. Guillermo Márquez, a un seminario auspiciado por el Ministerio de Relaciones Exteriores y la Junta del Acuerdo de Cartagena, titulado “Los servicios y el desarrollo de Venezuela”.

El Dr. Márquez, hoy lamentablemente desaparecido, era una de las figuras más prominentes de ese tema en Latinoamérica, y figuraba como uno de los importantes ponentes del evento, junto con destacadas figuras de la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo), la CEPAL (Comisión Económica para América Latina) y el SELA (Sistema Económico Latinoamericano). Les acompañaban igualmente personalidades  relevantes como Constantino Vaitsos, para ese entonces expresidente del Banco Central de Grecia.

¿Por qué se le dio tanta importancia a este tema? Porque los Estados Unidos habían dado un paso inusitado en el marco del GATT (Acuerdo General de Aranceles y Comercio, sustituida posteriormente por la Organización Mundial del Comercio, OMC) en diciembre de 1983 para que se incluyera a los servicios, en las negociaciones de comercio de bienes, cosa que nunca había sido estudiada en profundidad en las economías de los países en desarrollo. El seminario en cuestión era el primer paso serio del gobierno venezolano de entonces para comenzar los estudios nacionales acerca de la incidencia de los servicios en nuestra economía.

¿Y por qué los EEUU dieron ese paso importante? Porque el mundo desarrollado, comenzando por los EEUU estaba moviéndose a pasos agigantados hacia una economía basada en la producción de servicios, soportada cada vez más en la aplicación de las nuevas tecnologías de información y comunicaciones (TICs), dejándole a los países de más bajo índice de desarrollo, la producción de bienes en un futuro previsible.

Y esto no era más que el producto natural de las tendencias del momento y el aprovechamiento político y práctico de lo que dictaba la teoría: “La teoría clásica respecto a la función de los servicios en la economía ha tendido a sugerir que el crecimiento del sector de los servicios ha sido consecuencia del proceso de desarrollo. Según esta opinión, en los países industrializados el proceso de desarrollo ha supuesto tres etapas principales; a) la etapa “preindustrial”, en la que la economía es fundamentalmente extractiva; b) la atapa “industrial”, en la que las manufacturas tienen una función dominante; y c) la etapa “postindustrial” en la que la economía se convierte fundamentalmente en una economía de servicios” (3, Pág. viii). Y es en esta última etapa donde hoy se encuentran precisamente los EEUU.

“En efecto, el sector servicios, representó en 1979 el 60,4% del producto global mundial y en el caso de los países desarrollados de economía de mercado este indicador fue superior al 75%. Para los países en desarrollo, la participación de los servicios en el producto fue del 51% en ese año y en el caso de los países de América Latina dicha contribución alcanzó un 60%” (1, Pág.3). Los EEUU lograron lo que se propusieron y en la siguiente ronda de negociaciones del GATT en Punta del Este,  Uruguay, este Acuerdo da paso a la creación Organización Mundial del Comercio, el 1ro de enero de 1995. Nace allí el Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS).

“Antes de que las negociaciones comenzaran en 1986, servicios públicos tales como la sanidad, correos, educación, etc. no estaban incluidos en los acuerdos de comercio internacional. La mayoría de estos servicios estaban restringidos a empresas locales o administraciones públicas, con dificultades y restricciones para extenderse más allá de las fronteras nacionales. Sin embargo, en muchos países existía participación extranjera en el ámbito de los servicios antes de la aprobación de AGCS. Parte de los sectores de servicios —en particular, las finanzas internacionales y el transporte marítimo— habían estado abiertos durante siglos, como elementos necesarios para el comercio de mercancías. Otros amplios sectores habían experimentado grandes cambios en las décadas previas, en los ámbitos técnicos y regulatorios, favoreciendo la participación privada y reduciendo las barreras al libre comercio. Con la aparición de las tecnologías de la información se amplió el rango de servicios susceptibles de comercio internacional, como la enseñanza a distancia, los servicios de ingeniería, arquitectura o la publicidad” (ver Wikipedia, Acuerdo General sobre el Comercio de Servicios, en https://es.wikipedia.org/wiki/Acuerdo_General_sobre_el_Comercio_de_Servicios).

Después de casi 40 años, se demostró que los EEUU no estaban equivocados. Sacaron el mayor provecho y ventajas derivadas de la acción de la política económica llevada a cabo por la administración del entonces Presidente Ronald Reagan, después de firmar la Ley sobre Tarifas y Comercio de 1984 que le daba al Presidente de los EEUU amplios poderes para “…estimular la expansión de: i) el comercio internacional de servicios a través de la negociación de acuerdos (tanto bilaterales como multilaterales) que reduzcan o eliminen las barreras al comercio internacional de servicios; y ii) las empresas internacionales de servicios en el comercio externo” (2, Pág. 4).

Debido a lo anterior, los EEUU son hoy por hoy la mayor potencia del mundo en el sector terciario de la economía: “La economía estadounidense se basa esencialmente en los servicios: el sector terciario representa más de tres cuartas partes del PIB (76,4%) y emplea al 79% de la mano de obra del país (Banco Mundial). Estados Unidos alberga los mercados financieros más grandes y líquidos del mundo. En 2023, el sector de las finanzas y los seguros representaba el 7,3% del PIB (U.S. Trade Dept.). Al final del mismo periodo, el sistema bancario estadounidense contaba con 23,7 billones de dólares en activos y unos ingresos netos trimestrales de 38.400 millones de dólares” (ver Santander Trade Markets, Estados Unidos: Política y economía, en https://santandertrade.com/es/portal/analizar-mercados/estados-unidos/politica-y-economia#:~:text=UU.).,grandes%20y%20l%C3%ADquidos%20del%20mundo).

Y ustedes se preguntarán el porqué saco a relucir esta parte de la historia del comercio internacional. Al mismo tiempo que los EEUU sacaron provecho de una política muy bien dirigida en el comercio internacional de servicios, y pusieron a descansar su economía en ese sector, el sector industrial se relocalizó en consecuencia, precisamente por esas mismas ventajas, fuera de los EEUU, dando como resultado bajas las cifras que se muestran hoy en ese sector dentro del país: “el sector industrial contribuye al 17,6% del PIB y emplea al 19% de la población activa (Banco Mundial)” (ver arriba  igualmente Santander Trade Markets).

“El PIB de los Servicios en los Estados Unidos aumentó a 17,050.50 mil millones de USD en el cuarto trimestre de 2024 desde los 16,949.30 mil millones de USD en el tercer trimestre de 2024. El PIB de Servicios en los Estados Unidos promedió 12448.44 mil millones de USD desde 2005 hasta 2024, alcanzando un máximo histórico de 16949.30 mil millones de USD en el tercer trimestre de 2024 y un mínimo histórico de 9721.70 mil millones de USD en el primer trimestre de 2005” (ver TradingEconomics, Estados Unidos PIB de Servicios, en EEUU: PIB de Servicios 2015-2024, en https://es.tradingeconomics.com/united-states/gdp-from-services).

Simplemente, no hay comparación posible. Desde el año 2004, la participación de la industria en el PIB norteamericano ha ido disminuyendo consistentemente, desde un 20,95% en ese año a 17,88% en el año 2021, mientras que el PIB de servicios tuvo la tendencia opuesta al crecer de 74,16% en el 2004 al 77,6% en 2021.

Como lo indicamos en la nota anterior, EEUU importa más de lo que exporta, teniendo una balanza comercial estructuralmente negativa (ver EEUU entre genialidad y locura, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/03/eeuu-entre-genialidad-y-locura.html). Sin embargo, “A pesar de ser un importador neto de bienes, Estados Unidos es un exportador neto de servicios: en 2023, las exportaciones de servicios ascendieron a 999.100 millones de USD (+7,6% interanual) frente a 719.300 millones de USD de importaciones (+3,2% interanual - OMC). Según cifras preliminares de la BEA, el déficit de bienes y servicios alcanzó los 918.400 millones de USD en 2024, lo que supone un aumento de 133.500 millones de USD frente a los 784.900 millones de USD del año anterior. Las exportaciones totalizaron 3.191.600 millones de dólares, con un aumento interanual de 119.800 millones, mientras que las importaciones ascendieron a 4.110.000 millones, con un incremento de 253.300 millones” (ver Santander Trade Markets, Cifras del comercio exterior de los EEUU, en https://santandertrade.com/es/portal/analizar-mercados/estados-unidos/cifras-comercio-exterior).

En otras palabras, en lugar de incentivar el crecimiento del sector servicios, sector en el que EEUU tiene una ventaja comparativa histórica indiscutiblemente superior, y con tendencia de ser aun mas fuerte con inversiones astronómicas en tecnología, y en especial en Inteligencia Artificial, IA, la política comercial de la administración del Presidente Trump es la de revertir más de 50 años de política comercial en servicios, intentando que el sector industrial, cuya participación en el PIB es ínfima en comparación con el sector terciario de la economía, se recupere regresando a los EEUU, con una política arancelaria dirigida a echar para atrás años de tendencias y cuyos  resultados, de ser exitosos, solo se verán mucho más allá de los 4 años de su mandato. Todos los indicadores apuntan que ese camino los conducirá al barranco de la recesión y a un periodo muy duro para los norteamericanos.

Pero mi interés en este análisis va más bien centrado en cómo quedamos los venezolanos en toda esta tragedia norteamericana. Las diferentes oposiciones que hemos tenido, desde el interinato manejado por la MUD-PU y la Asamblea Nacional de 2015, hasta la oposición conducida por María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU), han enganchado la lancha sin fuerza que representa nuestro poder para hacer algo en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros, al buque insignia conducido por los EEUU.

Si algunos vemos que ese buque insignia va directo a una terrible tormenta, ¿qué pasará con la frágil lancha venezolana que va enganchada? Esa lancha será la primera en naufragar. Los EEUU tienen cómo sobrevivir a lo que muy probablemente se les venga encima por esa tormenta, por sus buenas o malas decisiones en materia económica y política, nosotros no. Y Venezuela nunca será prioridad frente a los problemas que enfrentarán. En las presentes circunstancias, la decisión de hacer depender nuestro futuro a lo que decida el interés de los EEUU, debe ser al menos revisada. Nuestro destino no tiene que estar atado a la presente coyuntura de los EEUU, por más simpatía que les tengamos. Así como ellos, los venezolanos debemos velar por nuestros intereses.

Se deben reconsiderar decisiones como la de no juramentar a EGU en el exterior, para que de una manera independiente, la representación legítima de los venezolanos que votamos por un cambio el 28 de julio de 2024, decida cuál camino seguir, independientemente del curso de los acontecimientos políticos y económicos en los EEUU y el mundo. Que ese gobierno legítimo decida cuál curso de acción tomar en el medio de la tormenta, buscando los apoyos necesarios –incluyendo el de los EEUU si nos lo quiere dar- dirigidos a resolver nuestro problema –porque es nuestro, no de los EEUU- en un mundo que está convulsionando, para recuperar la libertad del país. Si fracasan, al menos será nuestro fracaso, porque se equivocó la dirigencia que elegimos en Venezuela, no quienes fueron elegidos en otro país…

Caracas, 2 de Abril de 2025

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) Acuerdo de Cartagena, JUN/di 990, 16 de mayo de 1986, “El sector servicios en el desarrollo económico de los países andinos, en el contexto de la cooperación subregional y en el de las negociaciones internacionales”.

(2) Acuerdo de Cartagena, JUN/SEM.SERV/VE/di 107 de julio de 1986, “La internacionalización del sector servicios: Opciones y riesgos para América Latina y el Caribe.

(3) UNCTAD, TD/B/1008/Rev.1, Los servicios y el proceso de desarrollo, Naciones Unidas