Por Luis Manuel Aguana
Llegados a fin de año, las personas tienden a realizar un balance, así sea simple, de lo logrado este año que termina, frente a lo que se espera para el siguiente. Tengo la mala o buena costumbre de mirar lo que he escrito el mismo día en años anteriores solo para ver si al menos progresamos un poco en nuestra gesta de regreso a quienes una vez fuimos, aunque a cada año que pasa somos menos quienes podemos recordar eso.
Han pasado 27 años desde que el pueblo venezolano que fuimos en diciembre de 1998 decidió en mayoría, en elecciones justas, libres y transparentes, poner a un golpista de Presidente de la República porque ya habíamos dado por muerta la posibilidad de que alguno de los partidos existentes del estatus político vigente nos dejara de tratar como ovejas de matadero para su supervivencia. Pues miren que el remedio resultó peor que la enfermedad. Cualquier venezolano que haya estado en su niñez en esa época no tendrá idea de lo que se perdió en ese momento.
Por ejemplo, cualquiera que haya tenido 10 o 15 años en 1998 (sin mencionar los que nacieron ese año o después) no podía entender en ese entonces el problema que significó el agotamiento del modelo político construido en 1958. Luego de 27 años, estamos ante adultos de 37 o 42 años, respectivamente, que no tienen ni idea de las libertades que disfrutamos en el transcurso de esos 40 años de democracia, o lo que significaron para la generación de venezolanos que sí los vivimos. Solo tienen una vaga idea etérea de lo que pudieron contarles sus padres o sus mayores cercanos. Lo único que realmente han vivido en lo político, en lo económico y en lo social es el legado basura del golpista de 1992 y la banda que lo siguió, y que todavía continúa en el poder este 31 de diciembre de 2025. ¿Se dan cuenta de lo grave del problema?
El gran reto que nos queda a los viejos es convencer a esas nuevas generaciones de que es posible una Venezuela muchísimo mejor y perfectible, no solo porque antes la tuvimos y no supimos apreciarla como sociedad, sino que el precio de no hacerlo será repetir los errores de quienes nos llevaron a ese barranco político en 1998, y que lamentablemente aún no desaparecen del escenario político, pretendiendo acercarse al nuevo liderazgo del país con intenciones harto conocidas de meterle la mano a una nueva y posible conducción del gobierno. Y eso es completamente inaceptable, así el nombre de la líder indiscutible sea María Corina Machado (MCM).
De allí que en este último día de 2025, desee examinar mi aproximación de los dos últimos años, fin de año de 2023 y 2024, para no irme mucho más atrás, porque considero que esos dos hitos comentados este mismo día al final de cada uno de esos años, pueden ser la clave de lo que debería suceder el próximo 2026.
El 31 de diciembre de 2023 se lo dediqué a un concepto muy poco revisado: la certidumbre (ver Certidumbre para 2024, en https://ticsddhh.blogspot.com/2023/12/certidumbre-para-el-2024.html). Y en especial la certidumbre como responsabilidad de aquellos a quienes, por los azares del destino, les ha correspondido liderar a todo un pueblo en los momentos cruciales del país. Les invito a leerlo para que se familiaricen con el concepto base. Para ponerlos en autos, solo mencionaré un párrafo que sintetiza lo que deseo recalcar ahora:
Los líderes, quienes conducen al grupo, los niveles decisores de la acción política, deben, al contrario de la gente que se encuentra en la base de la pirámide, funcionar acorde con el ambiente, y respondiendo ante sus cambios permanentes, para derivar de allí las decisiones que incidan sobre el comportamiento natural de la gente que los sigue. Los líderes Y NO LA GENTE son los que deben trabajar y convivir en la constante incertidumbre, atentos a lo que pueda suceder para tomar las acciones correspondientes, transformando incertidumbre en certidumbre para su gente. ¿Es eso fácil? ¡Por supuesto que no! Por eso tienen que ganarse el puesto de líderes.
Con esto quise significar que es trabajo del liderazgo enfrentar la incertidumbre del camino que ellos mismos deben abrir, para que los que vengan detrás lo afiancen en certidumbre una vez abierto. Son ellos los que van adelante, llevando los machetes y cortando la maleza en una selva, y cualquier peligro que aparezca al frente, son ellos los primeros que tendrán que enfrentarlo. Esto es, abren caminos y deciden dirección. Los de atrás lo pavimentan una vez decidida esa dirección y sorteados los peligros.
El 31 de diciembre de 2023, preguntaba lo que deberíamos esperar para el año 2024. Mi deseo de ese día fue que ese liderazgo surgido el 22 de octubre de ese año, comenzara por bajarnos la incertidumbre, poniéndose al frente de ella y protegiendo a los venezolanos de las distorsiones de una fatal dirección opositora, que había sido completamente derrotada. Y decía que esperaba no cometer el mismo error de años anteriores, sugiriendo hoy a esta nueva oposición un manejo acertado de la certidumbre. Pero, ¿ocurrió eso el año 2024? Sigamos recordando.
El 30 de diciembre de 2024 lo dedique a revisar la teoría de las aproximaciones sucesivas, aplicándola a la realidad política venezolana. Algunos científicos conocedores mejor que yo de ese tema tal vez se escandalicen por haber hecho uso de esa metodología en la política. Pero eso es lo hermoso de haber pasado de las ciencias exactas primero y la política después. Hay coincidencias que no pueden ser desperdiciadas en beneficio del entendimiento común (ver Aproximaciones sucesivas 2024-2025, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/12/aproximaciones-sucesivas-2024-2025.html).
Allí me paseaba por la siguiente proposición: sacar al régimen de Nicolás Maduro Moros de Venezuela es un problema lo suficientemente complejo que amerita enfrentarlo a través del método de aproximaciones sucesivas. Y el siguiente año 2025, estábamos en posición de comenzar con ese proceso.
La primera pasada o iteración sucedió al arrasar MCM con la oposición tradicional el 22 de octubre de 2023, cuando todos los venezolanos le dimos a ella el claro mandato de conducirnos a la salida del régimen SIN EL PESO MUERTO DE UNA OPOSICIÓN derrotada, representada por los factores claves del interinato de Juan Guaidó y de la vieja MUD/PU.
La segunda iteración, que debió ser aplicada este año 2025, como mencioné en mi última nota del año 2024, tenía que ver con la expulsión del sistema político de esa oposición mencionada y completamente derrotada en 2023, pero la vimos por todos lados en Oslo el 10 de diciembre de 2025 abrazada de MCM, con pretensiones de participar en el gobierno de Edmundo González Urrutia (EGU), a pesar del completo rechazo de todo el pueblo venezolano, en octubre de 2023 y julio 2024.
El año 2025 transcurrió políticamente en solo 10 días. ¿Y por qué? Porque solo 10 días bastaron para definir políticamente el resto del año. EGU no se juramentó como constitucionalmente tenía la obligación de hacer, y el resto de los meses hasta hoy 31 de diciembre, los venezolanos continuamos esperando que el gobierno de los EEUU resuelva la salida del régimen con todas las acciones que han tomado. En el medio del camino, el Comité del Nobel de Noruega reconoció la lucha del pueblo venezolano en la figura del MCM, concediéndole el Premio Nobel de la Paz. Y punto. Ese fue el resumen político de 2025.
Venezuela dejó de iterar y de moverse políticamente este año. La metodología se congeló. La nueva oposición encabezada ahora por MCM y EGU no se sacudió a los líderes derrotados políticamente por los venezolanos desde el año 2023, y eso tendrá consecuencias en el 2026. Los venezolanos rechazamos con los votos a los representantes del interinato que terminó retrasando la evolución que había comenzado con la victoria popular en las primarias de MCM y la aplastante victoria electoral de EGU a Maduro, objetivo imposible de realizar si ella no le endosaba sus votos. ¿Dónde estamos ahora? ¿Qué pasará el 2026, entendiendo lo que ha pasado en 2023, 2024 y 2025?
En lo personal, no tengo dudas de que las cosas no permanecerán igual para el régimen ni para la oposición en el 2026. La misma oposición encabezada por MCM tendrá un reajuste porque ahora no se la percibe como químicamente pura, al haberse mezclado fatalmente con factores políticos rechazados por los venezolanos, y no sabremos hasta qué punto esta mezcla es determinante hasta que veamos a quiénes ponen al frente para comenzar a resolver los asuntos para lidiar con un régimen cada vez más amenazado.
Y ya lo estamos comenzando a ver con el nombramiento de la nueva vocería de MCM y EGU, en la escogencia de la vocera natural de MCM y el vocero del antiguo y fracasado interinato de Guaidó, famoso por aquel “el régimen se encuentra débil” en todos los medios internacionales, ¿qué tal? Eso nos comienza a dar la medida de quiénes están teniendo peso en las decisiones que se estarán tomando, siendo esta la primera señal de lo que nos depara el futuro.
Por otro lado, pareciera aún no estar resuelta la situación que impide a los EEUU resolver definitivamente las amenazas que han hecho al régimen de Nicolás Maduro Moros. En un reciente artículo publicado después de Navidad, en el New York Times, el exembajador de EEUU en Venezuela, con sede en Bogotá, Colombia, James Story, sugiere al gobierno de Donald Trump lo siguiente:
“El gobierno de Trump debería crear un grupo de trabajo interinstitucional, con la participación de las autoridades de la comunidad de inteligencia y de los Departamentos del Tesoro y Justicia, para trabajar con la oposición democrática e identificar elementos de confianza en las fuerzas armadas de Venezuela que se encarguen de la seguridad durante una transición política, siempre y cuando Maduro abandone el poder” (ver New York Times, Esta puede ser la última oportunidad de EE. UU. de tener un buen resultado en Venezuela, 26 de diciembre de 2025, Jimmy Story, https://www.nytimes.com/es/2025/12/26/espanol/opinion/maduro-trump-venezuela.html).
¿Y entonces? ¿No lo han hecho todavía? Creo que si alguien pretende desplazar al régimen en la circunstancia actual, esta debería haber sido una de las primeras tareas a completar del equipo EEUU-oposición, si tal equipo existe en la práctica. Pero si a estas alturas no lo han hecho, difícilmente lo veamos en el corto plazo con una administración Trump en asedio cada vez mayor en los EEUU durante 2026, y más todavía cuando esta ha sido la advertencia de Story desde hace meses (ver Hacer política en Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2025/08/hacer-politica-en-venezuela.html).
Si por alguna razón divina, los venezolanos salimos de este régimen en el año 2026 y comenzamos una nueva historia, lamentablemente no será por lo que hizo nuestra dirigencia política opositora en el año 2025, sino por el sufrimiento y la resiliencia del pueblo venezolano, más que demostrada al mundo en 27 años. Y tal vez alguno de ustedes me dirá mezquino al sostener tal apreciación. Y quizá tenga razón.
Yo solo soy un simple espectador montado en las gradas de un juego donde veo a nuestro equipo perder, perder y perder, con jugadores que juegan y se “equivocan” a favor del otro equipo. Y cuando sale una nueva estrella que batea jonrones, los demás jugadores –los buenos y los malos- se las arreglan (estos sí por mezquindad) para que fracase; y lo peor es que ella “se sacrifica” por ellos porque “todo el equipo debe ganar”. Peor equivocación, imposible.
Lamentablemente así no funciona el juego de la política en Venezuela. En este juego, si perdemos, no solo pierde el equipo, sino que pierde todo el estadio lleno de gente, debido a la traición del voto de los venezolanos en dos elecciones sucesivas -22Oct/2023 y 28J/2024-, al confiar su libertad en un nuevo liderazgo emergente representado por MCM, con la consecuente decepción moral del país y victoria para el régimen. Los venezolanos aún esperamos saber que será: libertad o traición. Ojalá estos jugadores, y en especial nuestra estrella, comiencen a entenderlo de una buena vez en el 2026, dándole el sentido correcto a nuestra decisión irrevocable de poner en sus manos y no de otras, la libertad de nuestra Nación.
De nuevo, mis queridos amigos, seguidores y lectores de TICs & Derechos Humanos, mi más sincero agradecimiento por acompañar estas notas durante todo el año 2025, deseándoles lo mejor posible para ustedes y sus familias para el año 2026, y esperando que, con el favor de Dios –otra vez- este sí sea verdaderamente el año de la libertad… Trabajemos mucho más y mejor para que sea así. ¡Amén! ¡Feliz Año 2026!
Caracas, 31 de diciembre de 2025
Blog:
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