Por Luis Manuel Aguana
“La geopolítica se
centra en el poder político en relación con el espacio geográfico. En
particular, las aguas territoriales y el territorio terrestre en correlación
con la historia diplomática. Académicamente, la Geopolítica analiza la historia
y las ciencias sociales con referencia a la geografía y la política” (ver
Geopolítica, en https://es.wikipedia.org/wiki/Geopol%C3%ADtica).
Entendiendo esta definición amplia, la geopolítica es una disciplina del
pensamiento político que analiza los problemas políticos de los países desde
una perspectiva global, más amplia, poniendo dentro del análisis los intereses
de otros países y culturas, enfocando el lente mucho más arriba de lo que
normalmente hacemos con los análisis políticos domésticos, permitiendo dar una
explicación de mayor espectro que incluye variables que normalmente no se toman
en consideración pero que pueden tener una influencia decisiva en los
acontecimientos locales.
Si lo
vemos desde la perspectiva de la teoría de sistemas, analizar los
acontecimientos políticos de un país como un sistema cerrado, tomando en cuenta
solo las variables internas es mucho más simple que incorporar el mundo
exterior como un sistema abierto. Y cuando las variables externas, por
diferentes motivos, se hacen más influyentes que las internas, necesariamente
debes abrir el sistema para poder encontrar las explicaciones al comportamiento
del mismo como un todo. Sin embargo esto no quiere decir que las variables
externas prevalezcan sobre las internas sino que se hacen más representativas
del comportamiento general, si se desea saber que hará el sistema en un futuro.
Hecha
esta breve explicación inicial, ya están comenzando a circular análisis
geopolíticos de la situación de Venezuela que dan en una alta probabilidad que
el peso de las variables políticas externas, sea tan determinante que la
influencia de las variables internas en el resultado total se haga
completamente despreciable. Esto es, que independientemente de lo que hagamos
en Venezuela prevalecerá como un designio fatal lo que se decida fuera de
nuestro país (ver uno de los mejores que he leído en https://doncorneliano.wordpress.com/2018/02/17/our-hemisphere-4-alea-iacta-est/amp/?__twitter_impression=true).Y
eso, a mi juicio, es un error.
Ciertamente
las variables externas por su peso son efectivamente determinantes pero dependen
de las internas, no son independientes. ¿En qué me baso para afirmar eso? En
que las cosas no cambian todavía significativamente, estando los factores
foráneos a la espera de los disparadores correctos en Venezuela, y al primero
que esperan es el de las Fuerzas Armadas. Muchos piensan que la institución
armada puede provocar ese cambio basándose solo en los factores internos institucionales
y democráticos. Y creo que eso está muy lejos de suceder.
De mi
padre, el Dr. Raúl Aguana Figuera, quien educo a varias generaciones de
oficiales en las aulas de la Academia Militar de Venezuela-ANV y la antigua
Escuela de Formación de Oficiales de las Fuerzas Armadas de Cooperación-EFOFAC
(hoy la GNB), aprendí un dicho que es muy conocido por todos los militares y
que se explica por sí mismo: “Los militares están con el gobierno hasta que
dejan de estarlo”. Y hasta ahora todavía están con el régimen como un todo
institucional.
Quien
sostenga que un enfoque de cambio que venga desde adentro y que provoque una
ruptura a lo interno para que la Institución se pase con todo y pertrechos y
“deje de estar con el gobierno”, esta desestimando el grado de descomposición
de la Institución militar, producto de la destrucción sistemática de las
Fuerzas Armadas venezolanas llevada a cabo por Hugo Chávez Frías y su fatal sucesor,
cuando cambiaron una institución estructurada por una banda de milicianos políticamente
adoctrinados, lo que hace imposible que se sostengan “los tres pilares fundamentales en que descansan la organización,
administración, operatividad y unidad de mando de la FAN, como lo son la
DISCIPLINA, LA OBEDIENCIA Y LA SUBORDINACION”. Sin esos pilares es difícil pensar que la
solución del problema provenga solo de un grupo que desde adentro “decida” imponer
un nuevo estado de cosas haciendo cambiar el todo institucional (ver Doce Ejes
y Un Destino: 10) Institucionalización de las Fuerzas Armadas, en http://ticsddhh.blogspot.com/2013/10/doce-ejes-y-un-destino-10.html).
Es difícil
creer posible que con esa descomposición, un reacomodo a lo interno de las
Fuerzas Armadas como ocurrió en 1958, o en cualquiera de los movimientos de ruptura
que se dieron históricamente en el pasado -un golpe tradicional-, logre dar al
traste con el régimen. Si existiera alguna posibilidad de eso sería porque los
mismos factores que controlan la institución lo hagan –tal y como ocurrió en el
2002- y aun así, seria cuesta arriba, al estar actualmente toda la institución
militar severamente vigilada por una estructura de inteligencia políticamente
controlada como ocurre en Cuba, cosa que no ocurrió en el 2002, ni antes del
2002. Testimonio de eso es el fracaso de los ultimas intentonas militares dadas
a conocer en las redes, con un número desconocido de oficiales detenidos (o muertos, no
sabemos) en las últimas horas, al tratar de levantarse en contra un régimen que
ha avanzado sin parar un proceso de destrucción del país desde hace casi 20
años.
Los
militares en nuestros países son la última frontera. Es por eso que si nacional
e internacionalmente existe la firme creencia de que no se puede hacer mas nada
de manera institucional, se recurre a ellos haciéndoles un llamado para que
tomen el control de la situación. Y eso es lo que luce estar sucediendo ahora,
donde grupos políticos y militares negocian activamente un desenlace, donde cada
uno de ellos está haciendo su propio “plan de gobierno” para después de una
supuesta caída del régimen, buscando la credibilidad externa requerida para sus
lideres en la Comunidad Internacional.
Por
favor, no malinterpreten estas apreciaciones. Estoy tan desesperado como
cualquier venezolano de que esta situación cambie, pero no es apostando a la desesperación
y mucho menos aprovechándose de ella que se logrará un cambio conveniente para
los venezolanos. Y lo digo porque la opinión de Venezuela parece estar dividida
entre quienes nos quieren llevar a un matadero electoral continuista -el régimen
y la MUD colaboracionista- y los que están apostando por una explosión social
que conduzca a una salida militar, siendo este último escenario el que se
sincroniza con el designio del análisis geopolítico descrito al comienzo de
esta nota.
Si lo único
que se muestra afuera como salida del problema son los militares, porque eso es
lo que se ha vendido, sin contar con una solución política que los
incluya institucionalmente, mas allá de un simple golpe, seguirá pasando lo
mismo de estos últimos días: mas militares presos y degradados.
Hay que
lograr una solución que haga que todos
los militares vean inviable el sostenimiento del régimen, no solo un puñado de
ellos, y eso solo se logra creando un mecanismo político que los ponga como un
todo institucional en ese disparadero. Y ese mecanismo, aunque lo quiera
ignorar la oposición oficial por intereses mezquinos y grupales, o la opinión
internacional todavía lo desconozca, es consultarle al pueblo venezolano, como
se hizo el 16J, el futuro que desea para la Nación, tal y como lo ha propuesto
la ANCO al país (ver Una Agenda Alternativa para Venezuela, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/02/manifiesto-gran-alianza-por-la-consulta.html).
Si las
variables externas, altamente dependientes de las internas, son direccionadas
correctamente hacia ese objetivo común, haremos efectivo ese “hasta que dejan
de estarlo” del dicho militar, con un consecuente cambio hacia una dirección democrática
del país. Seria colocar lo externo inevitable en función de lo interno posible,
pero bajo el control de todos los venezolanos, consultándole a la población la dirección
del cambio, y no bajo el designio de cualquiera de los grupos interesados y de
los cuales solo sabemos su apetito por el poder. De la otra manera el cambio igual
ocurrirá irremediablemente pero un será cambio hacia un destino incierto, lleno
de intereses sectarios y altamente inestable…
Caracas,
8 de Marzo de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana