Por Luis Manuel Aguana
Independientemente de cómo termine la pesadilla destructiva del
socialismo del Siglo XXI, habrá que acometer labores de reconstrucción
institucional. Pero una pregunta sale de inmediato: ¿reconstruir lo destruido a
lo que había antes? Y esa pregunta lleva a otra más complicada: ¿reconstruir
instituciones basados en un sistema que se desmoronaba en 1998?
Siempre he partido de la premisa que son las preguntas correctas las que
definen las cosas, no las respuestas. Que las respuestas que pensamos correctas
a las preguntas equivocadas son las que nos meten en los problemas y callejones
sin salida. Así entonces, el problema es encontrar las preguntas correctas. Por
eso, volviendo a lo anterior, ¿reconstruir sobre qué bases? ¿No deberíamos
primero definir el marco “correcto”, para luego entonces reconstruir? Eso nos
lleva entonces a discutir ese marco, antes de pensar reconstruir algo que de
entrada estaba edificado sobre un sistema equivocado, raíz de toda esta
tragedia que vivimos.
¿Y cuál es ese marco “correcto? ¿Qué o quién lo define? Ese marco no
es más que la visión que tengamos del país que queremos, el que aspiramos tener.
Este aspecto conceptual es tan importante que resulta asombroso que nadie se
pasee por eso en esta crisis horrorosa por la que pasa el país. Se puede
entender que estemos traumados por la plaga comunista que nos ha invadido pero
eso no es excusa para que la Venezuela pensante no haga escenarios, ni estimule
el estudio de opciones por las cuales transitar una vez vencidos los obstáculos
que nos impone esta realidad.
En el
año 2004 se realizó en Santiago de Chile un importante Foro en colaboración
entre el Banco Mundial (BM), la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL) y el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia
Electoral (IDEA Internacional), donde funcionarios del sector público y privado
y de las tres instituciones organizadoras, “analizaron
las experiencias de desarrollo de sus países con el propósito de identificar y
sistematizar las principales enseñanzas y lecciones de éxito que se desprenden
de las mismas…”. El Foro fue titulado
“Las Visiones de país importan: Lecciones de experiencias exitosas de
desarrollo” (http://tinyurl.com/qgngoma).
Y en
efecto, las visiones de país son muy importantes y pertinentes, en especial en
situaciones como las que vivimos en Venezuela. Del Foro se editaron los
principales análisis y discusiones, siendo publicados en un documento (ver las
ponencias en http://www.cepal.org/ilpes/noticias/noticias/9/21879/blibrovisiones.pdf)
que bien debieran estudiar aquellos que desean cambiar el actual estado de
cosas, para estar en condiciones de poder concebir para el país una visión que
proponerle a los venezolanos, o tal vez mas allá de eso: aprender que es una
visión de país.
¿Han oído
en alguna contienda electoral a alguien que le haya expuesto a los venezolanos
una visión del país más allá de decir que debemos salir de los comunistas? El
Presidente del Banco Mundial en 1999 indicaba: “…los países que con el paso del tiempo han alcanzado el éxito, son
aquellos que han invertido en el desarrollo de una visión de largo plazo y han
creado, además, las instituciones para que esas visiones se traduzcan a la
realidad, apoyándolas y dándoles seguimiento.”
De esos
documentos deseo extraer algunos conceptos que pudieran dar una idea de lo que
se trata, así como de la importancia trascendental de tener esa visión para el
país. Es de Álvaro García, Ex Ministro de Economía y Ex Ministro Secretario
General de la Presidencia de Chile:
“La primera pregunta es cómo construir una visión nacional. Según la experiencia
internacional, existen múltiples formas de hacerlo. Es posible advertir dos
grandes tipos de visiones: una explícita, que se expresa en un documento escrito,
y otra implícita, pero a menudo muy poderosa, que permea el sentido común de
las fuerzas políticas y de los actores sociales (empresarios, trabajadores y distintas
organizaciones representativas de la sociedad civil) y es impulsada por estos,
a pesar de que no está redactada y firmada. En la visión explícita se diferencian
aquellos países que la conforman en el ámbito político-parlamentario y aquellos
que la constituyen con los actores sociales. Mejor aún es la situación de los países
que suman las dos dimensiones.”….. “Cuando existe una visión explícita del
futuro en el ámbito político, parlamentario o en los actores sociales, es muy
difícil que un gobierno prescinda de ella para definir, por separado, sus
prioridades. Para un gobierno es prácticamente imposible, por razones
políticas, no tomar en cuenta esta visión en las prioridades que asigna. Sin
embargo, cuando la visión es implícita, esta posibilidad se debilita en gran
medida.”… “Cuando no existen instituciones o espacios definidos donde la
sociedad organizada en la esfera política o social plantee su visión al
gobierno, es fácil para este último obnubilarse o enceguecerse con el corto
plazo. Por lo tanto, la primera conclusión que se puede extraer es que un
gobierno con prioridades de largo plazo tiene mayor capacidad para
implementarlas cuando cuenta con una visión nacional explícita que cuando la
misma es implícita y, desde luego, que cuando ella es inexistente. Mientras
más comprensivo y explícito sea el acuerdo nacional, mayor será su solidez y
más probable que los gobiernos deban considerarlo y actuar en consecuencia.” (Subrayado nuestro).
De
acuerdo a los conceptos expuestos por el Ex Ministro chileno, nuestra propuesta
desde el Proyecto País Venezuela Reconciliada (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)
es una VISION EXPLICITA del futuro que deseamos para Venezuela, y que cualquier
gobierno que se instale con esa visión tendrá mayor capacidad para hacerla
realidad en el largo plazo. Discutir en una Asamblea Nacional Constituyente una
visión explicita de país es una garantía de que el acuerdo que salga de allí sea
duradero y seguro, dándole estabilidad y paz al país.
Luego
entonces la reconstrucción institucional planteada desde esa perspectiva resulta
mucho más clara. Reconstruir, por ejemplo,
el sistema de salud o el sistema de justicia, basados en una visión explicita
como la del Proyecto País Venezuela, le plantearía a los venezolanos unas
instituciones con misiones alineadas con esa visión, dándole coherencia y
claridad a las funciones que les tocarían realizar en la dura tarea de la reconstrucción
de Venezuela.
Caracas,
2 de Octubre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana