Por Luis Manuel Aguana
A principios del gobierno chavista circuló profusamente un documento anónimo titulado "EL PROYECTO o EL PROCESO - Estudio y entendimiento de un Plan Siniestro” (verlo en www.venezuelanet.org/El_Proceso.pps) y cuya autoría se le podría atribuir a lo que el régimen califica como la “ultraderecha”. El documento cita muchos nombres, actuales y pasados, de quienes han funcionado como protagonistas del llamado “proceso” chavista y sus responsabilidades en mucho de lo que nos está pasando hoy a los venezolanos. Indicaba claramente que el desastre que en aquel entonces empezaba a mostrarse a todos los venezolanos y cuyo protagonista principal era Hugo Chávez, no era más que el capítulo venezolano de un plan de mucha mayor envergadura y con cobertura y alcances internacionales del cual Venezuela era una pieza clave y fundamental en su ejecución.
De esta manera conocí por primera vez qué era el llamado Foro de Sao Paulo. Los movimientos de la izquierda revolucionaria latinoamericana reagrupados luego del fracaso de la revolución armada. El convocante en 1990, Lula Da Silva, acogió a “nuestros” representantes de aquel entonces, Pablo Medina y Alì Rodríguez Araque, para reformular los planes de los viejos insurgentes que, como el “Che” Guevara, podrían bien ser considerados terroristas en el presente siglo. Cualquier lector ingenuo de aquel entonces, -como quien les escribe- al ver ese documento hubiera dicho, y como en efecto me dije, que resultaban exageradas todas esas afirmaciones. Pero el tiempo, que todo lo devela, pasó. Y vaya que pasó. Resultó ser que no eran tan exageradas.
Es cuesta arriba no decir ahora que el gobierno venezolano no ha financiado y dado protección en Venezuela a los guerrilleros colombianos de las FARC, luego de las pruebas internacionales mostradas por el Ex Presidente Álvaro Uribe, sin contar con las computadoras de Alias Raul Reyes. Nadie puede negar la profundización de los primeros contactos denunciados en ese documento con la Libia de Kadafi, la vinculación del gobierno con las organizaciones terroristas Palestinas HAMAS y el JIHAD ISLÁMICO, y que son solo parte de lo que hemos visto los venezolanos en estos últimos años, que se han denunciado fuera del país, sin incluir el armamento ruso, chino e iraní. Asimismo, la internacionalización y financiamiento descarado del llamado “proceso” chavista a los gobiernos de Ecuador, Bolivia, Nicaragua, y el resto de los países del ALBA.
Entonces, ese documento anónimo de la “ultraderecha” resultó ser como premonitorio de lo que nos esperaba con la profundización del “proceso” chavista en Venezuela y en Latinoamérica, con el dinero de la renta petrolera de todos los venezolanos; y que los protagonistas señalados no han hecho más que seguir un guión del cual todos hemos sido testigos de excepción en los últimos 13 años.
Sin embargo, el documento cerraba con un llamado de esperanza. Convocaba a que “El líder que va a conducir la victoria y felicidad de este noble pueblo va a llegar, nadie lo conoce ahora pero cuando aparezca todos lo reconocerán”. Y tuvo razón. Nadie lo conocía al comienzo del gobierno de Chávez y cuando fue electo el 12 de Febrero de 2012, desde ese momento todos lo reconocemos: Henrique Capriles Radonsky.
La aparición de este personaje ha sido de tal trascendencia que ha provocado que sea necesaria la reagrupación de las fuerzas que produjeron a Hugo Chávez: El Foro de Sao Paulo. La posibilidad de perder el gobierno de Venezuela ha puesto en guardia a los integrantes de esa izquierda trasnochada que se ha nutrido de los fondos de una nación con la complicidad de un traidor a la Constitución, entregando el sistema de libertades y la democracia a un conciliábulo que requiere de su permanencia en el poder para poder sobrevivir. Los fondos que provee Venezuela a la izquierda representada en ese Foro son insustituibles.
Pero llegan tarde. El comienzo de una campaña personal casa por casa, sostenida por el candidato opositor desde febrero cuando fue escogido, ha desarmado al gobierno y a su líder fundamental. Los desaciertos y el haber vendido al país a un proceso internacional como el que motivó al Foro de Sao Paulo en 1990, ha sido la razón fundamental de su desgracia. El Foro llega a Caracas con la intención de cambiar el curso de caída de una revolución que está moribunda, al intentar darle oxígeno a algo al borde del sepulcro. Mas les valdría a los ganadores del Premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel, declinar esa invitación que los compromete con un líder que ya perdió la confianza de su pueblo por traidor y negador a los Derechos Humanos. Nadie se retrata con un déspota y menos si va de salida.
La utilización de una fecha patria, como un nuevo aniversario de la firma del Acta de la Declaración de Independencia de Venezuela, descalifica de entrada al gobierno con la convocatoria de ese Foro en Caracas. No hay nada de más injerencia en nuestros asuntos internos como eso. Estos personajes fueron convocados para apoyar la candidatura presidencial del capítulo venezolano del Foro de Sao Paulo en medio de una campaña electoral. Todo venezolano que se precie de tal debe rechazar de manera firme y contundente este nuevo atropello del gobierno a la venezolanidad.
La esencia del Foro de Sao Paulo representa la cesión de independencia política de un país a una estrategia de dominación conjunta de un grupo, con un propósito político e ideológico. ¿Cómo es posible que un gobierno de Venezuela conmemore la Firma de la Declaración de Independencia que nosotros los venezolanos en actitud libre y gallarda realizamos para liberarnos de un poder extranjero, convocando a quienes precisamente se han agavillado internacionalmente para penetrar y destruir el principio de soberanía de los pueblos? Más que indicar que el Foro se está inmiscuyendo en asuntos de entera soberanía de los venezolanos, se debe explicar que es una aberración que contradice los principios de libertad e independencia y que solo puede salir de la mente enferma y desesperada de quien se sabe derrotado.
Capriles está ganando en la calle a pesar de todas las encuestas pagadas por el gobierno y la maledicencia del régimen. Este en un hecho irreversible. Finalmente, parafraseando con toda la determinación posible el final del autor anónimo del documento citado: “Tengamos Fe que la justicia y la paz van a imperar en el corto plazo y El Todopoderoso en su infinito Amor nos dará toda su fuerza. Que Dios nos bendiga a todos y el Espíritu Santo nos ilumine”…
Caracas, 1 de Julio de 2012
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