viernes, 6 de julio de 2012

El Acta que Falta

Por Luis Manuel Aguana

Considero muy importante que se esté tratando el tema de la posibilidad de un fraude electrónico el 7 de Octubre en los más importantes medios de comunicación del país. Y más aún, que se le esté dando un tratamiento serio y técnico más allá de la simple denuncia descolgada de alguna persona o político interesado en la abstención durante ese importante día.

Por otro lado, es imprescindible resaltar que aquellos que hemos referido el tema en su aspecto técnico, no lo hemos ventilado para asustar al elector para que no acuda a votar, sino todo lo contrario. Su voto contribuye a que un posible fraude sea aun más difícil de ejecutar por un gobierno que se sabe perdido. ¿Y quién más que ellos que tienen todos los recursos para saberlo antes que nosotros, el venezolano común? Poseen todas las herramientas para saber de cierto que eso que pasa en las calles cuando pasa el "flaquito" es un revolución pero de verdad-verdad. No hay encuesta truculenta que valga ante esa realidad de se toca hasta en el ultimo pueblito que visita el candidato opositor. Eso los tiene muy desesperados, tanto, que son capaces de hacer cualquier trampa para evitar que llegue a ser Presidente de la República.

Y allí llegamos al fraude electoral, o más precisamente, al fraude electrónico y técnico electoral que muchos tememos para el 7 de Octubre.

La Revista Zeta de la presente semana (6 al 12 de Julio de 2012, No. 1860) destaca en su primera página un extenso estudio del General (R) Carlos Julio Peñaloza, titulado “Mecánica del Fraude”, donde se da una pormenorizada descripción de cómo eventualmente se ejecutaría este fraude electrónico. Sin lugar a dudas es el informe más completo que he leído sobre el tema, ya que quienes lo hemos tratado solo hemos hecho referencia a partes del proceso y no a su mecánica global de conjunto. El General Peñaloza no es un militar cualquiera, es un militar técnico, ingeniero especialista en comunicaciones y guerra electrónica. Eso lo coloca en una situación privilegiada para poder analizar desde la perspectiva de quienes nos quieren imponer un régimen de fuerza, la lógica militar que nos podría estar aplicando el régimen castrochavista, advirtiéndonos que pueden hacer y como lo pueden hacer. Eso, a mi juicio, agrega una seriedad indiscutible al planteamiento y que pone a la clase política opositora en un predicamento al que hay necesidad de responder.

En la lectura del extenso informe me saltaron a la vista varias consideraciones que no puedo dejar pasar en mi condición de observador técnico de este proceso. Entre muchas, la que creo de la mayor importancia es lo del asunto de la bidireccionalidad de las maquinas de votación y la denuncia que hace el General Peñaloza en relación a la intervención de actores ajenos al proceso, accediendo a los datos de las máquinas en el transcurso del acto de votación y previo a la totalización de los resultados en el CNE. Estos actores, operando en centros ubicados fuera del ámbito del proceso de votación, tendrían la capacidad técnica de introducirse en las maquinas, contabilizando en tiempo real la información “apenas se produce”, tal y como denuncia el informe.

Esto podría ejecutarse sin que el CNE intervenga, más allá de haberles dado toda la información técnica para el acceso y las claves de encriptación a esos actores que no son otros que el gobierno de Chávez y los invasores cubanos.

Al tener conocimiento de la situación en vivo y en directo, el gobierno obviamente dispondría de una ventaja estratégica, no solo para movilizar a su gente que no ha votado, sino para utilizar a quienes no lo han hecho para colocar de manera forzada sus votos a favor del candidato Chávez. Para hacer esto el gobierno precisa saber cuántos se abstuvieron de votar al cierre de las máquinas en la mesas no auditadas para variar el resultado en los centros de totalización intermedios que denuncia el General Peñaloza, incluyendo por supuesto, los votos de aquellos que no irán a votar porque están de una manera inflada en el RE. Este es en realidad el meollo del fraude electrónico.

Una manera, y tal vez no la única de prevenir que esto ocurra, es a través de un control que nunca se ha planteado en comicios anteriores, y que sugiero ahora: Un Acta de Cierre del Cuaderno de Votación. Allí, al cierre de la mesa, los testigos de la oposición y del gobierno, conjuntamente con los miembros de mesa firmarían un acta manual que refleje el conteo de las personas, firmas y huellas, que se presentaron físicamente a votar, reflejados en el Cuaderno de Votación. Eso debe coincidir con la suma del total de los votos emitidos que la maquina refleje en su acta de cierre impresa. Pero también indicaría el conteo físico de cuantos NO SE PRESENTARON a votar en la mesa.

Los controles de tinta y de huella hacen garantía sobre los que fueron a votar pero el Acta de Cierre del Cuaderno garantizaría que todos los presentes están de acuerdo en cuantos NO FUERON A VOTAR. De esa manera cualquier truco que se haga en la totalización tendría que hacerse sobre los que fueron a votar, no sobre los que no fueron. Y así el gobierno no podría endilgarle votos virtuales a quienes no participaron en el proceso en la sala de totalización del CNE o en cualquier otro centro ilegal intermedio, como se denuncia en ese informe de la Revista Zeta, porque tendrían que cuadrar con las Actas del Cierre de los Cuadernos de Votación.

Si el gobierno se presenta ganando tendrán que coincidir las cifras de presencia y abstención de las Actas del Cuaderno de Votación con las cifras totales de votos realmente emitidos por las máquinas. No podría la sala de totalización trasladar votos virtuales porque tendríamos las Actas de cuantos NO VOTARON físicamente. Y aunque cuadre el total de votos, no cuadrarían las cifras de presentes y ausentes de las Actas del Cuaderno de Votación. Hay entonces que exigir esa nueva Acta. Este texto pudiera ser colocado en el Acta que saque la maquina y se llene a mano al cierre del cuaderno y se lleve una copia cada testigo.

Y ya hablando desde el punto de vista estrictamente de tecnología, en lo que indica el General Peñaloza en su tesis del Maestro-Esclavo, estoy de acuerdo que si alguien está debidamente permisado por una máquina Esclava que está en línea secretamente con un servidor Maestro, puede entrar a ese equipo sin mayores problemas. Y no solo podrá sacar información, sino también poner información en ella. Eso lo puede hacer cualquier servidor en el Internet actual si se establece un enlace VPN desde un centro que tiene autorización de un esclavo para entrar. Pero a eso se le pueden poner límites técnicos.

Mi objeción a este planteamiento no es que eso no se pueda hacer o no pueda pasar. Es que si los técnicos del Comando Venezuela no han revisado exhaustivamente el HW/SW operativo de esas maquinas y su configuración de arranque, algo está muy mal hecho. Es allí donde se detecta que una máquina sea esclava de otra. Eso de que un servidor entre sin permiso del esclavo no existe sin una configuración para eso. Esto es el ABC de una revisión técnica. Puede ser que las maquinas tengan dispositivos inalámbricos para comunicarse porque ellas pueden estar en lugares donde la CANTV no tiene acometidas. Lo que no puede permitirse es que se use esa facilidad para que un servidor entre en ellas inadvertidamente. Y eso se predefine dentro de cada máquina, de tal manera que al momento del inicio de su operación esta actúe conforme a lo establecido: que no haya bidireccionalidad.

No quiero suponer que nuestros técnicos no hayan revisado de “cabo a rabo” esos equipos y evitar técnicamente que eso pase. No puede ser que le crean a ciegas al CNE y no hayan desarmado una maquina de esas, tanto en su configuración del sistema operativo como en sus programas y aplicaciones. Y si no lo han hecho, entonces hay que empezar a exigir esa revisión de auditoría porque el planteamiento técnico que hace el General Peñaloza podría entonces suceder.

Cualquier mecanismo electrónico puede ser intervenido si existen las condiciones para ello. Si confiáramos en que el árbitro es imparcial y el oponente no contara con todos los recursos del Estado para financiar su campaña, no habría problemas. Sería una situación ideal. Pero estamos en el peor de los mundos y ocurre exactamente lo contrario. Debemos contar entonces con el mayor número de controles posibles y nuevas propuestas para evitar que realicen un fraude electrónico. Desde aquí propongo una manera para evitar que gente que no votó se contabilice como votando a través de una nueva y sencilla Acta. Si existe otra manera, seguimos oyendo propuestas en positivo. Aun estamos a tiempo…

Caracas, 6 de Julio de 2012

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martes, 3 de julio de 2012

El Poder de una Frase

Por Luis Manuel Aguana

En el transcurso de la historia del mundo han existido frases que han definido los momentos de un país y de una sociedad. Es impresionante como el poder de una frase dicha en el momento justo ha cambiado para siempre el curso de los acontecimientos.

Nadie se puede imaginar cual habría sido el destino de Inglaterra si Winston Churchill no hubiera pronunciado esa frase en la Cámara de los Comunes en 1940 al reemplazar al anterior Primer Ministro Chamberlain y que se hizo tan famosa: "No tengo nada que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor.". El pueblo inglés soportó bombardeos, penurias y sangre, resistiendo los embates de un enemigo poderosísimo solo porque su liderazgo le insufló el coraje para hacerlo y salieron adelante.

Que hubiera pasado en Venezuela en 1812 si luego del terremoto de Caracas, con un pueblo sometido al dominio español, si Bolivar no hubiera pronunciado "…si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca!...", en un claro desafío pecaminoso ante Dios. Muchos lo atribuyeron a que era necesaria esa dura expresión porque la gente estaba moralmente derrotada y había que estremecerla para que saliera de su depresión y peleara por su libertad.

Otra frase que repitió hasta el cansancio Martin Luther King en su discurso desde las escaleras del Monumento a Lincoln en 1963..."Yo tengo un sueño, yo tengo un sueño..." fue definitoria para el Movimiento de los Derechos Civiles de los Estados Unidos cuando todas las minorías negras soñaron que era posible vivir con igualdad de derechos y oportunidades en un país que no había terminado de entender que la esclavitud se había acabado con Abraham Lincoln.

Que importante resultan las frases bien dichas en los momentos aciagos cuando un liderazgo entiende y se sintoniza con la gente. En el medio de la más atroz depresión de los años 30’s, en los Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt pronunció un discurso memorable al momento de asumir la Presidencia en 1933 y en el que indicó, de entrada y en sus primeras frases: “Esta gran nación va a salir adelante como lo ha hecho hasta ahora; revivirá y prosperará. En consecuencia, primero que nada, permítanme manifestar mi firme convicción, de que a la única cosa a la que tenemos que temer, es al miedo mismo- miedo anónimo e irracional y sin sentido que paraliza todos los esfuerzos que son necesarios para convertir el retroceso en una marcha hacia adelante…”. ¡Las palabras justas para el momento justo! No en vano Roosevelt repitió cuatro veces como Presidente hasta que la muerte lo sorprendió no terminando su último período.

Ya más de cerca, otras frases se hicieron célebres y ciertamente marcaron un rumbo al país. La famosa frase “Compañeros: Lamentablemente, por ahora, los objetivos que nos planteamos no fueron logrados en la ciudad capital. Es decir, nosotros, acá en Caracas, no logramos controlar el poder.”. Esto fue pronunciado por Hugo Chávez cuando ladinamente los oficiales que lo custodiaban desobedecieron las ordenes de mostrar a los medios al principal responsable del golpe del 4 de Febrero de 1992. Esa frase se grabó en el imaginario popular al punto que todo el mundo, incluyendo a quien escribe esta nota, pensó que por fin aparecía un venezolano responsabilizándose de sus acciones cuando todo el mundo en este país, en particular en el mundo político, escurría el bulto a las suyas.

Esos 15 segundos de fama se le metieron en los poros a miles de venezolanos hasta el punto que hoy todavía hay gente que cree que este golpista sigue siendo la solución. Vean que poder tuvo eso que aun sufrimos.

Una de las frases más importantes del siglo XX venezolano y que cambió el imaginario popular en el tema económico y político la constituyó el famoso “Sembrar el Petróleo” de Arturo Uslar Pietri, escrita por primera vez por el insigne venezolano en el editorial del diario “Ahora” en Julio de 1936. Tanto caló este pensamiento que todavía los venezolanos nos debatimos en su significado, dando un sin número de interpretaciones a como debe ser utilizado el producto de nuestra renta petrolera. Desde ese momento y hasta que se acabe el petróleo como bien comercial en el mundo y para Venezuela, este concepto prevalecerá en la mente de todo aquel que gobierne este país para siempre.

Las frases no son solo celebres. Marcan un rumbo. Algunos recordamos todavía el “Recibo una Venezuela hipotecada” de Luis Herrera Campins al asumir la Presidencia de la República en 1979, para luego realizar la mayor devaluación conocida por el país hasta ese entonces durante el famoso “Viernes Negro” de 1983. Todo el mundo le recordó al Presidente Herrera en su gobierno que si el había recibido una Venezuela en hipoteca, él perdió la casa. Aun muchos decíamos, antes de conocer el actual desgobierno de Chávez, que el de Herrera Campins había sido el peor gobierno de la democracia. Chávez nos sorprendió con uno, o mejor dicho varios, gobiernos mucho peores que el del recordado Presidente Herrera, especialista en salidas inteligentes y famosos dichos. Es por eso que por la boca muere el pez.

Y entre frase y frase llegamos a la ultima perla del collar del Presidente: “Quien no es chavista no es venezolano”, pronunciada durante el discurso del 191 Aniversario de la Batalla de Carabobo. Menudo sitio que escogió para insultarnos y dividirnos aun más a todos los venezolanos. Cualquiera que estuviera presente en el acto debió haber sentido terror a que las almas de aquellos bravos guerreros que lucharon en el Campo de Carabobo, que selló la libertad de todo un continente, abrieran de par en par esa tierra y se tragara vivo al insolente que pronunció tal blasfemia. Ya los venezolanos perdimos nuestra capacidad de asombro ante este adefesio político que funge como Presidente de la Republica. Pero lo que tal vez no haya previsto este blasfemo son las consecuencias de esa frase.

Y así como en 1992 esos segundos en los que pronunció su famosa frase del “Por Ahora” que le dieron fama mundial, elevando al golpista a la categoría de Presidente, esa frase lamentable y excluyente pronunciada en el Campo de Carabobo lo llevará a una estrepitosa derrota. Los venezolanos no somos así y parece que el golpista lo ha olvidado en el camino. No hay nada más desagradable e intolerable para un venezolano que alguien discrimine por cualquier condición. Es como un requisito básico de nuestra nacionalidad. Esa frase lo llevará indefectiblemente a su muerte política.

Pero lo más hermoso, incluyente y abrumador, fue la respuesta de su principal contendor y próximo Presidente de todos los venezolanos: "El Presidente no decide quién es venezolano, son los venezolanos quienes deciden quien es el Presidente". Esa frase cambiará la historia de Venezuela…

Caracas, 3 de Julio de 2012

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