jueves, 15 de noviembre de 2012

La alcabala de Tibisay



Por Luis Manuel Aguana

Ya lo confirmó hoy el Directorio del CNE. Las estaciones de Verificación SON OBLIGATORIAS. ¿Y a cuenta de qué el Directorio del CNE ignora las disposiciones legales según las cuales solo es necesario para votar la cédula de identidad laminada, vencida o no? ¿Dónde aparece en la legislación venezolana que ahora los electores necesiten “el papelito” de la nueva alcabala de Tibisay Lucena como requisito adicional para ejercer un derecho ciudadano?

Esta alcabala, que aparece como novedosa en este escenario, opaca en notoriedad a la que antes considerábamos como el principal escollo en toda esta trampa tecnológica que nos impusieron a los venezolanos desde el CNE, la captahuellas.

Varias observaciones en relación a este nuevo escollo. Luce sumamente sospechosa la insistencia del CNE en colocar como obligatorio ese instrumento que hasta donde hemos podido constatar solo le ha servido al gobierno para movilizar a su militancia del PSUV y obligarla a votar, y a la vez ralentizar las colas en los centros de mayoría opositora. Pero pudiera tener una razón técnica más de fondo y que se nos pudiera estar escapando.

Veamos técnicamente la cosa. Son estaciones conectadas a través de la red celular de la CANTV con los servidores principales del CNE. Transmiten al menos el numero de cedula de identidad de la persona que está llegando al centro a votar. Al menos eso es lo que “aparentemente” está pasando, de acuerdo a lo que uno visualiza externamente.

Sin embargo, me puedo permitir hacer especulaciones basadas en nuestro desconocimiento de la arquitectura técnica de las maquinas de votación, ya bien sea porque el CNE no le entregó las especificaciones técnicas a la oposición a través de “nuestra representación” técnica y estos avalaron algo que no vieron, o que si se las entregaron y por alguna razón se ha mantenido oculta a pesar de la insistencia en que se haga pública para el estudio de técnicos independientes. Ambas cosas son inaceptables.

Puedo imaginarme que las máquinas de votación tienen la electrónica interna necesaria para conectarse inalámbricamente, conformando una red interna, con esas estaciones conectadas a la red celular de la CANTV para la transmisión de algo más que cédulas de identidad para movilizar chavistas.

Eso podríamos saberlo fácilmente con un celular inteligente en la mano. Se podría detectar cuales redes están activas en un radio cercano con un simple celular inteligente. Podríamos probar eso cuando vayamos a votar y detectar si hay alguna red WiFi extraña dentro del centro que no debería estar allí. ¡Y denunciarlo!

¿Sabemos cuáles procesos se activan en las máquinas de votación además del proceso auditado de captura y resguardo de votos? ¿Es ese el único programa que hay? ¿Existe una auditoría que nos permita saber si el CNE coloca algo adicional dentro de las máquinas de votación sin el conocimiento de la oposición? Esas maquinas son computadores multitarea y eso lo saben tanto el gobierno como la oposición.

Y suponiendo que esto sea así, el CNE podría estar transmitiendo votos antes del cierre de las maquinas de votación, así de simple. O cambiarlos si conocen las claves de encriptado. Y así como puede haber transmisión hacia fuera, podría también haberla hacia dentro, precisamente para eso último. Esa es una duda perfectamente razonable, basada en el desconocimiento que tenemos de esos equipos comprados sin licitación. Al ser un proceso enteramente controlado por el CNE, ¿por qué no podríamos pensar mal y que estas maquinas están haciendo algo adicional? ¿Porqué no pensar que desde el CNE se envíen archivos completos que sustituyan los resultados de las máquinas?

¡Cuentos de camino! dirán quienes aun defienden ese sistema. Siempre insistiré: cualquier cosa se puede hacer con una maquina que se programa y que está hábil para comunicarse, y más aún si está protegida por quien debe ser su principal vigilante: ¡los técnicos de la oposición! Y si dicen eso entonces demuestren que no es así publicando las especificaciones de esos equipos y entregando uno de ellos para el análisis exhaustivo de parte de un grupo de expertos independientes calificados.

Las maquinas de verificación afuera funcionarían como una especie de puerto de comunicación de las máquinas de votación hacia y desde el CNE. De esa forma Tibisay, es decir el gobierno, quien es la única que puede totalizar, pudiera tener información acerca de lo que sucede en los centros que tienen esas máquinas de verificación conectadas a la red celular de la CANTV. Por lo mínimo, si no cambian los votos, podrán conocer en tiempo real los resultados intermedios de los centros que tienen esas máquinas.

Por principio natural, no debería existir NINGUN dispositivo que transmita nada al CNE hasta el cierre del proceso electoral. Esa es una exigencia mínima que debe realizar la oposición. Si nuestra queja fue que ralentiza el proceso, como en efecto pasó durante el pasado 7-O, la respuesta de estos delincuentes del CNE ha sido colocar más máquinas para acallar eso. Pero el fondo real sigue vivo y es que están violando de manera flagrante los Derechos Humanos de los electores de tener un proceso libre.

Y lo cierto es que el sistema electoral está en tal grado de descomposición que ya no es sostenible ni tragable por la población demócrata. Y lo peor es que está avalado y defendido por la propia oposición. De allí no puede salir nada bueno y cualquier cosa puede estar pasando con esas estaciones. Por eso la insistencia en ponerlas obligatorias. Un sistema electoral completamente corrompido y controlado, cuyas auditorías no establece sino el auditado, no puede garantizarnos nada más que trampa.

El venezolano común ya no confía en el sistema electoral. Pero lo que es más grave, ya no confía en quienes se supone deben defenderlo en contra de las imposiciones e irregularidades del ministerio de elecciones del gobierno. Ante este panorama sombrío de no tener a quien acudir ante estas arbitrariedades, a todas luces cada vez más descaradas de este régimen que dañó deliberadamente el sistema, las sociedades se construyen sus propios anticuerpos.

Si el sistema electoral, que es el mecanismo en democracia para decidir quiénes deben dirigir los destinos del país, fue deliberadamente descompuesto y quienes deben decir algo sobre eso no lo dicen, el ciudadano defraudado deberá entonces encontrar otros cauces democráticos para canalizar ese evidente descontento de la mayoría.

No es sólo que tenemos que ir a la desobediencia civil de no pasar por esa alcabala puesta como obligatoria por el CNE, es que debemos activarnos para CAMBIAR el sistema electoral COMPLETAMENTE y exigir Elecciones Auténticas. Esa alcabala de Tibisay no es el problema, lo es todo el sistema electoral venezolano. Movilicémonos para cambiarlo de raíz…

Caracas, 15 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana

domingo, 11 de noviembre de 2012

La mordaza de Globovisión



Por Luis Manuel Aguana

La pregunta inmediata es ¿Cuál mordaza? ¿La que le pusieron o la que está poniendo? No haré aquí una discusión acerca de la llamada autocensura de los medios en un sistema totalitario. Debe haber miles de tratados escritos acerca de ese tema. Es claro que existe ese fenómeno cuando un medio de comunicación teme a ser cerrado por emitir opiniones o noticias que afecten al régimen.

Pero cuando un medio que no comulga con las ejecutorias del gobierno se autocensura para bloquear opiniones que alguien podría considerar “radicales” dentro de la propia oposición, la cosa se pone complicada, entre otras razones porque no se sabría a quienes le está haciendo el juego, si al gobierno por temor a un cierre o a una particular oposición que bien podría estar interesada a que este estado de cosas permanezca.

¿Quién define una actitud “radical” dentro de las filas opositoras? La línea es muy delgada. Es como cuando una muchacha (la opinión pública) solo puede ser cortejada por los pretendientes (formadores de opinión) que los padres (la “oposición formal”) decidan. No queremos que “salgan” al aire opiniones “radicales” que nos puedan alborotar a la muchacha, dirán. Siempre a la muchacha le llegaran los pretendientes y para mala suerte de los padres la mayoría de las veces se termina escapando por la ventana con el primero que le hable como es.

¿Qué es lo que deberían hacer en estos casos los medios y los periodistas? Mostrar el espectro completo y dejar que la muchacha decida de quien se quiere enamorar. Eso les espanta a los padres, que siempre se pronunciarán por mantenerla escondida hasta que salga  “un buen partido”. Craso error. No solo porque eso es imposible de hacer, sino porque a la final los padres tendrán que aceptar la decisión de la muchacha.

Este ejemplo es lo que está pasando ahora mismo con las recientes denuncias en relación a una supuesta autocensura del único  medio que ha marcado la pauta opositora del país, siendo esto sumamente grave y preocupante. El hecho de no transmitir deliberadamente un programa (ver la denuncia en http://www.noticierodigital.com/2012/11/ignacio-gainzarain-senores-globovision-%C2%BFquien-veto-el-programa-de-nitu-perez-osuna-con-alfredo-weil/) que había sido pautado para ser transmitido, deja entrever muchas dudas en relación a como se está conduciendo esta lucha de la oposición y cuáles son los intereses que realmente están prevaleciendo.

No existe en realidad nadie químicamente puro, reza el dicho popular. Todo el mundo tiene su corazoncito, aunque este le corresponda ser objetivo en sus planteamientos. Cuando un medio informativo como Globovisión solo coloca en el aire una parte de la opinión opositora por la razón que sea, interesada o no, se está incurriendo en lo que precisamente se está tratando de combatir con los medios en poder del gobierno. Cuando solo se muestra una parte de la opinión opositora, lo que significa es que el medio responde a otros intereses que difieren de los de la comunidad a la cual se debe.

Cuando introdujimos el Recurso de Nulidad en contra de las Elecciones del 7-O, pudo más la captura de Rosita en la pantalla de ese medio televisivo que la denuncia ciudadana en contra de las violaciones del gobierno a los derechos de los votantes durante el acto electoral. ¿Solo se transmite lo que hace la oposición “conveniente”?

Cuando solamente aparecen en los medios los voceros de la MUD defendiendo al CNE y se bloquea la opinión y la invitación de personas serias a los programas líderes de opinión en relación al fraude electoral -sí, FRAUDE ELECTORAL- los medios tiemblan con la palabra porque temen el cierre y se autocensuran.

¿Hasta qué punto es conveniente esa postura para la democracia? ¿Hasta qué punto un medio, al acudir al expediente de esconder lo que la gente grita a voces, como es el caso de las irregularidades cometidas por el CNE el 7-O, está haciéndole un servicio a la democracia y a la gente que dice que informa?

Nadie puede meterse en los zapatos de los Directivos de Globovisión. Ellos solo saben lo que tienen en juego. Han pasado muchas presiones, encarcelamientos, destierros, multas hiper millonarias. Y todos sabemos que sin ese medio no se sabría qué es lo que en realidad sucede en el país. Sin embargo, es delicado el terreno que pisan en la actualidad, porque sin dejar de informar, cada vez es más difícil encontrar donde está la verdad en esta jungla opositora. Estoy seguro que si hacen un esfuerzo en buscarla, seguramente la encontrarán, como buenos periodistas que son, dejando a un lado la opinión de los padres que buscan el “mejor partido”.

Y los próximos meses van a ser cada vez más confusos. Debemos separar, después del descalabro del 7-O, las manzanas podridas de la cesta opositora. Preguntarnos quienes dentro de la oposición, incluso entre aquellos que conducen programas de televisión, les interesa que este estado de cosas continúe. Hay que vernos a todos para descubrir porque seguimos dando vueltas en círculos después de 14 años de oprobio.

Y una pregunta que saldría de Perogrullo: ¿Y quién decide quién es el bueno y quién es el malo? ¿Quién separa las manzanas podridas? La única manera de saberlo es tener un mecanismo que nos permita ver a todos lo que en verdad está sucediendo en el país sin colocar a nadie en esa responsabilidad. Y los medios son fundamentales en esta tarea.

Mostrarlo todo sin recelos, censuras e intereses, aunque el medio no esté de acuerdo con alguna postura específica. Nadie tiene toda la verdad. La verdad es la que el ciudadano se hace cuando tiene todos los elementos para juzgar una situación. Y una vez que muchos, muchísimos ciudadanos, tienen sus elementos y toman una decisión, entonces esa mayoría decide cual manzana está podrida, dándole o no su apoyo.

Pero eso no es lo que desean a veces quienes quieren torcer los cauces de la historia. Ocultar una verdad puede ser muy conveniente cuando se desea que los acontecimientos se muevan hacia otro lado. Y el concurso de un medio como Globovisión puede ser muy importante para hacerlo.

En realidad espero que ese no sea el caso con un medio que ha demostrado muchísima valentía e inteligencia para permanecer al aire en medio de una tormenta perfecta. Pero que no puede dejar que los intereses obscuros de unos pocos que creen tener “la verdad”, tuerzan la historia del país en la creencia que eso es lo más conveniente a los intereses de todos los venezolanos. Dejen que la muchacha decida…

Caracas, 11 de Noviembre de 2012

Twitter:@laguana