Por Luis Manuel Aguana
La “mentalidad de rancho” es una vaina bien
seria en nuestro país. Se lleva en la cabeza. Lo ves cuando al entregarle el
apartamento nuevo a una familia que nunca ha usado un baño, buscan el espacio
para construir un séptico. Así de grave es la cosa.
Y así usted explique y eduque, no hay
manera de cambiar eso porque es un asunto de creencias, de manera de ver la
vida, de una cultura sumamente arraigada de años y años de hambre y necesidad.
Lo vemos cuando el gobierno le entrega a
la gente apartamentos que parecen ratoneras invivibles, sin espacios mínimos
para convivir, sin áreas verdes y cualquier otra cosa que diga que le están
mejorando su calidad de vida. ¡Y en plena Avenida Libertador en Caracas! Y
ellos, que no han tenido nunca nada, lo ven como si el gobierno les estuviera
resolviendo la vida. Y la verdad es que están vendiéndoles la idea de la
propiedad de las viviendas cuando en realidad están confinándoles en “guettos”
controlables de los que pueden disponer en cualquier momento, haciéndoles víctimas
de un chantaje para siempre.
Y no es que la situación sea de ignorar
las necesidades de quienes se están muriendo en los refugios sino de utilizar
esa necesidad humana fundamental para manipular y engañar a quienes necesitan
para apoyar un proyecto político. El fondo es verdaderamente deleznable, tanto
como haberlos dejado en los refugios. Lo que en realidad hicieron no fue
construirles viviendas dignas sino refugios organizados en cubículos localizados
en las principales calles de Caracas y de los que el gobierno a su antojo amenazará
con sacarlos de allí a cada nueva “elección democrática”.
Esa es la manera que tiene el gobierno de
ajustar hacia abajo. Todos tenemos que vivir mal. Esa es la esencia del
comunismo castrista que se nos trata de imponer.
Y esa misma “mentalidad de rancho” del
gobierno “resolviendo” el problema de la vivienda, la tienen nuestros políticos
opositores al enfocar la solución de los problemas del país. Estamos como
cuando la casa (las instituciones) se está cayendo, y cuando llueve te mojas más
adentro que afuera y aun así no te quieres mudar porque no has vivido de otra
manera en toda tu vida.
Viven en el rancho de la política construida
sobre la base del engaño, la corrupción, del “quítate tu pa'ponerme yo”. Cuando
sale alguien "normal" a decir ¡se nos cae el rancho en la cabeza! se
apresuran a callarlo "porque así hemos vivido siempre". Y van
corriendo a abrir el hueco para poner un séptico habiendo baños en los
apartamentos.
Es por eso que a quienes no hemos vivido
nunca de "eso" vemos con perplejidad este sainete triste del 7-O y te
sale alguien de la oposición a decirte que "no hemos conectado todavía con
las clases populares" ¿En qué rancho mental estarán viviendo? ¡La casa (institución electoral) se les está
cayendo en la cabeza y te dicen que todo está bien!
Es bien complejo lo que está sucediendo
en Venezuela. Y hay que realizar análisis aun mucho más profundos porque
intervienen demasiadas variables. No es un simple análisis causa-efecto.
Pero cuando miras al “bullpen”, que es
el sitio de donde el manager del juego de beisbol ve para cambiar jugadores, te
pones a llorar. No hay reemplazos. ¡Y el palo de agua sigue insufrible y sabes
que la casa se está cayendo! Los que estamos en las gradas gritamos,
escribimos, decimos, nos reunimos, proponemos y nada.
Les reseñaré una pequeña historia que
posiblemente alguno de ustedes conozca que describe la realidad actual con más
precisión:
“Una
pequeña historia. Esta es una historia acerca de cuatro personas que se
llamaban TODO EL MUNDO, ALGUIEN, CUALQUIERA Y NADIE. Había un trabajo que era
importante llevar a cabo y TODO EL MUNDO estaba seguro que ALGUIEN lo haría.
Cualquiera pudo haberlo hecho pero NADIE lo hizo. ALGUIEN se molesto mucho
porque ese era un trabajo para TODO EL MUNDO. TODO EL MUNDO pensó que
CUALQUIERA podía hacerlo pero NADIE se dio cuenta que TODO EL MUNDO no lo haría. Esta historia
termina en que TODO EL MUNDO culpó a ALGUIEN cuando NADIE hizo lo que CUALQUIERA
ha podido hacer.” Anónimo.
Cuando comencé a escribir acerca de este tema
electoral y por alguna razón no he dejado de hacerlo, empecé a ser uno de los que
decía que el rancho tenía goteras. Y a advertir como un venezolano más que
debían cogerse las goteras porque con el tiempo se harían huecos más grandes. Ya
a este nivel todos nos hemos dado cuenta que tanto al gobierno como la
oposición les es conveniente que el rancho siga igual, pero con todos nosotros
dentro. Y ya el rancho no tiene solución y hay que cambiarlo.
Pues verán, imagino que ya todos habrán
llegado al convencimiento que nadie cambiara el rancho electoral. Como bien
dice la historia, todo el mundo está a la espera que alguien lo haga pero nadie
lo terminará haciendo. Esa historia se parece mucho a como los venezolanos nos
comportamos cuando hay una responsabilidad difusa y diluida. Y lo peor es que
hay fuertes intereses a favor de que las cosas continúen como están. Menudo
problema.
No endilgaré la responsabilidad a todo el
mundo porque eso es como la historia reseñada: no es responsabilidad de nadie.
Pero si puedo decir algo: si todos los que presenciamos el juego nos duele lo
que está pasando en el campo y no hay gente en el “bullpen”, ya es hora que
vayan bajándose de esas gradas y presionar al manager para que ponga nuevos
jugadores.
La construcción de algo nuevo no puede seguir
esperando, así sea que a quienes les competa construirlo no deseen o no quieran
hacerlo. Todos estamos bajo el palo de agua. Ya es la hora de los jugadores de
las gradas.
Caracas, 19 de Noviembre de 2012
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana