martes, 19 de marzo de 2013

Palabreo de la condición perdida



Por Luis Manuel Aguana

Solo la pluma de Andrés Eloy Blanco pudo precisar con exactitud la geografía humana del venezolano. La descripción de la mujer abandonada del páramo andino en el  “Palabreo de la loca Luz Caraballo”, la realidad del preso político en el “Palabreo de la alegría perdida”, y la famosa recluta en el “Palabreo de la Recluta”, son solo parte del legado de ese insigne venezolano de todos los tiempos. En esos “palabreos”, Andrés Eloy decía siempre algo de cómo somos, para bien o para mal.

Me atrevo en esta oportunidad a pedirle prestado a Andrés Eloy Blanco el nombre que le puso a varios de sus hermosos versos para describir algo también es muy propio de los venezolanos: No nos gusta confrontar. “Nuestra cultura tiende a no enseñar ni reforzar la asertividad, es decir el derecho que tiene y debe ejercer la gente para exponer su punto de vista, sin irrespetar el del oponente. Ser asertivo significa decir lo que se piensa con seguridad, sin agresividad y con gran respeto por la opinión de otro que pueda ser contraria, y no inhibirse de dar la respuesta apropiada aún cuando creamos que ella no va a ser bien recibida”.[1]

De acuerdo con estos estudios, el venezolano evita la confrontación, tiene la tendencia a escurrir el bulto, a no entrarle de frente a los problemas, a pensar que no hacer nada es una decisión. Y de hecho lo es. No hacer nada frente a los problemas es en efecto una decisión. Sin embargo, la experiencia indica que la mayoría de las veces resulta la peor decisión. Y eso es lo que ahora estamos contemplando de nuestro liderazgo opositor en relación al tema de las condiciones electorales.

Los dirigentes designados del Comando “Simón Bolívar” entregaron al CNE un documento contentivo de 13 garantías a ser satisfechas para poder ir al proceso electoral porque ya no había manera de evadir el tema de las condiciones electorales. El mismo candidato hizo una verónica impecable cual torero en el ruedo, al pasarle la capa a la pregunta de una periodista internacional. Indicó que ese era un tema del Comando de Campaña. Y el Comando no dijo nada.

Sin embargo, era un tema ineludible. Los medios, la gente, Venezuela le está preguntando a Capriles y su Comando si irán a estas elecciones con el mismo Registro Electoral, las mismas captahuellas pegadas a las maquinas de votación, con la mismita maquina de verificación a la entrada de los centros que le hace saber al PSUV cuales pobres no han votado para ir a amenazarlos con quitarles lo poco que les corresponde por derecho como venezolanos. ¿Y entonces?

El problema es no solo exigir las condiciones con las cuales se va a ir a un proceso, sino saber que harás si no te las cumplen. Necesariamente tendrás que confrontar, más temprano que tarde. Las respuestas han sido evasivas: “Me preguntan qué voy a hacer ante las condiciones; quiero que se pregunten que van a hacer ustedes por esas condiciones” dijo el candidato en una entrevista el pasado domingo, devolviéndonos a nosotros la responsabilidad. No les gusta decir que deberán tener un p… con el gobierno si no cumplen lo que solicitamos, amenazando con acciones concretas. ¿Será ese factor cultural del que habla el estudio de Granell?

El lenguaje confrontacional permanente del fallecido Presidente resultaba incómodo para todos. Pero el gobierno siempre reculó cuando se le devolvía el golpe con la misma contundencia. ¿Recuerdan el Decreto 1011 de la educación? Chávez siempre respetó, cual mapurite que sabe a quién ensucia, cuando le devolvían el golpe. Eso es demostrar que no solo hay que tener respeto por el otro, sino también que hay que hacerse respetar.

Es por eso que cuando el movimiento estudiantil confronta directo, el gobierno recula. Lo demostraron en la Embajada de Cuba cuando lograron que el Presidente apareciera. Si no se hubiera confrontado todavía no supiéramos donde está Chávez. Ahora el tema es exigir condiciones electorales; que respeten nuestro derecho de tener elecciones libres y asumir las acciones correspondientes si el gobierno incumple. Que sepan las consecuencias de ignorar nuestros derechos. Sin embargo, ahora el candidato y su Comando quieren que ese trabajo lo hagan otros. Lamentablemente eso no es posible.

¿Podrán los estudiantes o cualquiera decir que no aceptará el resultado si el candidato lo hace luego de ir exactamente igual a las elecciones como fuimos el 7-O? ¿Pueden los estudiantes o cualquier venezolano decir después de las elecciones que hubo fraude si el candidato de la oposición y su Comando de Campaña dicen que el proceso fue impecable?

Hay cosas que solo puede hacer el candidato, nadie más. Sólo él ostenta el liderazgo de este proceso electoral. Por eso todo el mundo estaba resteado con él-y él lo sabía-, cuando el gobierno saco sus tanquetas frente al Fuerte Tiuna a la espera de su respuesta el 7-O. Pero como no nos gusta confrontar, el candidato cedió.

No habrá más oportunidades como esta después del 14 de Abril. El gobierno arreciará porque ya no está el líder supremo y estos siguises harán lo que se les ordene desde La Habana. Entonces ya no queda otra, hay que confrontar, si no queremos que profundicen el castrocomunismo en Venezuela. Y el abanderado, el que va de primero en esa confrontación, no es otro que Henrique Capriles. Todos los demás vamos detrás.

Aquí las condiciones no están perdidas como parecieran. Hemos mencionado en algunas oportunidades que tal vez el término “condiciones” no es el más adecuado. Lo que exigimos son nuestros Derechos Humanos a tener unas Elecciones Auténticas por parte del órgano electoral y a nuestro liderazgo a exigirlas. Lo que si podemos y estamos haciendo como sociedad civil es exigir el cumplimiento de nuestros derechos, nada más.

Pareciera que ese simple hecho molesta y esconde al liderazgo. Ni quieren confrontar al gobierno, ni quieren confrontar a la población que exige que se exijan esos derechos. Parece un juego de palabras pero es así.

Andrés Eloy Blanco no estuvo equivocado en su profundo conocimiento de la esencia del venezolano. Eso lo hizo inmortal. Si viviera hoy, estoy seguro que escribiría de las condiciones que exigimos como en el “Palabreo de la alegría perdida” al negársele la guitarra que pedía el prisionero: “póngale la mano asina y usted mismo me la trae”

Caracas, 19 de Marzo de 2013

Twitter: @laguana

[1] “Éxito Gerencial y Cultura: Retos y oportunidades para Venezuela”, Granell, Garaway y Malpica, Ediciones IESA 1997, Pags. 86-87.

viernes, 15 de marzo de 2013

Condiciones



Por Luis Manuel Aguana

Ya el venezolano común, el de a pie, como a veces llamamos, está claro. Aun cuando ha sido difícil la labor de informar acerca de como el CNE se ha encargado de desnaturalizar el proceso electoral venezolano, ya muchos venezolanos no confían en la equidad del árbitro electoral.

Esta labor fue más fácil luego del insolente ventajismo y fraude técnico en las elecciones del 7-O. Nadie se comió el cuento de que un gobierno que a duras penas lograba llenar una Plaza Bolívar en cualquier pueblo del país si no le pagaba a la gente, sacara más de 8,5 millones de votos. Pero eso ya es historia vieja.

La nueva historia se refiere al mismo candidato opositor pero en una situación diferente. Un país conmovido por el fallecimiento del Presidente, un candidato del gobierno tratando de heredar un carisma que definitivamente no tiene por mérito propio utilizando un escapulario ajeno, un CNE intacto y mejorado, listo para realizar elecciones porque ya sabían de antemano el anuncio de la muerte presidencial y abiertamente a favor del gobierno, no es precisamente el mejor ambiente para realizar una campaña opositora con probabilidades de éxito.

Pero si a eso le suman una posición difusa del candidato opositor y su Comando de Campaña de no exigirle abiertamente condiciones al CNE para una participación justa y equitativa, nada más que hablar. Vamos al matadero...otra vez.

¿Hay algo que nosotros desde la sociedad civil podamos hacer? Bastante.

Si partimos del hecho que somos nosotros quienes elegimos, no solo es el candidato quien debe exigir al árbitro condiciones para participar en el proceso. Nosotros también debemos exigírselo pero no solo al árbitro sino también a ellos, precisamente porque hay que obligar al candidato y a su Comando a que asuman la responsabilidad que les corresponde.

¿Y cómo sería ese proceso? La Lucha No Violenta (ver notas escritas al respecto en este blog: Apuntes para una lucha No Violenta

¿Cómo se manifiesta esa lucha? Ya se ha manifestado: los estudiantes en la calle intentando encadenarse al CNE, los cacerolazos de protesta masiva, marchas del silencio, las posiciones públicas de importantes voceros y formadores de opinión, las opiniones de artículos y mensajes en las redes sociales. Exigir, exigir, exigir… Gene Sharp indica 180 maneras de hacer valer la voz del ciudadano común. Nosotros debemos exigirle al candidato y al Comando “Simón Bolívar” que alcen su voz para salvaguardar nuestros derechos atropellados por el CNE de poder tener unas ELECCIONES AUTENTICAS el 14 de Abril.

Algunos dirán, ¿porque tendrían que hacerlo si no nos harán caso y eso “resta votos”? Porque exigir nuestros derechos ES OBLIGATORIO. Eso es como decirles a los transportistas que dejen de exigir el derecho a la vida- porque la delincuencia los está matando-  ya que trancan el tránsito de la ciudad y eso es un “fastidio” para los ciudadanos. O peor aún, es como decirles a la Jueza Afiuni y al Comisario Iván Simonovis que dejen de exigir su derecho al debido proceso, a un juicio justo y a no ser atropellados porque no se lo van a dar los delincuentes que manejan la justicia en Venezuela.

Pues demandar condiciones justas en elecciones es un DERECHO HUMANO que los venezolanos debemos EXIGIR. De ninguna manera es un favor al CNE. Pero eso lamentablemente ha pasado por debajo de la mesa en todas las elecciones desde el año 2004. El CNE nos ha atropellado como le ha dado la gana y todavía hay venezolanos que dicen “no pidan eso porque el gobierno nunca concederá cambiar el sistema electoral y eso nos restará votos”. ¿En qué planeta volteado patas arriba vive esa gente? 

He recibido muchos correos indicando que debemos ir a votar sin importar eso. Pues déjenme decirles que SI IMPORTA. En las elecciones presidenciales de Perú en el año 2000, el candidato Alejandro Toledo pidió que no votasen para la segunda vuelta, aduciendo falta de credibilidad en el sistema electoral (ver http://es.wikipedia.org/wiki/Elecciones_generales_de_Per%C3%BA_de_2000) dado que Fujimori estaba trampeando las elecciones. Hay que pedir condiciones para luego anunciar que no se aceptará un resultado fraudulento.

He indicado en diferentes foros que el problema de las condiciones aparte de ser técnico es un problema de Derechos Humanos. Pero más allá de eso, es un problema eminentemente político. Si nuestro candidato no exige antes limpieza y justicia en el proceso donde va a participar, aceptando lo que le dice este Ministerio de Elecciones llamado CNE, de poco le valdrá decir luego de derrotado que no aceptará el resultado que la trampa produzca.

Aquellos que hemos realizado denuncias constantes a este sistema fraudulento de colocarle votos al gobierno, hemos insistido sin éxito que nuestro candidato haga suya como principal la bandera de exigir condiciones para ir a unas elecciones. Eso de ninguna manera significa que se las vayan a dar. Eso lo que políticamente representa es que no aceptará un resultado que provenga de esa trampa si las condiciones no se dan. Si nuestro candidato en esta oportunidad no exige el Derecho que tenemos todos a unas Elecciones Auténticas, todo el esfuerzo que hagamos para recoger la mayor cantidad de votos será inútil y vacío.

En cambio, si nuestro candidato desde ya va combativo, exigiendo nuestro Derecho a un sufragio libre, transparente, sin coacción y Autentico, siempre tendrá la carta de decir el día antes de las elecciones que no llamará a nuestros electores opositores a convalidar, ni reconocer el resultado de esas elecciones, tal como hizo Alejandro Toledo en Perú. Pero si no lo hace, no tenemos porque dudar que hará lo mismo luego de perder con fraude el 7-O: reconocer el resultado fraudulento.

Esa situación nos pone en una disyuntiva a electores quienes como yo dudamos de la posición del candidato y su Comando. Si hasta el día previo a las elecciones no vemos un cambio en las posiciones políticas que se deben tener en relación a las condiciones electorales ante un régimen como este, que hará lo que sea por mantenerse, no tiene sentido, al menos para mí, convalidar con mi voto un nuevo fraude electoral. Pero si por el contrario veo a un candidato dispuesto a luchar por las condiciones y amenazar al régimen de retirarse de la contienda, vale entonces la pena de jugarse a Rosalinda por él.

Caracas, 15 de Marzo de 2013

Twitter: @laguana