Por Luis Manuel Aguana
A veces me encuentro unas
perlas de sabiduría en las lecturas más sencillas. Y las aplico a lo que tengo
en la mente porque a veces ayudan a resolver los más complicados acertijos. Leyendo,
para descansar, la Revista Todo En Domingo de El Nacional, me encontré con dos
de ellas en la columna de Paulo Coelho, “Alquimia”, titulado “Historias
diferentes sobre la misma búsqueda” (Paulo Coelho – El Nacional-Todo en Domingo,
25 de Agosto de 2013).
Quiero compartirlas con
ustedes, no el texto porque es público y está en una revista de circulación
nacional, sino lo que extraigo de ellas. Veamos el primero:
La certeza y
la duda
Una mañana Buda estaba reunido con sus discípulos
cuando un hombre se aproximó:
-¿Existe Dios? – preguntó.
-Existe- respondió Buda.
Después del almuerzo se aproximó otro hombre.
-Existe Dios- Quiso saber.
-No, no existe- dijo Buda.
Al atardecer un tercer hombre hizo la misma
pregunta:-¿Existe Dios?
-Tendrás que decidirlo tú- respondió Buda.
Cuando el hombre se fue, un discípulo comentó:
-Maestro, ¡que absurdo! ¿Cómo es que da respuestas
diferentes para la misma pregunta?
-Porque son personas diferentes y cada uno llegará a
Dios por su propio camino. El primero tendrá fe en mi palabra; el segundo hará todo
lo posible para probar que estoy equivocado, y el tercero solo cree en aquello
que es capaz de escoger por sí mismo.
¡Qué interesante! Buda
indica que una misma pregunta puede tener distintas respuestas dependiendo
de a quien se le da la respuesta. Y la respuesta que le da Buda a cada
uno lo encamina a que consiga la “verdad” que busca, su “verdad”, de acuerdo a
la naturaleza del sujeto que pregunta. Por supuesto, en este caso Buda trata
que cada uno consiga la verdad de Dios por su propio camino, indicando
diferentes respuestas.
¿Cuántas veces hemos visto
todo lo contrario? ¿Cuántas veces nos hemos empecinado en dar la misma respuesta
a una pregunta, aunque sintamos que esta es la correcta, a diferentes
individuos y nunca logramos convencerlos? Precisamente porque cada uno busca su
propia “verdad” y para que estos lleguen a ella tal vez necesiten de una
respuesta diferente.
A la pregunta: ¿Cuál es la
mejor salida para la crisis que vive nuestro país? Cada uno tiene su propia
respuesta. Algunos creemos tener una y estamos trabajando por ella: la vía
Constituyente. Pero asimismo como nosotros, otros piensan en respuestas diferentes.
Sin embargo, después de leer al Buda del Coelho, pareciera que aquellos que
siempre respondemos lo mismo deberíamos contestar algo distinto para que de
alguna manera esa respuesta le lleve a concluir a cualquiera, y de acuerdo a la
naturaleza del que pregunte, que la “verdad” que nosotros hemos elegido- la
Constituyente-, es al final la que se debería transitar.
Pero el fondo del problema
es que al final nadie tiene la “verdad” objetiva en las manos, aunque estemos
convencidos que somos nosotros quienes la tenemos. Cada persona tiene la suya y
solo la dinámica de los hechos dará como respuesta cual es el camino que
definitivamente se transitará. Es por eso que nuestra “verdad” solo se puede
demostrar con hechos. Y asimismo la “verdad” de cualquier otro deberá ser
demostrable de la misma manera. Y eso me lleva al segundo cuento de Coelho:
Continuar en
el mismo camino
El monje Lucas acompañado de un discípulo, se detuvo
en una aldea. Un viejo le preguntó:
-Santo hombre, ¿cómo me aproximo a Dios?
-Diviértete, loa al Señor con tu alegría- Fue la
respuesta.
Un joven preguntó:
-¿Qué hago para acercarme a Dios?
-No te diviertas tanto- dijo Lucas.
Cuando el joven se alejó, el discípulo comentó:
-Parece que usted no sabe si nos tenemos que divertir.
Lucas respondió:
-La búsqueda espiritual es un puente sin barandilla
atravesando un abismo. Si alguien está muy cerca del lado derecho, yo digo: “¡A
la izquierda!”. Si se acerca del lado izquierdo, le digo: “¡A la derecha!”. Y
así ellos continúan estando en el camino.
Impresionante. No solo la
búsqueda espiritual se puede comparar con “un puente sin barandilla atravesando
un abismo” como indica Coelho, sino también las realidades cotidianas que
necesitan respuestas.
Los venezolanos estamos
transitando como un grupo de ciegos por un puente sin barandilla semejante a
ese, y solo un liderazgo responsable y con visión puede ver e indicar “¡A la
derecha!” o “¡A la izquierda!” de acuerdo a si advierte que el colectivo va
hacia el abismo en cada banda. Hasta ahora lo que hemos visto es que la
dirigencia opositora también está ciega y dejan caer repetidas veces a la
multitud al abismo hasta que se dan cuenta de su error.
La única manera de
continuar en el camino sin que nos terminemos de ir todos por el barranco es
que la “verdad” que hayan escogido aquellos que están asumiendo liderazgos tenga
sustento y sepan de cierto cual es el camino que definitivamente se transitará.
Es por eso que se llama liderazgo. Son los que tienen-o al menos deben
demostrar que tienen-, la linterna en el medio de la obscuridad.
Y como en la historia de
Lucas, ese liderazgo responsable debe decir cuál es el centro del puente para
continuar en el camino y caminar derecho para acercarse a esa “verdad” atravesando
el puente sobre el abismo. Nunca antes Venezuela necesitó tanto de esa visión
20-20.
Entonces aquellos que
crean que su “verdad” es la verdad, será bueno que se apresuren y la hagan la
verdad de todos los venezolanos porque los indicadores muestran que caminamos
aceleradamente hacia el abismo de la mano de unos conductores ciegos. Todavía
hay tiempo para que alguien demuestre y grite su “verdad” y así evitar caer de
ese puente sin barandilla, alineándonos de una buena vez a todos en la misma
lucha.
Caracas, 26 de Agosto de 2013
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana