Por Luis Manuel Aguana
Recibo
de Jorge Bucay, “Cuentos para pensar” (1), el regalo de despedida del libro, quien
a su vez lo recibió de sus hermanos. Asimismo se los obsequio a ustedes en este
día de Navidad, al creerlo muy pertinente para estos tiempos aciagos:
“Un lugar en el
bosque
Esta historia nos cuenta de un famoso rabino
jasídico: Baal Shem Tov.
Baal Shem Tov era muy conocido dentro de su
comunidad porque todo el mundo decía que él era un hombre tan piadoso, tan
bondadoso, tan casto y tan puro que Dios escuchaba sus palabras cuando él
hablaba.
Se había hecho una tradición en este pueblo:
todos los que tenían un deseo insatisfecho o necesitaban algo que no habían
podido conseguir iban a ver al rabino.
Baal Shem Tov se reunía con ellos una vez por
año, en un día especial que él elegía. Los llevaba a todos juntos a un lugar
único, que él conocía, en el medio del bosque. Y una vez allí, cuanta la
leyenda, que Baal Shem Tov armaba con ramas y hojas un fuego de una manera muy
particular y muy hermosa, y entonaba después
una oración en voz muy baja…como si fuera para él mismo.
Y dicen…
Que Dios le gustaban tanto esas palabras que
Baal Shem Tov decía, se fascinaba tanto con el fuego armado de esa manera,
quería tanto a esa reunión de gente en ese lugar del bosque…que no podía
resistir el pedido de Baal Shem Tov y concedía los deseos de todas las personas
que allí estaban.
Cuando el rabino murió, la gente se dio
cuenta que nadie sabía las palabras que Baal Shem Tov decía cuando iban todos
juntos a pedir algo…
Pero conocían el lugar del bosque. Sabían
cómo armar el fuego.
Una vez por año, siguiendo la tradición que
Baal Shem Tov había instituido, todos los que tenían necesidades y deseos
insatisfechos se reunían en ese mismo lugar en el bosque, prendían el fuego de
la manera que habían aprendido del viejo rabino, y como no conocían las
palabras cantaban cualquier canción o recitaban un salmo, o solo se miraban y
hablaban de cualquier cosa en ese mismo lugar alrededor del fuego.
Y dicen…
Que Dios gustaba tanto del fuego encendido,
gustaba tanto de ese lugar en el bosque y de esa gente reunida…que aunque nadie
decía las palabras adecuadas, de cualquier manera concedía los deseos a todos
los que estaban ahí.
El tiempo ha pasado y de generación en
generación la sabiduría se ha ido perdiendo…
Y aquí estamos nosotros.
Nosotros no sabemos cuál es el lugar en el
bosque
No sabemos cuáles son las palabras…
Ni siquiera sabemos cómo encender el fuego a
la manera que lo hacía el Baal Shem Tov…
Sin embargo hay algo que si sabemos:
Sabemos esta historia,
Sabemos este cuento…
Y dicen…
que Dios adora tanto este cuento…
que le gusta tanto esta historia…
que basta que alguien la cuente…
y que alguien la escuche…
para que El, complacido,
satisfaga cualquier necesidad
y conceda cualquier deseo
a todos los que están compartiendo este
momento…
Así sea…”
Los
venezolanos olvidamos en el transcurrir del tiempo, en lo profundo de nuestra
historia, de generación en generación, que somos Libertadores. Un 17 de
Diciembre murió quien sabía cómo hacerlo al punto de habernos llevado por todo
un Continente a libertar 5 naciones. Al principio, los que quedaron, copiaron
sin saber las maneras y las formas sin conocer el fondo, y ahora nosotros, los
herederos de esa gesta “ni siquiera sabemos cómo encender el fuego” y hasta olvidamos
donde está el punto en el bosque. Pero la raíz sana está allí. Lo prueban los
43 jóvenes asesinados este año protestando en contra del régimen, los
torturados, los estudiantes, los presos políticos, la sociedad civil, y sin
duda alguna una parte importante de la oficialidad de nuestras Fuerzas Armadas,
que estamos seguros que tienen presente esa memoria.
Pero como
dice el relato, sabemos esta historia, sabemos este cuento. Sabemos que somos
Libertadores. Sabemos cómo expulsar invasores extranjeros, ya lo hemos hecho. Hallar
el punto del bosque donde realizar el rito no será complicado, si como dice el
cuento, basta con que alguien lo cuente y que alguien lo escuche para que Dios
satisfaga la plegaria de un pueblo sufrido, y nos conceda como regalo de Navidad, la Libertad, la Paz y
la Democracia para todos los venezolanos. Así sea…
Caracas,
23 de Diciembre de 2014
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
(1) Jorge Bucay,
“Cuentos para pensar”, Editorial Océano de México, S.A. de C.V. 2da. Edición.
ISBN 970-651-999-8. Ver también “Un lugar en el Bosque” de Jorge Bucay en http://www.mantra.com.ar/contreconociendonos/lugarenelbosque.html)