Por Luis Manuel Aguana
Cuando el
poeta español Antonio Machado escribió esa letra que todo el mundo conoció en
las hermosas estrofas del “Caminante no hay camino”, en la inimitable voz del
trovador de todos los tiempos, el catalán Joan Manual Serrat, nunca se imaginó
todas las cosas que podría influir ese profundo pensamiento:
Caminante,
son tus huellas / el camino y nada más; / Caminante, no hay camino, / se hace
camino al andar. / Al andar se hace el camino, / y al volver la vista atrás /
se ve la senda que nunca / se ha de volver a pisar. / Caminante no hay camino /
sino estelas en la mar. (Extracto de Proverbios y cantares, XXIX, de
Antonio Machado) (Ver http://www.poemas-del-alma.com/antonio-machado-caminante-no-hay-camino.htm).
En la Alianza Nacional
Constituyente hemos emprendido un camino que no existe, todo está por hacer,
todo está por andar. Es como entrar a una selva solo con los machetes,
abriéndonos paso. Y es razonable que haya dudas de quienes lo abrimos porque
los que vienen detrás deben confiar que ese camino que abren quienes están al
frente sea el que los lleve a lo que deseamos para el país. Pero los nuevos
caminos se hacen al andar, como dijo Machado.
Lo que queremos no es, y nunca lo
ha sido, una Constituyente. Es un nuevo país, un sueño plasmado en un Proyecto.
Y como en todo nuevo camino abierto con dificultad y en contra de todo y de
todos, se van construyendo realidades.
El 17 de marzo de 2016 se lanzó y
se explicó al país, desde la tribuna del Colegio de Ingenieros de Venezuela, lo
que deseábamos con esta iniciativa (ver Alianza Nacional Constituyente, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/03/alianza-nacional-constituyente.html).
Desde ese mismo instante, comenzamos a crear lo que llamamos en esa oportunidad,
las Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario, que no son más que venezolanos
que han creído en este sueño, y además dispuestos a dar todo de sí para
organizar un proceso constituyente basado en la premisa fundamental de que es
el Pueblo, el Poder Constituyente Originario y dueño de su propio destino, el
ultimo en decidir qué es lo que terminará pasando en este país, nadie más.
No solo porque está en su legítimo
derecho de hacerlo por encima de cualquier aspiración mezquina de sus
dirigentes políticos, sino porque ese mismo pueblo es el que está sufriendo las
consecuencias de décadas de olvido y de errores recurrentes. No es un capricho
de un grupo de ciudadanos. Es una iniciativa basada en un planteamiento
concreto y posible basado en lo que he llamado “La próxima conquista”, una
aspiración muy honda y muy sentida del pueblo de Venezuela, que ha sido
despreciada por quienes han dirigido la nación por más de 50 años (ver La
próxima conquista, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/la-proxima-conquista.html).
No lo explicaré aquí de nuevo porque ya lo he escrito en esas líneas. Léanlo.
Pero lo que si diré aquí es que ese
es un camino inexplorado y hay que hacerlo andando, como lo cantó el poeta
Machado. Nunca hemos vivido en un Estado Federal. Nunca hemos sabido que es
vivir independiente de un Estado que todo lo da…y ha dejado de darlo. Que ya es
hora de destetarse, y nos da terror hacerlo porque todo cambio duele.
Estamos ahora en el peor de los
mundos: por un lado, paralizados porque quien repartía ahora no tiene para
hacerlo y hay que salir al mundo para construir el futuro que antes dejábamos
que otro hiciera por nosotros, y lamentablemente ahora ya no puede; y por el
otro, esperando a que el siguiente nos restituya algo que definitivamente no
volverá. Cualquier cosa que prometa ese “siguiente” no será más que populismo
descarado porque las estructuras “para dar” ya no se adaptan a este nuevo
estado de cosas. Hay que rehacerlo todo…porque todo lo destruyeron.
Pero aquellos que se pelean por ser
ese “siguiente” gobierno, no dicen como lo harán, ni dicen que hay que cambiar,
más allá de prometer que son mejores y sacar a quienes están, volviendo a lo
que ellos llaman “la democracia”. O sea, a lo mismo que existía antes de 1998…Lo
lamentable de esa promesa es que ya ni eso es posible, no solo porque el país
cambió, sino porque ese sistema institucional se desvaneció. Debemos abrir
caminos nuevos. Inventarlos y andarlos. Y el barco que generará esas estelas en
la mar del poeta Machado, está sin carta de navegación porque nadie se ha
ocupado de hacerla. Ni siquiera de prometer que harán una.
El Proyecto País Venezuela
Reconciliada Vía Constituyente (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/)
que planteamos es esa carta de navegación que nadie le ha dicho a los
venezolanos. Y la Constituyente que proponemos es la aprobación de esa carta de
navegación para recorrer un mundo nuevo de cosas que desconocemos como será.
Tenemos que construirlo entre todos.
Las primeras manifestaciones de las
dificultades de ese cambio ya las estamos mirando en cada Estado que visitamos.
Cuando proponemos que esa ruta es posible, lo primero que nos preguntan es
quien conducirá el proceso, como si se tratara de lo mismo que han visto toda
la vida: un caudillo, un líder. E invariablemente les respondemos: ¡ustedes! Es
difícil quitarse la costumbre atávica de que alguien te de la “línea” de lo que
debes hacer. Todos los que conocemos
ahora tienen ese perfil.
La Alianza Nacional Constituyente
en cada Estado debe ser en esencia la semilla de aquel grupo de venezolanos que
sueñan y se imaginan que podría hacer ese Estado si tuviera los recursos y la
independencia para hacer lo que crean sus habitantes conveniente realizar para
tener la calidad de vida de acuerdo con sus potencialidades. Que Sucre y Nueva
Esparta imaginen lo espectacular que sería toda una costa llena de los más
hermosos complejos turísticos del Caribe, teniendo las playas más bellas de
Venezuela.
Que Guárico imagine ser el granero
de la comida de toda Venezuela manejado por guariqueños. Que Carabobo imagine
ser el emporio industrial más grande de Latinoamérica, con puerto propio de
exportación. Que una mancomunidad de todos los Estados independientes y federados, imaginen
un sistema de trenes de altísima velocidad, como los que hay en Japón, que una
a Venezuela de extremo a extremo para carga y pasajeros, con paradas en las
principales ciudades del país. Que se una el occidente con un super puerto en
la boca del Orinoco en el oriente. Son solo ejemplos de lo grandes que podemos
ser. Esa es la Venezuela que quiero que vean mis nietos y comiencen a ver mis
hijos…
Pero para
que esos sueños sean realidad tenemos que pasar por unos caminos que no hemos
transitado nunca, olvidando y rompiendo esquemas del pasado, haciendo camino al
andar. Las Juntas Activadoras en cada Estado del país son entonces los
caminantes de una Alianza de venezolanos que sueñan un país que no está hecho y
que deberán transitar un camino que se hará al andar…
Caminantes de
la Alianza, que no les de miedo equivocarse, haremos ese camino al andar, como
ya lo han hecho muchas naciones. Pero lo más importante es que cuando volvamos
la vista atrás, viendo la senda de ese camino que jamás volveremos a pisar, nunca
más tendremos miedo de transitar caminos nuevos y desconocidos. Y de eso mis
queridos amigos, se trata el desarrollo…
Caracas,
24 de Junio de 2016
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana