martes, 7 de noviembre de 2017

El final conjunto del régimen y su oposición

Por Luis Manuel Aguana

Que complicado se pone intentar escribir de una realidad que cambia cada hora, cada minuto. Pareciera que fueron el año pasado eventos que tienen solo días de haber ocurrido. Es por eso que se hace más difícil porque ahora de lo que se trata es de identificar tendencias y hechos que no se ven a simple vista. ¿A dónde nos llevara esta fractura irreversible de la oposición oficial? ¿Qué tan grave es y qué consecuencias tendrá eso para Venezuela?

Tengo la teoría –aún por comprobarse- de que ese terremoto del 15 de Octubre todavía no termina (ver Terremoto político, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/10/terremoto-politico.html). El deslizamiento de las placas tectónicas políticas de Venezuela no solo derribó el edificio de la MUD sino que sus ocupantes se fueron corriendo buscando refugio para las edificaciones del régimen.

El común de la gente piensa continuar en la pachanga electoral, y los partidos de la extinta MUD seguirán reclamando los votos opositores “as usual” haciéndole la comparsa al régimen, en una suerte de huida hacia delante de la oposición colaboracionista. Y la gente votará y votará hasta las Presidenciales el año entrante, con declaraciones de los voceros de esa oposición de que su “lucha será por unas mejores condiciones electorales” para elegir Presidente (ver Ramos Allup llama a fortalecer la imagen unitaria y procurar mejores condiciones electorales, en https://www.lapatilla.com/site/2017/11/03/ramos-allup-llama-a-fortalecer-la-imagen-unitaria-y-procurar-mejores-condiciones-electorales/). ¡Por Dios! Me reiría de eso si no fuera tan patético. Eso era lo que pedíamos antes de la elección de Maduro y la MUD no nos paró ni medio, por no decir lo que corresponde (A la sociedad democrática venezolana ante el llamado a elecciones el 14 de abril de 2013, en http://declaraciondecaracas.blogspot.com/2013/03/ante-las-elecciones-del-14-de-abril.html). Ese es el lamentable camino que les quedo después del terremoto, pensando que saldrán con bien de eso.

Pero lo grave no es eso. Es que para poder sostener ese parapeto electorero deberán proceder a montar la pantomima de un nuevo CNE, esta vez desde la Asamblea Constituyente fraudulenta, porque ahora la gente no se va a tragar a Tiby Lucena de nuevo, so pena de dejar los centros vacíos en una nueva elección. Y ya lo están negociando con el régimen. Ese es el costo del refugio luego del terremoto. Y el régimen impondrá su 3 a 2, ahora sin Tiby, y con algunas de las “reptoras” actuales, en una composición tramposa de nuevo.

La ex MUD abre de esa manera un nuevo período de convivencia, esta vez manifiesto con el régimen. Ambos luchando por sobrevivir en tiempos donde es imposible una convivencia, a menos que te hayas pasado con todo y pertrechos para el otro bando. Los venezolanos deben saber que eso que se llamaba oposición oficial ya no lo es. Ya es el régimen disfrazado de oposición. Y si deciden votar en ese parapeto electoral que monten, estarán contribuyendo a alargar el sufrimiento que vivimos en este país.

El régimen tratará desesperadamente ser reconocido internacionalmente y para ello se gastará hasta el último dólar, que debiera estar destinado a nuestra comida y medicinas, en la ex MUD y a todo aquello que le intente dar legitimidad a sus actuaciones, alargando la agonía de todo el mundo. Vano intento. Ya está condenado. Ya Venezuela es un Estado fallido con una tiranía narco militarizada y terrorista al mando. Y eso tendrá consecuencias para los que se abrazan a él buscando un oxigeno que ya se acabó, como la ex MUD. Y esa charada de que no voy a las Municipales pero si a las Presidenciales “buscando mejores condiciones electorales” no es más que un embuste que se están metiendo ellos mismos y peor aún a los venezolanos que de buena fe aun cree en ese liderazgo.

Pero lo que hacen es volver sobre el interminable ciclo de la historia, que si no la conoces, la repites. Ramón J. Velásquez, citado por Simón Alberto Consalvi en su biografía de Juan Vicente Gómez  indicaba: “Tenía razón Cipriano Castro cuando al dirigirse al Congreso Nacional en su mensaje de 1903 afirmó que nada le enorgullecía tanto como “la gloria de haber vencido al famoso caudillaje histórico, muerto por mi propia mano, en el mismo campo de batalla al filo de mi espada, porque dejó así allanado el camino de una paz, duradera y fecunda”.(…). A La Victoria concurrieron como a un cementerio de elefantes, todos los viejos prestigios militares de Venezuela. Los que durante 50 años habían dictado la ley, y dividiéndose a ratos en oposición y gobierno, habían mantenido el control absoluto del poder político y del dominio militar. Cuando se dispersen, cumpliendo la orden general del 2 de noviembre de 1902, dictada por Matos en el cuartel de San Mateo, va en camino del olvido total…” (1).

Nosotros no tendremos que matar a nadie “en el mismo campo de batalla al filo de mi espada” como hizo Cipriano Castro con la ayuda de Gómez, pero la historia nos enseña que si deben desaparecer políticamente estos personajes que impiden que el país evolucione a un nuevo siglo y que por décadas han “dictado la ley, y dividiéndose a ratos en oposición y gobierno, habían mantenido el control absoluto del poder político y del dominio militar” después que esta debacle pase. ¡Y pasará! ¿Quiénes quedarán de pié? Solo aquellos que verdaderamente interpreten el tiempo histórico en el cual viven.

El régimen y su oposición –que ahora son dos caras de la misma moneda- abiertamente esperan que los venezolanos les compremos esa nueva fachada. ¿Esperará Rosales que los zulianos le compren que el gobierno no apoya su nueva candidatura “opositora” cuando lo dejaron participar, levantando su inhabilitación política? ¡Ramos Allup y Rosales al menos deberían tener la decencia de inscribirse en el PSUV!

Los acontecimientos políticos estarán cada vez mas sesgados a la inviabilidad del modelo político comunista y terrorista del régimen. Y aquellos que estén viviendo una relación de simbiosis mutualista asqueante con el gobierno (ver Simbiosis, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/simbiosis.html) tendrán invariablemente como consecuencia sufrir su mismo destino. Ojala nos hagan ese favor de no despegarse de ese tronco agonizante, le ahorrarán a Venezuela muchos años de sufrimiento futuro…

Caracas, 7 de Noviembre de 2017

Twitter:@laguana

(1)     Juan Vicente Gómez, Biografía, Simón Alberto Consalvi, 2007. Libros El Nacional, ISBN 978-980-388-716-2. Págs. 65-66, Caracas-Venezuela

lunes, 30 de octubre de 2017

La solución está en nosotros

Por Luis Manuel Aguana

Me imagino que al leer la propuesta de la Alianza Nacional Constituyente de convocar a un Referendo Consultivo para que sea el pueblo soberano quien decida qué hacer con este país (ver La Solución reside en el Pueblo Soberano, en http://ancoficial.blogspot.co.id/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-soberano.html), la primera reacción de mucha gente fue: ¿Qué? ¿Otra Consulta? ¿Otra Constituyente? Dice el refrán popular que “el picado de culebra le tiene miedo al bejuco”, y es natural que esa sea la primera reacción. Pero cuando uno está en un laberinto es necesario treparse de alguna manera en algo para poderlo apreciar desde arriba para saber por dónde salir. Y eso fue lo que hicimos.

En la Alianza veníamos con un planeamiento claro que le hicimos a todos los sectores políticos del país: ¡convoquemos al Constituyente a través de los medios que nos da la Constitución! E impongamos el cumplimiento de lo que dicte el Soberano a través de toda la presión de calle que sea posible. Por eso si valía la pena morir en las calles, no para que alguien fuera Gobernador o Presidente. Si no fuera porque es patético daría risa: el único que escuchó fue el régimen y lo usó para huir hacia delante, convocando él mismo inconstitucionalmente a una Constituyente que ahora hasta juramenta Gobernadores de la oposición.

Nadie nos escucho. Y tal vez era imposible que la gente lo hiciera dado el ruido de los altavoces que tenían los principales líderes que pedían Referendo Revocatorio para “sacar a Maduro”. Es claro que nadie podía competir con eso. ¿Constituyente? ¿Unos loquitos pidiendo eso cuando lo que queremos es sacar al gobierno? En el paroxismo de lo que la gente quiere es muy difícil pensar si lo inmediato está allí mismito. Así es como el régimen y su oposición nos ha fastidiado, por no decir lo que corresponde.

Pero, ¿quiénes han salido fastidiados, para seguir con la misma palabra, de toda esta tragedia que todavía no termina? ¿Los partidos? ¿El régimen? ¿Los lideres políticos? No. Somos todos los venezolanos. Usted y yo. Los partidos siguen allí, intentando ver como sobreviven con unas nuevas elecciones de Alcaldes, y los presupuestos de esas Alcaldías para pagar militancia y mantenerse. ¿Y nosotros como quedamos allí? Los venezolanos tenemos que seguir calándonos al régimen con una inflación anualizada que de acuerdo al Fondo Monetario Internacional se estima cerrará el 2017 en 1.660% (Ver noticia del 4-10-2017, FMI estima que la inflación cerrará el 2017 en 1.660%, en http://www.finanzasdigital.com/2016/10/fmi-estima-que-inflacion-de-venezuela-cerrara-el-2017-en-1-660/). Se dice fácil, académico. Pero eso representa que desde ya no ganamos lo suficiente para comer. Simple. Eso sin contar con el grave problema de las medicinas y tratamientos que la gente enferma tiene que tomar todos los días y ya no puede adquirir.

Y como todos los venezolanos tenemos que comer y los enfermos tomar medicinas todos los días, no entendemos por cual razón los partidos y sus lideres nos siguen alargando la agonía indicando tercamente que con otra elección resolvemos este problema, que como se puede comprender no aguanta otro día. Entonces somos nosotros quienes tenemos el problema y debemos resolverlo. No podemos seguir esperando que otro lo resuelva. Pero hay algunos “detalles” que arreglar antes. Veamos.

Ya el régimen hizo una Constituyente. Es inconstitucional y a la vez es una realidad aun cuando no sea reconocida por eso, ni por nosotros ni por la comunidad internacional, y está allí haciendo cosas que deben ser revocadas al restituir el Estado de Derecho en el país. Pero el único que puede restituir constitucionalmente ese entuerto es el pueblo a quien el régimen conculcó ese derecho.

Podríamos hablar de un golpe de Estado para restituir la legalidad. Pero aquí no se trata de quien es más fuerte para imponerse. Porque si de eso se tratara el régimen tendría “la razón”. No es la razón de la fuerza, es la fuerza de la razón, que es en lo que se fundamentan las naciones civilizadas. Pero lo que si hace –o debe hacer- la fuerza es respaldar lo legal, lo constitucional, esto es, la razón.

Parece un juego de palabras pero no lo es. El hecho que los que tienen en este momento la fuerza, estén respaldando la “no razón” o lo ilegal e inconstitucional, no significa que la razón haya desaparecido y deba en algún momento imponerse con el respaldo de la fuerza, de cualquier fuerza. Por eso es que hay que decir qué es lo que se debe hacer en base a la razón, a lo legal y constitucional, aun cuando aquellos a quienes les compete cumplir lo que en razón les toca no lo hagan.

En base a lo anterior, en primer lugar concluimos que debe restituirse el derecho conculcado a los venezolanos de decidir si deseamos o no una Constituyente. Aquí la Alianza está siendo firme y diáfana: no estamos pidiendo que se haga constituyente al margen de la voluntad de los venezolanos. Lo que estamos pidiendo es que el pueblo decida si la quiere, que es una cosa muy diferente. Y nosotros particularmente la queremos por dos razones muy importantes: 1) iniciar un verdadero proceso de reconciliación y reencuentro nacional que garantice la paz y la unidad nacional, discutiendo un nuevo país donde convivir; y 2) darle el mandato a la Asamblea Nacional Constituyente para ejecutar lo ya decidido por el pueblo en la Pregunta No. 3 de la Consulta Popular del 16J: renovación de los Poderes Públicos y nombramiento de un Gobierno de Unión Nacional. De esta manera constitucional, una nueva Asamblea Nacional Constituyente no se atribuiría un derecho que solo tiene el pueblo de quitar o poner gobiernos y Poderes Públicos.

Sin embargo para poder llegar a ese punto, si queremos resolver este problema inmediatamente, la Asamblea Nacional de mayoría opositora debe realizar dos cosas a la brevedad: 1) designar un nuevo Consejo Nacional Electoral, equitativo y transparente, que garantice Elecciones Auténticas; y 2) utilizar la mayoría simple que tienen para convocar a un Referendo Consultivo en los términos que indica el Artículo 71 Constitucional para convocar a ese Referendo Consultivo con el nuevo CNE. Y cuando hablamos de un CNE equitativo y transparente que garantice Elecciones Auténticas no nos referimos a cualquier componenda que ponga ese CNE en manos del régimen sino una composición que le de confianza a los venezolanos para ir a votar.

Ustedes dirán, “eso es imposible. El régimen no permitirá un CNE equilibrado”.  Pero eso no debería detener a los ciudadanos diputados de designarlos como lo deben, de la misma forma como designaron a los Magistrados que ahora despachan desde la sede de la OEA en Washington, DC. Estoy seguro que habrá venezolanos capaces y decentes que se postulen para Rectores de un CNE legítimo. Esa es la lucha que los diputados deben seguir dando a favor del restablecimiento de la libertad y la democracia.

Una vez nombrados esos nuevos Rectores del CNE, se abrirán los caminos para ese Referendo Consultivo, si es que la Asamblea Nacional lo aprueba por mayoría simple. Pero si no lo hace, ni tampoco nombra a un nuevo CNE que nos garantice equidad y transparencia, elegiremos el camino constitucional para obligar a ese Referendo Consultivo, recogiendo el 10% de manifestaciones de voluntad, porque tenemos el derecho constitucional de hacerlo, y mantener esas firmas hasta que exista un CNE que si garantice nuestra voluntad. Ustedes dirán, ¿y cuándo sería eso? Y la respuesta sigue siendo la misma, cuando nosotros lo obliguemos cívicamente en las calles y por todos los medios constitucionales, o como se hizo el 16J, creando una situación política que ponga de manifiesto cual es la verdadera voluntad de la mayoría.

¿Estarán dispuestos los Diputados de la Asamblea Nacional a acompañarnos en esta ruta? Deberían hacerlo si entendieron el reciente mensaje de Luis Almagro, cuando le impusieron el Premio Francisco de Miranda en el Instituto Interamericano por la Democracia:“…el contar con un Poder Judicial independiente es el camino hacia delante. Tener una Asamblea Nacional constituida de acuerdo a sus poderes constitucionales, asumiendo sus poderes constitucionales, asumiendo sus responsabilidades institucionales, porque esa Asamblea Nacional tiene una responsabilidad hoy, luego de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, de nombrar un nuevo Consejo Nacional Electoral”  (ver Luis Almagro en el Instituto Interamericano por la Democracia, https://youtu.be/JBc1_f8CQAQ  minuto 8:18).

Si no la asumen, “Dios y la Patria os lo demandarán…” como dice el juramento que alguna vez hicieron. Aquí no se trata de quedarnos tranquilos esperando ver si los partidos asumen su responsabilidad, decidiendo con ello si nos morimos por hambre o por enfermedad. No podemos esperar más, se trata de nuestra vida. La solución, en consecuencia, está en nosotros…

Caracas, 30 de Octubre de 2017

Twitter:@laguana