Por Luis Manuel Aguana
Deseo agradecer al Dr. José
Vicente Haro por su excelente artículo del miércoles 20 de junio y publicado en
este blog titulado “¿Es legítimo y constitucional el Tribunal Supremo de Justicia
venezolano en el exilio?” (ver http://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/es-legitimo-y-constitucional-el.html).
Generalmente solo hago referencia a aquellos materiales que considero relevantes
para respaldar cualquier argumento. Sin embargo, el tema es tan trascendental
que preferí publicar directamente la explicación enviada a mí por el Dr. Haro,
con una nota explicativa.
Sin embargo esto no es suficiente.
Creo necesario abordar varios aspectos que giran alrededor de lo que daré en
llamar “El fenómeno del TSJ Legítimo” y que guarda relación con los ataques que
desde varias trincheras está recibiendo esa institución.
Efectivamente, tal y como lo
mencione en la nota explicativa previa al artículo del Dr. Haro, se está
presentando una campaña de desprestigio del TSJ legítimo que opera en el
exilio, y que está paradójicamente saliendo de “influencers” locales ligados a
la oposición oficial. ¿Por qué está ocurriendo esto? ¿Cuál es su verdadero sentido?
¿Por qué si la misma oposición los designó en la Asamblea Nacional, -y que
luego los abandonó a su suerte- ahora los atacan por mampuesto, desestimando
sus decisiones o, peor aún, no acatándolas?
Esta es una situación compleja que
podría considerarse una consecuencia natural del grave proceso de
descomposición política que está sucediendo en Venezuela y que corre parejo a
los estertores finales de una manera de hacer política en nuestro país desde
hace muchísimo más tiempo del que tiene la revolución chavista. Y algo que a mi
juicio es el fondo preciso del problema: al no haber existido NUNCA una
verdadera separación de Poderes en Venezuela, esto que está sucediendo con los
Magistrados en el exilio, que han tenido que vérselas negras para sobrevivir y
hacer el trabajo de colaborar para sacar a Venezuela la dictadura, nos está
mostrando de manera inédita, una perspectiva colateral que nunca habíamos imaginado:
un Poder Judicial sin ataduras.
Si bien es cierto que los
Magistrados en el exilio fueron propuestos por los diferentes factores
políticos de la Asamblea Nacional para ocupar esos altos cargos –como siempre
ocurrió- se está presentando un fenómeno inusitado: ningún jefe político como
Ramos Allup, Borges, Barboza se atrevería a levantar un teléfono para exigirle
nada a ningún Magistrado, luego de haberlos dejado expuestos a ser masacrados
por los leones de este circo romano de la revolución rojo-rojita.
Los políticos creyeron
equivocadamente que los Magistrados se dispersarían en el exilio y que hasta
allí llegaría el tema de esos jueces designados legítimamente para sustituir a
los Magistrados “express” de la anterior Asamblea Nacional. Y se equivocaron.
Los Magistrados perseguidos hicieron un esfuerzo monumental para sobrevivir en
el exilio, y con la ayuda de mucha gente anónima han logrado articularse fuera
del país para impartir justicia legítima. Eso deja afuera la influencia nociva
y toxica de unos partidos que se creen dueños de los jueces porque fueron
propuestos por ellos o les deben ese cargo.
¡Qué interesante! Esta situación
les ha dado a los venezolanos un Tribunal que lo único que debe hacer es lo que
les ordena la Constitución y las leyes: impartir justicia de manera imparcial y
a conciencia, lo que es el fundamento y piedra angular de un Estado de Derecho.
Pero eso solo es producto del esfuerzo sin precedentes de los Magistrados del actual TSJ legítimo en el
exilio, por lo que creo que la Nación les deberá por eso un reconocimiento
imperecedero.
Sin embargo, ese fenómeno
colateral descrito aun no corrige la situación estructural. Algún día, que
espero sea muy pronto, Venezuela retornará a la normalidad y los Magistrados
deberán regresar a Venezuela a ocupar sus posiciones naturales. Y de nuevo esos
Magistrados que ahora actúan con independencia y aquellos que les sustituyan en
el futuro, se sumergirán en el ambiente nocivo y toxico de la política “as
usual” de Venezuela, donde es moneda corriente la influencia de los políticos
en las decisiones de los jueces y Magistrados. Es por eso que es ahora que se
deben tomar las decisiones que nos lleven a garantizar la INDEPENDENCIA del
Poder Judicial. Ese caramelo que ahora estamos saboreando se acabará cuando
todo comience a ser de nuevo lo que era antes. Y eso no podemos permitirlo
desde la sociedad civil.
¿Ustedes creen que se hubiera
producido una sentencia histórica como la que surgió el 13 de junio de 2018 de
la Sala Electoral del TSJ legítimo, declarando la nulidad del sistema
Automatizado de Votación y Escrutinio del CNE para la elección de los cargos de
representación popular de los poderes públicos y otras elecciones, si los
Magistrados hubiesen estado sometidos a la influencia de los partidos políticos
dentro de Venezuela? ¡Nunca! A los partidos les interesa todavia heredar ese
sistema electoral corrupto del castro-chavismo-madurismo para sus propios
fines.
De allí que muchos arrugaron la
cara cuando se enteraron de la decisión del TSJ legítimo en su Sala Electoral,
y están aterrados de qué otras cosas puedan decidir. No se sienten a gusto con
un TSJ que actué “a la libre” y sin su
control, y están intentando desesperadamente influir en los Magistrados,
amenazando con desconocer decisiones que pudieran tomar, como la que
actualmente cursamos en la Sala Constitucional solicitando que se designe un
Gobierno de Emergencia Nacional (ver
solicitud completa en https://tinyurl.com/y7x87ldb), dada la gravísima crisis que existe en el país y
que no aguanta más dilaciones, como las que le quiere imprimir de nuevo la
oposición oficial tratando otra vez de convencer a los venezolanos de asistir
al circo electoral, ahora ilegal, del próximo diciembre que está convocando el
CNE precisamente por la sentencia de la Sala Electoral del TSJ legítimo.
Ahora resulta que los políticos
pretenden desconocer las decisiones que de pleno derecho tomen los Magistrados
porque “no les convienen a sus fines políticos. ¿Y que se creen estos
personajes? Somos nosotros, los ciudadanos, los que concurrimos a esas
instancias porque ellos no están haciendo el trabajo que les encomendamos
hacer. Y ahora de pleno derecho ejercemos nuestra prerrogativa ciudadana de
exigir un Gobierno de Emergencia porque Maduro y su régimen está asesinando
venezolanos.
¿Entienden ahora porque están
apareciendo “expertos” pagados para desconocer la validez del TSJ legítimo en
el exilio? Es por eso que los venezolanos debemos manejarnos con criterios
propios y conocer lo que está pasando para no caer en el peine de quienes
quieren continuar sojuzgando a la población de la misma manera que lo hicieron
por años, y que ahora están en el juego del “quítate tú para ponerme yo” con el
régimen pero sin cambiar las reglas de juego. De no haber sido por la presión
ciudadana que realizó una población indignada no hubieran aprobado el
antejuicio de Maduro en la Asamblea Nacional, esa es la lamentable realidad.
El Poder Judicial es el que marca
el equilibrio del balance del Poder en los Estados. El aporte fundamental los Padres
Fundadores de la nación norteamericana tuvo que ver precisamente con estas
ideas. Thomas Jefferson (1743-1826) aportó en la Declaración de Independencia
norteamericana, que los poderes de los gobiernos derivan de sus ciudadanos. Esta
sola idea es la que prevalece en los países donde se respetan los derechos de
sus ciudadanos, y es la que nos reta desde la sociedad civil a impulsar los
cambios que sean necesarios para controlar el Poder que tienen los gobernantes.
John Adams (1735-1826) definió que esto debía hacerse “dentro de la ley”. Como referencia histórica, Adams es el prócer
norteamericano que dijo que una República debía ser un gobierno de leyes
y no un gobierno de hombres.
James Madison (1751-1836), por su parte, concibió el texto
constitucional como aquel que pone límites al Poder de
las autoridades, porque su permanente preocupación fue el abuso del poder. “Madison se da cuenta muy tempranamente de
que la esencia del gobierno es el poder y que todo hombre tiene dentro de sí
mismo, al igual que muchas cualidades positivas, una tentación, una
predisposición a abusar del poder, eso lo sabemos todos” (ver De Padres
Principios y Partidos, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/09/de-padres-principios-y-partidos.html).
Otro de
los Padres Fundadores norteamericanos, Alexander Hamilton (1755-1804),
fue el autor de la idea del desempeño vitalicio de los Magistrados el cual
defendió con el siguiente argumento: “el
organismo judicial es el más débil de los tres organismos del Estado, porque no
posee el poder militar que tiene el organismo ejecutivo, ni el poder de
disponer del tesoro público y de dictar leyes, que tiene el poder legislativo. Solo posee el poder de juzgar; pero con
tal poder no puede defenderse del ataque de los otros organismos. Un recurso
para evitar ese ataque consiste en que los jueces que tienen buena conducta no
puedan ser destituidos; y posean, entonces, independencia para juzgar la
licitud o no licitud constitucional de los actos de los otros organismos del
Estado” (ver Sobre Jueces Vitalicios, Luis Enrique Pérez en https://ar-ar.facebook.com/notes/luis-e-perez-e/logos-sobre-jueces-vitalicios/403297803139124/).
Estas
lecciones de la democracia más perfeccionada del mundo están abiertas para todo
ciudadano que desee un cambio verdadero en su país. Entonces, si no entendemos
que debemos tener un Poder Judicial que le ponga límites al Poder y sea verdaderamente
independiente, jamás recuperaremos la República. Ni ahora que hay dictadura ni
después que recuperemos al país. Y de eso se trata la necesidad de que luego de
establecido ese Gobierno de Emergencia Nacional, este tenga la obligación de
convocar al Constituyente Originario para reinstitucionalizar la República para
enfrentar ese reto. Estoy seguro que los Magistrados en el exilio saben eso,
pero también nosotros como ciudadanos conscientes. Que Dios los acompañe en sus
decisiones.
Caracas,
23 de Junio de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana