Por Luis Manuel Aguana
Es claro que ninguno de los socios
militares y comerciales de este régimen está de acuerdo con una intervención de
ningún tipo en Venezuela. A los chinos y los rusos –principalmente- les agradan
las cosas como están y que sigan así. No es a esos países adonde están
emigrando en masa los venezolanos producto del desastre humanitario provocado
por sus socios del régimen. De allí que mal pudieran esos países salir en la
defensa de los derechos humanos de los venezolanos cuando sus intereses se
encuentran en juego.
Sin embargo, para justificar que
los extranjeros no podían meterse en Venezuela como “…un elefante en una cacharrería
sin entender lo que realmente ocurre”, el Presidente de Rusia, Vladimir
Putin, indicó en un foro reciente que “Los venezolanos y nadie más en el mundo
deberían decidir sobre el futuro de Maduro” (ver El Nuevo Herald, Putin
advierte contra la injerencia extranjera en Venezuela, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/mundo/america-latina/venezuela-es/article219424880.html).
A veces los gobernantes, en especial los que tienen influencia, deberían sopesar
un poco más lo que dicen. No creo que esas declaraciones del Presidente ruso
hayan sido del agrado del régimen de Maduro. Si los venezolanos tuviéramos la verdadera
oportunidad de decidir qué hacer con Nicolás Maduro, no existiera ya crisis en
Venezuela.
Efectivamente, el Presidente Vladimir Putin
tiene razón. Los venezolanos deberíamos poder decidir qué hacer, no solamente
con Maduro, sino con el destino de todos aquellos que han destruido a
Venezuela, y decidir asimismo sobre el futuro del país. No los cubanos, los
iraníes, los rusos, los bielorusos, los chinos, y toda la pléyade de países que
controlan de una manera u otra, directa o indirectamente, al gobierno títere de
Nicolás Maduro.
Pero como la situación desastrosa
en la que ha derivado este gobierno ha traído como consecuencia una repercusión
internacional que afecta, cual cáncer en expansión regional al resto de los
países circundantes, se plantea que ellos entonces decidan por nosotros que
hacer con Venezuela, escapando de esa manera el problema de nuestras manos. Si
nosotros no podemos decidir, entonces otros lo deberán hacer por nosotros.
Pero Vladimir Putin al decir algo
cierto, conociendo nuestra imposibilidad para decidir porque estamos
secuestrados por unos delincuentes, cree poder manipular la lógica y argumentar
en contra de una intervención porque somos nosotros, los secuestrados, quienes
debemos decidir, cuando en realidad lo que hace inadvertidamente es admitir un viejo
postulado que no se ha querido reconocer en nuestro propio país: la
solución está en manos del pueblo soberano. Entonces lo que tenemos
que lograr nosotros es hacer posible que el pueblo se exprese. Y las neuronas
opositoras deberían estar ocupadas en pensar de que manera cristalizar esa
expresión por encima de los proyectos electoralistas y personalistas de cada
fracción, utilizando los mecanismos de disuasión que la Comunidad Internacional
ha puesto a disposición para buscarle salidas a la situación venezolana.
¿Cómo se quito de encima el
Presidente Lenín Moreno de Ecuador la pretensión continuista de Rafael Correa?
Consultándole al pueblo ecuatoriano. Ustedes dirán, “claro, pero Moreno era
Presidente cuando montó esa solución. El estaba en el poder” y ese no es el
caso aquí. Pues bien el problema es más retador. Si quienes detentan el poder
solo desean consultar al pueblo y hacer elecciones solo con una institución
electoral corrompida como el CNE, cuyos resultados no pueden ser auditados,
entonces debemos escalar la situación al siguiente nivel.
La pregunta entonces sería ¿cómo
hacer para que los venezolanos dentro y fuera de Venezuela se expresen
libremente por encima del régimen de Nicolás Maduro y sus asociados? Respuesta:
haciendo que esa exigencia la asuma la Comunidad Internacional como una formula
para solucionar el problema, utilizando todos los mecanismos de presión
necesarios como los que se han utilizado hasta ahora y otros nuevos, para
forzar al régimen de Maduro a que se produzca una consulta de venezolanos
dentro y fuera de Venezuela con todo el apoyo y la presencia y supervisión técnica,
logística y financiera de los países que han tenido la voluntad de extendernos
la mano. Sería más que un 16J-2017 pero con varios órdenes de magnitud mundial.
Esa consulta sería la respuesta a aquellos países que apoyan al régimen y que
vetan acciones humanitarias en el Consejo de Seguridad de la ONU, como China y
Rusia, y callaríamos a Vladimir Putin con su propia solución.
Y muchos dirán “pero es que Maduro
y su gobierno no van a aceptar eso porque los sacaría del poder” ¡Precisamente!
Esa consulta se convertiría en el principal mecanismo de presión de la
Comunidad Internacional para lograr que el pueblo venezolano se exprese en
relación a la continuidad de Maduro y el cambio la realidad política
venezolana. Y la mejor justificación para proceder a cualquier acción en caso
de ignorar la petición, pero esta vez con la mejor excusa del mundo: Maduro
impide que el pueblo venezolano se exprese para decidir su continuidad como
bien lo dice el Presidente de Rusia.
Y así como Lenin Moreno en Ecuador
resolvió el problema domésticamente acudiendo al pueblo porque el estaba en el
poder durante la consulta que hizo, los venezolanos podemos resolverlo con la
ayuda de la Comunidad Internacional exigiéndole al régimen que la voluntad del
pueblo se exprese y si aun esta no es permitida, entonces los países tendrán la
Responsabilidad de Proteger al pueblo venezolano. Si ello ocurriera así se
materializaría una autorización del pueblo a que las fuerzas internacionales se
expresen, si Maduro y su régimen no permiten que pueblo sea el que lo haga.
De
existir un Gobierno de Emergencia en el exilio como algunos todavía esperamos,
ese sería el interlocutor ideal para coordinar lo que haya de suceder. Pero si
no se llegara a materializar igualmente lo resolverían por nosotros los países
dolientes del cáncer en plena expansión que sufre Venezuela, solo que sin
ningún control de los poderes legítimos que aun nos quedan. De allí que sea
necesaria esa figura aunque políticamente existan fuerzas que juegan a favor de
matar esa iniciativa. Se olvidan que Venezuela tiene un problema inédito, por
lo que igualmente inédita deberá ser su solución…
Caracas,
7 de Octubre de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana