Por Luis Manuel Aguana
Dice la conseja popular “vísteme
lento que voy de prisa”, tratando de significar que las cosas importantes para
que salgan bien no se pueden abordar precipitadamente, por mas apurado que uno
se encuentre. Ayer los Diputados de la Asamblea Nacional despacharon en una
sola sesión el “Proyecto de Ley del Estatuto que rige la transición a la
democracia para restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela” (ver noticia en http://www.el-nacional.com/noticias/asamblea-nacional/aprobo-proyecto-ley-del-estatuto-transicion_268617)
como si se tratara de algo trivial, siendo absolutamente complejo, y realizado
con la intención de sacar del camino a la Soberanía Popular (ver documento
completo del Proyecto de Ley del Estatuto aprobado en https://tinyurl.com/y9nsa8jw).
A primera vista luce como obvio
que es necesaria una ley que rija el proceso de transición que sabemos que ya tenemos
encima. Pero el problema es cómo se aborde, ya que de su delicado equilibrio
dependerá si salimos o no verdaderamente de la peor peste que le ha tocado
vivir a Venezuela en toda su vida como Nación. No voy a repetir aquí la
denuncia que ya he realizado en la nota anterior en relación al “Acuerdo sobre
la declaratoria de usurpación de la Presidencia de la República por parte de
Nicolás Maduro Moros y el restablecimiento de la vigencia de la Constitución”,
aprobado el 15 de Enero (ver El 333 soy yo, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/01/el-333-soy-yo.html)
pero creo, después de leer lo aprobado en la Asamblea Nacional, que este
Proyecto de ley no es más que una trampa, versión corregida y aumentada de ese
Acuerdo del 15 de Enero de 2019.
Aun cuando se haya avanzado un
camino “empujado” para resolver la crisis política venezolana, si se llegado
hasta aquí no ha sido precisamente por las grandes estrategias de la oposición
oficial o la inteligencia de sus dirigentes, sino por la grandiosa presión
realizada por el soberano pueblo de Venezuela por resolver una crisis
monumental que no nos deja vivir. Y digo “empujado” porque primero fue la
presión popular para que dieran la autorización para enjuiciar a Maduro y
declararse el Vacío de Poder constitucional, luego para que Juan Guaidó entendiera
que debía asumir la responsabilidad como Presidente Encargado desde el 10 de
Enero, porque ya todo el planeta le había dado su respaldo, y ahora porque los
partidos de esa Asamblea entiendan que no pueden ensuciar el plato de donde
comen al tratar de no soltar el control para que esa transición fluya sin
problemas. Tratare de explicar mejor esto.
La primera pregunta que debemos
hacernos aquí es ¿se requiere una ley de transición para que se vaya el
régimen, o se requiere una ley de transición para CUANDO se vaya el régimen?
Nótese aquí la enorme diferencia entre ambos postulados porque de allí se
derivan dos leyes completamente diferentes. Esto es ¿se plantea una ley con
Maduro adentro o sin Maduro adentro? Todo parece indicar que la ley que se aprobó
ayer en primera discusión es una ley con Maduro adentro de Miraflores. Y ESO ES
INACEPTABLE, y menos aun con el apoyo unánime del mundo civilizado a la
Presidencia Encargada de Juan Guaidó, comenzando por el respaldo de los Estados
Unidos y la decidida actitud de su Presidente de desalojar a los comunistas.
Si la ley asume de entrada que
Maduro ejerce funciones de usurpador y sigue en Miraflores a contravía de toda
lógica y legislación posible, entonces es clara la presencia de artículos como
el 18 que promueven incentivos para que funcionarios civiles y militares “se
pasen de bando”, un sistema de “justicia transicional” y toda esa basura que
implica tener medio gobierno de Maduro en la transición, dictando amnistías
inaceptables para un pueblo con sed de justicia. La oposición oficial de la
Asamblea Nacional debe acabar de entender que Juan Guaidó ES EL PRESIDENTE
ENCARGADO CONSTITUCIONAL DE VENEZUELA, que lo único que le falta es tener en el
país el poder de fuego necesario para desalojar al delincuente de Miraflores y
de Fuerte Tiuna. No tengo necesidad de describir aquí que lo puede tener en el
momento que le de la gana. Y mientras tanto desojan la margarita, los
delincuentes armados están secuestrando niños, asesinando y encarcelando personas
al punto que en este solo mes hay el mismo número de muertos que en todo el año
2014 (ver BBC Mundo https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-39956976).
¿Y entonces? ¿Por qué debemos
tener una ley de transición que suponga que Maduro y sus funcionarios estén en
el país? ¡Desalójenlos! Ahora si pueden proceder. Guaidó ya tiene el apoyo
suficiente de una fuerza multinacional combinada para hacerlo. Ya Maduro es un
problema militar-policial. Pero no, quieren una ley para negociar con Maduro. ¿Por
qué? Veamos, porque lo peor no es eso.
El deseo de las principales fuerzas
políticas de la Asamblea Nacional es apoderarse políticamente del proceso de
transición, dejando a Juan Guaidó como un instrumento desechable para esos
fines. No es de su interés permitir que el joven Guaidó conduzca el proceso el
tiempo que sea necesario sino que solo dure los 30 días que dice el Artículo
233, sin importar que Maduro SE QUEDE para negociar su salida, para luego
conformar un Gobierno Provisional que por ningún lado está establecido en la
constitución, a sabiendas que es imposible realizar unas elecciones en el lapso
estipulado Es por eso que hablan de un “itinerario” que “libera” y
posteriormente conforma un “Gobierno provisional” para luego celebrar
elecciones libres (ver Artículos 2 y 26).
Pero el Artículo 233 constitucional
es clarísimo. Quien conduce ese proceso hasta las nuevas elecciones es el Presidente de la Asamblea
Nacional devenido en Presidente Encargado de la Republica. Lo que pasa es que
no quieren que sea Juan Guaidó, a quien el pueblo venezolano con su presión
monumental invistió como Presidente el 23 de Enero. ¿Y porque no quieren?
Porque les salió un outsider que ahora está, sin que ellos lo hayan planeado,
en todas las planas de todos los periódicos del mundo por obra y gracia del
pueblo venezolano. Se les creó un problema político que ahora están tratando de
controlar y no hayan como hacer sino violando la Constitución que dicen
defender, secuestrando el Artículo 333.
Pero como indique en mi pasada
nota los venezolanos somos el 333. ¡El 333 soy yo! Si Juan Guaidó no puede
técnicamente convocar un proceso electoral con todas las garantías en esos 30
días porque lo tendría que hacer con las estructuras trampeadas del régimen,
entonces debe convocar a un proceso de Consulta Popular para preguntarle al
pueblo venezolano si le concede o no el tiempo que requiera para rehacer el
sistema electoral, tal y como lo estableció la Sala Electoral del TSJ legitimo
en su histórica sentencia del 13 de Junio de 2018, que establece un Sistema
Manual de Votación con depuración profunda del Registro Electoral y el
nombramiento limpio de los Rectores del Consejo Nacional Electoral. Es el
soberano Pueblo de Venezuela el que debe decidir si Juan Guaidó se queda o no,
no la Asamblea Nacional. Nosotros decidimos.
Todo lo anterior sin contar que el
pueblo le conceda en esa misma consulta el tiempo para aplicar las medidas
necesarias en materia económica, social y humanitaria requeridas, asegurando la
estabilidad política del país, para realizar esas elecciones en paz y
seguridad. Creo que eso nos convendría a todos. De allí que el Secretario
General de la OEA, Luis Almagro les advirtiera a los partidos en entrevista
realizada por Fernando del Rincón que respetaran la constitución en ese
proceso, dejando a Guaidó como Presidente (ver Entrevista a Luis Almagro y
Julio Borges en Conclusiones CNN 30 de Enero 2019
https://youtu.be/xW8c6KdiOrQ): “Nos
extraña muchísimo y seria un despropósito jurídico ir por otro camino al
respecto” indicó Almagro dando pleno respaldo a que Juan Guaidó conduzca el
proceso hasta las elecciones de un nuevo Presidente.
Entonces, una Ley de Transición
que se realice una vez que Nicolás Maduro este congelándose con Cilia Flores en
Rusia, sería sustancialmente diferente a una ley donde se contemple que
negociamos con el todavía en Venezuela, que es lo que está planteado en lo que
aprobaron. Eso que aprobaron ayer es una trampa montada al pueblo venezolano
para tergiversar su decisión del 23E. Si se respeta como debe respetarse la
Constitución de 1999, esa transición la debe llevar a cabo, quiéranlo o no los
partidos de la Asamblea Nacional, quien el pueblo de Venezuela decidió
constitucionalmente que la llevara a cabo el 23 de Enero de 2019. Después ellos
que se maten para acceder al gobierno, porque esa es su prerrogativa
constitucional, pero que lo hagan compitiendo limpiamente y con todas las
garantías en unas elecciones que convoque Juan Guaidó, Presidente Encargado de
la República Bolivariana de Venezuela.
Termino con las palabras de
Almagro al final de esa entrevista: “…y
el pueblo definitivamente es la legitimidad más alta que podamos tener en la
política. Y esperamos nosotros que ese pueblo prevalezca para lograr las
soluciones institucionales que Venezuela necesita. Es ese pueblo que tiene más
poder que el que la gente puede pensar…” “…es el pueblo el soberano, es el
pueblo el que va a recuperar la democracia en Venezuela, es el pueblo el que va
a desbordar las instituciones que todavía no se han adaptado al sistema
democrático, es el pueblo el que va a buscar las soluciones a la crisis
humanitaria, es el pueblo el que va a responder para que haya unas elecciones
libres y transparentes. Es ese pueblo venezolano que nunca se ha doblegado y
con el cual todos tenemos que ser consecuentes. Todos tenemos que mantener el
compromiso de respaldarlo en todas las ocasiones…” Almagro lo tiene
clarísimo, ¡es el pueblo quien decide! Ya es hora que esa Ley de Transición se
corresponda con la decisión que el pueblo debe tomar…
Caracas,
31 de Enero de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana