Por Luis Manuel Aguana
Habló el dueño del circo: “Castro sale de su retiro para anunciar que
jamás dejará a Venezuela”, titula PanamPost (https://es.panampost.com/sabrina-martin/2019/04/11/castro-venezuela/)
en un reciente artículo. ¿Y porque habría de dejar a la colonia que capturaron
sin disparar un tiro, como bien se ha comentado miles de veces en Venezuela?
Nadie lo haría si de ello dependiera su supervivencia. Son como esa hiedra
venenosa que se adhiere al tronco de un árbol sano, y no lo pueden dejar porque
de ello depende su vida, aunque lo estén secando y el árbol muera poco a poco,
y eso signifique que morirán con él.
Pero para sacarnos de encima al
parasito debemos usar métodos que significarán que al arrancarlo se hiera el
árbol por lo profundo que las raíces de la hiedra venenosa han penetrado en sus
las entrañas. Se han probado desde afuera todos los métodos para que se suelte pero
no han dado resultado y el árbol está cada vez más seco. Estamos todavía en la
discusión de los métodos para salvar al árbol y ya no hay opciones. Será
necesario usar métodos más drásticos, usando la fuerza, es decir arrancar el
parasito, así le haga un daño al árbol, que será en todo caso producto del
proceso de extirpación y que luego de una lenta curación de sus heridas, el
árbol podrá recuperarse y crecer de nuevo.
El solo planteamiento de convivir
con esa hiedra venenosa pegada al tronco de Venezuela (elecciones con Maduro o
el castro-chavismo-madurismo) lo descartamos de entrada, aunque eso sea lo que
pida la diplomacia de la Unión Europea, el Grupo de Lima y una parte importante
de la oposición oficial, ahora acompañada de Henrique Capriles.
A ellos les recomendaría la
lectura de un extraordinario informe titulado "Cubazuela: Chronicle of a cuban intervention” (ver informe completo en inglés en http://www.fhrcuba.org/wp-content/uploads/2019/04/CUBAZUELA-CUBAN-INTERVENTION-English.pdf)
publicado este mes por la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba
(Foundation for Human Rights in Cuba, http://www.fhrcuba.org/),
donde sus autores, Juan Antonio Blanco, Rolando Cartaya, Luis Dominguez y Casto
Ocando, hacen un análisis profundo del proceso de dominación cubano en
Venezuela. De allí extraeré algunos párrafos que usare para contestarle al
sátrapa que en mala hora se cree el dueño de Venezuela, como una vez lo
creyeron los reyes de España hasta que se encontraron con los protagonistas de
la gesta que comenzó el 19 de abril de 1810.
Comenzando
por entender que lo que enfrentamos en Venezuela, el informe claramente expresa
que “La situación en Venezuela, por lo
tanto, no tiene precedentes. No se trata de un Estado independiente y soberano
que controle su territorio nacional, proteja el bienestar y la seguridad de sus
ciudadanos y viva en paz con sus vecinos. Las instituciones del Estado se han
transformado en perpetradores de una empresa criminal”, dejando
perfectamente claro que “La lógica de los criminales no es la de
los políticos. En
circunstancias como estas, siempre hay voces que aconsejan prudencia política y
apuestan honestamente a apaciguar los instintos agresivos del enemigo. Eso es
lo que Chamberlain intentó hacer, sólo para descubrir más tarde que los nazis
eran criminales, no estadistas…”. Son criminales disfrazados de políticos,
por lo que sorprende aun que la diplomacia internacional impulse soluciones
electorales a un problema que no es de ninguna manera político sino de naturaleza
criminal.
El
informe coincide con la noticia de Raúl Castro indicando que resistirán hasta
el final sin soltar a Venezuela: “El dictador cubano, Raúl Castro, decidió
abandonar su retiro oficial de la política para aferrarse a Nicolás Maduro y
dejar claro ante el mundo que seguirá apoyando al régimen venezolano hasta el
final”, cita la nota periodística. Raúl Castro no saldrá por las buenas de
Venezuela y “saboteará cualquier
negociación que de alguna manera no asegure la continuación de su poder sobre
Venezuela, aunque sea detrás de otra cara” “…Desde la perspectiva de una
realpolitik comunista, Venezuela es
considerada por La Habana como el perímetro exterior de defensa del régimen
cubano, de ahí la orden de resistir hasta el final. ¿De qué otra
manera se le dice a los tercos que aun creen que el régimen saldrá
electoralmente sino con los pies por delante?
El modelo colonial impuesto por
Cuba en Venezuela implica no solo la expoliación de nuestros recursos naturales
sino, como revela el informe la “…subcontratación de tareas sucias y potencialmente
peligrosas a Venezuela para evitar riesgos directos para la seguridad nacional
de Cuba”. Esto es, “actividades criminales que
coinciden con los objetivos geopolíticos de los aliados internacionales más
odiosos de Cuba (Rusia, Irán, las FARC, el ELN, Hezbolá), lo que puede lograrse
transfiriendo a Caracas las conexiones con el narcotráfico y su logística, así
como el entrenamiento y aprovisionamiento de conexiones de grupos terroristas…”. Si los
que creen en Venezuela que esto se resuelve abrazándose al régimen e ir con él
a un proceso electoral, o quieren estar en el negocio con los delincuentes o ya
forman parte de él. ¡Miren bien a quien les proponga elecciones!
Debemos entonces discutir en serio
el uso de la fuerza para arrancar al parasito, afrontando el hecho que ya se
apropiaron de nuestro país, que en este momento funciona como un enclave
colonial de la Cuba de los Castro, independientemente que quienes están en
posición de aplicar esa fuerza desde afuera se debatan entre hacerlo o no
hacerlo por la razón que sea. Si los venezolanos hemos de salir de este problema
debemos comenzar por preocuparnos por establecer la estrategia adecuada que
ponga en el análisis el uso de la fuerza y cómo debemos manejarnos con ese
factor fundamental. Si eso no está en la agenda del Presidente Encargado y no
se le habla con la claridad debida al pueblo venezolano, se le está mintiendo y
haciéndole un flaco servicio a la ruta que empieza por el “cese de la
usurpación”.
Desde
la perspectiva del informe, “El
uso de la fuerza va desde una invasión a gran escala (Normandía, Irak), hasta
una maniobra relámpago y quirúrgica (Panamá), pasando por operaciones aéreas
sin el uso de fuerzas terrestres (como ordenó el presidente Clinton en
Sarajevo), la creación de canales limitados de ayuda humanitaria con espacio
aéreo protegido (zonas de exclusión aérea), operaciones de comando para
capturar, eliminar o remover a los enemigos (Bin Laden), y muchas otras
acciones policiales o encubiertas (como interceptar naves dedicadas al
narcotráfico, o utilizar aviones teledirigidos para eliminar a los elementos
delictivos clave). Equiparar
el uso de la fuerza sólo con acciones a gran escala, con aterrizajes y
ocupaciones prolongadas puede confundir a los incautos y neutralizar a los que
quieren una acción decisiva para sacar del poder a una banda de matones que no
se irán por su propia voluntad.”
Y ciertamente es así. Los que han estado manejando el tema
del uso de la fuerza internacional para resolver lo que en el fondo es acabar
con el enclave colonial cubano en Venezuela, lo han hecho de una manera sesgada
y maniquea siendo instrumentos útiles del régimen para permanecer en el poder: “Quienes anticipan que en ningún caso
apoyarán una solución que utilice la fuerza -por temor a abrir la puerta a una
prolongada ocupación militar extranjera- parten de una premisa falsa: están
ignorando las múltiples opciones que históricamente se han utilizado para el
uso de la fuerza cuando ésta se hizo imprescindible”
El régimen cubano no se siente realmente amenazado cuando las
soluciones opositoras las considera blandengues y llevadas a cabo sin
determinación. El solo hecho que en Venezuela la opinión pública se incline por
no querer hablar de soluciones que impliquen el uso de la fuerza transnacional,
los hace atornillarse en el poder. Esa es una lógica criminal, no política. Un
pasaje del informe de la Fundación
para los Derechos Humanos en Cuba es revelador: “Pocos meses después del desastre de Bahía de Cochinos, en el que el
Presidente J. F. Kennedy, con la operación ya en marcha, decidió cancelar el
apoyo aéreo a la Brigada 2506, Khrushchev comenzó a instalar misiles nucleares
en Cuba. A partir de entonces, la
percepción del Kremlin de que había un enemigo inexperto y vacilante en la Casa
Blanca hizo que la Guerra Fría fuera más peligrosa”. Así funciona la mente de estos criminales.
Pero una afirmación que destaca en el
informe porque es algo que creo que es la clave de todo este problema,
establece que: “La
soberanía de Venezuela -que recae sobre el pueblo-, ha sido
"expropiada" desde la alianza entre Chávez y Castro y necesita ser
rescatada primero; de lo contrario estaríamos respetando la soberanía de un
grupo criminal transnacional”. ¿Qué quiere decir eso? Que los venezolanos, quienes somos los dolientes de
toda esta tragedia, hemos sido completamente ignorados en esta ecuación. Solo
los partidos y sus representantes son los que hasta ahora “han hablado por
nosotros” en la escena internacional, y ellos no representan el verdadero
sentimiento del pueblo venezolano. En primer lugar porque no votamos por ellos el
6D-2015 sino en contra del régimen, y lo más grave es que están respondiendo a
intereses que peligrosamente coinciden con los de Maduro y los de la corrupción
que ha devorado todo en Venezuela. ¡Hay que ir a la fuente de la Soberanía! Es
la única manera de saber la verdad.
La
Comunidad Internacional haría bien en acompañar lo que diga la voz del pueblo
venezolano por encima de cualquier otra consideración, para no equivocarse en
la solución que pretendan darle a Venezuela. Y eso solo se logra consultándole
al pueblo, como efectivamente algunos ya lo hemos propuesto (ver Manifiesto
Ciudadano para la Consulta Mundial, en http://ancoficial.blogspot.com/2019/03/comunicado-anco-manifiesto-ciudadano.html),
acerca de procedencia o no de la aplicación del Principio de Responsabilidad de
Proteger (R2P) en Venezuela y el cese de la tiranía. Y lo seguiremos
proponiendo, porque cualquier solución debe pasar por quienes vamos a sufrir
las consecuencias de las decisiones que se tomen.
No se
puede estar sujeto a que “el diputado
Guaidó no comprenda el callejón sin salida en que se encuentra y, en lugar de
zafarse de quienes lo maniatan y lo entregan inerme al fuego lustral de la
crisis, no asuma el rol de comando que las circunstancias le exigen, no se
libere del manto castrador de su jefe político y no se abra a la conformación
de un gran frente opositor dispuesto a acompañarlo con generosidad y
desprendimiento en la inminente guerra de liberación que enfrentamos” como
lo sugiere mi querido amigo Antonio Sánchez García en su última y extraordinaria
nota (ver Crisis y liderazgo ante una guerra anunciada, por Antonio
Sánchez García
https://www.twitlonger.com/show/n_1sqs4ve).
Esto esta mil millones de veces por arriba de ese muchacho y quienes lo
acompañan.
El futuro y la independencia de 30
millones de personas no pueden solo depender de eso. Si vamos a pelear esta
nueva gesta de independencia para sacudirnos el parasito que representa el
coloniaje que está planteado con Cuba, lo menos que aspiro es a que me pregunten
si estoy dispuesto a ir a una guerra con ayuda extranjera contra estos
delincuentes, en contraposición a vivir sometido a ellos por un arreglo de
cohabitación electoral en calidad de colonia de una isla paupérrima. Yo ya tomé
mi decisión, ¿y usted?
Caracas,
16 de Abril de 2019
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana