sábado, 21 de marzo de 2020

Estado de confusión

Por Luis Manuel Aguana

Como en cualquier tiranía que se precie de tal, el régimen de Nicolás Maduro Moros nos aplica a cuenta del COVID-19 un toque de queda y una suspensión de nuestras garantías constitucionales a través del Decreto 4.160 por Estado Excepción, en su modalidad de Estado de Alarma, publicado en la Gaceta Oficial 6.519 Extraordinario del 13 de Marzo de 2020 (ver Decreto 4.160, en https://pandectasdigital.blogspot.com/2020/03/decreto-n-4160-mediante-el-cual-se_17.html). Sin embargo, al juzgar por el comportamiento de los actores políticos del régimen y su oposición oficial, lo que hay en Venezuela no es un Estado de Excepción sino confusión. No necesita Maduro poner en blanco y negro en un Decreto que puede llevarse a la gente, mantenerla en toque de queda o reprimirla como y cuando le de la gana, ya lo está haciendo. De hecho nadie está en lo que le corresponde hacer, aun a pesar que en régimen ese comportamiento ha sido su estado natural por su condición autoritaria.

Para agravar las cosas, el régimen está utilizando la pandemia ocasionada por el COVID-19 para mantener contenida a la población por el agotamiento de los recursos de los que cada vez dispone menos para sostener la estabilidad de su gobierno. Los reportes de todo el país apuntan a una gravísima escasez de combustible, al punto de que lo que queda lo están utilizando para los cuerpos de seguridad dedicados a reprimir a un pueblo que lo que pide es agua y comida, sin decir de los servicios más elementales como electricidad, transporte público y salud. Ya el régimen no está en capacidad técnica de proveerlos.

Y cada vez habrá menos capacidad logística para transportar alimentos a los mercados populares de Caracas. La capital del país no produce nada. Toda la comida viene del interior, en particular de los Estados occidentales. A los proveedores las autoridades no les permiten el acceso al combustible para traer los alimentos que se requieren en la capital, a pesar que ese Decreto dice expresamente lo contrario en su Artículo 20: “Se establecerán las coordinaciones adecuadas para garantizar pleno abastecimiento esencial a la población de bienes y servicios”.

A esto se añade que estos proveedores cada vez más se nieguen a hacer viajes a la capital porque se ven obligados a dejar gran parte de su mercancía a la voracidad de los cuerpos de seguridad en las decenas de alcabalas que han puesto, donde martillan inclementemente a quienes traen los alimentos. Bajo ese panorama es muy difícil que el régimen mantenga a una población indigente encerrada bajo un toque de queda inhumano, sin los servicios más elementales, y de paso exigiendo que no salgan de sus casas mediante un Decreto que suprime las garantías constitucionales.

En otros países se puede sostener ese estado de cosas por la presencia del COVID-19 porque disponen de los recursos para mantener a la población en sus casas. En Venezuela eso es inaplicable en las condiciones que vive el país desde antes de la aparición de la pandemia. ¿Qué debería hacer el régimen si impone un Estado de Alarma como el descrito en el Decreto 4.160? En primer lugar garantizarle a toda la población que habrá agua y alimentos en la puerta de sus casas a todos los venezolanos, en particular a la población más desvalida. ¿Está en capacidad este régimen de hacer eso? Es claro que no, como no lo ha podido hacer hasta ahora sin COVID-19, lo que convierte ese Decreto en una bomba de tiempo de inestabilidad social, y conspira en contra de su estabilidad política. Si existieran políticos y no delincuentes manejando el país, hace rato que la situación sería otra. En consecuencia en esta crisis del COVID-19 el lado del régimen no está haciendo lo que debería estar haciendo, tal vez no porque no quieran sino porque no pueden al haber destruído a Venezuela.

Si bien es cierto que se puede entender ese comportamiento del régimen en esta crisis porque todo lo que hacen obedece a una conducta castradora de libertades, en el caso de la oposición oficial la confusión no es tolerable. El 10 de Enero de 2019 le correspondió constitucionalmente a Juan Guaidó Márquez convertirse en Presidente Encargado de la República, con UNA SOLA Y UNICA MISIÓN: lograr el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, constituir un gobierno de transición para realizar elecciones libres del castro-chavismo-madurismo. Todo cuanto haga o deje de hacer el Presidente Encargado debe tener solo que ver con eso. De allí que ver a Guaidó intentando “gobernar” no tiene ningún sentido. En primer lugar porque sus acciones no tienen absolutamente ningún efecto sobre el bienestar de los venezolanos, y cualquier cosa que haga tiene que estar relacionado con salir del régimen de Maduro porque ese es el trabajo que le toca hacer. Y la lucha en contra del COVID-19 no es parte de eso, aunque decirlo pueda resultar odioso para mucha gente.

Guaidó aparte de estar fustigando a Maduro por tener el país en ruinas y en las peores condiciones para sobrellevar la crisis del COVID-19, debería estar realizando acciones concretas para lograr que Maduro salga del poder, entre otras que la Comunidad Internacional nos preste la ayuda de fuerza necesaria, PRECISAMENTE porque la única manera de resolver la crisis del COVID-19 y evitar que se expanda ocasionando una mortandad que se riegue por toda la región. Si eso no los convence, nada los convencerá. Y si no nos ayudan, entonces deberá estar tomando decisiones drásticas y visibles para lograr de inmediato su única misión porque la vida de los venezolanos está en juego en cuestión de días.

El trabajo de Guaidó no es asumir labores ni dar recomendaciones para detener la expansión de COVID-19 en el país. Ese es un trabajo que le corresponde a quien ejerza el poder en Venezuela, no a él que aun no lo ha asumido. Su trabajo es convertirse A LA BREVEDAD en quien ejerza ese poder para resolver esta crisis, entre otras razones porque lo hará en muchísimas mejores condiciones que el régimen porque contará de manera inmediata con toda la ayuda que el mundo pueda brindarle. Mientras eso no ocurra deberá exigírselo al usurpador, aun a sabiendas de que no resolverá absolutamente nada.

Debemos repetirnos como un mantra: La solución del COVID-19 es que Maduro y su régimen se vayan. Ya en ANCO le sugerimos una manera pero si el y su gobierno interino están en desacuerdo su deber es conseguir otra y aplicarla de forma inmediata. Aun estamos esperando. Si Guaidó si no llega a tomar las decisiones que corresponden ante la gravedad de la crisis, la misma situación que se presente en el país cono consecuencia de no tomar esas decisiones, encontrará en su camino el liderazgo necesario para hacerle frente a lo que suceda.

Es sorprendente como la crisis nos ha llevado a no darnos cuenta de esta gigantesca confusión de roles, creando en la población un estado de indefensión y confusión generalizado donde las personas amanecen apoyando las acciones de quienes no saben lo que se debe hacer ni cómo hacerlo. Es frustrante ver a Guaidó intentando hacer en vano el trabajo de Maduro, porque es Maduro quien ejerce el poder, y a Maduro intentando hacer un trabajo que no puede hacer porque destruyó el país. Esa locura ocasiona en la gente incertidumbre y sensación de estar perdidos en el medio de una pavorosa oscuridad. ¡Por eso es que precisamente se requiere de un liderazgo responsable y comprometido! Fue por eso mismo que un liderazgo como el de Winston Churchill pudo sacar a los ingleses del terror de una invasión alemana, creando confianza y fe en el futuro, sacando de ellos mismos la suficiente fuerza para oponerse.

Cada día que pasa la pandemia se expande por el mundo, y no sabemos hasta donde ha llegado en Venezuela a esta fecha porque han destruido todo el sistema de salud. A nuestro país no llegará ayuda alguna si NOSOTROS no resolvemos antes el problema de Maduro y su régimen. Estoy por pensar que Dios nos mando esa plaga adicional del COVID-19 para forzarnos a tomar las decisiones que tenemos que tomar. El tiempo se agota y Maduro y sus ladrones prefieren aferrarse al poder, permitiendo que el pueblo se muera de mengua por un virus chino. Espero que sus acompañantes no estén dispuestos a “autosuicidarse” con él, haciendo que ese virus chino sea el detonante definitivo…

Caracas, 21 de Marzo de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

miércoles, 18 de marzo de 2020

Cuarentena genocida

Por Luis Manuel Aguana

Mucho me ha llamado la atención que en un país con un sistema de estadísticas epidemiológicas completamente destruido intencionalmente, aparezcan de la noche a la mañana los principales voceros del régimen de Nicolás Maduro Moros a decirle al mundo que en Venezuela hay X, Y, Z o W casos comprobados de contagio del virus COVID-19, ¡y les crean! ¿En base a qué? ¿Cómo el mundo – y nosotros – podríamos creer que eso sea cierto? Y es claro que no lo es. En Venezuela al régimen no se le puede creer absolutamente nada de manera objetiva y menos en el sensible caso de las estadísticas sanitarias. Se han dedicado a perseguir a los médicos que digan o insinúen algo relativo al tema desde que comenzó la crisis del COVID-19 mundialmente.

Y efectivamente en un país donde desconocemos los casos reales de muertes por malaria (paludismo), porque el régimen esconde las cifras y le miente a las organizaciones internacionales de salud, siendo ésta una endemia muy conocida por nuestros países desde hace décadas, de la noche a la mañana ¿cómo salen los usurpadores a decir con toda propiedad que hay X casos comprobados de COVID-19 en todo el país, una enfermedad completamente nueva, teniendo una red de información epidemiológica destruida, sin médicos, sin hospitales dotados, sin nada? La respuesta es que simplemente no lo saben, ni nunca lo sabrán. Imagino que todas las mañanas se levanta Jorge Rodríguez y se inventa un numero para elaborar el parte médico para consumo de los pendejos.

Pero aunque no sepan las cifras reales, allí está la gente muriendo, ya no por la nueva enfermedad sino por la destrucción que ellos mismos han ocasionado al sistema de salud venezolano que nos ha puesto en la situación, no ahora sino desde hace años, de crisis humanitaria que estamos padeciendo antes de que apareciera ese virus chino solo-mata-gente, sin que el régimen todavía lo reconozca, impidiendo criminalmente la ayuda humanitaria. Entonces nos aplican sin más las mismas medidas de aislamiento que están aplicando el resto de los países a sus ciudadanos, sin tener en cuenta en la mas mínima consideración las particularidades de nuestra grandísima situación indigente producto de nuestra crisis humanitaria. Esto es, el régimen de Nicolás Maduro Moros nos está aplicando una cuarentena genocida, que en nuestro caso será peor que la enfermedad.

Sin agua ni electricidad en todo el país, sin combustible, sin comida que adquirir con el sueldo mínimo mas bajo del planeta, el régimen pretende que los venezolanos nos quedemos en nuestras casas a esperar que el COVID-19 no se propague. Los venezolanos medio sobreviven con dos y tres trabajos solo para poder comer, y para ello se ven forzados a salir a las calles. Eso no tiene color político. Es una situación que nos a afectado a todos los que vivimos en Venezuela. Y aunque el régimen ha manipulado la entrega de la comida políticamente con su Carnet de la Patria, el venezolano medio ha sobrevivido los seis dígitos inflacionarios provocados por ellos debido a su vocación trabajadora. Ahora esto no se podrá hacer después de las medidas que el régimen ha tomado. Y yo me pregunto, ¿será posible que el régimen haya resuelto la vieja paradoja de mantener la mujer borracha y el barril lleno de vino al mismo tiempo?

Esto lo digo porque si hasta el socialista Pedro Sánchez entendió que para mantener viva la economía de España había que inyectarle mas de 200 mil millones de Euros “para salvar el país de la crisis económica y social derivada de la emergencia sanitaria del coronavirus”, (ver Rescate económico: el gobierno quiere sortear la crisis del COVID-2019 con 200.000 millones”, en
https://www.lavozdelsur.es/rescate-economico-el-gobierno-quiere-sortear-la-crisis-del-covid-2019-con-200-000-millones/), entonces ¿qué podremos esperar nosotros con este régimen que nos hambrea con un salario mínimo de 3 dólares mensuales?

El régimen de Nicolás Maduro Moros, por obra del COVID-19 se encuentra entonces en una disyuntiva sumamente grave si pretende conservar su estabilidad: o deja que los venezolanos se sigan resolviendo como lo están haciendo hasta ahora, lo cual significa que tengan la movilidad necesaria para hacerlo, creando en consecuencia las condiciones para que se propague con voracidad el COVID-19, que solo Dios sabe hasta donde ha llegado en Venezuela, o pone los reales para que continúen en sus casas, como lo esta haciendo el socialista Pedro Sánchez. Como creo que no pueden hacer ni lo uno ni lo otro, tendrán que comenzar a lidiar con la desobediencia a esa cuarentena genocida porque nadie se suicida solo porque el régimen se lo ordene, por mas seguidor del régimen que sea. Y ese es el escenario que comenzaremos a ver en los próximos días, si no es que ya comenzó.

¿Que harán Padrino y el resto de sus matones armados? ¿Ordenarán disparar en contra de un pueblo hambriento y enfermo? Posiblemente, ya lo han hecho antes. Pero ¿podrán hacerlo de una manera consistente y simultánea en todo el país, y en especial en contra de SU PROPIA GENTE? Buena pregunta. Y ya no estamos hablando solo de opositores, sino de cualquier persona que desee simplemente alimentar a su familia. Allí se incluye el pueblo que todavía se llama a si mismo “chavista”. Porque, o los matan de hambre en sus casas, sin agua y sin luz, o los mata el virus o el régimen afuera en las calles intentando ganarse la vida. Esa decisión solo será de ellos, y no creo que los venezolanos tengan vocación suicida y se dejen matar pasivamente.

Por obra de una condición externa, una pandemia, el rebaño de corderos en que se han convertido los venezolanos se estarán ahora preguntando si deciden ir a un matadero por mantener una cuarentena genocida, quedándose en sus casas sin tener como sostenerse allí, o deciden si vale la pena arriesgar la vida enfrentando al virus y al régimen. Creo que un pueblo llevado a ese extremo no dudará en preferir arriesgarse. Es cuestión de vida o muerte, y las probabilidades van a favor de ese riesgo porque si logran sobrevivir al COVID-19, le sobrará energía para llevarse al régimen por delante...Es hora que los pilares que aun sostienen al régimen recapaciten, o los agarra el chingo o los agarra el sin nariz. No hay forma de escapar de la disyuntiva. Si me lo permiten, Maduro no vale esa pena….

Caracas, 18 de Marzo de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana