Por Luis
Manuel Aguana
No
me lo presentaron, se presentó solo. Una tarde llegó a mi casa
porque quería saber más de algo que habíamos comenzado a plantar
en el país, el Proyecto País Venezuela Reconciliada Vía
Constituyente. Con ese tono campechano que solo tienen los llaneros,
me explicó que había sido Diputado por el partido de Rafael
Caldera, aquel famoso “chiripero” que llegó al poder en 1993
pero que se había retirado de la política de partidos decepcionado
del resultado que había tenido todo eso que Chávez una vez llamó
4ta República, pero que le había caído en las manos por intermedio
de un amigo común, un ejemplar del libro de la propuesta de cambio
estructural del Proyecto País, y como buen ingeniero que era, lo
analizó y quería saber más, no solo de la propuesta sino de
quienes la habían formulado. El amigo le recomendó que hablara
conmigo porque ya había escrito bastante en ese momento acerca de la
propuesta.
“Si
esto es verdad, es algo por lo que vale la pena regresar a la
política” me confesó Hinderburgo Becerra sin conocerle. Pero dejó
claro que se refería a la otra política, a la política de verdad,
no la que resulta de los conciliábulos que se hacen para alcanzar el
poder por si mismo, sino alcanzarlo para aplicar lo necesario para el
bienestar de la gente. Si alguien tenia claro el poder y sus fines
era él. Les confieso que me inquietó
porque no lo conocía. Me pidió muchos ejemplares del libro del
Proyecto País Venezuela para entregarlos a “su gente” del Estado
Guárico para hacerles “un examen” y evaluar su aplicación en el
propio lugar de los hechos. Les confieso que me causó en ese momento
cierta desconfianza entregarle tantos ejemplares que fueran a parar a
cualquier lugar, pero
en el grupo acordamos dárselos. El tiempo demostró que no fue un
error sino la mejor inversión de nuestro proyecto en ese entonces.
De su mano recorrimos el Estado Guárico con el Proyecto País
Venezuela, en múltiples foros y discusiones enriquecedoras,
conociendo gente valiosísima que nunca hubiéramos conocido de otra
manera.
Hinderburgo
Becerra era un operador político nato de esa política que conocen
los venezolanos de jugar “caribe”. Se había movido en las mas
altas esferas de la política como conciliador personal del
Presidente Caldera, manejándose como pez en el agua entre todas las
fracciones políticas del antiguo Congreso, en un gobierno que era
franca minoría en ese período difícil del “chiripero” de
Caldera, y salir adelante. Había que ser bueno en política para
lograr eso, pero Hinderburgo me demostró en lo personal que no solo
era bueno en política, sino que para ser exitoso en ella se requería
calidad humana y de zamarrería política que pocas veces se dan
juntas en un ser humano. Nadie creería eso de un político en
Venezuela. Hinderburgo fue la prueba viviente que se podía ser
político, honesto y ser humano al mismo tiempo en Venezuela.
Y
eso fue lo que paso ayer, se nos fue un ser humano, un ser humano muy
valioso. Ayer falleció Hinderburgo Becerra. Y es una perdida tan
grande que difícilmente alguna vez podremos evaluar en su justa
medida lo que perdimos, no solo por la calidad del ser humano que se
fue, como ya se han ido tantos otros en este largo camino recorrido
en nuestro Proyecto de un país distinto, sino por lo difícil que
resulta conseguir que confluyan en una sola persona el conocimiento
político de su país y de su Estado, la profundidad con la que
Hinderburgo entendió la propuesta del Proyecto País Venezuela y
finalmente la aplicación de esa propuesta para su Estado natal, el
Estado Guárico.
Y
aquí me referiré de manera egoísta al dolor desgarrador de perder
gente de tanta valía cuando el país mas los necesita. Hinderburgo
pudo ser otro rico mas de la 4ta República, disfrutando de millones
mal habidos, como ya mismo lo están haciendo quienes ni siquiera han
accedido al poder desde el gobierno interino. Se había retirado de
la política decepcionado y volvió porque nosotros nos pusimos en el
medio, pidiéndole que nos acompañara a rescatar lo que habían
destruido, difundiendo una propuesta que consideramos lo mejor para
Venezuela. Hinder, como le decíamos cercanamente, decidió después
de viejo dejar las pantuflas de un cómodo retiro bien ganado de
muchos años al servicio del país, enfermo como ya estaba de una
operación de cáncer, para dedicarse a recorrer su Estado y el país
para convencer a su gente que la política que había sido su vida,
si podía ser interpretada mas allá de las banalidades y la
corrupción rampante de quienes la ejercen ahora. Que existe una
oportunidad, que no todo esta podrido. Y su vida de los últimos años
demostró eso con creces. Nadie mejor que él la entendió, siendo
como el lo había sido, protagonista de excepción del hecho político
venezolano de las últimas décadas.
Disfrutó
de sus últimos años blandiendo una nueva bandera política -de la
política con “P” mayúscula- que trabajó intensamente para su
Estado Guárico en una época donde los políticos solo quieren un
puesto publico solo para tener poder y mandar. Tomó las bases
escritas del Proyecto País Venezuela, las interpretó y escribió
para su Estado. Fue un trabajo extraordinario y digno que todo
guariqueño conozca, estudie y aplique. Les dejo una dirección en la
red para que se enteren de “Propuesta
Región Guárico, Estado Federado” de
Hinderburgo Becerra (descargar propuesta en
https://tinyurl.com/ybuknwfq),
en la que Hinder explica con la minuciocidad que solo un ingeniero de
excepción como el podría lograr, de que manera su Estado podía
transformarse en una potencia agroalimentaria, con proyectos de
agroindustriales, ferroviarios, agua y gas, con la consigna “El
Guárico alcanza para todos y sobra...¿Hasta cuándo estaremos
sentados sobre nuestras riquezas?”...Eso
lo representó con un llanero guariqueño pordiosero, pidiendo
monedas cuando estaba sentado sobre un lingote de oro. Esa idea fue
de él. Lo sé porque me hizo la dibujar en esa lámina que ustedes
verán en ese trabajo extraordinario en el que expresara realmente lo
que somos los venezolanos. Eso es lo que esperamos para cada Estado
de Venezuela.
En
este momento lloro la impotencia de una Venezuela que se le mueren
sus mejores hijos en el medio de una desidia y una incomprensión
inenarrables. Pero peor aún la sordera de un país que todavía oye
con embeleso las promesas huecas de una clase política que se niega
a morir, al tiempo que se mueren venezolanos únicos que dejan
aportes concretos de política para mejorar su país y su región.
¿¿¿¡Que injusticia es esa Dios mio!??? Y es aquí es en donde
comienzo a comprender la angustia del Libertador en sus últimos
días...
Nunca
tuve ninguna duda del increíble aporte de los llaneros a la libertad
de Venezuela. El único que lo dudó fue Hugo Chávez al denigrar de
la figura histórica de José Antonio Páez. Afirmo sin lugar a dudas
que Hinderburgo Becerra es la prueba de esos aportes que el Estado
Guárico seguirá dando a Venezuela. Y esto me hace recordar el
Monumento a los Lanceros del Pantano de Vargas, localizado en el
Departamento de Boyacá en Colombia, considerado el monumento más
grande de ese país, hecho en homenaje a la carga de 15 lanceros al
mando de un venezolano, el Coronel Juan José Rondón, llanero del
Estado Guárico, en la Batalla del Pantano de Vargas, y que fue a
parar tan lejos de su tierra al mando del Libertador, peleando por la
libertad de un continente (véanlo ustedes en
https://es.wikipedia.org/wiki/Lanceros_del_Pantano_de_Vargas).
Estoy seguro que en una Venezuela que yo no veré habrá un monumento
en honor a los héroes civiles que reconstruyeron este país, y en
alguno de ellos, tal vez el mas grande de su Estado Guárico, habrá
uno que encabece Hinderburgo Becerra, como el de Juan José Rondón
en Pantano de Vargas, cargando vencedor en contra de la ignorancia,
la corrupción y la desidia que azotan a su pueblo.
Hinder
solía llamarme a menudo muy temprano en la mañana para comentar
cada vez que leía de madrugada alguna nota que le había gustado de
las muchas que he publicado, refiriéndose inmerecidamente a mi
persona como “un hombre de pensamiento omniabarcante”. Siempre me
reí de eso con él porque quienes lo fueron solo están en los
libros de historia y por supuesto muertos. Pero siempre me llamó la
atención el término. Ahora que te has muerto hermano, me doy cuenta
que en ti si aplica el término que me pusiste inmerecidamente.
Fuiste mas allá de todo lo esperado y dejaste para las nuevas
generaciones un profundo legado de amor y futuro para tu país y para
tu Estado. Has abarcado todas facetas que un ser humano puede dejar
de legado para su gente y su gentilicio en todas las direcciones
posibles, la humana, la ética, y la política. A partir de ahora no
se podrá hablar de decencia política en el Guárico sin mencionar
tu nombre, te lo ganaste. Descansa en paz hermano, ya hiciste tu
parte. Nos queda a los que quedamos hacer la nuestra...
Caracas,
22 de Abril
de 2020
Email:
luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana