Por Luis Manuel Aguana
Como ya intenté explicar en mi nota anterior, el problema de Venezuela
es sumamente complejo (ver El gran rompecabezas de Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/05/el-gran-rompecabezas-de-venezuela.html)
y como tal resulta muy difícil de abarcar en un solo intento, la explicación
exhaustiva de todas sus piezas. Incluso, intente explicarlo, al parecer sin
buen éxito, en el prestigioso programa Políticamente Hablando que se transmite
desde los Estados Unidos, conducido por la Dra. Carmen Cecilia Pérez por
YouTube (ver Políticamente Hablando, Derrocar es Constitucional, en https://youtu.be/RE52QdHvO9k) donde
expresé una posibilidad entre otras para el desplazamiento opositor por parte
de gente decente de la sociedad civil. Pero dependerá fundamentalmente de cómo
enfoquemos el problema macro del desplazamiento opositor, entendiendo sus
diferentes facetas.
Una de las piezas, quizás la más importante, de todo el rompecabezas es
efectivamente la oposición oficial, para derivar de allí cual debe ser el
desenlace final de la tragedia de los venezolanos. La oposición oficial merecerá
un capitulo completo de la Historia de Venezuela del próximo siglo, el siglo
XXII, como la responsable de años de muerte y permanencia del régimen más
oprobioso que ha pasado por la República desde su fundación.
Efectivamente, a esa conclusión he arribado después de muchos años denunciando
el comportamiento de la oposición oficial. Al principio lo consideraba erróneo,
si por ese término consideramos el de alguien que no tiene correspondencia
entre lo que hace y lo que dice. Pero mi primera reacción dura y de indignación
fue en relación al comportamiento de los precanditatos opositores frente al
Censo del 2011 y su abierta sumisión al régimen de Hugo Chávez. Y desde ese mismo
momento comencé a llamarlos colaboracionistas (ver Los opositores de Vichy, en https://ticsddhh.blogspot.com/2011/09/los-opositores-de-vichy.html).
En el transcurso de los años mis notas estuvieron dirigidas –y en
particular aquellas relacionadas con el tema electoral- a advertir situaciones
técnicamente irregulares que por alguna razón en la oposición, y a los ojos de
los ciudadanos, no estaban siendo atendidas. Al principio, y como suelo siempre
hacer, creí en la buena fe (la buena se presume, la mala hay que probarla) de
todos los técnicos y políticos involucrados en el proceso, y cada vez me fue
siendo más difícil. Era imposible que no estuvieran al tanto de esas
advertencias que indicaban a todas luces que siempre íbamos a un matadero
electoral, repitiéndolo una vez más en cada nueva elección.
El 11 de Octubre de 2011, un año completo previo a la elección
Capriles-Chavez, decía en una nota “Son
necesarias pero no suficientes las denuncias realizadas por las ONGs técnicas
como SUMATE o ESDATA. Hace falta que las organizaciones políticas se empoderen
del problema que se está planteando. Las elecciones las vamos a perder en el
CNE si los partidos acreditados no toman cartas en este asunto seriamente. Si
lo hacen e informan a los electores cuales son las acciones, más allá de lo que
diga el CNE, que nos garanticen que nuestros votos se contarán, que habrá
secreto en nuestro voto, que se contarán los votos de los electores del
exterior y que no habrán más votos de los que el REP indica, luego de una
auditoría respetable, entonces podremos ir confiados en que ganaremos este
proceso. De lo contrario nos estarán llevando a un matadero del cual se lavarán
las manos diciendo que el gobierno hizo trampa, sin tener manera de probarlo.
Es ahora que tienen que meter las manos en esa candela, no después de sacado el
ojo de Santa Lucia. Todavía no entendemos porque los representantes técnicos de
los partidos acreditados ante el CNE no han dicho nada a la opinión pública
acerca de las licitaciones necesarias para la adquisición de ese nuevo sistema
electoral y que implicaciones habrían en la seguridad del secreto del voto y
sus mecanismos de auditoría.” (ver Silencio Cómplice, en https://ticsddhh.blogspot.com/2011/10/silencio-complice.html).
Esto fue UN AÑO antes del fracaso del 2012 y que se agravó en el 2013 con la
muerte de Chávez y el fraude de Maduro en abril de ese año y la inacción lamentable
e histórica de nuestro pusilánime candidato.
Y así como esa nota pueden revisar mi blog entero en esos años haciendo
permanentemente ese tipo de denuncias que fueron siempre desestimadas por los
partidos opositores, cuya estrategia nunca fue salir del régimen sino de
convivir permanentemente con él. Para mí no es una situación nueva. Los
partidos de la oposición oficial han actuado siempre para coexistir, no para
expulsar al régimen del poder (ver Simbiosis, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/simbiosis.html),
Cualquiera podría discutirlo pero los resultados están más que a la vista.
Cualquier venezolano racional podría decirme ¿pero porque eso? ¿Por qué
la oposición podría aceptar convivir con el régimen pudiendo ser poder? Antes
de la profundización del arrase de Venezuela que hemos presenciado en estos
últimos 3 años, donde los niveles de destrucción han llegado a niveles
inimaginables, era muy fácil convencer a un opositor desprevenido que la
oposición estaba “trabajando” para salir del régimen. Basta ver las campañas
electorales para la Asamblea Nacional en el 2015 donde un diputado por el Zulia
prometió que de tener el control de la Asamblea Nacional hasta dolarizarían la
economía. Y los venezolanos les creyeron.
Ha tenido que pasar lo que horriblemente está pasando, donde la
población se encuentra encerrada por una pandemia, pasando hambre y sin
servicios, sin gasolina porque acabaron hasta los cimientos con PDVSA, con una
moneda que no vale nada, que hasta las verduras las venden los informales en
dólares (en eso si se cumplió indirectamente la promesa del candidato zuliano)
y con la negativa de la oposición oficial con Juan Guaidó a la cabeza, de
enfrentar al régimen de inmediato, porque detentan el Gobierno Legítimo del
país, reconocido así por todo el mundo, solicitando el uso institucional de la
fuerza a la Comunidad Internacional, que solo ellos pueden pedir, para que los
venezolanos comiencen a entender que con esa representación opositora legítima
el régimen se quedará para siempre.
El golpe resulta brutal pero es así. Las razones, miles. Pero pueden
comenzar por el cáncer de la corrupción política de antes de 1998 y de la cual el régimen no es más que su metástasis. La
oposición oficial y el régimen son lo mismo con diferentes matices desde mucho antes
de 2004. Vean esa asociación referida a profundidad por nuestro desaparecido
amigo Eric Ekvall en el 2012 (ver
Eric Ekvall – Elecciones Presidenciales 2012 http://www.youtube.com/watch?v=nSa0kgHgcjs). A consecuencia de esta verdad como un templo, arribé
desde hace años a una primera conclusión, inicialmente por el lado técnico
electoral: hasta que no salgamos de la oposición oficial no saldremos del régimen.
Y en base a esa primera y fundamental conclusión que ya comienzan a
entender los venezolanos en su debida crudeza y profundidad debemos actuar. No
se podían realizar estrategias dirigidas al desplazamiento del régimen sin
tomar antes en cuenta que el enemigo está dentro. Si los venezolanos insisten
en seguir eligiendo a los mismos que aun nos tienen metidos en el problema como
nuestros representantes políticos ante el mundo, nunca saldremos de él. Y allí
es donde se centra fundamentalmente este tema, en la representación legítima
de la oposición. Hasta ahora es de los votos de donde les nace la
legitimidad reconocida por el mundo a todos aquellos que una y otra vez han
traicionado la voluntad de los venezolanos. Los diputados de la Asamblea
Nacional, comenzando por Guaidó, sacaron su legitimidad de las elecciones del
6D-2015.
Ante la cercanía de una nueva
elección parlamentaria, ¿Qué vamos a hacer? Después del reconocimiento que le
diera el gobierno norteamericano a Juan Guaidó y la Asamblea Nacional legítima en
el comunicado del Departamento de Estado del 29 de Mayo (ver En defensa de la democracia en Venezuela, en https://translations.state.gov/2020/05/29/en-defensa-de-la-democracia-en-venezuela-2/)
e instar “a todas las partes a considerar el Marco para la Transición
Democrática de Venezuela como una vía hacía una Venezuela pacífica, estable y
próspera...”, no me queda la menor
duda que los norteamericanos reconocerán el resultado de las próximas
elecciones parlamentarias si esa oposición acuerda ir a ese proceso electoral
con Nicolás Maduro Moros en el poder.
Ahora bien, visto que Juan
Guaidó, sería el obstáculo para eso porque el régimen se está aprestando para
proscribir a Voluntad Popular (VP) y comenzar la cacería de sus dirigentes, el
paso siguiente de esta pseudo oposición constituida después de eso en G3 (AD,
PJ y UNT) sería negociar con el régimen para ir a esas elecciones. Ya Henry
Ramos Allup estableció desde marzo esa política opositora (ver Ramos Allup:
Debemos prepararnos para elecciones parlamentarias y presidenciales, en https://www.elnacional.com/venezuela/ramos-allup-debemos-seguir-presionando-para-que-haya-elecciones/).
Con lo cual los venezolanos no nos debemos extrañar que ante semejante
coincidencia de la oposición con el régimen, los norteamericanos digan amén
porque eso es lo que ellos mismos plantearon de esa unión gobierno-oposición en
su Marco para la Transición Democrática para Venezuela.
Ante eso los electores
venezolanos solo podemos hacer dos cosas para impedir que esta oposición vendida
vuelva a representarnos: a) Deslegitimar completamente esa elección al no
acudir, como el 20 de Mayo de 2018 (repitiendo lo que hicimos el año 2005), con
la diferencia de que los principales partidos si irían a esa elección; o b)
intentar competir en esa elección con ciudadanos honorables de la sociedad
civil para disputarle a los partidos esos puestos de representación política.
Ambas cosas tienen sus ventajas y desventajas.
Si no vamos a votar en masa, igualmente
pasará como en el 2005, el parlamento quedará en manos las manos del régimen
con algunos opositores de los partidos que concurrieron, agravando la situación
de todos. La sociedad civil intentaría deslegitimar a ese parlamento pero sería
igualmente reconocido por la Comunidad Internacional, alargando aun más el
sufrimiento de los venezolanos. Si intentamos como sociedad civil competir con
los partidos políticos, existiría una posibilidad lejana de que el voto
opositor se desplace hacia esos candidatos habida cuenta de la desastrosa
experiencia opositora de los últimos 5 años en el parlamento, pero este
movimiento dividiría el voto opositor frente a los candidatos del régimen,
habida cuenta que todavía hay muchos venezolanos que aun creen en los partidos
políticos opositores a pesar de este desastre (aunque el calificativo mas
apropiado no es ese). Ninguna de las dos opciones es fácil.
Lo ideal sería que la
oposición oficial se alineara realmente con los objetivos de sacar al régimen
de Miraflores y esto no es lo que ha pasado en 5 años, por más mayoría que se
le diera el 6D-2015. Y estamos a punto de repetir la experiencia, sin decir
todavía lo peor: las próximas elecciones parlamentarias se celebrarán con el
régimen aún en Miraflores y un CNE tramposo negociado en la Asamblea Nacional
por el régimen con los opositores disidentes, con Luis Parra a la cabeza. Todo
esto lo tenemos a la vuelta de la esquina. Mi pregunta final para ustedes sería
¿y qué es lo menos malo? No soy yo quien debe responder a eso sino cada uno de
ustedes, yo solo expongo el problema.
El problema central entonces
es que los venezolanos logremos una representación opositora legítima que sea
reconocida internacionalmente, y que pueda decidir con nuestros aliados cual es
la naturaleza de la solución –violenta o pacífica- que se le debe aplicar al
narco régimen terrorista de Nicolás Maduro Moros y los delincuentes que le
acompañan. Hasta ahora
no tenemos eso. Y al no tenerlo, seguir hablando de 187#11, R2P, y TIAR es una
verdadera pérdida de tiempo porque estas son las rutas alternativas de un
gobierno interino que de verdad se encuentre en funciones. Y Juan Guaidó ni
siquiera se ha propuesto conformar un gobierno para decidir ni eso ni nada, más
allá de conformarse con ser Presidente del G4, por lo que nos encontramos en
pañales para siquiera atisbar usa solución de las manos de este liderazgo
opositor mediocre. Es por eso que la primera estrategia de quienes nos duele
Venezuela, debe ser desplazar esa oposición oficial y relevarlos de su
legitimidad internacional a como de lugar, para entonces poder comenzar a dar los
verdaderos pasos para enfrentar al régimen de la manera más apropiada, violenta
o no, por lo que cualquier estrategia en esa dirección será completamente
bienvenida…
Caracas, 2 de Junio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana