Por Luis Manuel Aguana
Conferencia
dictada en la red por invitación de la Asociación de Venezolanos
Egresados de la República Federal de Alemania
Estimados amigos,
Antes que nada deseo agradecer a la Asociación de Venezolanos Egresados
de la República Federal de Alemania, AVERFA, y su anfitrión, el Ing. Carlos
Granados, por esta invitación. Soy especialmente sensible a las Asociaciones de
Egresados al haber formado parte de la Directiva de Egresados del Programa
Avanzado de Gerencia- PAG en el IESA por muchos años y haberla representado en
una oportunidad como su Presidente. Es por eso que se de lo difícil que resulta
ser mantener a los egresados interesados en temas de relevancia para su Alma
Mater y para ellos, y en especial en el caso de ustedes, alrededor de temas de
importancia del país en conexión con sus respectivas universidades de origen.
Hoy nos toca intercambiar acerca de un tema de especial relevancia: las
opciones que tiene Venezuela para salir de la crisis política. Intentaré
abordar este tema de la manera más ejecutiva, esto es, no preguntarme cómo
llegamos a la situación que vivimos sino plantearnos las alternativas para
resolver el problema. Podríamos pasar muchas horas aquí especulando como
llegamos a este estado de destrucción masiva cuyo resultado es exactamente el
mismo de un país que padece una guerra: gente escapando por las fronteras,
hiperinflación, persecución política, hambre, incertidumbre, solo por contar
unas pocas.
A mi juicio, la dirigencia política opositora ha tratado de aplicar
remedios ordinarios y simples a un problema extraordinario y complejo, y en la
medida que se ha agravado en el transcurso de los años, se ha puesto aun más
lejos de su alcance poder resolverlo, al punto que ya la solución esta fuera de
su alcance y no lo puede resolver. Hubo particularmente un momento en la
historia política del país en toda esta tragedia donde fue posible abordarlo
con la solución política ordinaria electoral, luego de la muerte de Hugo Chávez
en las elecciones Capriles-Maduro en Abril de 2013, al presentarse el fraude de
Maduro con la diferencia de 200.000 votos. Ese fue un momento en esencia
equiparable a la gesta boliviana donde el pueblo se sacudió a Evo Morales
porque hizo fraude. Lamentablemente Henrique Capriles paralizó al país en un
momento crucial y no sacó a la gente a la calle como si hicieron los
bolivianos. No era posible para el CNE esconder ese fraude pero los políticos
venezolanos no lo entendieron. Y no ha sido la primera vez, ni antes ni
después. Pero como dije, no miremos atrás.
¿Qué tenemos ahora mismo? Existen dos propuestas básicas sometidas al
debate. La primera de ellas puede decirse que está liderada por María Corina
Machado, que fundamentalmente propone una coalición internacional de países que
intervengan en la situación de Venezuela. Esta propuesta no es nueva. Ya
Machado había publicado esa posición en un artículo en El Mundo de España en el
mismo sentido, donde planteó una “Coalición Internacional que despliegue una
Operación de Paz y Estabilización en Venezuela” (ver Venezuela: el desafío
ineludible para Occidente, en https://www.elmundo.es/opinion/columnistas/2020/06/08/5ede1f2cfdddff85af8b45e5.html).
Sin embargo esta propuesta se oficializó a través de un comunicado
encabezado por María Corina Machado en su condición de Coordinadora de Vente
Venezuela, Antonio Ledezma, Diego Arria, Humberto Calderón Berti, Carlos
Ortega, Enrique Aristeguieta Gramcko y Asdrúbal Aguiar, donde luego de una
amplia exposición de motivos, lanzan un mensaje de auxilio a la Comunidad
Internacional:
“Urge de la comunidad internacional una nueva y precisa condena de la
farsa electoral en la que avanza su régimen despótico en esta hora, en
complicidad con falsos actores de oposición democrática. Ella cuenta con
mecanismos políticos y jurídicos a su alcance. Los conoce a cabalidad, pero
reclaman de voluntad política, como el principio universal de Responsabilidad
de Proteger (R2P), las obligaciones que impone la Convención de Palermo contra
la Delincuencia Organizada Transnacional, y en lo regional, el apoyo que a la
acción colectiva multilateral facilita el Tratado Interamericano de Asistencia
Recíproca (TIAR). No pueden permanecer más como letras muertas. Una
acción internacional que le devuelva la paz y su identidad a Venezuela es
impostergable.” (resaltado nuestro)(ver Comunicado completo
en http://www.ventevenezuela.org/2020/06/17/comunicado-maria-corina-ledezma-arria-calderon-berti-aguiar-aristeguieta-gramcko-y-carlos-ortega-piden-accion-internacional-que-le-devuelva-la-paz-a-venezuela/).
Esta solicitud supone una acción proveniente en su totalidad del
exterior, asumiendo que no se han intentado todas las opciones en Venezuela, en
especial la militar. Y aunque esta acción no fue específicamente nombrada en
esa comunicación quedo implícita en el imaginario popular. Volveremos sobre eso
más adelante.
La segunda propuesta proviene de actores de un amplio sector de la
sociedad civil venezolana, planteando una acción desde el marco de la
Organización de Estados Americanos, solicitando lo que se llamó una Solución
Humanitaria de carácter Electoral al Secretario General de la OEA en el
seno del Consejo Permanente:
“Dicha Solución puede expresarse mediante la realización de: a)
un acto electoral que obligue al régimen que usurpa el poder en Venezuela a
aceptar el mandato del pueblo en una Consulta
Popular vinculante, establecida en nuestra Constitución, que permita al
pueblo en ejercicio de la soberanía popular decidir sobre el Cese de la
Usurpación, la conformación de un Gobierno de Transición que garantice
condiciones básicas e institucionales, de convivencia social, que permitan
proceder a la celebración de elecciones libres y democráticas; o b) por una Elección Presidencial que reponga el ejercicio legítimo de la
Presidencia de la República usurpada. En cualquiera de los dos casos (a-b),
el apoyo efectivo, organizativo y disuasivo de la Comunidad Internacional, es imprescindible
para garantizar su plena realización y cumplimiento; privilegiando lo político sobre el uso de la violencia en cualquiera de
sus manifestaciones. En esta
solución reiteramos: la OEA sería la encargada de organizar, realizar y
supervisar directamente el proceso electoral, conforme con las previsiones
establecidas en la Carta Democrática Interamericana.” (ver Carta al
Secretario General de la OEA, Luis Almagro, que puede ser suscrita por
cualquier venezolano, en https://www.gopetition.com/petitions/apoyo-la-solicitud-de-la-sociedad-civil-venezolana-al-secretario-general-de-la-oea-para-la-aplicaci%C3%B3n-de-una-soluci%C3%B3n-humanitaria-de-caracter-electoral.html).
En esta propuesta, es la Soberanía Popular quien decidiría el destino
del país dentro de un marco institucional, solicitando a los países hermanos
del continente su apoyo para conformarse en árbitro confiable para la
realización de un proceso electoral libre y transparente.
Creemos que si la Comunidad Internacional se moviera en el sentido de
una intervención extranjera, esta ya se hubiera materializado. Todo apunta a
que esa solución no está en la mente de los Gobiernos de los 13 países
firmantes del Tratado de Río (TIAR), tal y como lo indica nuestro Embajador en
la OEA, Gustavo Tarre Briceño en entrevista el 18 de Junio en EVTV en Miami (ver
EVTV, Ma. Corina sabe que los países TIAR no quieren intervenir…, en https://youtu.be/w_ri8pR09LI y https://youtu.be/zZVNCxONw-k), por lo que
definitivamente la primera opción solo tendría posibilidades de éxito si el
Gobierno Interino de Juan Guaidó se moviera internacionalmente para su
ejecución, cosa que vemos muy difícil, más aun cuando los partidos de su
coalición, el G4, han rechazado la intervención militar como una solución para
Venezuela, privilegiando elecciones con el régimen de Nicolás Maduro Moros y su
CNE. Aunque esta propuesta luce muy atractiva para el común de los venezolanos,
debemos reconocer que es muy poco posible en la práctica, y seguir insistiendo
en ella retarda la llegada de una solución con mayores probabilidades de éxito.
La propuesta realizada
a la OEA está alineada con la solución electoral que han sugerido todos los
países para Venezuela, en especial aquellos que apoyan a Maduro, como la
Federación Rusa, pero pasa por la aceptación del régimen para su
implementación. De allí que el planteamiento requiera que la Comunidad
Internacional se convenza previamente que cualquier presión que se realice de
ahora en adelante a quienes detentan el poder sea para que éste acepte contarse
de manera arbitrada por la Comunidad Internacional, específicamente a través de
la OEA, de acuerdo a la solicitud formulada, basándonos principalmente en que
en el país no existe un árbitro que sea de la confianza general de los
venezolanos. De allí que la presión de los países deba continuar, pero a partir
de ahora focalizada al logro del objetivo fundamental de conseguir que la OEA
sea ese árbitro y el régimen lo acepte.
El régimen no
aceptará una imposición de este tipo si esta no es acompañada por los países
que lo sostienen desde el exterior, principalmente Rusia y China. De allí que
el rol que jueguen los Estados Unidos y el resto de los países acompañantes de
esta solución es crucial para el éxito de esta propuesta. De conseguirse ese
primer paso indispensable, el pueblo venezolano se expresaría dentro y fuera de
Venezuela, o bien en una Consulta Popular, estableciendo las bases de un
Gobierno de Transición o una Elección Presidencial.
Ahora bien, ambas propuestas no son necesariamente excluyentes, todo lo
contrario, creo que son complementarias. Porque el hecho de que un grupo de
venezolanos empujen en el sentido de lograr que el régimen se cuente con un
árbitro internacional confiable, no quiere decir que si esta gestión fracasa
como último bastión de lograr un cambio por la vía pacifica y electoral, no
exista un plan que se desarrolle en paralelo que genere una amenaza creíble que
obligue al régimen a una solución pacífica. En otras palabras, ESTA SOLUCION
PACÍFICA. Sin embargo, no nos corresponde, como parte de una propuesta pacífica,
indicar como o quienes desarrollarían ese plan. Eso queda para quienes lo están
defendiendo y dicen que los estamos saboteando. Cuando Henry Kissinger
negociaba la paz de Vietnam en una mesa en Paris, la guerra seguía su curso,
sin perder de vista que siempre era más probable conseguir la paz mucho más
rápido por la vía pacífica, cualquiera fuese tiempo que se llevara, que
continuar indefinidamente una guerra. Esa es la enseñanza de una solución como
la planteada a la OEA, pero fundamentada en una estrategia dirigida a presionar
un árbitro confiable entre las partes. La solución de la OEA es la vía
institucional, la otra es la vía de la continuación de la guerra, como lo
explique en mi último artículo (ver Entre lo institucional y lo político, en https://ticsddhh.blogspot.com/2020/06/entre-lo-institucional-y-lo-politico.html).
Sin embargo, increíblemente hemos polarizado hasta las soluciones. Han
atacado la propuesta sin conocerla desde que salió con el nombre de Solución
Humanitaria de carácter Electoral, solo por llevar el nombre
“electoral”. ¡Increíble hasta donde ha llegado la intolerancia entre nosotros
mismos! A las personas les cuesta leer más allá de los 240 caracteres de
Twitter. Y es por eso nos encontramos aquí. Creo que a la oposición le conviene
altamente comenzar a construir esta solución con la OEA, en especial al
Presidente Encargado. Está a unos meses de unas elecciones convocadas por un
CNE ilegitimo, al que concurrirán los partidos que le apoyan en la Asamblea Nacional
– secuestrados o no- pero sin Voluntad Popular. Y creo que su desaparición
política se concretaría después de esas elecciones.
De allí que el Presidente Encargado deba actuar muy rápido. Sin embargo,
sin un gabinete de crisis o grupo que seriamente se dedique a construir una
solución política o militar, si es del caso, con nuestros aliados internacionales,
no tendremos ciertamente una salida al problema. Nadie moverá un dedo afuera por
nosotros si nosotros no nos movemos antes, porque las respuestas no caen del
cielo, hay que trabajarlas. Es por eso que la sociedad civil deberá mantenerse
permanentemente generando ideas para llevarlas al ruedo político, en la
esperanza de que sean aprovechadas por aquellos que tienen la responsabilidad
de hacerlas realidad. Y creo firmemente que esta es una de ellas.
Muchísimas gracias.
Caracas, 26 de Junio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana