Por Luis Manuel Aguana
“Hay un
objetivo de la oposición muy transparente: transmitirle al régimen de Maduro un
mensaje tan claro como discreto: o deja que la OEA organice unas elecciones
libres y multipartidistas, o se arriesga a una intervención militar colectiva
encabezada por Estados Unidos, país que posee, insisto, numerosos “casus belli””. (ver Carlos Alberto Montaner, “La Oposición venezolana”, en el Foro
“Iniciativas para cesar la usurpación en Venezuela”, en https://youtu.be/SIY0LTlWjoM, min
2:19). Casus belli: “El casus belli no es otra cosa que el hecho generador o
sea aquel que motiva la declaración de guerra…Caso, causa o motivo de guerra.
Es el acto ofensivo ejecutado por una nación en contra de otra, y que esta
juzga suficiente para la declaración de guerra” (ver Enciclopedia Jurídica,
Casus Belli, en http://www.enciclopedia-juridica.com/d/casus-belli/casus-belli.htm).
Con estas palabras Carlos Alberto Montaner,
destacado miembro del Directorio del Instituto Interamericano para la
Democracia, resumió, a mi juicio de una manera brillante, el fondo de lo que un
grupo de ciudadanos venezolanos le solicitamos a la OEA en una carta dirigida a
su Secretario General, Dr. Luis Almagro, en fecha 16 de junio de 2020 (ver https://www.gopetition.com/petitions/apoyo-la-solicitud-de-la-sociedad-civil-venezolana-al-secretario-general-de-la-oea-para-la-aplicaci%C3%B3n-de-una-soluci%C3%B3n-humanitaria-de-caracter-electoral.html).
Pero aunque esta declaración sea completamente
cierta y la suscribamos en toda su extensión, lleva en su interior una pesada
carga de complejidad para su implementación, comenzando por las zancadillas que
nos aplicaron en las redes sociales aquellos venezolanos que no la entendieron,
creyendo de entrada que pedíamos elecciones con Maduro y su CNE, cuando la
titulamos Solución Humanitaria de carácter Electoral, porque “en Venezuela ya
no aplican elecciones”. Si esto que Montaner explicó tan claro como el agua no
se entiende por aquellos que suponemos están en nuestra propia acera de lucha y
que en algunos casos tienen años dándose golpes contra el régimen como nosotros,
¿qué podemos esperar del resto de los venezolanos?
Aun cuando lleguemos a convencer a todos los
venezolanos, todavía faltaría que lo entiendan los Embajadores de la OEA y sus
respectivos gobiernos para entonces comenzar a pensar en ese casus belli si todas
las opciones se agotan. Vean ustedes lo lejos que estamos todavía de una
intervención militar, asumiendo que los gobiernos del continente acepten el
casus belli en el supuesto de que comiencen a trabajar activamente por esa
Solución Humanitaria Electoral planteada. Este tema no tan fácil como decir en
Venezuela que lo único que hace falta es que la Asamblea Nacional apruebe el
187#11, o pedir al Consejo de Seguridad de la ONU que apruebe una intervención militar
sin que estén dadas las condiciones. Es por esa razón que creemos que el “o deja que la OEA organice unas elecciones
libres y multipartidistas” de la intervención de Montaner, llegaría más
rápido que la opción militar del casus belli.
Sin
embargo deseo hacer aquí una precisión que considero sumamente importante: le
pedimos fundamentalmente a la OEA su intermediación en el problema venezolano, y luego de aceptado ese arbitraje,
su decisión acerca de la conveniencia de dos opciones perfectamente aplicables
luego de decidir intervenir electoralmente en el país: “a) un acto electoral que obligue al
régimen que usurpa el poder en Venezuela a aceptar el mandato del pueblo
en una Consulta Popular vinculante, establecida en nuestra
Constitución, que permita al pueblo en ejercicio de la soberanía
popular decidir sobre el Cese de la Usurpación, la conformación de un Gobierno
de Transición que garantice condiciones básicas e institucionales, de
convivencia social, que permitan proceder a la celebración de
elecciones libres y democráticas; o b)
por una Elección Presidencial que
reponga el ejercicio legítimo de la Presidencia de la Republica
usurpada.” (ver
nuestro respaldo a la solicitud de la Sociedad Civil venezolana a la OEA por
una Solución Humanitaria Electoral, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html).
En ambos
casos sería el pueblo venezolano el que finalmente decidiría el destino del
país, permitiendo dar un paso adelante para resolver la grave crisis política.
Pero ambas opciones tienen diferencias fundamentales. La Comunidad
Internacional solicita desde hace años una solución Constitucional, pacífica y
electoral, pero no se pasea por el hecho de que en Venezuela todas las
instituciones se evaporaron por la acción corrosiva de una tiranía, incluyendo
las instituciones partidistas y el árbitro electoral. Hay que rehacerlo todo,
incluyendo a los partidos, que han sido contaminados por los venenos de la
corrupción y el colaboracionismo. Hacer una elección Presidencial sin un piso
político solido y estructurado es meter al país en una espiral de
inestabilidad. El país necesita una transición del actual estado de cosas a uno
nuevo, con instituciones mucho más sanas y fortalecidas, que garanticen un
mínimo de estabilidad política.
Si la OEA
decide actuar activamente en la intermediación electoral en Venezuela, deberá ir
más allá de la opción que sugirió con claridad meridiana Carlos Alberto
Montaner de “unas elecciones libres y multipartidistas”, sino la consideración
de un periodo especial de estabilización política con sustento del voto, donde
exista en la conducción la presencia de los factores más representativos de la
realidad venezolana, que le permita al país ir reconstruyendo todas las instituciones
destruidas por Maduro y su mafia. No es un requisito pero si una recomendación
para el beneficio de un país que ha sido destruido hasta los cimientos de su
nacionalidad.
ANCO ha recomendado
desde hace mucho tiempo la necesidad de un gobierno colegiado post Maduro que
conduzca un periodo de recuperación del país. Dado el nivel de destrucción
institucional que dejará en Venezuela la plaga narco delincuente del régimen de
Maduro cuando se vaya, se requerirá de las mejores mentes y experiencias en
todas las áreas para recuperarnos de esta tragedia mil veces peor que el
COVID-19 por su capacidad de generación de muerte y destrucción.
Y ese
gobierno colegiado no existe en nuestro ordenamiento constitucional, por lo que
tiene que surgir de una decisión de los ciudadanos. Guaidó no tiene ese
respaldo porque su presidencia no nació del voto popular. Cualquier propuesta
que se haga para recuperar los equilibrios institucionales debe ir en la
dirección del respaldo popular de quien gobierne y la forma que ese gobierno
tenga. Venezuela necesitará de una forma novedosa de gobierno para sortear los
peligros que se presentarán por la destrucción institucional que ha provocado el
régimen. Entonces mas allá de pensar en despachar con una elección este
problema consideremos primero que aparezca un árbitro transparente y confiable,
para luego pensar en dirección tomara el proceso. Y como en Venezuela
desapareció hace mucho tiempo ese arbitro, lo seguimos buscando fuera. Espero
que la OEA se anime a serlo. Creo que les conviene tanto como a nosotros…
Caracas, 24 de Julio de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana