lunes, 19 de julio de 2021

Salvación Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

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La primera reacción que muchos venezolanos tuvieron al comunicado del Consejo Rector de la Conferencia Ciudadana para el Restablecimiento Constitucional y Democrático (ver Propuesta a la Nación y la Comunidad Internacional, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/07/el-consejo-rector-de-la-conferencias.html), fue que cómo íbamos a llamar a un "nuevo proceso de negociación" que incluyera al régimen de Nicolás Maduro Moros, habida cuenta que todos esos procesos le habían servido al régimen para retrasar y ganar tiempo para consolidarse en el poder. Muchos se preguntaron -y con mucha razón- si ésta no era otra estrategia que serviría al régimen para ese mismo propósito. Intentaré explicar en esta nota esa aparente contradicción.

ANCO, como partícipe de esta importante instancia de la sociedad civil, establecida mediante un Pacto para el logro del cumplimiento del mandato vinculante del pueblo obtenido en la Consulta Popular realizada del 7 al 12 de diciembre de 2020, hizo esta importante propuesta que fue aprobada por su Consejo Rector, al cumplirse 4 años de la Consulta Popular de 2017, como el siguiente paso natural de quienes con justa razón, no solo exigimos participar en las decisiones de nos atañen como pueblo, sino cómo proponentes de una nueva ruta que evite precisamente que esa sea la excusa que el régimen utilice para alargar el sufrimiento del pueblo venezolano.

Quienes firmamos el Pacto para el Restablecimiento Constitucional creemos firmemente en una solución pacífica, constitucional y democrática a esta crisis, y con ello estamos plenamente de acuerdo con el principio fundamental según el cual la salida de la crisis pasa por poner a todos los actores interesados en una mesa de negociación, como bien lo indica la Declaración de los EEUU, la UE y Canadá.

Pero cuando se indica que deben participar todos los actores interesados, no es posible dejar del lado de afuera a quien consideramos es el principal actor, EL PUEBLO VENEZOLANO, representado por su sociedad civil, que en un ejercicio pleno de democracia protagónica, exige participar hoy más que nunca en todas las decisiones que incidan sobre su bienestar y la búsqueda de una salida democrática a la crisis, sin desconocer a la representación política de la Asamblea Nacional que ya ha sido reconocida por la Comunidad Internacional.

En este sentido igualmente se reconoce que existen unos actores que ejercen el poder en Venezuela, que tienen el control de los Poderes Públicos del Estado, y que más temprano que tarde deberán entender que no los pueden detentar sin el aval legítimo del pueblo venezolano. De eso precisamente se trata un proceso verdadero de negociación política. Y eso es lo que la Comunidad Internacional pretende lograr que se entienda por los venezolanos, sin llegar al expediente de la violencia por motivos políticos.

Nuestra propuesta va dirigida a que sea el pueblo venezolano quien decida el destino del país a través de sus legítimos representantes, electos como Constituyentes provenientes de todo el territorio venezolano, con la ayuda técnico-electoral de la Comunidad Internacional. Nada puede ser más democrático que eso. Y que sean esos representantes electos de ambos lados en un proceso cuyas bases sean negociadas por las dos partes, con la mediación de la Comunidad Internacional, quienes decidan el destino del Poder Ejecutivo, como ya se hizo en dos Constituyentes anteriores, la primera convocada y electa legítimamente en 1999, y la siguiente convocada y electa ilegítimamente en el 2017. Si el Constituyente Originario remueve el Poder Ejecutivo y el resto de los Poderes Públicos, este deberá decidir la designación de un Gobierno de Transición que nos garantice un Poder Electoral que nos lleve unas elecciones generales libres, justas y verificables posteriormente.

La Comunidad Internacional ha ofrecido su concurso a participar en este proceso dando a entender claramente que está en la plena disposición de levantar las sanciones que le ha impuesto a los personeros del régimen, si se llega a una negociación que de cómo resultado el regreso de la institucionalidad en el país. Si eso es posible o no, lo dirá la disposición que tenga el régimen de Nicolás Maduro Moros de aceptar una ruta que permita una salida a la destrucción sistemática que ya estamos viendo en el país. En la medida que no lo permita, se irá acercando mas al punto donde ninguna negociación sea posible, dándole a entender a la Comunidad Internacional que la vía ya no sería pacífica, trayendo como consecuencia el agotamiento de ese camino dejando a la Comunidad Internacional el análisis de otras alternativas para enfrentar la crisis venezolana. Pero aun no llegamos allí, y parte de este ejercicio es definir (¿forzar?) eso a la brevedad posible.

Aquellos que con todo derecho no creen que eso sea posible, esto es, negociar con el régimen una verdadera salida pacífica, constitucional y democrática, en lugar de sabotear esta propuesta, más les valdría dedicar su tiempo en diseñar una vía alternativa y trabajar por ella, si verdaderamente creen en su viabilidad en las actuales condiciones internacionales, donde la mayoría de los países se niegan a una salida no negociada. Desde aquí les deseo mucha suerte porque finalmente ambas rutas conducen al mismo destino.

Nosotros creemos que este es el momento más adecuado para plantear un proceso Constituyente porque es, por su naturaleza, un proceso incluyente y que resuelve a la vez, no solo la transición hacia una nueva etapa de la transformación necesaria para Venezuela, sino la refundación del país, como bien lo ha planteado la Iglesia Católica venezolana. Es un proceso que no implica un “quítate tú para ponerme yo”, como lo plantearía una elección presidencial en el medio de un país destruido y dividido, con una parte de la población en contra de la otra. En el escenario de una Constituyente, ambas partes en su justa proporción tendrían que acordar juntos un país en donde quepamos todos.

Si los personajes que conducen el país están muy seguros que permanecerán 60 o 100 años en el poder, que se vean en el espejo cubano que se está resquebrajando todos los días a mayor velocidad. Las condiciones del mundo actual ya no son las de mediados del siglo pasado cuando Fidel Castro llegó al poder bajando de una montaña. Las comunicaciones instantáneas, la realidad de un mundo que tiende al respeto serio de los Derechos Humanos, la lucha internacional cada vez más férrea en contra del terrorismo y el narcotráfico, así como las presiones de una economía globalizada, más temprano que tarde les harán huir por la puerta de atrás. Un proceso Constituyente les ofrece a todos una puerta por delante por donde salir. Mi recomendación es que la tomen todos los actores del régimen –y en especial los militares- y la oposición, porque si no piensan en la salvación de Venezuela, les puedo asegurar que si será para la salvación de ustedes…

Caracas, 19 de Julio de 2021

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viernes, 16 de julio de 2021

El Muro de Berlín latinoamericano

Por Luis Manuel Aguana

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Los sucesos acaecidos en la isla de Cuba han levantado una nueva esperanza para aquellos que enfrentamos el virus del castro comunismo en Latinoamérica. Miles de personas en las calles de las diferentes ciudades de ese país sometido por más de 60 años, dan ciertamente la percepción que las cosas pueden cambiar drásticamente como ocurrió con el muro que se levanto para dividir las dos Alemanias durante la Guerra Fría, al punto que ya las redes sociales repiten incansablemente que “Cuba es el Muro de Berlín de Latinoamérica. Si caen los Castro caen todos” (ver https://twitter.com/JoJakubowicz/status/1414376591891877890).

Y como bien se ha estudiado científicamente “la percepción es la realidad”. Ya en Venezuela todos repiten lo de “El Muro de Berlín latinoamericano” esperando que al caer la tiranía cubana, efectivamente caiga la nuestra como una suerte de dominó parado en fila india. Nadie más que yo deseo que pase eso. Pero somos venezolanos, y por experiencia cultural común sabemos que nos gusta que las soluciones no vengan del propio esfuerzo sino del ajeno, sin pararnos en los detalles de que la realidad no necesariamente se encuentra en esa percepción. Y eso hace que cualquier esfuerzo naciente que se haga para salir de lo que nos pasa en Venezuela se retrase “para ver qué es lo que termina sucediendo en Cuba”.

La tiranía cubana, entrenada en los métodos de la antigua Unión Soviética y la Alemania Oriental, fue la mentora principal de la tiranía de Hugo Chávez Frías y ahora de Nicolás Maduro Moros. Los cubanos están luchando por su libertad, como debe ser, y nosotros debemos hacer lo propio. Ya las reacciones del régimen cubano a esa gesta de su pueblo buscando desesperadamente su libertad, apuntan a una masacre que solo conoceremos en su magnitud una vez que se logre la libertad en la isla, sumando más muertos al largo sufrimiento del pueblo cubano.

Si el pueblo cubano tuviera un país con la posición geográfica que tiene el nuestro, en su territorio no hubiera quedado nadie, como está sucediendo en Venezuela. Pero no, jóvenes y viejos están encerrados desde 1959 en un gran campo de concentración, rodeado por las aguas del Caribe. Esa olla de presión más temprano que tarde terminará por reventarles en la cara a los comunistas cubanos. Lo que vimos no fue más que el comienzo del agrietamiento de esa olla y los comunistas comenzaron a remendarla con la sangre de quienes la agrietaron. Si el régimen de Díaz Canel tuviera una pizca de entendimiento del paso del tiempo y de las consecuencias profundas de lo que acaba de pasar, diera un golpe de timón hacia una nueva situación política, más consustanciada con esa realidad. Pero no lo harán al estar atados a los designios decimonónicos de un par de viejos que ya son historia, uno de ellos muerto y otro por morirse.

El régimen venezolano, al haber hecho dependiente la realidad política de Venezuela con la de Cuba, siguió las reacciones represivas de huida hacia delante que tomó la tiranía cubana con su realidad, y estas se comienzan a manifestar en nuestro país con la persecución a la dirigencia de la oposición oficial, llevando a la basura la propuesta de diálogo del Gobierno Encargado con su Plan de Salvación Nacional. Si Maduro sigue las instrucciones de sus jefes cubanos en esa huida hacia delante, estará acelerando igualmente su caída, pero igualmente contabilizando los perseguidos y muertos que eso conlleva.

Esto nos pone al resto de los venezolanos en el primer cuadro, donde lo único que se visualiza para un futuro próximo como solución a los graves problemas de los venezolanos son unas Elecciones Regionales ilegitimas, con una oposición de maletín (lleno de dólares) a conveniencia del régimen. ¿Sera esa nuestra fatalidad? ¿Aceptar el fracaso permanente de aquellos que aun dicen ser nuestros representantes ante una Comunidad Internacional que insiste que tenemos la obligación de acordar una solución negociada con el régimen de Nicolás Maduro Moros?

Por más que insistamos que se trata de delincuentes manejando un país, no podemos obviar el tratamiento que les da la Comunidad Internacional, a sabiendas de esa situación. La Declaración conjunta sobre Venezuela, última pieza jugada por la Comunidad Internacional para hacer reaccionar tanto al régimen como a la oposición insiste en “que se logren avances sustanciales y creíbles, orientados a restablecer las instituciones y los procesos democráticos en Venezuela, y estamos dispuestos a revisar las políticas de sanciones sobre la base de avances significativos que se alcancen por medio de una negociación amplia”. (ver comunicado EEUU-UE-Canadá: Declaración conjunta sobre Venezuela, en https://www.state.gov/translations/spanish/ee-uu-ue-canada-declaracion-conjunta-sobre-venezuela/).

Quienes estamos en la lucha democrática para lograr resolver el sufrimiento a los venezolanos no podemos dejar eso de lado. Esa misma declaración indica que “La solución pacífica a esta profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo venezolano, a través de negociaciones de amplio alcance impulsadas por los venezolanos en las cuales participen todos los actores interesados”. Y NOSOTROS SOMOS ACTORES INTERESADOS.

Si la oposición oficial representada por el Gobierno Encargado fracasó en su planteamiento electoral con el régimen por unas elecciones Presidenciales libres, justas y verificables (planteamiento que sabemos que no resolverá la crisis porque todo el sistema de poderes públicos está destruido), debido a la patada que Maduro le dio a la mesa por instrucciones de sus jefes en La Habana, por más que percibamos que se está cayendo el régimen cubano, no podemos dejar que las cosas se queden congeladas en Venezuela. El fracaso de las negociaciones por rebote de lo que está pasando en Cuba más bien nos deja como sociedad civil en una mejor posición para realizar planteamientos audaces en el marco de lo señalado por la Comunidad Internacional en su declaración conjunta, que conlleven a que el régimen de Nicolás Maduro Moros se siente a negociar no otra cosa que su salida pero con los interlocutores apropiados. Y si es verdad que efectivamente ese Muro de Berlín latinoamericano se caerá, más nos vale hacerlo a todos muy pronto…

Caracas, 16 de Julio de 2021

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