Por Luis Manuel Aguana
En una decisión ya tomada desde hace meses la MUD hace oficial su participación en las elecciones regionales convocadas por el CNE ilegítimo del régimen para el 21N. Es por eso que los venezolanos, acostumbrados a las decisiones de esta oposición nunca creímos que hicieran otra cosa. Cada partido político “opositor” desde que se anunciaron las elecciones para el 21N comenzó en todo el país la acostumbrada ronda de zancadillas para apropiarse del puesto correspondiente para “competir” con el régimen en unas elecciones sin condiciones. En consecuencia no era de esperarse otra cosa diferente.
Pero, ¿qué es lo diferente ahora? La coincidencia de esa decisión con las negociaciones en México. Si la oposición política del régimen, así llamada por la Comunidad Internacional, fue a México, entre otras cosas, para precisamente buscar condiciones electorales justas, ¿porque antes de terminar las negociaciones se entrega y acuerda participar? Porque decir que “Sabemos que estos comicios no serán unas elecciones justas ni convencionales. La dictadura ha impuesto obstáculos graves que ponen en riesgo la expresión de cambio del pueblo venezolano. Sin embargo, entendemos que serán un terreno de lucha útil para fortalecer a la ciudadanía e impulsar la verdadera solución a la grave crisis de nuestro país: unas elecciones presidenciales y legislativas libres”, no es precisamente una manera de presionar al régimen para que cambie las condiciones en que las hará (ver Plataforma Unitaria participará en comicios del 21 de noviembre con la tarjeta de la MUD, en https://efectococuyo.com/politica/plataforma-unitaria-participara-en-comicios-del-21-de-noviembre-con-tarjeta-de-la-mud/).
La decisión firme de participar en ese evento electoral a espaldas del mandato de la Consulta Popular del Diciembre de 2020, no solo pone a quienes tomaron esa decisión en un claro desconocimiento del mandato del pueblo venezolano de exigir el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, para ir luego a unas elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables (1ra pregunta de la Consulta Popular de Diciembre 2020), sino también a desconocer la decisión del pueblo de rechazar el evento electoral del 6 de Diciembre donde se eligió de manera ilegitima el parlamento que designó al CNE que convoca las elecciones del 21N (2da pregunta de la Consulta Popular de Diciembre 2020). No en vano Maduro quiere ver desde su sillón a Guaidó votando en esas elecciones para definitivamente validar ante el mundo su presidencia ilegitima frente a la legítima del Presidente Encargado.
Bien decía Einstein que el infinito se definía como el tamaño de la estupidez humana. Pensar con los bolsillos como lo está haciendo Henry Ramos Allup y el resto de sus socios y actuar con el régimen nos puede costar a los venezolanos un gran retraso en el rescate del país pero de ninguna manera significa que las decisiones que tomen para cogobernar con Maduro sean respaldadas por los venezolanos, y menos aun asistiendo con los ojos cerrados a unas elecciones “casi” justas, como ellos mismos las llaman, que sellarían la permanencia de Maduro en el poder.
¿Y por qué digo esto? Porque esa oposición mediocre no se ha paseado por la realidad de que aceptar el juego del régimen tiene consecuencias de cara a la Comunidad Internacional. El reconocimiento que ahora están dando oficialmente a ese evento electoral significa que cualquier país que le haya dado el reconocimiento a Juan Guaidó podrá dejar de hacerlo, porque si en nuestro propio país quienes supuestamente se oponen al régimen deciden de manera oficial que sus elecciones “casi” justas son válidas para ellos, nadie afuera en su sano juicio tiene porque decir lo contrario. Dirán con seguridad “ese es un problema de los venezolanos” y punto, dando por terminada cualquier discusión y aceptando que Maduro es el legitimo mandatario en Venezuela, echando por la borda el montón de muertos que nos ha costado a los venezolanos llevar al régimen de Maduro a negociar las sanciones por violar nuestros derechos humanos y destruir al país. ¿Se dan cuenta del porque les decimos cómplices de nuestra tragedia?
Esta situación será aun mas grave si la oposición reconocida internacionalmente acepta ir a un revocatorio con Maduro. Perdiendo ese revocatorio, a la oposición política no le quedaría más remedio que reconocer la presidencia de Nicolás Maduro Moros, dejando a la Comunidad Internacional sin argumentos para poder sostener a una Presidencia Encargada. Tal vez eso es en el fondo lo que desean los caimanes del G4 (¿se acuerdan como los dibujaba el gran Zapata en sus caricaturas de Zapatazos?) y recomponer una situación política mas de acuerdo a una Venezuela colaboracionista de Vichy.
Los venezolanos que deseamos un cambio perderíamos ese revocatorio porque se recrearían las mismas condiciones del 2004 cuando Chávez retrasó un año esa solicitud hasta estar preparado con sus Misiones y sus máquinas de lotería en el CNE manejadas por Jorge Rodríguez y programadas por SmartMatic, una empresa que se convirtió en multinacional con el dinero de los venezolanos producto del fraude electoral cometido. Y ahora se encuentran en mejores condiciones que el 2004 porque ya no están en Venezuela más de 5 millones de emigrados, con una plataforma técnica “Made in China” consolidada para el fraude en el CNE, y una oposición débil, dividida, corrupta y deseosa de hacer negocios con el régimen.
Los políticos lograrán sus elecciones como querían, pero, ¿quiénes resultaran perdedores en todo este drama? Los venezolanos. Y ustedes me dirán: ¡usted lo que quiere es que nos coma el tigre! Y yo les diría que ya el tigre nos comió desde hace tiempo cuando seguimos respaldando y permitiendo que los Henry Ramos Allup, los Leopoldo López, los Henrique Capriles, los Manuel Rosales, los Julio Borges y pare usted de contar, que todos conocemos, sigan representando los intereses de los venezolanos.
Tenemos que hacer un esfuerzo sobrehumano de buscar nuevas opciones, así nos equivoquemos. No podrá ser peor de lo que ya tenemos y que hay que cambiar urgentemente. Pero ya no será para esta vuelta electoral que ya perdimos por la aceptación de unas elecciones “casi” justas con el régimen por parte de una oposición vendida. Tendremos que lograr romper ese círculo vicioso y darle la confianza a otra gente. Pero antes, Maduro tiene que irse. Y para que eso ocurra debemos hacer realidad el mandato expresado por el pueblo venezolano en las Consultas Populares de 2017 y 2020, comenzando por expresar nuestro más firme rechazo a las elecciones regionales del 21N y no votar en esas nuevas elecciones ilegitimas y mucho menos en el revocatorio criminal que están cocinando en México. A Venezuela solo la salvaremos los venezolanos…
Caracas, 2 de Septiembre de 2021
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