Por Luis Manuel Aguana
La aprobación instantánea de las tres solicitudes presentadas para inicio del procedimiento de activación de un Referendo Revocatorio al usurpador Nicolás Maduro Moros por parte del CNE ilegítimo, claramente nos indica a los venezolanos el interés del régimen de realizar ese proceso (ver CNE aprobó inicio del procedimiento para eventual activación del Referendo Revocatorio, en http://www.cne.gob.ve/web/sala_prensa/noticia_detallada.php?id=4116).
Y digo instantánea porque en esta oportunidad el CNE no exigió la recolección del 1% de las firmas del padrón electoral que debían ser contrastadas en su veracidad antes de proceder con el cronograma de la Junta Nacional Electoral para la recolección del 20% del Registro Electoral requerido constitucionalmente. Y no es que fuera muy difícil recoger ese 1% (en el 2016 se recogieron en dos días 1.102.236 firmas, obviamente muchas más de las 197.978 exigidas para ese entonces) sino que extrañamente destrabaron el proceso para inmediatamente dar la autorización.
Ahora bien, las métricas que está manejando ahora el CNE son aquellas por las cuales “eligieron” a Nicolás Maduro Moros en la elección presidencial ilegal de Mayo de 2018. ¡De hecho no existen otras porque no ha habido elecciones presidenciales legítimas! Partiendo de allí ya ese Referendo Revocatorio nace con las patas de barro. No solo porque no se podría revocar en buena lógica a alguien que ejerce el poder inconstitucionalmente –y además con las reglas de misma constitución que han violado de manera descarada- sino que no se puede sostener que la oposición oficial formal reconocida internacionalmente avale tal despropósito sin que al perderlo en ese intento, le transfiera automáticamente la legitimidad que el régimen busca desesperadamente. De allí su gran interés en que se produzca.
Cualquiera podría decir que es un riesgo calculado de la oposición oficial. Y que incluso aceptando tal riesgo, es una apuesta al todo o nada con el régimen, algo así como jugárselo todo a Rosalinda. Sin embargo, en la famosa copla de Ernesto Luis Rodríguez, el juego era justo y al apostárselo todo, “el dado en la noche linda” le devolvió los corotos al jugador que apostó a su mujer. Pero en el caso de que la oposición oficial “gane” este juego que el régimen ha “concedido”, igualmente se lo quedará todo.
En el fondo, de acuerdo al Artículo 72 Constitucional, el objetivo fundamental de un Referendo Revocatorio, en caso de cumplirse los extremos constitucionales, es provocar la falta absoluta del revocado. Y si este resulta ser (que en el presente caso no es porque Maduro no es Presidente de la República, sino un usurpador) el Presidente de la República, aplican entonces las reglas de la falta absoluta del Presidente de la República establecidas en el Artículo 233 de la Constitución.
Recordemos aquí porque Juan Guaidó es Presidente Encargado. Había la falta absoluta del Presidente Electo el 10 de Enero de 2019, antes de tomar posesión del cargo, porque no hubo elección presidencial válida, por lo cual se debían convocar a nuevas elecciones en un período de 30 días. Ahora bien el Artículo 233 es claro al señalar: “Si la falta absoluta del Presidente o la Presidenta de la República se produce durante los primeros cuatro años del período constitucional, se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes. Mientras se elige y toma posesión el nuevo Presidente o la nueva Presidenta, se encargará de la Presidencia de la República el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva”. Esto es lo que esencia están buscando los promotores de ese Revocatorio.
Pero, ¿qué pasa si el Referendo se produce después del 4to año del período presidencial, en otras palabras, en el transcurso de los últimos dos años? De nuevo esto lo responde el Artículo 233: “Si la falta absoluta se produce durante los últimos dos años del período constitucional, el Vicepresidente Ejecutivo o la Vicepresidenta Ejecutiva asumirá la Presidencia de la República hasta completar dicho período”.
Maduro cumplirá 4 años de usurpación el 24 de Mayo de 2022, desde su juramentación ante la Asamblea Nacional Constituyente ilegítima (vean ustedes la cadena de ilegitimidad del sujeto). Si aún desconocemos el cronograma del CNE del régimen, les pregunto: ¿Cuándo creen ustedes que sea la fecha para ese Referendo Revocatorio, en el caso –muy posible por cierto si el régimen desea que haya revocatorio- que sea aprobado porque se logren levantar el 20% del actual padrón electoral? ¿Antes o después del 24 de Mayo de 2022? Buena pregunta ¿verdad? Dejaré que cada uno de ustedes imagine la respuesta.
La única manera en que ocurra una convocatoria a elecciones presidenciales bajo este esquema suicida de la oposición oficial, es que la fecha del revocatorio que publique el CNE sea ANTES del 24 de Mayo de 2022, en el caso de que se logre juntar el 20% del Registro Electoral, y que asimismo se logre un voto más que lo que Maduro sacó en esa elección fraudulenta de 2018: 6.248.864 votos, y “…siempre que haya concurrido al Referendo un número de electores o electoras igual o superior al 25% de los electores o electoras inscritos o inscritas” (Artículo 72 Constitucional).
Les diré lo que creo que puede pasar sin tener una bola de cristal. El cronograma del revocatorio se desplegará por gran parte de 2022, para entretener a los opositores lo que queda de año. Claramente, la fecha del Referendo, si es que se dan los requisitos exigidos, será posterior al 24 de Mayo de 2022 (con la excusa válida de la organización de las mesas del CNE y demás), quedando solo dos opciones. O nos clavamos a Maduro si es que lo perdemos, o a Delcy Rodríguez, si es que lo ganamos, ambos hasta el 2025. En los dos casos la casa gana y se ríe.
El régimen logrará en uno u otro caso reclamar la legitimidad ganada mediante el sufragio ante la Comunidad Internacional, y salir al mismo tiempo del Gobierno Encargado de Guaidó (con el personaje preso, por supuesto). Todo esto sin contar con una renovada, reluciente y actualizada “Lista de Tascón” que le servirá para la siguiente arremetida de persecución autoritaria. Y todo esto con la pequeña ayuda de la oposición oficial y los insignes promotores de esa trampa, quienes también habrán “ganado” porque siempre dirán que “después si les ganaremos” en el siguiente carnaval electoral de 2024. Y mientras tanto los venezolanos seguirán muriendo y huyendo de este infierno.
Si los venezolanos no han aprendido nada hasta ahora acerca de con quién están lidiando en ambos casos, el régimen y su oposición, no vale la pena seguir discutiendo de esto. Los pueblos del mundo que han aprendido de los golpes han progresado. Y Venezuela ha llevado demasiados golpes como para continuar detrás de las decisiones tóxicas de un liderazgo político desgastado y criminal, cuyas malas decisiones y sus consecuencias siempre termina pagando el pueblo venezolano. Aquellos pueblos que siguen sin aprender estarán sometidos para siempre, o hasta que se deshagan de esos liderazgos y de sus soluciones con patas de barro…
Caracas, 19 de Enero de 2022
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