jueves, 9 de febrero de 2023

¿Interinato o representación legítima?

Por Luis Manuel Aguana

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El Recurso de Amparo introducido por la representación de la Asamblea Nacional de los Trabajadores de Venezuela, ante el Tribunal Supremo de Justicia que opera en el exilio, solicitando la NULIDAD del inconstitucional Acto Legislativo de la Asamblea Nacional (de 2015) que sanciona y promulga la Ley de Reforma del Estatuto de la Transición a la Democracia para Restablecer la vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (ver Nuevo Herald, Piden a máxima corte venezolana anular desmantelamiento de presidencia interina, en https://www.elnuevoherald.com/noticias/america-latina/venezuela-es/article272217213.html), aterriza judicialmente lo que muchos ya hemos expuesto informalmente a través de las redes sociales: la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición.

En efecto, no es precisamente de ahora que se introdujo ese Amparo, que esa Ley es inconstitucional, sino desde el mismo año 2019, cuando ese instrumento le dio soporte operativo a la llamada Presidencia Encargada, institución que si fue constitucionalmente establecida a raíz de la falta absoluta del Presidente de la República –Artículo 233 Constitucional- a consecuencia del fraude perpetrado por Nicolás Maduro Moros con sus elecciones anticipadas en mayo de 2018 (ver texto completo del Recurso de Amparo de la Asamblea Nacional de Trabajadores, 01-02-2023, en https://tinyurl.com/4j5h3zuw).

Sin embargo, el disparador del Amparo de los trabajadores, no fue precisamente la inconstitucionalidad de la Ley del Estatuto para la Transición, que efectivamente ya lo era desde 2019, sino la desaparición en la última reforma de la ley, ocurrida el 30 de diciembre de 2022, de la figura de la Presidencia Encargada que nació por disposición constitucional el mismo día en que debía aparecer un Presidente de la República legítimamente electo para encargarse de la Primera Magistratura del país.

En el año 2019, la Asamblea Nacional de 2015, desde el primer momento, cuando el Diputado Juan Guaidó Márquez asumió la Presidencia de la República por mandato constitucional establecido en el Artículo 233, al permanecer en su cargo como Presidente de la Asamblea Nacional, ya violentaba la separación de poderes, por lo que no era nada que ya no supiéramos los venezolanos.

Lo novedoso de este acto es que los venezolanos asumimos erróneamente que esa Ley del Estatuto para la Transición le daba vida a la Presidencia Encargada, cuando no era así. Los partidos políticos mayoritarios de la Asamblea Nacional nunca tuvieron la intención de juramentar como Presidente de la República a Juan Guaidó Márquez –y de hecho no lo hicieron- porque su intención clara era controlar las atribuciones del Poder Ejecutivo y así lo hicieron de manera descarada, y el diputado Juan Guaidó Márquez lo permitió abiertamente durante tres años, generándose en la práctica ese gobierno parlamentario inconstitucional al que alude el Recurso de Amparo de los trabajadores, porque para este momento ya Guaidó era realmente un estorbo al haberse separado su partido de la coalición parlamentaria.

Lo escandaloso de esa reforma es que se pretende convencer a los venezolanos que se puede lograr la recuperación del Estado de Derecho y el restablecimiento constitucional en Venezuela montados sobre un adefesio inconstitucional. Y la atrocidad más relevante que cometieron fue eliminar la figura de la Presidencia Encargada, que no fue creada por la Ley del Estatuto para la Transición en el año 2019, sino por la propia Constitución de 1999.

Por encima de las opiniones de expertos abogados constitucionalistas, algunos de ellos citados en ese Recurso de Amparo, los diputados aprobaron la reforma a “troche y moche” como decimos en Venezuela, con la excusa de mantener el control de los activos en el exterior y la “ineficiencia” de Juan Guaidó Márquez de lograr el cese de la usurpación de Nicolás Maduro Moros, cuando fueron ellos mismos los que decidieron todas las acciones de esa Presidencia Encargada, manejada cual marioneta de circo. No era de extrañar entonces un estrepitoso fracaso.

Aun cuando podamos acordar la procedencia de ese Recurso de Amparo en la restitución de la figura de la Presidencia Encargada atropellada por esa reforma de la ya inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición, no podemos dejar de lado que el interés final de los venezolanos NO ES tener una Presidencia Encargada, sino un Presidente Legítimo y Constitucional en funciones. Eso fue lo que nos quitó a los venezolanos el régimen en mayo de 2018, y Juan Guaidó Márquez en la Presidencia Encargada debía ser el responsable de la restitución de ese orden atropellado.

Es por eso que existía la Presidencia Encargada, pero los partidos, en lugar de darle las atribuciones que constitucionalmente le correspondían al Poder Ejecutivo, secuestraron sus funciones en el Legislativo, a través de esa funesta Ley del Estatuto para la Transición, para medrar de los pocos recursos que la Comunidad Internacional, con EEUU a la cabeza, le proporcionaron para su operación, y así financiar lo poco legítimo que quedaba en Venezuela. Y se quedaron en eso, demostrando una falta de grandeza y amor por este país.

Ante tamaña distorsión de valores, moral, ética y objetivos, los venezolanos estamos sufriendo las peores consecuencias, porque esta acción (o inacción) de quienes se supone debían actuar a favor de nuestro bienestar, le han entregado el país al régimen. Y no contentos con eso, pretenden convencernos de ir a unas elecciones controladas por Nicolás Maduro Moros en el año 2024, o cuando a este le de la gana. Esto viene precedido por un caramelo anestesiante llamado “elecciones primarias” de la misma supuesta oposición, autora del descabezamiento de Juan Guaidó Márquez, la Presidencia Encargada y la inconstitucional Ley del Estatuto para la Transición y su correspondiente atorrante reforma. Póngale usted el adjetivo que quiera a quien le puedan vender eso.

Y es por esta misma razón que otro grupo de venezolanos concurrimos en octubre del año pasado al mismo Tribunal Supremo de Justicia en el exilio para solicitar el rescate de nuestro derecho a la participación política y al voto, y entre otras importantes peticiones, la NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre el régimen usurpador de Nicolás Maduro Moros y la llamada “Plataforma Unitaria”, firmado el 15 de agosto de 2021 (ver Nota de Prensa y Recurso de Amparo en Solicitan NULIDAD del Memorándum de Entendimiento entre la oposición y el gobierno de Maduro, ante el TSJ en el exilio, en https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/solicitan-nulidad-del-memorandum-de.html y texto del Amparo en https://tinyurl.com/yc7r276y) (ver nota Un Amparo por el rescate al Derecho a la participación Política en, https://ticsddhh.blogspot.com/2022/10/un-amparo-para-el-rescate-al-derecho-la.html).

Este Recurso de Amparo previo, aun pendiente de decisión por el Alto Tribunal en el exilio, como consecuencia de lo anterior, solicita que se designe un ente electoral Ad-Hoc, que ofrezca “confianza a los venezolanos”, y “… asuma la competencia reglamentaria para la organización de las elecciones o consultas pertinentes a los venezolanos, sin la interferencia y/o la mediatización de los actuales factores en pugna política, pues eso fue, precisamente, lo que el Constituyente quiso evitar al establecer el derecho a la participación política…”, como reza la Nota de Prensa que anunció al mundo este nuevo intento en la larga cruzada por cambiar las cosas en nuestro país.

Si bien es cierto que los supuestos opositores reventaron la Presidencia Encargada, no menos cierto es que el fundamento de nuestra lucha no es designar a nadie que “se encargue” de ella, sino que los venezolanos podamos elegir a nuestros representantes legítimos a través de administradores igualmente legítimos, designados por un Tribunal legítimo. Y lamentablemente a todos ellos no los podremos conseguir en Venezuela mientras exista un régimen con el control del Poder Electoral, y en consecuencia, un nuevo Poder Electoral tendrá que ser designado en el exilio. Esa es la lucha que la Presidencia Encargada de Juan Guaidó Márquez no libró, ni creo que libre nadie en sustitución de él, que no seamos los que realmente somos los dolientes de un retorno de la libertad en Venezuela.

Caracas, 9 de Febrero de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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Twitter:@laguana

jueves, 2 de febrero de 2023

DDHH y sanciones, ¿huevo y gallina?

Por Luis Manuel Aguana

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La reciente visita del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, Volker Turk, y sus conclusiones al despedirse de Venezuela, me dejaron, como dice una gran amiga, un gusto a poco. Al contrario de la prensa local, que catalogó la visita como un gran éxito en la dirección al respeto de los Derechos Humanos en Venezuela por parte de los delincuentes que gobiernan el país, el Alto Comisionado Turk reforzó la tesis del régimen según la cual son las sanciones las responsables de la grave crisis económica y humanitaria del país:

“Diferentes grupos de personas con los que hablé, incluidos los agentes humanitarios y las agencias de la ONU, me hablaron del impacto de las sanciones sectoriales en los segmentos más vulnerables de la población y de los obstáculos que las sanciones crean para la recuperación y el desarrollo del país, especialmente tras la pandemia de Covid-19. Las personas que conocí describieron su lucha por conseguir productos básicos y esenciales para mantener sus medios de vida, la imposibilidad de encontrar medicinas que sus seres queridos tanto necesitan y el impacto mental, la ansiedad y la depresión en que caen al tener que endeudarse cada vez más para sobrevivir. Si bien las raíces de la crisis económica de Venezuela son anteriores a la imposición de sanciones económicas, como destaqué en mis interacciones, es evidente que las sanciones sectoriales impuestas desde agosto de 2017 han exacerbado la crisis económica y obstaculizado el disfrute de los derechos humanos” (ver El Alto Comisionado de la ONU para los DDHH, Volker Turk, concluye su misión oficial a Venezuela, en https://www.ohchr.org/es/statements/2023/01/un-high-commissioner-human-rights-volker-turk-concludes-official-mission

El Alto Comisionado se reunió, según su declaración, “con más de 125 miembros de la sociedad civil, personas defensoras de derechos humanos, víctimas de violaciones de derechos humanos y representantes de organizaciones de víctimas provenientes de todo el país”, y al parecer ninguno de ellos le indicó que la situación de los derechos humanos del país es precisamente la causante de esas sanciones, no al revés, y es debido al saqueo inmisericorde de los bienes de la Nación que han realizado -y todavía realizan- los delincuentes del régimen con quienes se reunió.

Esa exacerbación de la crisis económica de la que habla el Alto Comisionado, no tiene nada que ver con las sanciones que se le han impuesto a los responsables del régimen y a las empresas del Estado que administran, con las que blanquean los capitales provenientes de los negocios ilícitos que manejan, incluyendo el narcotráfico y la extracción ilegal de minerales en el país, sino por la aplicación de políticas económicas que han destruido la empresa y la propiedad privada, y que son acordes con el plan socialista impuesto a los venezolanos hace más de 20 años. De esto nada habló el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU en su visita a Venezuela.

En otras palabras, el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU nos pone ante el clásico dilema milenario según el cual humanidad se ha preguntado, ¿qué fue primero, el huevo o la gallina?, resolviendo de una vez la discusión, tomando partido por la política progresista de la ONU de proteger al tipo de gobierno que manejan los delincuentes en el poder en Venezuela, de que son las sanciones las que han provocado la crisis humanitaria en nuestro país.

Si bien es cierto que el funcionario de la ONU solicitó lo que todos los venezolanos hemos exigido por años, como la libertad de los presos políticos, las condiciones de detención y los retrasos judiciales, coloca el origen de la crisis en el lugar equivocado, por lo que las posibles respuestas de esa oficina de la ONU a los problemas de Derechos Humanos en el país serán inaplicables y en el mejor de los casos equivocadas.

Cuando el origen mismo de la situación de los Derechos Humanos es el mismo gobierno del país, no se puede tratar de resolver con las medidas que se aplicarían a cualquier otro país en el que simplemente por errores o desviaciones de su sistema de justicia se generan violaciones a los Derechos Humanos.

La Comunidad Internacional, y especial la ONU, no pueden tratar al régimen venezolano como cualquier gobierno y solicitarle “reformas a los sectores de la justicia y la seguridad” porque son esos los que precisamente están configurados y diseñados especialmente para sostenerlos en el poder, y la violación a los Derechos Humanos no es más que una consecuencia de esa estructura de preservación. Cuando estos entiendan definitivamente que la política del régimen venezolano es precisamente la violación de los Derechos Humanos para su sostenimiento en el poder, entonces a partir de allí vendrá una ayuda que si pueda ser aplicada con éxito en Venezuela.

Si esto no lo entiende el Alto Comisionado de la ONU al concluir que: “Basándome en mis conversaciones, percibo que existe un reconocimiento general en todo el espectro político y social de la necesidad de reforma”, al referirse a las reformas en los sistemas de justicia y seguridad, entonces no ha entendido o no ha querido entender el verdadero problema de los venezolanos.

El Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU viene a Venezuela para dar la imagen de que la ONU si está pendiente de Venezuela y puede hacer algo en relación con la gravedad de lo que sucede, cuando la realidad es como la de un médico que va a casa de un enfermo de gravedad y prescribe aspirinas a sabiendas de que no puede hacer nada por él y le miente en la cara a los familiares. Ese es el verdadero sentido de la visita del Sr. Turk a Venezuela.

Al instar  a ratificar la Convención contra las Desapariciones Forzadas y el Acuerdo Regional Latinoamericano y del Caribe sobre medio ambiente, Acuerdo de Escazú, el Alto Comisionado sabe de cierto que realiza un saludo a la bandera y más aún cuando ha escuchado con crudeza la información de la sociedad civil “sobre la situación, a menudo calamitosa, de las prisiones y la falta de alimentación, medicinas adecuadas y de acceso a asistencia sanitaria oportuna”.

¿Cree de verdad el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU que el régimen le abrirá a la ONU las puertas de las prisiones militares de la Tumba y las mazmorras del DGCIM en Boleíta, para conocer la situación de presos como Caiguaripano? Lo que les dará es tiempo para que preparen una parodia que presentarle al mundo y seguir escondiendo lo que pasa en Venezuela.

Pero lo que más me sorprende es que toda la prensa de Venezuela y el mundo reseñe que las cosas mejorarán en el país en materia de Derechos Humanos, porque vino ese funcionario que lo primero que dice es que las sanciones son el problema, cuando el problema de fondo es un régimen que ha provocado con su saqueo la crisis migratoria y humanitaria más grande del continente americano. Sería bueno para la humanidad que el Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la ONU, al descifrar el enigma del huevo y la gallina en Venezuela, diera el siguiente paso al indicarnos cómo hacer para alcanzar la paz mundial…

Caracas, 2 de Febrero de 2023

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