miércoles, 1 de marzo de 2023

Con CNE no se necesitan primarias

Por Luis Manuel Aguana

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Es difícil demostrar al mundo una situación cuando los conceptos básicos se imponen sobre las realidades. Por ejemplo, ¿quién podría desde el exterior tan siquiera discutir que unas elecciones puedan resolver una disputa por el poder en cualquier país? Nadie. De allí que la Comunidad Internacional haya decidido desde la Declaración Conjunta de los EEUU, la Unión Europea y Canadá, del 25 de junio de 2021, que, “La solución pacífica a esta profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo venezolano, a través de negociaciones de amplio alcance impulsadas por los venezolanos en las cuales participen todos los actores interesados. Un proceso de negociación integral, con plazos concretos, debería posibilitar el restablecimiento de las instituciones del país y permitir que todos los venezolanos puedan expresarse políticamente por medio de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes (ver Declaración EEUU-UE-Canadá: Declaración conjunta sobre Venezuela, en https://www.state.gov/translations/spanish/ee-uu-ue-canada-declaracion-conjunta-sobre-venezuela/) (resaltado nuestro).

Hemos insistido desde hace mucho que de esta declaración se desprende que estos países, en conjunto con la dirigencia política opositora, ya han decidido por los venezolanos, que unas “elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes” con Nicolás Maduro Moros ejerciendo ilegítimamente el poder en Venezuela, posibilitarían “el restablecimiento de las instituciones del país”. Aunque estemos en desacuerdo con esa posición, lamentablemente es la realidad que afrontamos en Venezuela.

Y con base a estas premisas, al parecer escritas en piedra, ha girado todo el quehacer político venezolano desde ese momento, al punto que independientemente que el régimen se haya parado de la mesa de negociaciones en México, vamos rumbo, indefectiblemente, a un proceso electoral con el régimen, en las mismas o peores condiciones que se han tenido siempre con un Poder Electoral secuestrado.

En atención a eso, la oposición política, que ha traicionado en repetidas ocasiones a los venezolanos, nos ha impuesto -de nuevo- como fórmula para la escogencia del candidato opositor un proceso de “elecciones primarias”, alrededor del cual han girado los partidos, pensando que igualmente los venezolanos, como borregos sin capacidad de discernimiento, supuestamente votaremos para ir a inmolarnos en el altar del CNE en las elecciones presidenciales que el régimen convoque.

Pero como siempre, y gracias a Dios, una cosa es la que piensa el burro y otra quien lo monta, como dice el sabio refrán popular. A pesar de toda la masiva campaña de información desatada por los partidos y sus anclas tradicionales, para que la gente vaya a votar por los bates quebrados de los partidos en esas primarias, algunos de los cuales ya fueron candidatos presidenciales que le entregaron descaradamente las elecciones al castro-chavismo-madurismo en estos últimos 20 años, la gente se resiste a ir a votar en las primarias, y menos aún si a esa Comisión de Primarias se le ocurre meter al CNE en el proceso.

En efecto, el más reciente Informe Público (CATI) de la Encuestadora Meganálisis de febrero de 2023, claramente nos indica que sobre el “71,1% que piensan que con el chavismo y Maduro Venezuela no tiene futuro ni esperanzas”, el 83,7% cree que las elecciones primarias se deben realizar “sin la presencia del CNE”. Y de ese 83,7%, el 96,2% NO IRIA A VOTAR si el CNE está presente con sus máquinas (ver Estudio CATI Verdad Venezuela Febrero 2023, https://twitter.com/Meganalisis/status/1628599897153851392).

Pero lo peor no es tal vez eso, de los identificados como adversos al chavismo (71,1%) se les preguntó: “De los siguientes posibles candidatos en las elecciones primarias de oposición, ¿Por cuál votaría usted?”, el 32,8% no votaría por ninguno. En otras palabras, el candidato saldría del 38,3% de un universo del 71,1%. ¿Creen ustedes que esa es la fuerza necesaria para vencer, como se requiere, abrumadoramente, al castro-chavismo-madurismo en una pelea donde se iría con las manos atadas y con un contrincante armado hasta los dientes? ¡Por Dios!

Si la Comunidad Internacional nos ha dicho que reconocerá a quien salga de esa elección presidencial en el 2024 o antes, ¿no creen ustedes que ese método de escoger candidato para enfrentarle al régimen debería ser distinto? Ya el solo hecho de que el mecanismo escogido haga énfasis, en su mayoría, en quienes de una u otra manera son rechazados mayoritariamente por el pueblo opositor, en buena lógica quien salga de allí ya lleva las de perder.

Incluso, quien aparece de primero en esa encuesta, María Corina Machado, quien ha insistido en que no se medirá en primarias si aparece el CNE para contar los votos, solo lleva el 16,7%, lo que es una cifra pírrica de lo que se requiere para vencer en una elección a estos delincuentes que tienen al CNE de su parte. Entonces, el  mecanismo de primarias en las actuales condiciones del país, se termina transformando en la herramienta ideal para que de allí salga un candidato que se amolde a los deseos del régimen de entregar la elección, como ya lo hicieron antes Manuel Rosales y Henrique Capriles, ya que la Comisión de Primarias va en ruta directa de entregar al CNE el conteo de los votos opositores.

Y ustedes me preguntarán, ¿y cuál es el problema? ¿Acaso no son necesarias unas primarias para dirimir un candidato que poner frente al régimen, si tenemos que igualmente ir a unas elecciones presidenciales? Y la respuesta no es tan obvia como la pregunta.

Un proceso como ese se justificaba en una Venezuela opositora como la existente en el 2012, y aun así el régimen con su CNE y TSJ persiguieron a la Comisión de Primarias, y a su Presidente de entonces, la Dra. Teresa Albanes, para que se le entregaran los cuadernos de votación, para así comenzar con otra lista de Tascón de los electores opositores.

En las actuales circunstancias políticas del país, cualquiera que salga de un proceso de primarias apadrinado por el CNE del régimen, podría ser retado por cualquier otra opción que aparezca, que no se preste a esa manipulación, aglutinando el sentimiento de cambio nacional de esa mayoría que no se come ese circo. Y eso difícilmente podría ser considerado como una “división de la oposición”, porque un candidato originado de unas primarias como esas no representaría a la gran mayoría de venezolanos conscientes, que dejaron bien atrás su condición de borregos que van al matadero electoral guiados por los partidos.

De esa forma, se decidiría verdaderamente y en la propia arena política, cuál será el candidato con las mejores credenciales, que unifique el sentimiento opositor para enfrentar al régimen, capaz de terminar el trabajo que no hicieron ni Rosales ni Capriles, dando la pelea definitiva que finalmente defenderá el país opositor. Esa sería la única manera en que los venezolanos se animen a ir de nuevo a otra contienda con el régimen. De otra forma, esa elección presidencial será una copia al carbón de lo que ya hemos vivido, y para eso no se necesitan primarias….

Caracas, 1 de Marzo de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

miércoles, 22 de febrero de 2023

Primarias, los que irán al cielo

Por Luis Manuel Aguana

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Les agradezco a mis amigos y seguidores la confianza al continuar preguntando acerca del tema de las primarias opositoras y la disyuntiva manifestada a participar o no en ese evento, habida cuenta que de acuerdo a las últimas encuestas, al parecer quienes supuestamente puntean en ellas son los precandidatos radicales no asociados a la partidocracia tradicional.

Efectivamente, aun después de haber expuesto en varias oportunidades en este blog las razones que justifican mi más completo rechazo a ese evento organizado por una Comisión de Primarias de una supuesta sociedad civil que apareció de la nada, a instancias de los partidos políticos de una supuesta oposición que eliminaron el interinato, y en la que por cierto ni ustedes ni nosotros participamos de su designación, este nuevo giro de que aparezcan  como ganadores aquellos que jamás habían punteado en ninguna encuesta, pareciera la confirmación misma del desprecio de la gente por los políticos opositores que los han traicionado.

Pero de allí a que ese realmente sea un reflejo del verdadero panorama político hay mucho trecho. Esa situación ventajosa para el status quo político tradicional es precisamente lo que desean quienes manejan este circo electorero: que el venezolano acuda a esas primarias con la esperanza de que de allí surja un candidato presidencial que no esté alineado con los partidos opositores, como lo desea la gran mayoría de los venezolanos. Pero nada más alejado de la realidad, porque lo que saldrá de allí será el candidato conveniente tanto para el régimen como para el colaboracionismo opositor.

Esa fiesta de las primarias, organizada por los partidos de la llamada Plataforma Unitaria, que no representan a nadie, y encubierta por una “sociedad civil” que nadie conoce, no tendrá otro ganador que quienes decidan quienes la organizaron.

Una reciente encuesta de Datincorp de comienzos de este mes, da cuenta de un rechazo de todos los candidatos que se han presentado en esas primarias, que va de 66% a 83% de venezolanos (ver Datincorp: nivel de rechazo de los candidatos entre los electores va de 66 a 83%, ninguno se salva, en https://infocifrastv.com/nacionales/admin/datincorp-nivel-de-rechazo-de-los-candidatos-entre-los-electores-va-de-66-a-83-ninguno-se-salva/). A la pregunta: “¿Qué le generan la política y los políticos venezolanos a los electores?”, la respuesta mayoritaria “Gran decepción” se lleva el 70%.

De acuerdo a Datincorp, «En primer lugar, María Corina Machado no tiene 50 puntos sino apenas 17 puntos de apoyo. Cuando hay un escenario polarizado sube unos puntos más. Pero el elemento dominante en este momento no es María Corina, ni Maduro ni nadie sino los que no van a votar por ninguno (51%) lo cual refleja el nivel de descontento que hay en el país».

Ahora bien, si de acuerdo a esa encuesta, solo el 17% acompaña las aspiraciones –hasta ahora y si no se retira antes- de quien la lidera, seguida abajo por un punto porcentual por Nicolás Maduro (sin contar que esto podría ser considerado como un empate técnico), la pregunta del millón sería ¿Qué pasa con ese 51% de venezolanos que no están representados allí? Incluso, ¿qué pasa con los que no están tampoco representados y aún menos contados allí, pertenecientes a la diáspora en el exilio?

Entonces el mecanismo de primarias NO FAVORECE a los venezolanos, sino a quienes de alguna manera controlan el proceso, y que definirán quien debería contarse con el candidato del régimen en el 2024 o antes, y que entregará las aspiraciones de cambio de los venezolanos como lo hizo Manuel Rosales en el 2006 y Henrique Capriles en el 2012 y 2013.

Las primarias surgieron por primera vez en el año 2012 como la metodología natural para lograr cohesionar en una sola fuerza a la oposición que luchaba desesperadamente en las calles por salir de este régimen abyecto. Pero, ¿es ese el contexto de lo que se está presentando ahora, con un liderazgo político opositor rechazado por más de la mitad de la población y considerado socio del régimen? ¿Se va a poner el destino de Venezuela a depender de ese mecanismo que elegirá un abanderado con solo el 17% de la población electoral, para que represente a TODOS los venezolanos que nos oponemos al régimen? A la pregunta “¿Por quién votarían los venezolanos para elegir al Presidente de la República, si hoy fuesen las elecciones?”, la respuesta mayoritaria fue “Ninguno” en un 24%, 7 puntos porcentuales por encima de quien sale de primero. Es realmente decepcionante.

Pero la oposición política ha convencido con éxito a la Comunidad Internacional y al país que el candidato opositor que salga de esas primarias “representará” la mayoría de quienes nos oponemos al régimen, y los números demuestran claramente que eso NO ES ASÍ. Pero los hilos de quienes tienen el poder y el dinero, tanto en el régimen como su oposición, lograrán hacer posible lo imposible, aunque los ciudadanos estemos convencidos de lo contrario.

Lo anterior me hizo recordar una caricatura histórica de 1976 de Joaquín Salvador Lavado (1), mejor conocido mundialmente como Quino, creador de la famosa historieta de Mafalda, donde un personaje rico y poderoso, sentado en su oficina, leía en la Biblia: De cierto os digo que antes entrará un camello por el ojo de una aguja, que un rico al reino de Dios. Al leer eso marca el intercomunicador a su secretaria: ¿Señor? A continuación el personaje le ordena: “Comuníquese con el Museo de Ciencias Naturales de El Cairo y averigüe bien todas las medidas que pueda tener un camello... Luego llame a las acerías Krupp, de Essen, Alemania, pida con el Jefe de Ingenieros y páseme la comunicación…”. Y mirando la Biblia con desdén, la arroja al escritorio, fumándose un puro con satisfacción, haciendo aros de humo, como pensando: ¿Y quién dice que no iré al cielo?

Pues eso mismo estarán pensando los que están detrás de ese laboratorio electorero sofisticado, que es en lo que se ha convertido en el actual contexto el mecanismo de primarias opositoras, para asegurar la continuidad del régimen y su legitimidad ante la Comunidad Internacional a partir de las próximas elecciones presidenciales.

Si se tuviera que utilizar la vía electoral, porque no hay otra alternativa, como efectivamente lo está emplazando la Comunidad Internacional a Venezuela, diría que quien se vaya a enfrentar con el régimen no es ninguno de los que se han presentado hasta ahora porque definitivamente no han entusiasmado a nadie lo suficiente para aglutinar a toda la Venezuela opositora aspirante de un cambio profundo.

Las condiciones políticas de un momento de la vida del país, hace hoy casi 10 años, le dieron a Henrique Capriles esa oportunidad, porque la Venezuela opositora había recorrido el camino completo: primarias, aglutinamiento consistente, fuerza de calle y disposición de cobrar el triunfo. Lamentablemente Capriles arruinó el momento con las cacerolas y la salsa. Y ahora tiene la desvergüenza de intentarlo de nuevo creyendo que esas condiciones se repetirán. Desafortunadamente para él, los contextos no se repiten porque se quiera.

Y si apareciera un personaje que se acople al contexto de máxima gravedad del momento político actual, que no incluye precisamente unas primarias, tal vez, solo tal vez, exista una oportunidad para que una Venezuela inspirada, con ese liderazgo al frente, pueda arrasar, pasando por encima de los colaboracionistas y del régimen, quienes dan por sentado que irán al cielo como el rico y poderoso de Quino. Menos mal que soñar no cuesta nada y los milagros todavía pasan…

Caracas, 22 de Febrero de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

Email: luismanuel.aguana@gmail.com

Twitter:@laguana

(1) Joaquín Salvador Lavado(a) Quino, Bien, gracias, ¿y usted? Editorial Lumen, 1976