Por Luis Manuel Aguana
Tengo la impresión de que no ha sido lo suficientemente analizada la diferencia expresada por la precandidata María Corina Machado (MCM) y sus seguidores, acerca del resultado que debe arrojar el proceso de primarias opositoras. Una cosa es ir a ese proceso con la intención de demostrar con votos la preferencia del pueblo opositor venezolano acerca de su dirigencia opositora y otra muy distinta que de ese proceso salga un candidato opositor que ponerle al régimen al frente para unas elecciones presidenciales. Son dos cosas muy distintas y así lo traté de diferenciar en mi nota pasada (ver Primarias: ¿Liderazgo versus candidato? En https://ticsddhh.blogspot.com/2023/07/primarias-liderazgo-versus-candidato.html).
Nadie puede negar que haya sido exitosa la estrategia de MCM de usar ese proceso para aglutinar la fuerza popular necesaria para arrodillar políticamente al actual liderazgo opositor representado por los partidos del status quo político, actuales poseedores de la representación política opositora en Venezuela y el exterior.
De producirse las primarias, con los números actuales de las encuestas, MCM debería alzarse con el liderazgo de la oposición política y representante indiscutible de la población opositora, respaldada con los votos de la mayoría. Y para que eso ocurra solo debería esperar que se realicen las primarias y se materialice de manera definitiva lo que indican las encuestas, y la percepción política de quienes hasta ahora han apoyado el fenómeno de su precandidatura.
Pero como siempre hemos indicado, el diablo también juega, y sin la necesidad de usar una bola de cristal o tener las dotes adivinatorias de cualquier vidente, todo indica que el proceso de primarias va rumbo de ser saboteado por el régimen, para evitar precisamente eso: que MCM se convierta en un fenómeno electoral indetenible, capaz de poner en tela de juicio cualquier resultado electoral favorable a la tiranía, fraguado en las pailas de un próximo CNE escogido por Cilia Flores.
De esta manera, los enemigos tradicionales de las aspiraciones de MCM, estarán trabajando duramente en alianzas abiertas o encubiertas con el régimen, para que esas primarias no se realicen. Eso no significa que luego de ese paso no exista un “candidato de la oposición”, producto de cualquier arreglo. Pero, ¿coincidirá ese candidato con la opción a la que apuntan todas las encuestas, apoyos y preferencias? Esa es la gran pregunta. Si después de un sabotaje de esa magnitud, toda la oposición coincide en que sin importar primarias, MCM es la que debería conducir la oposición frente a la tiranía de Maduro, habría una posibilidad de salir del régimen, así intenten la trampa que sea.
Pero si la oposición se diluye después de un sabotaje a las primarias, hasta allí llegará la esperanza del pueblo opositor en unas elecciones. De las declaraciones categóricas de MCM en el sentido de no aceptar ningún “consenso”, esa posibilidad estaría cerrada: “Aquí nadie va a aceptar ningún consenso alrededor de nadie, alrededor de nadie. Y que no se les ocurra ni planteármelo a mí, porque aquí quien tiene que decidir, es el pueblo de Venezuela” (ver @elpoliticove, 4-07-2023, Declaraciones de MCM, en https://twitter.com/elpoliticove/status/1676399359246606337).
¿Y qué pasaría entonces si el régimen no permite que el pueblo opositor de Venezuela se exprese en unas primarias? Juego trancado. Y el régimen estaría esperando precisamente eso para evitar un candidato con la fuerza política necesaria para tambalear el montaje que están preparando.
Si no hay primarias, y en consecuencia, no hay contaje efectivo de los votos opositores, la posibilidad de marcar de manera oficial ese liderazgo opositor que busca MCM queda en una aspiración. El régimen ha sido especialista en todos estos años de evitar que eso suceda. Recuerden el fallido intento de Referendo Revocatorio de 2016. Cuando saben que van a perder, siempre se las ingenian para evitar un contaje determinante que haga muy difícil que la gente se crea un fraude abierto, en especial en este caso con todos los ojos del mundo puestos sobre Venezuela.
Como ya he comentado, existen dos dimensiones en esta situación política, que giran alrededor del para qué son estas primarias opositoras: La primera dimensión define a las primarias como la vía para la elección de un candidato frente al régimen. En esta dimensión, sin primarias quedan tres opciones para los que aspiran: a) que los precandidatos acuerden designar a MCM como la candidata opositora, basados en las encuestas y la percepción de la gente. Esta opción luce cuesta arriba, en especial para aquellos precandidatos que todavía creen que pueden ganarle a MCM en unas primarias, aunque generaría una plataforma de lucha opositora respaldada dentro y fuera del país, para plantearle una buena pelea al régimen y lograr finalmente su participación pese a la inhabilitación; b) que MCM acepte negociar con el resto una opción distinta sobre la cual volcar el capital político de todos para enfrentar al régimen en el 2024. Esta opción sería diferente a un “consenso entre todos”, ya que se buscaría a un personaje distinto de los 14 precandidatos existentes, pero requeriría una negociación conjunta que MCM rechaza; y c) que cada precandidato no inhabilitado vaya solo frente al régimen a inscribir su candidatura al CNE. Esta última es suicida para todos, y es la que espera el régimen.
Ahora bien, en la otra dimensión, si las primarias son para la elección de un nuevo líder político de la oposición, como ha sido la intención de MCM desde el principio, la probable desaparición del mecanismo de primarias deja en punto muerto la posibilidad de materializar en votos puros y duros ese nuevo liderazgo, salvo que se busquen otros alternativos para realizar esa elección, como en una pasada oportunidad lo planteara la misma MCM. Eso ameritaría la participación de todas las fuerzas políticas verdaderamente opositoras, y que estas acepten de buena gana el resultado. Serían algo así como unas “primarias” entre opositores reales frente al régimen (entre comillas porque ya no serían para buscar un candidato presidencial) que yo no vacilaría en calificar como clandestinas, como una forma de resistencia civil, que daría como resultado la instalación y activación de un comando de lucha permanente con un liderazgo claro por el rescate de la democracia y la libertad.
A mi juicio, esta probablemente sea una dimensión más realista que la anterior, y estoy seguro de que aglutinaría gran parte de la población opositora del país. Quedaría hacerla realidad de parte de aquellos que creemos en la necesidad de un nuevo liderazgo, y que traería los mismos resultados de unas primarias fallidas, solo que sin la necesidad de ocultarlo detrás de la participación en unas elecciones frente aquellos que cuentan los votos en una tiranía.
Caracas, 14 de Julio de 2023
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