Por Luis Manuel Aguana
Cuando María Corina Machado (MCM) se lanzó al ruedo de las primarias, el discurso que prevaleció en ella fue que lo hacía para que el pueblo venezolano decidiera acerca del liderazgo de la oposición. Y esto tenía sentido porque todos los partidos “opositores” eran –y siguen siendo- más nada que un cascarón vacío que ya no representaban –ni representan ahora con más razón- los intereses de los venezolanos en oposición al régimen, y que había que decidir con los votos quien debía marcar el rumbo de la oposición en Venezuela.
Pasado el 22 de octubre de 2023, fecha de la elección primaria, MCM se alza con más del 90% de los votos emitidos en esa contienda electoral, quedando como líder indiscutible de la oposición en Venezuela. Era claro que una consecuencia inmediata de eso era que nos representara como candidata de la oposición en las elecciones Presidenciales, a pesar de que el régimen intentara bloquearle el paso con la inhabilitación ilegal que aduce, y que ahora se ventila, por obra y gracia de los acuerdos de Barbados, en el TSJ controlado por el régimen.
Sin embargo esa lucha por convertirse en la candidata que no pretendía ser antes de las primarias, contradiciendo su enfoque inicial, le ha restado fuerza para marcar el camino opositor, encarnando el liderazgo verdadero de la oposición. De las manifestaciones exteriores de ese liderazgo solo se pueden apreciar los esfuerzos para lograr que el CNE del régimen acepte su candidatura, y la mayor cantidad de su energía se invierte en la organización de esas elecciones que, de darse, sin duda ella ganaría si la dejaran participar.
Pero hay un pequeño, pero mayúsculo detalle: ¡estamos en una tiranía! Si gozáramos de un Estado de Derecho y existiera una democracia sin problemas, no sería necesario que MCM luchara por ser candidata, después de haber ganado con votos de sobra unas primarias y menos aún en un TSJ controlado por quienes tienen el poder. Eso se daría como una consecuencia inmediata y natural del resultado de la elección primaria. Pero de nuevo, estamos en una tiranía.
La persona que resultó ser designada Presidente del nuevo TSJ del régimen, es la misma que en la Sala Electoral de ese TSJ ilegítimo, dicto una sentencia que “invalidó” los resultados de las primarias opositoras, por lo que de acuerdo a ella, y por supuesto al régimen que la designó, MCM no ganó absolutamente nada, y lejos de ser la “representante de la oposición” es solo una persona cualquiera a quien el régimen le puso una inhabilitación ilegal para competir por un cargo de representación popular. Y allí estamos parados.
Entonces creo que la importancia de ser la líder de la oposición escala exponencialmente sobre su dudosa condición de candidata, porque ese es un problema que aún no está resuelto. Y eso es lo que primero debe resolver el liderazgo de la oposición, pero eso no se resolverá en los tribunales del régimen. Es precisamente por eso que DEBE SER PRIMERO LÍDER DE LA OPOSICIÓN, para poder convertirse en candidata. Esa es la correcta sucesión de eventos, y ese es el reclamo amistoso que algunos hemos realizado en las redes sociales, y razón principal por la que compitió en un evento organizado por quienes le quieren ver el hueso.
Eso, claro está, no significa, que no se organicen los 600K voluntarios para la elección y/o la campaña presidencial. Lo que manifiesto es que eso no la convertirá en candidata. Lo que lo hará es que este país hierva por los 4 costados exigiendo lo que hay que exigir, por encima de las persecuciones, hasta que lo político se imponga sobre la ilegal juridicidad del régimen. Y lo que hay que exigir no es precisamente unas elecciones libres, justas y verificables, sino la consecuencia de no tenerlas, expresadas en todo el malestar social que hace que el régimen se aterre cuando un maestro valiente organiza una manifestación en Barinas en rechazo a este régimen hambreador, y los gorilas del régimen destrozan su puerta para ponerlo preso.
Esa presión no va a venir de afuera del país ni de los extraterrestres, a la espera que el régimen mansamente acuerde darle el plácet de candidata por una inexistente justicia, sino de una presión social descomunal conducida por un liderazgo firme y decidido como el que nos había acostumbrado MCM.
Y eso es lo que lamentablemente no hemos visto. En un reciente artículo firmado por Vladimir Petit Medina (ver Morfema Press, El secuestro político de la opción opositora, en https://morfema.press/opinion/el-secuestro-politico-de-la-opcion-opositora-por-vladimir-petit-medina-phd/), Petit confirma los temores expresados en mi pasada nota al denunciar “el secuestro político de la opción opositora a manos de quienes manejan el diálogo y negociación que mantienen en vilo a Venezuela”.
En efecto, en mi pasada nota (ver Asamblea vitalicia, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/01/asamblea-vitalicia.html) afirmaba que a pesar del voto masivo de los opositores venezolanos el 22 de octubre, la llamada PU, remedo de la vieja MUD y suerte de nuevo cuero de culebra que utiliza permanentemente para seguir medrando en la oposición y su representación en el exterior, sigue siendo un obstáculo para el ejercicio pleno de las decisiones que hacen falta en Venezuela para salir del régimen. Pero por eso y para eso fue precisamente electa MCM. ¿Qué cosa está impidiendo a MCM imponerse legítimamente como conductora opositora en la mesa de negociaciones con el régimen?
Pero Petit va más allá, expresando: “Se debe recuperar la autonomía ante los americanos que le hizo grande antes y regresar al arrojo ante el régimen que la llevó a increpar a Chávez cuando la gran mayoría no se atrevía. Esta situación de hoy es irreconocible”, dando ejemplos nuestros de total independencia del liderazgo venezolano de nuestros pasados presidentes como Pérez y Caldera, ante las presiones de los norteamericanos. Y eso es lo que hace a un liderazgo creíble y respetable. ¿Quiénes han ensuciado esa tradición? Los que han conducido la casta política que derrotó con toda razón MCM el pasado 22 de octubre.
Es hora de una gesta inédita, completamente distanciada de la agenda actual de los norteamericanos y de quienes han fracasado en la conducción opositora hasta ahora. Es la hora de quienes votamos el 22 de octubre por la líder actual de la oposición. De otra manera MCM nunca será candidata presidencial en el 2024.
Caracas, 19 de Enero de 2024
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