Por Luis Manuel Aguana
Hasta los últimos minutos de vencer el plazo para la inscripción de las postulaciones para las candidaturas de las diferentes toldas políticas en el CNE, ya cerca de la medianoche del lunes 25 de marzo, las tarjetas opositoras de UNT y de la Plataforma Unitaria se encontraban bloqueadas por el sistema que diseño el organismo electoral. Pero en una componenda claramente combinada entre el CNE y el partido de Manuel Rosales, misteriosamente el sistema se abrió solo para la tarjeta del partido UNT justo antes de la medianoche y este inmediatamente postuló a Manuel Rosales como candidato para las elecciones presidenciales del régimen el 28 de julio.
Que el CNE y Rosales hubiesen estado coludidos o no para esa jugada de laboratorio –y yo pienso que si-, no es lo importante. Lo importante es que el supuesto respaldo de UNT a la candidatura de la Plataforma Unitaria, encarnada para este momento por la Dra. Corina Yoris Villasana, se esfumó en los últimos minutos del 25 de marzo. No tengo dudas que el sistema del CNE no hubiese permitido, al igual que a María Corina Machado (MCM), inscribir por ningún partido a la Dra. Yoris Villasana, y si a Manuel Rosales, por lo que en una decisión de cálculo político, movida por los hilos del poder del régimen, Rosales logra por una jugada de astucia de viejo zorro de la política, lo que jamás hubiera podido alcanzar por los votos de los opositores venezolanos.
Esta sucesión macabra de eventos que comienza con la no participación de Rosales en las primarias opositoras, guardándose descaradamente para esos últimos minutos del 25 de marzo, da cuenta a los venezolanos del porqué no hemos todavía salido de esta pesadilla que ya cumplió 25 años. La decepción por este tipo de conducta del liderazgo político que ha conducido hasta ahora la oposición venezolana, es precisamente una de las razones de mayor peso que llevaron a triunfar a MCM en las primarias del 22 de octubre. Imagínense cuantos trucos de mago como ese guarda en la manga este dirigente representativo de la clase política que aprendimos a despreciar los venezolanos –la casta, como la llamaría Javier Milei-, pero que de ninguna manera está dispuesta a abandonar la escena política a favor del cambio urgente que necesita desesperadamente el pueblo venezolano.
Al salirse con la suya, tanto Rosales como el régimen, nos dan la razón a aquellos que insistimos que el país debe ser refundado hasta sus cimientos éticos y morales. Tal actuación coloca ahora a MCM en la posición de decidir respaldar o no una candidatura opositora con un origen descaradamente turbio, que no goza del respaldo del pueblo opositor porque no se contó en las primarias, y en consecuencia sin luz propia para ganarle las elecciones al régimen de Nicolás Maduro Moros.
Si MCM no respalda a Rosales la acusarán de “atornillar a Maduro” y si lo respalda, estaría aceptando esa trampa combinada de la oposición oficial y el régimen, así como el juego sucio de la violación descarada a sus derechos políticos y los derechos de quienes votamos por ella, al cerrarle el paso a su candidatura por “inhabilitación política”, y la de la persona que designó.
En otras palabras, la misma oposición oficial, que ahora respaldaría a Rosales por una jugada sucia, estaría chantajeándola con eso para que le levante la mano a quienes los opositores venezolanos consideramos un traidor desde la medianoche del 25 de marzo. Todo esto es la consecuencia de haber seguido el juego de unas elecciones que debieron rechazarse desde un principio por inválidas.
MCM, tal vez siguiendo los consejos de infinidad de intereses, terminó por aceptar el juego de la tiranía de Maduro, porque en la creencia de esos mismos intereses “se perdería la oportunidad única” de ganarle a la ruleta electoral que el régimen está montando para el cumpleaños de Chávez.
El desvío de la ruta iniciada en Barbados que llevaría a unas elecciones libres, justas y verificables, y que era la existente antes que este decidiera sustituir el juego (ver El verdadero sustituto, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/03/el-verdadero-sustituto.html) trajo -y seguirá trayendo- consecuencias reales y potenciales para quienes decidieron seguirlo, comenzando por quien es la única persona que tiene la verdadera representación opositora en Venezuela. MCM tiene algo que el régimen necesita con desesperación: legitimidad de origen.
La legitimidad de origen se gana en las urnas electorales. Maduro no la tiene y necesita quitársela a MCM para resolver la continuidad de su régimen dentro del concierto de las naciones. El solo hecho que MCM haya decidido transferir esa legitimidad de origen, de suyo intransferible a otra persona, socavaba su representación legítima ante el pueblo venezolano. Ahora la oposición oficial de la Plataforma Unitaria le exigirá que se la endose a Manuel Rosales luego de esa jugarreta, en un chantaje inaceptable.
Ya el solo hecho de haberle cerrado las puertas del CNE a la única persona titular de la legitimidad de origen, daba por sentado que ocurriría lo mismo con cualquier otra persona que ella designara en su lugar. El régimen no podía darse el lujo de competir con MCM ni con nadie a quien ella designara. Y lo que esos intereses que convencieron a MCM de designar un sustituto desean ignorar, consciente o inconscientemente (y creo que lo hacen a conciencia), es que con eso estarían legitimando una elección que desde el momento de la patada a la mesa de Barbados, era de por sí inválida, no solo porque no siguió la ruta originalmente acordada, sino porque la legitimidad de origen que la candidata opositora tiene, le pondría, en caso de participar, el sello de calidad definitivo a cualquier resultado a favor de Maduro que salga de la trampa del CNE el 28J.
Me da cierta esperanza que la candidata en su cuenta de X (antes Twitter) indicara que “Si el candidato lo escoge Maduro, no son elecciones” (ver cuenta de X @MariaCorinaYA, en https://x.com/MariaCorinaYA/status/1772254780619972671). Eso revelaría que se tiene claro ese importante concepto, y con base a esa narrativa se debe reaccionar ante esta nueva trampa del régimen y su oposición.
Cuando Henrique Capriles desconoció los resultados oficiales de las elecciones presidenciales en aquellos días aciagos de abril de 2013, el CNE nunca abrió el 100% de las cajas, como lo exigió el candidato, ni se contaron públicamente todos los comprobantes en presencia de los testigos de esas urnas. Lo hicieron en las instalaciones del CNE a puertas cerradas, sin testigos y sobre las urnas que ellos mismos escogieron. No tengo ninguna duda que eso mismo ocurriría en caso de existir alguna protesta opositora en contra de los resultados electorales del 28J. La ley electoral vigente del régimen los protege. Esa es la trampa que nos espera.
En estas circunstancias, el régimen estaría haciéndonos un favor a los venezolanos al no incluir a la verdadera titular de la legitimidad de origen, ni a su persona designada, siendo preferible rechazar y desconocer ese juego electoral macabro al que nos estarían sometiendo, impidiendo de esa manera que el régimen utilice a su favor la presencia de MCM o su sustituta, lo que legitimaría el proceso electoral del 28J.
Así las cosas, Maduro continuaría su camino sin la participación de MCM o de su designada, en un proceso que no se puede llamar elecciones, lo que los llevaría a repetir la misma historia del proceso electoral del 20 de mayo de 2018, donde la Comunidad Internacional desconoció el resultado, y a Maduro como Presidente de Venezuela.
Haría bien MCM en aprovechar la ocasión de esta traición estelar de Manuel Rosales y la Plataforma Unitaria con su previsible chantaje, para separarse definitivamente de los últimos vestigios de esa oposición oficial, presentándose ante la Comunidad Internacional como la ÚNICA representación opositora con legitimidad de origen en Venezuela, y con la que a partir de ahora la delincuencia que gobierna el país tendrá que negociar cualquier acuerdo en un futuro muy previsible.
De ahora en adelante nuestra resistencia civil deberá estar entonces centrada en evitar que el régimen obtenga la legitimidad que tanto aspira frente a la Comunidad Internacional, y por otro lado, usar la propia para que el liderazgo electo el 22 de octubre de 2023 inicie una lucha cívica que busque una solución alternativa. Nosotros le sugerimos que sea a través de la vía Constituyente. Frente a un chantaje descarado, que el pueblo decida. Esa es nuestra propuesta…
Caracas, 28 de Marzo de 2024
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