Por Luis Manuel Aguana
¿Que no se ha dicho ya del problema con Colombia? Han sido estudiadas y
comentadas todas implicaciones económicas, sociales y políticas de un tema que
lleva siglos. Una frontera viva que podría considerarse como una franja de
desarrollo económico independiente, desde el Táchira hasta la Goajira.
La dirección del flujo económico y comercial lo determinará el
bienestar de la economía que se encuentre mejor en un momento del tiempo, e irá
hacia el territorio del país de cuya
frontera permeará millones de dólares para el beneficio de quienes la controlan
de los dos lados.
Contrabando de todo tipo de cosa, que incluye gasolina, drogas,
alimentos, medicinas, bolívares, pesos y
dólares son el día a día de esa frontera viva que el Ilegitimo cierra en un afán
de controlar lo incontrolable, cual borracho que con dos dedos pretende evitar
que se derrame un barril de caña lleno de huecos. Simplemente imposible.
Asimismo le sirve de chivo expiatorio internacional para todas las
barbaridades que han cometido y de las cuales ya no encuentran culpables ante
la demostración evidente y abierta de sus latrocinios y despilfarro. Ya no es
el “imperialismo yankee”, ahora es Colombia y los paramilitares “manejados por
la derecha colombiana” y la “guerra mediática” los culpables de los males de
Venezuela, dichos con un cinismo más allá del demostrado por los culpables de
Nuremberg.
Mientras haya dos economías separadas por una frontera, salvo que las
dos sean igualmente eficientes y equiparables, habrá movimiento de bienes de la
peor a la mejor de manera ilegal. Es un sistema donde participan todos, los
demandantes, los oferentes y las autoridades.
Y al régimen al intentar hacer comunista nuestra economía, exacerba el
movimiento ilegal en la frontera y se enriquecen aun más los factores que
siempre han vivido de ese ecosistema. Miles de toleradas de alimentos de
precios regulados pasan de aquí para allá enriqueciendo a contrabandistas y
militares ¿Qué hay de nuevo en eso? Siglos de lo mismo. Colombianos y
venezolanos viven de eso desde siempre. Nada nuevo bajo el sol, solo el enfoque
de la solución.
Pero más que una frontera,
esa zona entre nuestros países es una región económicamente activa. Tanto, que
al decir del Presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiana,
Víctor Montiel, es un lugar donde “habitan
un promedio de 5 millones de personas entre venezolanos y colombianos. "Es
una zona que en el pasado fue un solo país, es una frontera muy integrada.
Claro está que con la Independencia se fijaron unos límites algo arbitrarios.
Es normal ver familias que viven de un lado y trabajan o estudian del otro. Hay
realidades humanas que van más allá del tema político”” (ver
Los diferenciales de precios en Venezuela fomentan el contrabando
El señalamiento anterior apunta en el sentido
correcto de lo que está pasando con el desarrollo del mundo, donde las
condiciones de esa zona son perfectas para un despegue económico. Y lo mejor de
todo es que en nuestro caso (Venezuela y Colombia) esas condiciones se dan de
una manera histórica y natural. Los mayores PIB del planeta no corresponden a
Estados-nación sino a regiones-Estado económicamente activas cuyas condiciones
de acceso, comunicaciones, cultura, idioma y educación, permiten construir
polos de desarrollo de un crecimiento económico formidable.
“…La economía
global actúa disciplinando a los gobiernos y perfilando las regiones. Las
fronteras ya no son sino una carga para los viejos Estados-nación. En este
contexto, es asombroso ver como todavía siguen existiendo disputas por
fronteras. Lo que está sucediendo es que la economía está imponiendo una nueva
escala de valores en la organización geopolítica. Podrán seguir existiendo las
fronteras, pero estas serán transparentes y representarán oportunidades y una diversidad
que servirá de apoyo….Una región-Estado no es una unidad política sino
económica. Algunas regiones-Estado equivalen a unidades políticas. Singapur,
por ejemplo, se parece más a una ciudad-Estado que a un Estado soberano con un
área minúscula…Las regiones ya son actores económicos con una considerable
extensión en el mundo…” Kenichi Ohmae (1)
Venezuela y
Colombia tienen en la región fronteriza algo único que está dado por la
naturaleza y la historia; y como es obvio, es también una cosa que este régimen
de ignorantes desconoce: la posibilidad de crear una zona única de crecimiento
económico de dimensiones continentales. No existe algo así en toda Latinoamérica:
lazos históricos comunes, idioma, familias enteras mezcladas binacionalmente, infraestructura
combinada, gente preparada, universidades, industrias, acceso internacional. Lo
que cabe luego de la presente locura chavista-madurista es incentivarla y darle
un perfil de desarrollo a esa región entre ambas naciones.
Eso no lo puede entender de ninguna forma un Estado
de pensamiento centralizado-y además comunista- que proyecte soluciones
excluyendo a las regiones de su propio desarrollo. Si bien es cierto que
existen distorsiones económicas producto de las claras políticas de dominación
del régimen chavista-madurista, como la definición por torpeza (¿de acción u omisión?)
del tipo de cambio en la frontera con Colombia (ver Pedro Palma, Tipo de cambio
libre
http://www.el-nacional.com/pedro_palma/Tipo-cambio-libre_0_690531103.html),
no es menos cierto que el problema económico de la zona fronteriza no se resolverá
con el simple regreso de la democracia de partidos centralizada que propone la
oposición oficial. Se resolverá definitivamente cambiando el sistema político y
descentralizando a fondo el país, como lo proponemos con la ejecución del
Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).
Y esta no es una aseveración hecha a la ligera. En
una Venezuela Federal Descentralizada, los Estados fronterizos con Colombia como
Táchira, Zulia, Apure y Amazonas, tendrían la potestad de plantearse esquemas
de desarrollo acordes con su situación geopolítica. Y eso incluye acuerdos
internacionales suscritos para la construcción de regiones-Estado económicamente
activas como lo sugiere Ohmae. Ese salto al futuro solo tiene un próximo hito:
la convocatoria por iniciativa popular de una Asamblea Nacional Constituyente
para hacer efectivo el Proyecto País Venezuela. Esa sería una manera de
convertir el problema que nos ha creado el chavismo-madurismo con Colombia, en
una oportunidad de desarrollo económico que construyamos desde un Estado
Federal Descentralizado.
Caracas,
1 de Septiembre de 2015
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana
(1)
Ohmae, Kenichi, El próximo escenario global – Desafíos y
Oportunidades en un mundo sin fronteras. Pág. 122-123, Ed. Norma 2005, ISBN
958-04-8893-2