Mostrando entradas con la etiqueta Frontera con Colombia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Frontera con Colombia. Mostrar todas las entradas

jueves, 3 de septiembre de 2015

Crímenes de lesa oposición

Por Luis Manuel Aguana

Así deberíamos llamar a todas las entregas que ha hecho la oposición oficial al régimen desde que los venezolanos en las calles sacamos al dictador en abril de 2002. Cada día adicional que soportamos y que profundiza más aún el lamentable desastre por el que pasa nuestro país, ocurre algo que ratifica todavía más (si es eso posible) mi convencimiento de hace mucho tiempo de que hay que salir de esta oposición oficial PRIMERO para poder salir de este régimen DESPUÉS. Pero dadas las actuales circunstancias parece que habrá que salir de ambos al mismo tiempo…

No solo por el crimen de colaboracionismo expuesto abiertamente durante la llamada Mesa de Dialogo del año pasado, donde cercenaron la posibilidad de hacer que soltaran a los presos políticos, congelando lo único que hace que el régimen reaccione, que no es otra cosa que la protesta ciudadana en la calle, sino porque alzándose con unas banderas ajenas de protesta de la sociedad civil, especialmente las de los jóvenes venezolanos que dieron su vida en las calles, se han constituido como los primeros defensores del régimen, por acción u omisión, y hasta por ignorancia. Un crimen de lesa oposición colaboracionista.

La primera reacción de todo el mundo fue que el régimen cerraba la frontera por motivos electorales, en un afán de provocar una excepción generalizada para evitar las elecciones del 6D. Claramente, como el régimen de Chávez-Maduro ha cedulado indiscriminadamente en la frontera, no podían permitir que esos votos que una vez fueron suyos ahora se traspasen a la oposición (ver Venezuela destruye cédulas a deportados http://notihoy.com/venezuela-destruye-cedulas-a-deportados/).

Pero lo único cierto es que amparados por un decreto de excepción y de suspensión de garantías en los municipios fronterizos, el régimen se ha cargado los derechos humanos de más de 10 mil personas. Léase bien, DIEZ MIL PERSONAS. Una situación de derecho humanitario de dimensiones planetarias (ver Santos desde Cúcuta: Deportaciones de colombianos es una tragedia humanitaria http://www.lapatilla.com/site/2015/09/02/santos-desde-cucuta-deportaciones-de-colombianos-es-una-tragedia-humanitaria/)

¿Y cuáles han sido las reacciones de los principales voceros de la oposición oficial, además de decir lo que decimos todos que el régimen quiere suspender las elecciones (que a mi juicio ahora sería lo de menos)? En primer lugar, ignorar de manera irresponsable que estamos ante unos delincuentes capaces de atropellar los derechos humanos de más de 10 mil personas, de la misma manera como lo hicieron los nazis con los judíos en la II Guerra Mundial, con tal de permanecer en el poder. ¡Los siguientes seremos nosotros en el resto del país! Un crimen abierto de lesa oposición colaboracionista.

En segundo lugar, tratar de minimizar la barbarie cometida solicitándoles a los colombianos que no tomen la ofensa como lo que en realidad es y enjuicien a Nicolás Maduro por delitos de Lesa Humanidad en la Corte Penal Internacional de La Haya (ver Capriles exhota a Colombia desistir de denuncia ante CPI
http://cronicasvenezuela.com/2015/09/03/capriles-exhorta-a-colombia-desistir-de-denuncia-ante-cpi/). (Inicialmente había colocado el enlace de El Nacional pero inexplicablemente fue eliminado, pero el sentido de lo que declaró es el mismo aunque él diga lo contrario y el audio esta en este nuevo enlace).

Un crimen de lesa oposición pero esta vez con una alta dosis de ignorancia, al punto que el Embajador Diego Arria le corrige la plana indicándole que a la CPI no se llevan países sino personas (ver Diego Arria hace precisiones a la solicitud de rectificación a Santos
http://www.lapatilla.com/site/2015/09/02/diego-arria-hace-precisiones-a-la-solicitud-de-rectificacion-a-santos/). ¡Qué vergüenza! Lo menos que podía haber hecho era leerse el Estatuto de Roma antes de pedirle eso al Presidente de Colombia.

Menos mal que en Colombia las instituciones todavía funcionan independientes y quien llevará a La Haya la acusación por los desafueros de Nicolás Maduro en la frontera con Colombia no será el Presidente Santos sino el Procurador General de ese país (ver Procurador Colombiano denunciará a Venezuela en Corte Penal Internacional http://www.eluniversal.com/nacional-y-politica/150826/procurador-colombiano-denunciara-a-venezuela-en-corte-penal-internacio).

Lo que la oposición oficial no acaba de entender es que el mundo entero, y en especial nuestros vecinos colombianos, ya conocen de la catadura moral y delincuencial del régimen venezolano y que ES INSOSTENIBLE pretender seguir fingiendo ser opositores demócratas frente a una banda de delincuentes sin ser parte de esa banda. ¡Un crimen de lesa oposición cómplice!

Entonces, ya estamos llegando al momento de las definiciones. Si Capriles le pide a Santos “rectificar”, en el afán de evitar caer “en un conflicto con Colombia para distraer de los problemas que se viven en el país y que si se realiza la denuncia ante la CPI el conflicto se agudizará”, entonces estamos ante la misma actitud irresponsable de un sujeto que nos pidió bailar salsa y tocar cacerolas para evitar unas muertes, que de todas maneras el régimen ha provocado todos los días y desde mucho antes de ese momento, con el concurso de sus bandas armadas.

Esa solicitud cobarde a Santos es la misma del 2013 y de aceptarse en Colombia atornillará al régimen tanto como lo logró su decisión de no marchar al CNE el 17 de Abril de 2013, para reclamar un triunfo que no era de él sino nuestro. Esto fue más que un crimen de lesa oposición, fue una traición a los venezolanos que confiamos en él. Y más aun, un crimen repetido porque no podemos olvidar que dirigentes de la MUD también pidieron a los Estados Unidos que se suspendieran las sanciones a los delincuentes señalados en la Orden Ejecutiva de Obama (ver Henri Falcón pidió a Obama derogar decreto http://www.el-nacional.com/politica/Henri-Falcon-Obama-derogar-decreto_0_598740313.html).

¿Hasta cuando Capriles se arrogará el derecho de representar a los opositores venezolanos en todas las instancias y pretender ser su principal vocero? ¿En condición de qué se dirige a un Presidente y/o funcionarios de otros países para solicitar acciones en nombre de “la oposición”? ¿Lo volvimos a elegir acaso para seguir representándonos? Un crimen de lesa oposición usurpadora. Si hubiera una CPI para los crímenes de lesa oposición, a los primeros que deberíamos juzgar seria estos líderes “opositores” que han hecho más daño con esas actitudes que el mismo régimen.

Tengo la convicción que tanto el régimen como su oposición oficial se irán el mismo día, pagando los dirigentes de esta última por sus crímenes de lesa oposición en la Corte electoral de un pueblo con voto transparente, tanto como pagarán los personeros del régimen por los suyos en la Corte Penal Internacional. Ojalá que en esta oportunidad Maduro y sus acompañantes violadores de Derechos Humanos si lleguen vivitos y coleando a pararse frente a un Juez de la CPI, pero no solo por los crímenes de Lesa Humanidad cometidos en contra de los colombianos de la frontera sino además por los crímenes cometidos en Venezuela, al ser responsables de la sangre derramada de nuestra juventud y la destrucción del futuro de una generación.

Caracas, 3 de Septiembre de 2015

Twitter:@laguana

martes, 1 de septiembre de 2015

La frontera con Colombia: De un problema a una oportunidad económica

Por Luis Manuel Aguana

¿Que no se ha dicho ya del problema con Colombia? Han sido estudiadas y comentadas todas implicaciones económicas, sociales y políticas de un tema que lleva siglos. Una frontera viva que podría considerarse como una franja de desarrollo económico independiente, desde el Táchira hasta la Goajira.

La dirección del flujo económico y comercial lo determinará el bienestar de la economía que se encuentre mejor en un momento del tiempo, e irá hacia el territorio del país de cuya  frontera permeará millones de dólares para el beneficio de quienes la controlan de los dos lados.

Contrabando de todo tipo de cosa, que incluye gasolina, drogas, alimentos, medicinas,  bolívares, pesos y dólares son el día a día de esa frontera viva que el Ilegitimo cierra en un afán de controlar lo incontrolable, cual borracho que con dos dedos pretende evitar que se derrame un barril de caña lleno de huecos. Simplemente imposible.

Asimismo le sirve de chivo expiatorio internacional para todas las barbaridades que han cometido y de las cuales ya no encuentran culpables ante la demostración evidente y abierta de sus latrocinios y despilfarro. Ya no es el “imperialismo yankee”, ahora es Colombia y los paramilitares “manejados por la derecha colombiana” y la “guerra mediática” los culpables de los males de Venezuela, dichos con un cinismo más allá del demostrado por los culpables de Nuremberg.

Mientras haya dos economías separadas por una frontera, salvo que las dos sean igualmente eficientes y equiparables, habrá movimiento de bienes de la peor a la mejor de manera ilegal. Es un sistema donde participan todos, los demandantes, los oferentes y las autoridades.

Y al régimen al intentar hacer comunista nuestra economía, exacerba el movimiento ilegal en la frontera y se enriquecen aun más los factores que siempre han vivido de ese ecosistema. Miles de toleradas de alimentos de precios regulados pasan de aquí para allá enriqueciendo a contrabandistas y militares ¿Qué hay de nuevo en eso? Siglos de lo mismo. Colombianos y venezolanos viven de eso desde siempre. Nada nuevo bajo el sol, solo el enfoque de la solución.

Pero más que una frontera, esa zona entre nuestros países es una región económicamente activa. Tanto, que al decir del Presidente de la Cámara de Integración Económica Venezolano-Colombiana, Víctor Montiel, es un lugar donde “habitan un promedio de 5 millones de personas entre venezolanos y colombianos. "Es una zona que en el pasado fue un solo país, es una frontera muy integrada. Claro está que con la Independencia se fijaron unos límites algo arbitrarios. Es normal ver familias que viven de un lado y trabajan o estudian del otro. Hay realidades humanas que van más allá del tema político”” (ver Los diferenciales de precios en Venezuela fomentan el contrabando

El señalamiento anterior apunta en el sentido correcto de lo que está pasando con el desarrollo del mundo, donde las condiciones de esa zona son perfectas para un despegue económico. Y lo mejor de todo es que en nuestro caso (Venezuela y Colombia) esas condiciones se dan de una manera histórica y natural. Los mayores PIB del planeta no corresponden a Estados-nación sino a regiones-Estado económicamente activas cuyas condiciones de acceso, comunicaciones, cultura, idioma y educación, permiten construir polos de desarrollo de un crecimiento económico formidable.

“…La economía global actúa disciplinando a los gobiernos y perfilando las regiones. Las fronteras ya no son sino una carga para los viejos Estados-nación. En este contexto, es asombroso ver como todavía siguen existiendo disputas por fronteras. Lo que está sucediendo es que la economía está imponiendo una nueva escala de valores en la organización geopolítica. Podrán seguir existiendo las fronteras, pero estas serán transparentes y representarán oportunidades y una diversidad que servirá de apoyo….Una región-Estado no es una unidad política sino económica. Algunas regiones-Estado equivalen a unidades políticas. Singapur, por ejemplo, se parece más a una ciudad-Estado que a un Estado soberano con un área minúscula…Las regiones ya son actores económicos con una considerable extensión en el mundo…” Kenichi Ohmae (1)

Venezuela y Colombia tienen en la región fronteriza algo único que está dado por la naturaleza y la historia; y como es obvio, es también una cosa que este régimen de ignorantes desconoce: la posibilidad de crear una zona única de crecimiento económico de dimensiones continentales. No existe algo así en toda Latinoamérica: lazos históricos comunes, idioma, familias enteras mezcladas binacionalmente, infraestructura combinada, gente preparada, universidades, industrias, acceso internacional. Lo que cabe luego de la presente locura chavista-madurista es incentivarla y darle un perfil de desarrollo a esa región entre ambas naciones.

Eso no lo puede entender de ninguna forma un Estado de pensamiento centralizado-y además comunista- que proyecte soluciones excluyendo a las regiones de su propio desarrollo. Si bien es cierto que existen distorsiones económicas producto de las claras políticas de dominación del régimen chavista-madurista, como la definición por torpeza (¿de acción u omisión?) del tipo de cambio en la frontera con Colombia (ver Pedro Palma, Tipo de cambio libre
http://www.el-nacional.com/pedro_palma/Tipo-cambio-libre_0_690531103.html), no es menos cierto que el problema económico de la zona fronteriza no se resolverá con el simple regreso de la democracia de partidos centralizada que propone la oposición oficial. Se resolverá definitivamente cambiando el sistema político y descentralizando a fondo el país, como lo proponemos con la ejecución del Proyecto País Venezuela (http://proyectopaisviaconstituyente.blogspot.com/).

Y esta no es una aseveración hecha a la ligera. En una Venezuela Federal Descentralizada, los Estados fronterizos con Colombia como Táchira, Zulia, Apure y Amazonas, tendrían la potestad de plantearse esquemas de desarrollo acordes con su situación geopolítica. Y eso incluye acuerdos internacionales suscritos para la construcción de regiones-Estado económicamente activas como lo sugiere Ohmae. Ese salto al futuro solo tiene un próximo hito: la convocatoria por iniciativa popular de una Asamblea Nacional Constituyente para hacer efectivo el Proyecto País Venezuela. Esa sería una manera de convertir el problema que nos ha creado el chavismo-madurismo con Colombia, en una oportunidad de desarrollo económico que construyamos desde un Estado Federal Descentralizado.

Caracas, 1 de Septiembre de 2015

Twitter:@laguana

(1)   Ohmae, Kenichi, El próximo escenario global – Desafíos y Oportunidades en un mundo sin fronteras. Pág. 122-123, Ed. Norma 2005, ISBN 958-04-8893-2