jueves, 11 de enero de 2024

Elecciones 2024: condiciones no son sistema

Por Luis Manuel Aguana

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Algunos de mis lectores insisten, después de mi última nota publicada (ver 600K: ¿defensores de qué? en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/01/la-red-600k-defensores-de-que.html) que es más que suficiente el ejército de defensores del voto de la oposición con la candidatura de María Corina Machado (MCM) al frente, que se está organizando para las elecciones de 2024, para derrotar al candidato del régimen.

Intentaré una vez más explicar, cosa que al parecer no logré lo suficientemente bien en la nota mencionada arriba, que los 600K son necesarios, pero no suficientes, cual teorema matemático, para lograr ese objetivo, por una razón fundamental: el sistema electoral del CNE. Que primero las cosas van en el orden correcto: antes hay que vencer ese obstáculo fundamental que es nada menos que convenir un sistema electoral diferente, con un escrutinio manual completo, y que indiqué que en este momento político sería por la vía de la negociación, para que esos 600K tengan algo que defender.

Sin embargo, hay quienes dicen que precisamente el tema es que los defensores abran todas las cajas por encima del procedimiento, probando que somos mayoría en esa elección, y forzando al régimen a dimitir. De entrada rechazo esa proposición, en primer lugar por absurda (tienen a los militares armados en cada centro), y en segundo lugar porque es ilegal, según la ley electoral del régimen castro-chavista-madurista. ¿Por qué creen ustedes que la ley fue modificada para eso? Claramente para ganar siempre…

Entonces nuestra candidata no debería aceptar ir a esa elección, si es que resulta “habilitada”, sin un sistema electoral que les garantice a los venezolanos que se puedan escrutar manualmente todas y cada una de las boletas que se emitan en esa elección. De esa forma se podrá defender fuera de toda duda el resultado, en presencia de los observadores nacionales y extranjeros.

Como en el Diccionario Electoral de CAPEL (Centro Interamericano de Asesoría y Promoción Electoral), Programa especializado del Instituto Interamericano de los Derechos Humanos, no se encuentra nada que defina “condición electoral” (ver CAPEL, Diccionario Electoral, Tercera edición: IIDH/CAPEL y TEPJF, Costa Rica/México, 2017, en https://www2.iidh.ed.cr/capel/diccionario/index.html), me remitiré al juicio local de la organización SUMATE, que considera que para que en Venezuela podamos tener Elecciones Libres, deben asegurarse ciertas garantías democráticas enumeradas en 12 condiciones (ver Informe Especial de SUMATE sobre condiciones electorales, en http://tinyurl.com/yh95vk9s).

La condición No. 5 trata del sistema de auditoría a utilizar durante el proceso electoral (punto 2, Sistema Transparente, 2.1 Auditorías Totales, Antes, durante y después del evento electoral). De acuerdo a SUMATE una condición es que el proceso garantice una auditoría confiable de la elección, como se manifiesta en el detallado informe. Sin embargo, una auditoría y sus procedimientos dependen y están atados al sistema que se utilice para contar los votos.

El problema fue que el castro-chavismo cambió el concepto de escrutinio por una supuesta auditoria de pocas cajas en el centro electoral, de acuerdo a una tabla según el número de mesas del centro. La palabra correcta en elecciones no es auditoria sino escrutinio. La auditoria aplicaría cuando las partes están en desacuerdo con el resultado y se procede luego del acto electoral a auditar los documentos para buscar donde está la diferencia. Eso no es escrutinio porque evitan que se cuenten todas las boletas. Para tener certeza del verdadero resultado se requiere verlas todas. Así entonces, la oposición se ha dejado aplicar una acción a todas luces ventajosa para el régimen, en todas las elecciones. Una máquina por su naturaleza no puede hacer una auditoria. Las auditorias las hacen los auditores, quienes tienen el criterio para decir si algo se hizo mal. Ya es hora de poner los conceptos en orden.

El sistema automatizado utilizado en Venezuela, que incluye un escrutinio realizado por las máquinas programadas por orden del régimen, claramente no garantiza lo sugerido por SUMATE:

“Es importante señalar que, en el año 2017, la posición fijada por la empresa SmartMatic, como empresa contratista del CNE, quien realizó sendos pronunciamientos en cuanto a las discrepancias de los resultados electorales señalados por el órgano electoral y los reflejados en el sistema, ponen en duda el sistema electoral. De igual manera, pone en entredicho el sistema electoral, lo ocurrido en las elecciones de Gobernadores en el estado Bolívar, al presentarse discrepancias entre los resultados publicados en la página web del CNE, y las actas de escrutinio en al menos once (11) mesas electorales, con lo cual se da como ganador al candidato del partido de gobierno, alterando no sólo los resultados, sino el procedimiento del sistema de totalización, acto que hasta le fecha, aún el CNE habiendo admitido el recurso interpuesto por el entonces candidato, Andrés Velásquez, no se ha pronunciado. Esta vulnerabilidad debe ser precisada a través de revisiones más efectivas del sistema en su conjunto” (ver Informe de SUMATE, punto 2.1) (resaltado nuestro).

Aquí entonces no estamos hablando de una condición cualquiera, porque precisamente NO ES una condición. Es la consecuencia del uso un sistema automático complejo para contar los votos de los venezolanos a favor del régimen. Estamos hablando del Sistema Electoral Automatizado, completamente inauditable bajo los términos del CNE, al punto que los resultados arrojados por sus máquinas prevalecieron sobre los resultados de las actas que esgrimió el verdadero candidato ganador, Andrés Velásquez. ¿Se dio el régimen por enterado de eso? El resultado fue completamente ignorado y manipulado por el CNE. Estamos en presencia entonces de algo que va mucho más allá de una condición electoral, muy diferente en su esencia de las 11 restantes condiciones electorales necesarias enumeradas por SUMATE en su informe.

Y esa fue la trampa que nos legó en herencia Hugo Chávez Frías, construida por Jorge Rodríguez y Smartmatic para el revocatorio del Galáctico en el año 2004. Desde ese entonces se modificaron las leyes electorales, y el escrutinio pasó de ser manual a ser automatizado, transformándose en una llamada “auditoría” completamente mediatizada, cambiando por esas leyes lo que se toma por verdad como resultado electoral, prevaleciendo lo que digan las máquinas programadas del régimen. ¿Creen ustedes que eso no fue construido para perpetuarse en el poder? Ningún ejército de defensores del voto podrá en contra de ese muro, que defenderán con leyes hechas para favorecer el fraude y las armas que las FFAA.

Hasta este momento, es así como iremos a la elección presidencial del 2024, a menos que una verdadera oposición como la que el pueblo se dio el 22 de octubre cambie esa situación. Pero no será de ninguna manera fácil porque la continuidad del régimen depende de ese sistema siniestro.

Mucho antes de decidir entrar a medirse en las elecciones primarias, MCM declaró en abril de 2022 sus famosas 5 condiciones para asistir a esas elecciones: “Primero: cero CNE; Segundo: cero TSJ, ni este chavista de ahora ni el chavista que pretenden poner; Tercero: cero Plan República; Cuatro: cero maquinitas, voto manual, tu cuentas y validas tu voto; Cinco: todos los venezolanos, todos podemos votar, aquí y los que están y los que están alrededor del mundo porque todos tenemos los mismos derechos… (ver cuenta de X, antes Twitter, de @mariacorinaYA del 6 de abril de 2022, Es hora de medirse de verdad y que cada venezolano decida!, en  https://twitter.com/MariaCorinaYA/status/1511826085448626181).

Lo que fue bueno para el pavo en las elecciones primarias, debe ser igual de bueno para la pava, en las elecciones presidenciales, y ahora la oposición conducida por MCM deberá mantener y actualizar especialmente y con mayor razón, las condiciones cuatro y cinco de las primarias: cero maquinitas, voto manual, tu cuentas y validas tu voto; y todos los venezolanos, todos podemos votar, aquí y los que están y los que están alrededor del mundo. Y eso no puede ser negociable, para que esos 600K defensores del voto puedan hacer su trabajo como es debido. De otra manera, recomiendo buscar otra manera de salir del régimen…

Caracas, 11 de Enero de 2024

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jueves, 4 de enero de 2024

La Red 600K: ¿defensores de qué?

Por Luis Manuel Aguana

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¿Qué debería marcar el comienzo del año de un país cuyo liderazgo opositor ha puesto todos los huevos del futuro en la única cesta de las elecciones? En primer lugar, que efectivamente se hagan elecciones. Y como se trata de lograr eso en un país con un régimen autoritario en el poder, ese sería el primer obstáculo a superar. El segundo obstáculo sería el conjunto de condiciones mínimas en las que se desarrollaría ese proceso para hacerlo justo y transparente, cosa que, de nuevo, es precisamente lo que no haría un régimen de corte autoritario acostumbrado a hacer trampas, por lo que debería ser “obligado” o “empujado” a modificar su actual sistema electoral. Y el tercero y último obstáculo, que puedan participar en las elecciones aquellos candidatos de la oposición con chance de vencer a quienes detentan el poder.

Cada uno de los tres obstáculos tiene su propio nivel de complejidad y ciertamente no dependen de cualquier cosa que pueda realizar la oposición unilateralmente, y sin ayuda externa. Sin embargo, para hacer este ejercicio analítico más sencillo, tomaré como superados el primero y último obstáculo, en otras palabras, daré por descontado que el régimen hará elecciones y que participarán todos los candidatos ahora inhabilitados ilegalmente.

Imagino que en este punto, superados en la teoría los dos obstáculos mencionados, que ya es bastante decir, la mayoría de ustedes pensará que eso debería ser suficiente para derrotar al régimen. Pero, ¿no fue eso lo que tuvimos el 2006, el 2012, y 2013, sin contar con la mamarrachada electoral de Maduro del 2018 con la oposición colaboracionista? El régimen se alzó siempre con el “triunfo” electoral presidencial. ¿Cuál sería la diferencia ahora?

La respuesta la dio María Corina Machado (MCM) en su primera intervención del año 2024, al anunciar la creación de una legión de ciudadanos para la defensa del voto: “Desde ya estamos construyendo la más formidable estructura para la defensa del voto: La Red 600K, esta es una legión inmensa de 600 mil ciudadanos formados y coordinados, como nunca antes se ha hecho en este continente. Juntos con esta enorme fuerza ciudadana seremos invencibles…” (ver @MariaCorinaYa, en https://twitter.com/MariaCorinaYA/status/1741886560415404355).

Y yo no podría estar más de acuerdo con eso si cambian drásticamente las reglas que se han usado hasta este momento para escrutar los votos de los venezolanos. Y no se trata de que se utilicen máquinas o no en el proceso, o que exista una u otra condición electoral, sino que se escruten manualmente al cierre de cada una de las mesas, todos y cada uno de los votos emitidos, al frente de los mismos electores testigos y el público en general, como se hacía en los inicios de la democracia venezolana. Cada centro abría sus puertas libremente a quien deseara presenciar el conteo de las mesas.

De nada valdría un ejército de testigos que no puedan abrir el 46% de las urnas donde los electores depositan sus votos. ¿Es que los venezolanos que por mala suerte votaron en mesas que finalmente por sorteo no fueron “auditadas”, no tienen el derecho de que su voto sea contado y escrutado por un testigo calificado? Esa aberración, nacida de la más rancia delincuencia electoral del chavismo, sigue siendo un hueco negro por donde el régimen tiene la oportunidad de drenar fraudulentamente votos opositores durante la totalización. Esta explicación la di en detalle en una conferencia hace 10 años en la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, titulada “La perversión del sistema electoral automatizado y sus consecuencias políticas” en el aparte subtitulado “La desaparición del Escrutinio Manual y el nacimiento de la verificación Estadística Ciudadana (el famoso 54%)”  (ver ponencia del 21 de octubre de 2013, en https://ticsddhh.blogspot.com/2015/08/la-perversion-del-sistema-electoral.html).

Las actividades que deberá realizar el ejército de los 600K del que habló MCM serían sustancialmente diferentes si la modalidad del escrutinio cambia. El régimen tiene la capacidad comprobada de realizar un fraude técnico frente a los ojos de 600 mil personas, y a MCM no le quedaría otra alternativa que aceptar un resultado a favor del régimen. Si fueron capaces de hacer aparecer de la nada 10 millones de votos, sin gente en las calles el 3 de diciembre de 2023, imagínense que pueden hacer si hay gente que justifique un fraude. Cualquier cosa puede ocurrir con un CNE prestidigitador. Entonces, todas las cajas SE TIENEN QUE ABRIR para poder defender esos votos. De otra manera, se corre el riesgo de trabajar para el régimen porque no le quedará de otra a la oposición que aceptar lo que diga el CNE.

Si alguna lucha se debe librar, no es solamente organizar a miles de ciudadanos para la defensa del voto –que ya de por sí es un reto enorme- sino la manera en que esos votos serán contados. Y no existe otra forma de hacerlo que la población los vea con sus propios ojos en las mesas cuando abran las cajas y se cuenten las papeletas. Si un 46% permanece oscuro en sus cajas sin contarse, pueden jurar que el régimen tiene la manera de cambiarlos a su favor. No se engañen pensando que ir a una elección con las mismas reglas de las pasadas elecciones presidenciales cambiará el resultado solo porque somos mayoría. Lo éramos el 2012 y el 2013 y las cajas no auditadas no se pudieron abrir porque así lo establecía la ley (ver las 12 mil cajas de Tiby, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/04/las-12-mil-cajas-de-tiby.html).

Para aquellos que todavía no comprenden a cabalidad la diferencia entre escrutinio manual y automatizado, le sugiero muy encarecidamente leer mi nota de noviembre de 2013 referida a esa materia (ver La trampa del Voto Electrónico: De escrutinios manuales a Escrutinios Automatizados, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/11/la-trampa-del-voto-electronico-de.html).

No puedo cansarme de explicar esa diferencia porque todavía no se alcanza a comprender la magnitud y las implicaciones del problema que significa tener por ley un escrutinio automatizado. Y es por eso que veo con mucha preocupación que se prometa trabajar para organizar un ejército de defensores del voto, sin antes tener claro lo que van a defender. Si no te permiten por la ley del régimen contar todos los votos NO PUEDES DEFENDERLOS, así tengas un millón de defensores del voto.

Dicho lo anterior, la lucha clara que se tiene al frente es el cambio radical del sistema de contar los votos de los venezolanos, por lo que se debe proponer un nuevo mecanismo electoral a la Comunidad Internacional y al mismísimo régimen en la mesa de negociaciones, así como las reglas y condiciones a ser aplicadas en esa elección para medirse de una manera justa y transparente con ellos. Y no levantarse de esa mesa y menos aun ir a elecciones hasta conseguirlo. Una vez que se tenga claro el sistema acordado, se le podrá decir a ese ejército de defensores lo que deberán defender.

Algunos podrían llamar a esto “condiciones electorales”. Pero a mi juicio lo que se necesita va más allá de condiciones. Una condición es que existan veedores internacionales, que el régimen deje entrar a los centros a los testigos opositores, que las FFAA se limiten a cuidar de los centros electorales y no a decidir lo que se hará dentro de ellos, que se cumplan a cabalidad los reglamentos. Esos son ejemplos de condiciones.

Pero de lo que se trata aquí no es solo que existan unas condiciones que rijan para todos, sino la naturaleza misma del sistema que se aplicará en esa elección de la que se supone nos libraremos de este régimen de delincuentes. Ese es el centro mismo del problema que tenemos en Venezuela, y que si no se cambia, de nada valdrán “condiciones electorales” y los 600K no tendrán nada que defender. Si la solución es electoral, es hora de comenzar antes a dar esa pelea…

Caracas, 4 de Enero de 2024

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domingo, 31 de diciembre de 2023

Certidumbre para el 2024

Por Luis Manuel Aguana

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No hay nada peor que vivir en la incertidumbre. Los seres humanos necesitan un mínimo de conocimiento de su entorno para poder organizar sus vidas día a día, sin mencionar que ese entorno debería ser estable para que puedan crecer y desarrollarse. De allí que al terminar un año, el tiempo mínimo razonable que nos damos para tomar decisiones acerca de nuestras vidas, nos estemos preguntando si lo que viene será peor o mejor de lo que ya hemos vivido, en el mismo período del tiempo anterior, para tomar las mejores decisiones.

Este principio opera no solo para las personas, sino de igual manera para las familias, las empresas, y los gobiernos. Se hace al finalizar el año la evaluación para tomar decisiones, pero el factor clave que opera aquí es la certidumbre. ¿Y por qué lo digo? Tal vez con un ejemplo lo puedan apreciar mejor.

Una persona que en diciembre no sabe si tendrá trabajo en enero, porque al finalizar el año la empresa le comunicó que no sabrían si cerrarían por razones de la crisis económica, se comportará de manera muy diferente que aquel que razonablemente sabe, o tiene la certidumbre, que regresará a trabajar el mes siguiente para poder seguir manteniendo a su familia. Aquel que tiene certidumbre de su trabajo organizará su vida con base en esa realidad, pudiendo planificar su vida porque tiene la certeza –al menos inmediata- de que tendrá un empleo.

Y así podemos extrapolar el principio a otros terrenos de la vida. Una empresa que no tiene la certidumbre que tendrá sus insumos a un precio determinado, tomara decisiones completamente diferentes en torno al precio de sus productos que aquellas que saben de cierto que las materias primas de sus productos no se moverán. Un gobierno que deja que la incertidumbre le domine nunca podrá darle certeza de estabilidad política a sus gobernados.

La certidumbre es entonces un factor clave y fundamental en la ecuación del bienestar de un pueblo, por lo que es deber de todo gobernante, o de quien pretenda llegar a serlo, tratar de garantizarlo en la mayor cantidad de órdenes posible. Y me atreveré a decir más: aquel que no irradie certidumbre en su conducta difícilmente generará la suficiente confianza.

¿Por qué creen ustedes que las empresas buscan personal “con experiencia”? Porque de esa manera tienen la certidumbre de que ese trabajador hará el trabajo exigido y no vendrá a aprender, generando problemas y retrasos. Eso no significa que el no tener experiencia sea malo, sino que lo que buscan quienes necesitan emplear a alguien es productividad y eficiencia en el trabajo para corto plazo, sin el costo de una curva de aprendizaje.

Y ustedes me preguntarán, ¿y a qué viene todo este discurso de la certidumbre este último día del año 2023? Los venezolanos hemos visto degradar de múltiples maneras lo que el DRAE llama certidumbre, en su primera acepción: “1. f. certeza. Sin.: certeza, certitud, evidencia, verdad, seguridad, convencimiento, convicción” (ver DRAE, Certidumbre, en https://dle.rae.es/certidumbre?m=form).

Esto es, la certeza, la verdad, la seguridad, la convicción. En la Venezuela de hoy no hay certeza de nada para el año entrante, comenzando por la arena política, definidora de todo lo demás. Ejemplos: No hay certeza de que la candidata electa de la oposición se mida con el régimen en unas elecciones libres, justas y verificables; no hay certeza de si habrá o no elecciones; no hay certeza acerca de las acciones de la nueva oposición frente a un régimen que cada vez demuestra con hechos que va adelante en las “negociaciones” que está haciendo con la supuesta “oposición”; no hay certeza de si alguna vez se materializará el mandato del pueblo opositor el 22 de octubre, de desplazar de una vez a la oposición colaboracionista que perdió frente al pueblo, responsable de un interinato fracasado. Y eso solo para comenzar. Existe en todos nosotros al cierre de 2023 una completa incertidumbre hacia el 2024.

Permítanme ampliar un poco más la importancia del concepto de certidumbre aplicada a los grupos humanos organizados, y tal vez así este último día del año quizás –solo quizás- pueda llegar a ser de utilidad a alguien con el poder para tomar decisiones en la oposición.

A medida que se asciende desde el nivel del común de las personas hacia los tomadores de decisiones en cualquier grupo, vamos presenciando una continua degradación de la certidumbre en la cual operan los individuos. El común de las personas requiere de certidumbre para lograr ser productivos y lograr cosas en la vida, como lo mencionamos antes.

Estas personas comunes necesitan de lineamientos previamente establecidos por alguien que sabe lo que quiere y hacia dónde va (generalmente un jefe, un líder, un político en posiciones de gobierno). Debo hacer un aparte aquí: ese jefe o líder TIENE LA OBLIGACIÓN de saber adónde se dirige. Pero no hacia un objetivo genérico, como en el caso opositor, “salir del régimen”, sino que ese objetivo debe ser estratificado y cuantificado para lograr resultados tangibles, estableciendo metas claras que puedan seguir, entender y ejecutar quienes le siguen del común de las personas.

El común de las personas requiere, necesita, tener certidumbre, conocer con claridad y detalle que es lo que de ellos se pide, no una vaina etérea de “vamos a salir del régimen de Maduro”. NO. Necesitan a su nivel conocer cuáles son las acciones concretas que deben realizar, y es responsabilidad del líder establecer un mecanismo de seguimiento y control para saber si se cumplieron esas acciones. Desde el punto de vista sistémico, el común de las personas es cerrado al entorno, y debiera ser para ellos completamente transparente las variaciones que ocurran en un ambiente político cambiante.

Los líderes, quienes conducen al grupo, los niveles decisores de la acción política, deben, al contrario de la gente que se encuentra en la base de la pirámide, funcionar acorde con el ambiente, y respondiendo ante sus cambios permanentes para derivar de allí las decisiones que incidan sobre el comportamiento natural de la gente que los sigue. Los líderes Y NO LA GENTE son los que deben trabajar y convivir en la constante incertidumbre, atentos a lo que pueda suceder para tomar las acciones correspondientes, transformando incertidumbre en certidumbre para su gente. ¿Es eso fácil? ¡Por supuesto que no! Por eso tienen que ganarse el puesto de líderes.

A medida que la incertidumbre cambie a certidumbre a través de las acciones que tomen los liderazgos, las decisiones pasarán a ser del dominio cerrado de quienes manejan, en la base de la pirámide, la certidumbre como factor principal. Ese es el flujo continuo donde se convierte incertidumbre en certidumbre en los grupos humanos organizados.

Estos conceptos no son de ninguna manera nuevos, ni los inventé yo. Fueron desarrollados en las mejores escuelas de negocio y universidades del mundo en el siglo pasado y aplicados con éxito en organizaciones y situaciones complejas. Y aunque los entornos a donde se apliquen hayan cambiado, las personas siguen reaccionando de la misma manera. La diferencia radica en la velocidad de los cambios y la montaña de información que se maneja ahora, cosas que se pueden abordar en estos tiempos con herramientas que antes no existían.

¿Qué deberíamos esperar en el año que comienza? Sería bueno para comenzar que el nuevo liderazgo surgido el 22 de octubre comience por bajarnos la incertidumbre, asumiéndola y poniéndose al frente de ella, protegiéndonos de las distorsiones que produce, a los fines de llevar un colectivo a un triunfo que necesitamos desesperadamente.

Sin conocer toda la teoría anterior, Sir Winston Churchill le bajó la incertidumbre a los ingleses, hablándoles claro y con la verdad a la población, obteniendo la necesaria colaboración y actitud unificada de la gente para salir adelante, al definir con claridad qué era lo que podía ofrecer. Ese fue un caso único de conducción política intuitiva en el mundo. Esto lo logró con su famosa frase ante el Parlamento británico, No tengo nada que ofrecer, sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor”, haciendo que cualquier cosa que le pidiera ese líder fortaleciera toda acción de resistencia frente al enemigo.

Otro ejemplo más reciente de generación de certidumbre aplicado por una dirigencia política es el demostrado por el Presidente Javier Milei en Argentina, al establecer claramente a su pueblo el problema que tiene el país, los responsables de la desgracia que viven desde hace mas de 100 años y las soluciones a aplicar desde que prácticamente comenzó la campaña presidencial, indicando claramente el nuevo rol que espera de su pueblo. Milei se hizo cargo e irradió certeza a los argentinos. Eso generó confianza y lo eligieron presidente. Al margen de todos los problemas que seguramente enfrentará su gobierno, el peso de la incertidumbre ya no se encuentra en el pueblo argentino sino en su liderazgo. Espero que estos ejemplos aclaren bien el concepto.

Me encantaría esa actitud de parte del liderazgo político venezolano, aunque lamentablemente estén acostumbrados al tipo de política que históricamente se ha utilizado en Venezuela, donde actuar contradictoriamente frente al pueblo, creyendo que no somos capaces de digerir la verdad, lo que logran realmente es crear altas dosis de incertidumbre Eso tiene que cambiar si queremos salir de esta tragedia. El 2024 podría ser un buen momento para comenzar.

El 31 de diciembre de 2018, tuve el atrevimiento de dar consejos de liderazgo a una incipiente “nueva generación de líderes políticos” que se haría cargo de la oposición de la Asamblea Nacional legítima a partir de enero de 2019. Jóvenes sin experiencia laboral alguna se hacían cargo de nuestro destino político. Todos sabemos cómo terminó eso (ver Por un liderazgo efectivo en el 2019, en https://ticsddhh.blogspot.com/2018/12/por-un-liderazgo-efectivo-en-el-2019.html).

Espero no estar cometiendo el mismo error sugiriendo hoy a esta nueva oposición un manejo acertado de la certidumbre. Decía en ese entonces que al liderazgo que le correspondería llevar la lucha opositora -o de resistencia- en el 2019 tendría la altísima responsabilidad de ser efectivo, dando algunos consejos para eso. Que años de fracasos no se podían seguir tolerando. Pero me equivoqué. Ni fueron efectivos y todavía estamos tolerando los fracasos de esos aprendices de brujo opositores. Sin embargo, como mencione el 24 de diciembre, los venezolanos seguimos aquí aguantando la pela porque somos resilientes, y creo que el consejo de fin de año de un viejo opositor, dado con la mejor buena intención y respeto, no le hace mal a nadie.

De nuevo, mis queridos amigos, seguidores y lectores de TICs & Derechos Humanos, mi más sincero agradecimiento por acompañar estas notas durante todo el año 2023, deseándoles lo mejor para el año 2024, y esperando –como siempre- que este si sea verdaderamente el año de la Libertad… ¡Feliz Año 2024!

Caracas, 31 de Diciembre de 2023

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domingo, 24 de diciembre de 2023

Navidad 2023, desesperanza o resiliencia

Por Luis Manuel Aguana

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Sería imposible describir un cuadro de mayor desesperanza en el ánimo de los venezolanos honestos en esta Navidad, al ver al régimen solazarse resplandeciente luego de ver ganada su disputa con los EEUU por el delincuente Alex Saab. Muy pronto lo veremos como negociador del régimen en la mesa de México y Barbados, junto con la oposición oficial, como ya lo han anunciado –“oposición” que por cierto no quiere soltar esa responsabilidad frente a la verdadera representación opositora electa el 22 de octubre-  y luego seguramente lo exhibirán como Ministro o Embajador en algún país, o bien Gobernador, impuesto en cualquiera de los Estados de Venezuela, a pesar de no ser venezolano (lo cual no sería extraño si Maduro tampoco lo es).

Esta demostración histriónica de fortaleza delincuencial, donde unos criminales se ufanan pública y abiertamente de lo bien que les salió la jugada de secuestrar inocentes para intercambiarlos por sus secuaces caídos en manos de la justicia, podría resultar de verdad desmoralizante para quienes han luchado desde hace muchos años por el regreso del imperio de la ley y el Estado de Derecho en Venezuela, y especialmente durante esta época decembrina donde la gente honesta hace sus mejores votos por un mejor futuro para sí mismos y su familia, poniendo solamente por delante su trabajo, y la fe y esperanza en el Hijo de Dios que nace hoy, que dio su vida para lavar los pecados del mundo. Es por eso que se siente flotar en el aire un ambiente desagradable y contradictorio generalizado en esta particular Navidad de 2023 en Venezuela. Deberíamos estar alegres pero la realidad nos tumba la alegría.

Pero no quiero ahora escribir acerca de las contradicciones opositoras, ni tampoco especular si este régimen durará mil años, como dijeron que duraría el III Reich alemán, o hasta el año que viene, por el milagro de unas elecciones. Deseo más bien reflexionar en esta época navideña acerca de si tenemos o no las fortalezas necesarias para resistir y salir de esta desesperanza de hoy, causada por mil razones, la mayoría de ellas producto del cinismo del régimen, y también por culpa de quienes confiamos la dirección opositora. Esa es la verdadera clave que define si estaremos viviendo un cuadro mejor o peor del que tenemos hoy en la próxima Navidad. En el fondo, de eso es lo que se trata todo esto.

El término que define esta capacidad de resistir la adversidad es la resiliencia: de acuerdo al DRAE, resiliencia se define como; “1. f. Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos” (ver DRAE, Resiliencia, en https://dle.rae.es/resiliencia?m=form). Falta indagar si el venezolano es o no resiliente. Para ello eché mano de la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA), muy de moda en estos tiempos, e hice un experimento al preguntar directamente a la IA de Google, Bard, lo siguiente: “¿Es resiliente el venezolano?” Y lo que sigue abajo es a mi juicio la mejor de las tres respuestas que me dio:

“La resiliencia es la capacidad de adaptarse positivamente a las adversidades. Los venezolanos han demostrado ser un pueblo resiliente, capaz de superar las dificultades que han enfrentado en su historia.

En los últimos años, Venezuela ha experimentado una crisis económica, política y social sin precedentes. La hiperinflación, la escasez de alimentos y medicamentos, y la violencia han hecho que la vida de los venezolanos sea muy difícil. Sin embargo, a pesar de estas dificultades, los venezolanos han demostrado una gran capacidad de adaptación y superación.

Hay muchos ejemplos de la resiliencia de los venezolanos. Por ejemplo, muchas familias han tenido que emigrar para buscar mejores oportunidades. Estas personas han tenido que aprender a adaptarse a una nueva cultura y a un nuevo idioma. También han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación. Sin embargo, la mayoría de los venezolanos que han emigrado han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar.

Otro ejemplo de la resiliencia de los venezolanos es la forma en que han organizado protestas y manifestaciones para exigir cambios en su país. Estas protestas han sido reprimidas violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor.

La resiliencia de los venezolanos es un ejemplo inspirador para el mundo. Es un testimonio de la fuerza del espíritu humano y de la capacidad de superar cualquier dificultad.

Algunos de los factores que contribuyen a la resiliencia de los venezolanos son:

La cultura venezolana: La cultura venezolana está marcada por la solidaridad, la cooperación y la familia. Estos valores ayudan a los venezolanos a apoyarse mutuamente en tiempos difíciles.

La historia venezolana: Los venezolanos tienen una larga historia de lucha y resistencia. Esta historia les ha dado una fortaleza y una determinación que les ayuda a superar las adversidades.

La juventud venezolana: La juventud venezolana es un grupo dinámico y comprometido. Los jóvenes venezolanos están motivados a cambiar su país y a construir un futuro mejor.

La resiliencia de los venezolanos es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual.”

(ver Bard, consulta: ¿Es resiliente el venezolano?, en https://bard.google.com/chat) (resaltado nuestro).

La Inteligencia Artificial –y en especial la de Google- hace uso del acervo casi infinito de información acumulada en la red que hemos generado nosotros mismos con nuestras interacciones diarias, produciendo una respuesta acorde con la solicitud realizada, en la mayoría de los casos, ajustada a la realidad. Examinando ese texto podrán ustedes notar que nada de lo que allí se expresa es un invento de los programas de Google acerca de algo que no sepamos ya en Venezuela.

Efectivamente, hemos experimentado las 7 plagas de Egipto, y sus consecuencias, tanto  con los delincuentes del régimen, como de su oposición, y a pesar de ello, hemos “demostrado una gran capacidad de adaptación y superación”. Las personas que se han ido del país “han tenido que enfrentar el racismo y la discriminación” y a pesar de todo eso, “han logrado adaptarse a su nueva vida y prosperar”.

Los que nos hemos quedado hemos sido reprimidos “violentamente por el gobierno, pero los venezolanos han seguido manifestándose, demostrando su determinación de luchar por un futuro mejor”.

¿Y por qué ha sido todo esto? De acuerdo a la IA Bard, por nuestra cultura, nuestra historia y nuestra juventud. Pero yo añadiría otra mucho, más poderosa, nuestra determinación, como venezolanos, de recuperar nuestro país, por encima de cualquier liderazgo –bueno, malo, regular o pésimo que se haya decantado en el tiempo-, y a pesar de las amenazas de quienes creen que la dignidad se compra con una bolsa de comida.

Es triste y a la vez increíble que una IA sea capaz de decirnos todo eso de nosotros mismos y los venezolanos todavía dudemos de nuestra capacidad real –no generada por una IA- de vencer a estos delincuentes porque el régimen luzca orgulloso en un desfile público a un criminal que soltaron en los EEUU a cambio de rehenes inocentes. Ni decir tiene una IA que nuestra resiliencia “es una fuerza poderosa que puede ayudar al país a superar la crisis actual”.

Nuestra verdadera fuerza proviene de un ADN muy especial, comprobado históricamente desde que decidimos la libertad del imperio español y pusiéramos en pago la vida de más de la mitad de nuestra población. Y eso sigue allí, así esta lucha lleve lo que nos reste de existencia, porque como sabiamente dijera un famoso manager de las grandes ligas, “el juego termina cuando se termina”, y este no se terminara hasta la salida del régimen de Maduro y sus delincuentes del poder para comenzar uno nuevo en democracia. Falta mucho camino por recorrer todavía en contra del régimen, independientemente del liderazgo opositor que se encuentre al frente en este momento, porque eso no es lo trascendente. Y si el liderazgo  que tenemos no resulta como pensábamos –como ocurrió con el anterior-  entonces, con el favor de Dios, nos tocará conseguir uno mejor en el futuro. De eso se trata la resiliencia.

Así es de seria la determinación que muchos hemos asumido dentro y fuera del país, de no traicionar a quienes sacrificaron noblemente sus vidas en más de 20 años de lucha, en las calles y en las cárceles, y los que continúan como perseguidos y  presos políticos civiles y militares, y exiliados por el régimen, y que continuará hasta alcanzar la libertad de Venezuela. A ellos siempre, les deberemos nuestra eterna gratitud y lealtad.

Dicho lo anterior, solo me resta desearles a todos ustedes, mis seguidores y lectores consecuentes, una Feliz Navidad 2023, con mis mayores deseos, para que esta Nochebuena de Navidad, el Niño Jesús les reafirme y consolide la fuerza de la resiliencia que vive en sus corazones y que nada pueda doblar el optimismo por un mejor mañana, dejando atrás toda desesperanza, resistiendo con mucha fe y determinación hasta vencer, y ganar el momento supremo en que toda la familia venezolana se encuentre reunida en el país, respirando el aire de la libertad. Amén y que Dios me los bendiga a todos…

Caracas, 24 de Diciembre de 2023

Blog: TIC’s & Derechos Humanos,

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Twitter:@laguana

miércoles, 20 de diciembre de 2023

Saab, rehenes y aliados de lucha

Por Luis Manuel Aguana

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A esta hora ya es público, notorio y comunicacional el intercambio de prisioneros por Alex Saab, acordado entre el régimen de Nicolás Maduro Moros y los EEUU. En efecto, las agencias de noticias Reuters y AP informaron que “El gobierno de Estados Unidos liberó a Alex Saab, un cercano aliado del presidente Nicolás Maduro, como parte de un intercambio de prisioneros que incluye a al menos 10 ciudadanos estadounidenses encarcelados en Venezuela (ver La Voz de América, EEUU libera a Alex Saab a cambio de todos los estadounidenses detenidos en Venezuela, en https://www.vozdeamerica.com/a/eeuu-libera-a-alex-saab-a-cambio-de-todos-los-estadounidenses-detenidos-en-venezuela-agencias/7405549.html).

Pero lo escandaloso de la noticia no es tanto la liberación de un delincuente enjuiciado por la justicia de los EEUU, sino que efectivamente funcionara el secuestro en Venezuela de ciudadanos norteamericanos, mantenidos como rehenes, para lograr su liberación. Visto así, no existe ninguna razón para que cualquier gobierno autoritario del mundo que desee algo del gobierno norteamericano, lo consiga a través del secuestro de sus connacionales en su territorio. ¿Qué pasaría con aquella famosa consigna norteamericana de que con terroristas no se negocia? Al parecer con el régimen de Maduro no aplica.

Y no es que no entienda el porqué los norteamericanos procedan de esta forma por las razones humanitarias de los rehenes que el régimen mantiene en cautiverio en sus mazmorras. Lo que es preocupante aquí es que esa debilidad demostrada con el régimen de Maduro por parte de los norteamericanos pudiera estar afectando la lucha legítima que tenemos en Venezuela por sacarnos de encima a esta peste que representa el régimen castro-chavista-madurista, poniendo en duda cualquier consejo, apoyo o sugerencia que nos hagan para salir del régimen, porque no podríamos saber si lo están haciendo por desear ayudarnos a rescatar el país o por razones de coacción, que luego puedan resultar  perjudiciales para los intereses de los venezolanos, al encontrarse los norteamericanos claramente comprometidos con el régimen. Pero eso nunca podremos saberlo, ¿verdad?

Por otro lado, está el hecho que, por un lado, los norteamericanos conversan con el comando de la oposición en la mañana, pero en la tarde negocian con el régimen de Maduro en una agenda completamente diferente. ¿Cómo saber si lo que le dicen a la oposición va en el sentido correcto de salir de ellos, si es que verdaderamente están interesados en que regresen a Venezuela la democracia y la libertad? A pesar de esa duda, yo todavía creo, ingenuo yo, que, en general, la política norteamericana de siempre, ha estado orientada a la recuperación de esas entidades sagradas por las que han muerto decenas de venezolanos en las calles desde hace más de 20 años. Pero la realidad muestra que episodios como el de Alex Saab ponen de manifiesto todo lo contrario.

El ejemplo más reciente lo tenemos con el caso de la presencia de María Corina Machado (MCM) en el TSJ, antro de la justicia del régimen, a instancias de los EEUU, quienes fueron los primeros en dar la noticia. Por más justificación que la candidata diera a la opinión pública luego de salir de allí, la amarga decepción que nos invadió a no pocos venezolanos, no solo fue que faltara a su palabra de no concurrir a ninguna instancia de este régimen ilegítimo, sino que más allá de aceptarles una legitimidad que fuera de toda duda no tienen para administrar justicia, les reconoce algo muy importante en toda lucha: beligerancia. De acuerdo a la Real Academia Española de la Lengua, “conceder o dar beligerancia a alguien” significa: “1. locs.verbs. Atribuirle la importancia bastante para contender con él. U. m. con neg.” (ver DRAE, Beligerancia, en https://dle.rae.es/beligerancia?m=form).

La justicia del régimen no está a la altura para que ningún venezolano le conceda la importancia suficiente para someter a su consideración cualquier asunto, en especial de índole jurídica. Si así fuera, no estuviéramos en la situación en la que se encuentra Venezuela. Hubiera sido suficiente solicitar justicia ante su TSJ. Venezuela no tuviera presos políticos, en primer lugar. Para concurrir al TSJ primero se tendría que limpiar a fondo el Poder Judicial. Precisamente por estar de acuerdo con MCM en asuntos como estos fue que los venezolanos votamos por ella el 22 de octubre. Si no, ¿qué sentido tendría su victoria por más del 90%? Este es el verdadero sentido de este reclamo principista.

Ahora bien, se puede entender que el principal aliado internacional de la oposición en la lucha en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros, los EEUU, hayan negociado con el régimen de Maduro un canje de prisioneros norteamericanos, que al parecer también incluye algunos de reciente data como el Presidente de SUMATE, Roberto Abdul (ver La Patilla, Confirman liberación del Presidente de Súmate, Roberto Abdul, en https://tyht.cgixix.com/2023/12/20/confirman-liberacion-del-presidente-de-sumate-roberto-abdul/).

Pero lo que no se puede entender es una estrategia opositora que busca llegar a elecciones para ganarle a un régimen que toma rehenes para salirse con la suya. Simplemente de ese modo nunca se ganarán elecciones. Siempre existirá la posibilidad que el régimen de Maduro, secuestre a quien quiera en el país –en especial norteamericano- para conseguir cualquier cosa, entre ellas “ganar” las elecciones con el visto bueno de nuestro principal aliado internacional, que como hemos visto, puede ceder ante esa situación.

¿Ante eso, qué hacer? Creo que lo primero es no perder el rumbo y menos aún los valores que lo sustentaron. El pueblo venezolano creyó en un liderazgo transparente basado en la verdad y la honestidad representado por MCM. Creo que si los EEUU están severamente comprometidos, bien sea por su agenda energética internacional o por cualquier otra causa que comprometa nuestro futuro de democracia y libertad, debemos continuar nuestro camino solos, así sea mucho más duro el resultado a corto plazo, y por lo menos hasta que la situación política interna en ese país cambie sustancialmente y se alinee más claramente con nuestros objetivos firmes de salir del régimen.

Esa propuesta puede implicar que haya más presos políticos, y tal vez más sufrimiento a la familia venezolana. Pero habrá más honestidad en esta lucha que libramos todos, en especial entre quienes se han comprometido a representarnos frente a ella. Estarían con nosotros solamente los que verdaderamente nos quieren libres, no quienes lo dicen, cuidando por detrás sus intereses con nuestros enemigos. Eso no representa una ayuda, sino todo lo contrario. Con amigos mediatizados a la larga nunca conseguiremos la libertad. Preferirán que Maduro y sus criminales se queden en el gobierno si eso les sirve a sus intereses, y lo peor es que te convencerán de eso, como ocurrió con el interinato.

El liderazgo opositor encabezado por MCM debe concientizar que la fuerza opositora solo existe porque los venezolanos, no ningún gobierno extranjero ni nadie en el escenario internacional, hicieron algo para eso ocurriera. Solo el pueblo le dio a MCM su representación. Si ella se equivoca lo vamos a pagar todos. Entonces que esas equivocaciones valgan la pena porque las cometimos nosotros, porque la elegimos a ella y no por cuenta de otro, y que sirvan de aprendizaje para avanzar, manteniendo los valores que en primera instancia originaron esa confianza de la gente. Estoy seguro de que así, por largo y difícil que sea el camino, solos o con poca ayuda, más temprano que tarde estaremos condenados a tener éxito, llegando indefectiblemente adonde nos proponemos.

Caracas, 20 de Diciembre de 2023

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