domingo, 7 de julio de 2024

Vladimir León, físico litigante

Por Luis Manuel Aguana

English versión

A la familia León Mármol

“Un hombre es carne y huesos, mas también cierto número de años. Es materia y proceso. Lo mismo la fruta y el ave y la piedra. La materia es espacio y tiempo; éstos existen como formas de aquella”

Las piedras mágicas (1945) 

Carlos Augusto León (1914-1997)

No sería justo despedir a un compañero de luchas por la libertad y la democracia como lo fue Vladimir Enrique León Bencomo sin mostrarle al mundo las dos facetas más resaltantes de su vida: la de científico a carta cabal y la de luchador social por las libertades, que de tanto amor por su país, se atrevía a debatir con la mayor destreza y profundidad, que ya quisiéramos tener muchos de nosotros, asuntos sociales, electorales, políticos y constitucionales, al punto que su compañera de vida y esposa, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León, Magistrada Emérita del TSJ, le otorgara el “título” familiar de Físico Litigante, que a mi juicio llevó con  mucho más orgullo que el mismísimo PhD en Física que le concediera la Universidad de Yale. Así sería la estatura moral e intelectual de este venezolano que ayer le entregara la vida al Creador.

No me cansaré de repetir que las vidas más valiosas se han quedado en este camino tan difícil y sinuoso para la restitución de nuestras libertades. A pesar de su edad y su terrible enfermedad, Vladimir tuvo una lucidez envidiable para el análisis de los problemas políticos, siendo factor fundamental para la redacción de unas Bases Comiciales justas, equilibradas y proporcionales, que propone la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, al país para la convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente.

Es muy difícil ver en estos tiempos a un científico del nivel del Vladimir León con tan alto sentido de sensibilidad social, y tal vez fueron precisamente esas las características que hicieron que vibrara en la misma frecuencia y dirección del proyecto para Venezuela que le presentamos a la Nación ya hace muchos años. Como buen investigador lo diseccionó en sus partes fundamentales y lo contrastó con la realidad, llegando a la misma conclusión nuestra de la necesidad de un cambio de proporciones para Venezuela. Todavía puedo recordar el sentido impacto emocional que le causó al conocer por primera vez el proyecto, y su compromiso posterior más allá de lo común. Luego entendí que era así como se tomaba personalmente las causas en las que verdaderamente creía.

Pero mi coincidencia personal con este venezolano de excepción no fue solo porque compartiéramos un proyecto común para este país, sino una visión de lo técnico y científico frente a lo político y lo social. Hace muchos años, antes de conocer a la familia León Mármol, escribí una nota en este blog que titule “La responsabilidad social de los que saben” (ver nota en https://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/la-responsabilidad-social-de-los-que.html).

Esa nota pareciera haberla escrito para que Dios me mostrara después que sí existían personas con el perfil que describí allí, presentándome a Vladimir León y a su esposa, cuando escribía en el año 2011 lo siguiente: Cuando decimos, dejen a los que saben manejar las cosas no es porque eso esté descontextualizado. Una cosa es saber pegar bien un clavo en una pared y otra muy diferente es saber donde pegarlo. El que sabe pega el clavo, el político determina donde hacerlo. Y no solo determina en qué parte de la pared, sino cuando, si esa debe ser la pared o si se debe o no pegar el clavo. ¡Tan importante es la política como el saber técnico y no la hemos estudiado y ejercido como se debe! No se le ha dado a los que saben tampoco la oportunidad de pegar el clavo, que es la técnica, y se ha perdido la orientación de donde pegarlo, que es la política. Ambas destrezas son indispensables para que esto marche. Pero si quienes sabemos cómo se pega el clavo no queremos hacerlo, porque eso es problema de otro, o porque eso es meterse en política, todos estaremos fregados. Y si aquellos a quienes les corresponde, no entienden que los clavos los pegan quienes saben hacerlo y tampoco conocen donde se deben pegar, allí no solo estaremos fregados, sino crucificados. Y así, aun saliendo de este gobierno, este país no se podrá reconstruir.

Y si alguien tenía claro este concepto desde mucho antes de conocerlo, ese era el Dr. en Física, Vladimir León, quien partiendo de una formación eminentemente técnica como la suya, ilumino para nosotros el camino de la destreza política fundamental, compartiendo una visión del cómo aplicar nuestros conceptos para un país político que todavía no comprende nuestra propuesta a cabalidad, aunque la fuerza de los hechos le obligue posteriormente a hacerlo. Vladimir asumió ese compromiso del conocimiento desde el primer momento que conoció el proyecto, demostrando que tenía esa responsabilidad social de los que saben, dando un paso al frente y asumiendo que este no es un problema de otro, sino nuestro, de él y de todos nosotros, comprometiéndose hasta el final de su vida en esa cruzada, con una lucidez que no disminuyó con el tiempo.

Muchos que le conocieron mejor que yo dirán que esa impronta y esa manera de ver la vida de Vladimir fue heredada de su padre, el insigne poeta venezolano Carlos Augusto León (1914-1997), así como su inclinación ideológica. Al decir de los conocedores de su obra, el poeta Carlos Augusto León fue “uno de los poetas más representativos de la poesía comprometida en su país, siempre a favor de las causas populares y en defensa de los grupos desfavorecidos” (ver Carlos Augusto León, poeta del pueblo venezolano, en https://buzos.com.mx/noticiaVer/carlos-augusto-leon-poeta-del-pueblo-venezolano).

Pero creo que eso no es así. Puedo dar fe de la admiración por Vladimir de todos quienes le conocimos, mucho antes de saber de su importante ascendencia.  Es posible que haya heredado, como todo el mundo, rasgos importantes de sus padres. Pero a pesar del peso específico que siempre representa una figura paternal de tanta importancia para cualquier persona, Vladimir supo trascender en su propio mundo, brillando con luz propia en actividades científicas reconocidas de carácter mundial, en el IDEA, el IVIC y el INTEVEP, demostrando en los hechos su propia capacidad y esencia al mundo, pero a la vez haciéndose custodio de la maravillosa herencia que significó y sigue significando la obra de su padre para Venezuela. Eso en sí ya es motivo de inspiración y respeto para todos quienes le conocimos y apreciamos.

Pero su vida y obra no podrían entenderse mejor en su esencia ética y moral, sin su inseparable compañera de vida, Blanca Rosa, así como tampoco puede entenderse la existencia del ejemplo de vida intachable que ella representa para todos los venezolanos, sin Vladimir. Esa mutua referencia ética y moral es precisamente la que  nos dejan ambos, de toda una vida ejemplar y de servicio para las nuevas generaciones, y que requerimos desesperadamente para la nueva Venezuela que necesariamente tendrá que nacer después de la tragedia.

Como físico, supongo que Vladimir apreció mejor que nadie la primera frase de su padre que encabeza esta nota: “Un hombre es carne y huesos, mas también cierto número de años. Es materia y proceso…”. Pero también un hombre es más que eso. Es espíritu, es inspiración, es dolor, es alegría, es pasión. Todo eso también en proceso. Creo que Vladimir le demostró a su papá con el ejemplo de su vida, que no todo es la fría e inexpugnable física, y que es preciso litigar también para vivirla en toda su extensión… Gracias por enseñarnos también eso, mi querido amigo. Dios no tendrá mejor ayuda que la tuya para que todos los que dejaste atrás podamos vivir pronto en libertad…

Caracas, 7 de Julio de 2024

Blog: TIC’s & Derechos Humanos, https://ticsddhh.blogspot.com/

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viernes, 5 de julio de 2024

Rebelión cívico-electoral

Por Luis Manuel Aguana

English versión

No existe mejor manera de evaluar una situación, cualquiera que esta sea, que revisando lo que ha sucedido antes en Venezuela, tratando de encontrar un patrón que de manera sistemática ocurra dentro de un marco de eventos, para al menos decidir qué hacer ante otra que se presente completamente nueva e inédita. El único hilo referencial presente para este caso ha sido el comportamiento mismo del pueblo venezolano.

En ninguno de los años del siglo XX y los que han transcurrido del siglo XXI venezolano desde que existen elecciones en este país, ha ocurrido lo que está pasando en Venezuela. Una campaña presidencial opositora dirigida y realizada, no por el candidato oficial opositor, sino por quien debió serlo, porque el régimen en el poder lo impidió arbitrariamente, provocando un estado natural de exaltación del pueblo frente a quienes ejercen el poder.

El pueblo venezolano en toda la geografía nacional se ha volcado de manera inusitada a las calles del país a respaldar la salida pacífica y electoral de quienes gobiernan en Venezuela, encausada a través del liderazgo casi místico y único de María Corina Machado (MCM). Lo que hay en Venezuela no es una campaña electoral, es una cruzada que, aplicada de una manera pacífica, solo puede tener un resultado: el desplazamiento del poder de quienes han destruido nuestro país.

Pero eso no será así de simple ni está siendo comprendido a cabalidad por quienes todavía después de todo lo que ha pasado en Venezuela se niegan a admitir que nos encontramos en una tiranía. Sorprendentemente, se piensa que las fuerzas contrarias al cambio del poder solo se harán de lado porque tengamos, en la práctica, en la candidatura de Edmundo González Urrutia (EGU) y el liderazgo de MCM, más votos que el candidato del régimen, Nicolás Maduro Moros. Nada más lejano a la realidad. Eso reduciría este problema a un simplismo electoral incomprensible a estas alturas en Venezuela.

El régimen tiene 20 años refinando en cada elección un fraude multifactorial, no solo para evitar a discreción que la oposición gane elecciones en Venezuela, sino que se garantiza que las cuentas cuadren al final de cada elección a través de un sofisticado mecanismo tecnológico protegido por una legislación electoral inconstitucional. Aunque tengamos los testigos, el régimen deja solo contar, o “verificar” como lo llaman en su ley electoral, un máximo del 54% de los votos emitidos en cada elección para contrastarlos con el resultado de sus máquinas. El resultado del 46% restante queda cerrado y bajo el control electrónico del régimen. Ese 46% de votos puede y se ha  volteado electrónicamente a voluntad a favor de quien controla las máquinas y los resultados, al no poder verificarse por ley a la vista de todo el mundo, y siempre cuadrarán con la totalización.

Es por eso que se inventó esa trampa en el año 2004 al cambiar el sistema manual de contar todos votos de los venezolanos, entregando a las máquinas la capacidad de “escrutarlos” por ley, sin que la oposición jamás se opusiera a esa aberración. Las denuncias del Comisario Iván Simonovis y comentadas en mi pasada nota (ver Cómplices necesarios, en https://ticsddhh.blogspot.com/2024/06/complices-necesarios.html) corroboraron años de denuncias públicas hechas por calificados profesionales, que mostraban indicios técnicos y estadísticos que demostraban que habían ocurrido cambios en los resultados electorales del CNE, arrojados por las máquinas del “mejor sistema electoral del mundo”. ¿Y por qué cambiar el sistema con tanta tecnología? Para que precisamente nadie pueda poner en duda los resultados publicados de cada elección, evitando legalmente contar todos los votos de los venezolanos.

¿Cómo podemos evitar que el régimen nos aplique ahora lo mismo que ha venido haciendo desde hace 20 años? La respuesta es que ya no se puede evitar. La única manera es pasando por encima de esa legislación electoral ilegítima que atropella la Soberanía Popular, que le concede al CNE a través de su reglamento electoral, la potestad de prohibirle a los venezolanos contar todos los sufragios emitidos durante una elección. La manera de combatir eso es no aceptando ningún resultado que no se corresponda con lo que estamos viendo en las calles de toda Venezuela, conformando de esa manera una rebelión cívico-electoral para exigir que se cuenten todos y cada uno de los sufragios emitidos en todas las mesas electorales del país.

En efecto, el Artículo 439 del Reglamento de la Ley Orgánica de Procesos Electorales establece que “El Consejo Nacional Electoral determinará mediante resolución, el número de Mesas Electorales que serán objeto de Verificación Ciudadana para cada proceso electoral”. Y yo me pregunto, ¿está el CNE por encima del pueblo venezolano, dueño legítimo de la Soberanía Popular y propietario de esos votos? El Artículo 5 Constitucional establece: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta constitución y en la ley…”. Y no le hemos cedido esa soberanía al CNE a través de una reglamentación de tercer nivel.

Lo anterior es corroborado por el Magistrado Rommel Gil, ex Presidente de la Sala Electoral del TSJ en el exilio, quien en el Capítulo 8 de la serie "Venezuela Elecciones y Apartheid", de la periodista Maibort Petit, sugirió a los venezolanos aplicar lo siguiente el 28J:

“Sáquenle copia al Artículo 5 de la Constitución. Si usted ve que en alguna de las mesas donde inevitablemente gana una tendencia y están dándole la ganancia a otra, pidan que abran todas las cajas. El Artículo 5 le ampara sobre cualquier ley, además, amañada por ellos. Pidan esa contraloría directa de todos esos votos con la autoridad que le da el Artículo 5 Constitucional donde la soberanía reside en el pueblo venezolano…” (ver declaraciones del Magistrado Rommel Gil, El Gran Acuerdo, Maduro vs. los venezolanos, en https://youtu.be/CRelEZQdf28?t=1123, min 18:44).

Si el régimen decide cambiar los resultados que percibimos desde ya en toda Venezuela, a favor de la opción que representa a MCM y el candidato EGU, nos encontraremos  muy probablemente frente a una rebelión popular. Pero esta no sería la primera vez que los venezolanos nos rebelamos pacíficamente ante una situación que consideramos lesiva a nuestros intereses y la Constitución.

Sin desmedro a que lo sucedido el 11 de abril de 2002 fuera considerado por algunos posteriormente como un golpe de Estado, en palabras del desaparecido historiador Jorge Olavarría, lo que ocurrió inicialmente ese día fue una rebelión popular:

“En primer lugar yo creo que eso fue una rebelión popular, que se fue creando con una gran presión, que se inició básicamente con la huelga de la gerencia de PDVSA, que fue creciendo, que se fue radicalizando, que las posiciones se fueron radicalizando hasta que la huelga general que había anunciado la CTV, como una especie medida de presión para el gobierno, ¿para qué? ¡Para que renunciara Chávez! No nos vamos a engañar, eso era lo que la gente pedía: ¡Se va! ¡Se va! ¡Se va! ¡Renuncia, Renuncia¡¡Renuncia! Para que renunciara Chávez. ¡Eso no es un golpe de Estado! ¡Eso no es una sublevación! Eso no es una instigación para la sublevación. Eso es el ejercicio de un derecho constitucionalmente protegido. Y la renuncia es una de las maneras de ausencia definitiva del Presidente de la República, de acuerdo a la Constitución vigente…” (ver Olavarría y el 11 de abril, Pastillas de Memoria, Entrevista de José Israel González a Jorge Olavarría, Historia Viva, en https://youtu.be/68JadxKJMzQ?t=268).

Mi interpretación de esta tesis, en este caso, es que una rebelión cívico-electoral, como la planteada ante un robo por fraude de las elecciones del 28J, ejercería un derecho constitucionalmente protegido establecido en el Artículo 5 Constitucional, como ocurrió el 11 de abril de 2002. Y por supuesto no estaría exenta a cualquier pronunciamiento que posteriormente hagan las FFAA, protegiendo precisamente esos derechos, y acompañando al pueblo venezolano a constatar si efectivamente el resultado que dictamine el CNE se corresponde con todos los sufragios emitidos por los venezolanos. Eso sería proteger el derecho del dueño de la Soberanía a unas Elecciones Auténticas, evitando la pérdida de vidas y preservando la paz y la tranquilidad de la Nación.

Pero además de todo lo anterior, existe históricamente el derecho a la rebelión: “El derecho a la rebelión, al igual que el derecho a la legítima defensa, puede ejercerse cuando un cúmulo de hechos graves, plenamente comprobados, conforman un estado de necesidad de inminente y extrema peligrosidad para la preservación de la libertad, la vida y los bienes de los ciudadanos. Esto se hace una vía inevitable cuando la ciudadanía se encuentra en estado de indefensión por cuanto las agresiones a sus derechos más sagrados -vida, libertad y propiedad- vienen por omisión de cumplir su función constitucional, de quienes deben ampararlos y se convierten por ello en cómplices o coautores de la agresión…” (ver Jorge Olavarría, El derecho a la rebelión, Jorge Olavarría, 19 de febrero de 2002, en https://goo.su/CUV7).

Cualquier parecido a la realidad actual NO es pura coincidencia. El 28J el pueblo se encontrará al frente de los peligros mencionados allí y con lo único que cuenta para defenderse de un poder que lo sobrepasa, es una rebelión cívico-electoral ante cualquier resultado que no se corresponda con la realidad que todos hemos percibido en las calles de Venezuela. Y si quienes deben amparar los derechos electorales de los ciudadanos, los violan y se convierten en cómplices y coautores de esa agresión, los venezolanos deberán cerrar filas pacíficamente, como el 11 de abril de 2002, para exigir que se cuente la Soberanía Popular, ejerciendo nuestro derecho constitucional a la participación política. Nadie nos puede negar el derecho a rebelarnos que nació de nuestros fundadores, un día como hoy, el 5 de julio de 1811. Esa es la esencia de nuestra nacionalidad…

Caracas, 5 de Julio de 2024

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viernes, 28 de junio de 2024

Cómplices necesarios

Por Luis Manuel Aguana

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Sería imposible para cualquiera que haya tocado el tema del fraude electoral en Venezuela, dejar pasar las recientes declaraciones del Comisario Iván Simonovis en sus redes sociales, donde señala con nombres y apellidos, los cómplices necesarios del fraude técnico ejecutado en sucesivos procesos electorales, para darle la victoria al régimen.

Simonovis apunta específicamente a técnicos de PDVSA y CANTV como responsables de la “construcción de una plataforma integrada que manipula la información que se transmite desde los centros de votación hasta el CNE. Y para eso se apoyan en tres instituciones, en PDVSA, en CANTV y CNE. Durante todos estos años la dictadura ha fortalecido un equipo multidisciplinario, de alto desempeño, con la finalidad de tomar el control informático que maneja toda la megadata electoral. Se utilizó el proyecto de fibra óptica CANTV-PDVSA, que integraba las zonas pobladas con las zonas interurbanas para así controlar toda la información que viajaba desde los centros de votación hasta el CNE. Todos con una red homologada. Adicionalmente a todo lo que les acabo de comentar, estos criminales, porque realmente no tienen otro nombre, han tenido la responsabilidad de crear salas situacionales, que no son más que laboratorios donde se manipula información que luego se postea en las redes sociales. Estas mismas salas situacionales también se encargan en cada elección de procesar información que luego es utilizada para alterar resultados electorales a favor del régimen” (ver Tengan presentes estos nombres y estos rostros, @Simonovis, en  https://x.com/simonovis/status/1805539319886614885).

Después de tantos años de escribir con relación a este tema y denunciar los peligros que conlleva la automatización del voto para el Derecho Humano de Elecciones Auténticas en Venezuela, consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y otros instrumentos internacionales, esta es la primera vez que son señaladas directamente a personas responsables de esa manipulación técnica fraudulenta de la cual solamente hemos visto sus indicios en los estudios estadísticos e instrumentos de detección matemática, como la Ley de Newcomb-Benford (ver La naturaleza delató al CNE, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/12/la-naturaleza-delato-al-cne.html).

Vistos estos indicios claros de fraude sobre los resultados en varias elecciones, arrojados en estudios realizados por técnicos independientes, muchos pedíamos que se investigara a fondo la situación, cosa imposible de realizar, existiendo una tiranía en funciones. Al margen de los nombres y sus posiciones en las empresas señaladas, la declaración del Comisario Simonovis exponiendo que ya se conocen quienes, cómo y dónde han realizado la trampa, corrobora años de denuncias sobre el sistema automatizado de votación venezolano, y asesta un golpe certero sobre uno de los pilares fundamentales sobre los que el régimen se sostiene.

Y no es que minimice de manera alguna la responsabilidad directa de las personas señaladas como cómplices necesarios en este grave delito, y que son mencionadas por el Comisario Simonovis, que suponemos sale como producto de una impecable  investigación policial, que sin duda sabe realizar muy bien este exfuncionario reconocido por su larga y exitosa trayectoria de servicio, dedicada a la seguridad del país.

Mi exposición se centra en que la modificación de los resultados técnicos en puntos intermedios de la red informática del CNE para unas elecciones, coincide con nuestra denuncia del cambio del concepto de escrutinio impuesto por el régimen desde que se estableció el voto electrónico en Venezuela. En otras palabras, que solo escrutan las máquinas y no los testigos y solo son “verificadas” manualmente una parte de las urnas electorales, que de acuerdo a lo estipulado por el  régimen es del 54%, en el mejor de los casos, dejando el 46% restante cerrado por ley, permitiendo de esta manera que las máquinas dictaminen el resultado total sin que se cuente o “verifique” ese importante porcentaje, porque se cambió legalmente el sistema de votar en Venezuela y el voto pasó a ser electrónico.

Ese detalle trascendental hace que el régimen pueda manipular a su antojo al menos el 46% de los resultados a través de medios electrónicos, y por supuesto a través de especialistas que prestan su avanzado conocimiento para que el régimen modifique los resultados que no son sujetos a “verificación” manual, SIN QUE LA OPOSICIÓN LO DETECTE, porque hacen coincidir en el proceso las actas y los votos de las máquinas con el resultado total en el centro de totalización del CNE.

Sin conocer lo que hoy revela Simonovis, en el año 2013, esgrimí una teoría en un Foro en un El Nacional titulado “¿Habrá Fraude Electoral el 14A?”, con una ponencia que llamé  “Construcción de un Fraude Técnico en 10 Pasos” (ver ponencia en https://tinyurl.com/msms4b9). Allí expuse una teoría posible de cómo se puede hacer un fraude técnico a los ojos de todos y sin darnos cuenta, y que pasa precisamente porque los técnicos del CNE que manejan las máquinas de los centros pueden cambiar los resultados dentro de ellas sin que nadie lo advierta porque los testigos no tienen idea de lo que estos técnicos pueden hacer.

Pero si efectivamente se interviene la red y técnicamente se toma el control de lo que pasa entre el centro de totalización y las maquinas durante el momento de la transmisión de los resultados, como lo precisa el Comisario Simonovis, es perfectamente posible  que se coloquen en las máquinas de votación resultados diferentes a los que reposan físicamente en las urnas NO AUDITADAS por la oposición, y que los resultados que arrojan las máquinas y el centro de totalización, coincidan perfectamente al final del proceso. Pero el truco fundamental aquí es que la máquina no sea susceptible de “verificación ciudadana” por parte de la oposición.

La manera en que esto pueda ocurrir es que el CNE permita ese acceso a sus servidores y máquinas de votación. Y no es que las máquinas sean “hackeadas” por parte de una entidad exterior, es que la participación del CNE es indispensable para que eso ocurra al darle puerta abierta al sistema y las redes asociadas, de allí que sean cómplices de esa operación. Eso explicaría la razón por la cual en varios procesos electorales se comenzaran a “voltear” los resultados a favor del régimen a partir de las 6pm, hora donde comienzan a cerrarse las máquinas de votación en todo el país, y la razón por la cual maquinas en un mismo centro muestran  históricamente resultados muy diferentes entre ellas a favor del régimen, contrariando las leyes de la estadística.

Esto ya se reflejaba en el año 2012 en  el informe “Elección Presidencial en Venezuela 2012” de María Mercedes Febres-Cordero, Bernardo Márquez y Alfredo Weil de ESDATA de Noviembre de 2012 donde se reveló que La magnitud de las inconsistencias detectadas en votos válidos se estiman en el orden del 12% para los centros con más de una mesa y de 92% para centros con una sola mesa” (ver Informe Elección Presidencial en Venezuela 2012 – Una evaluación Integral, María Mercedes Febres-Cordero, Bernardo Márquez, y Alfredo Weil en https://tinyurl.com/5n7d2x6v).

La única manera de asegurarse que eso no ocurra ante una nueva tentativa de fraude electoral, es que se imponga la soberanía popular, establecida en el Artículo 5 de la Constitución, por encima de toda ley y reglamentación que vulnere los derechos de los ciudadanos. Esto es, que los ciudadanos conscientes y testigos del proceso por derecho, al detectar una irregularidad, procedan en cada centro a la verificación ciudadana de todas las máquinas de votación y no solamente un porcentaje de ellas. Si el régimen no tiene nada que ocultar no debería ser un problema.

Estas modificaciones en el sistema de contar votos en Venezuela a partir del año 2004, lo que en realidad esconde es un fraude técnico masivo, más allá de todas las trampas para impedir la presencia de los testigos de la oposición por una normativa sobrevenida del CNE. Esta apreciación tendría que ser acompañada por el respaldo de las FFAA del Plan República en todo el país, en defensa de la soberanía popular. Si los militares se niegan a que el dueño de la soberanía cuente todos sus votos, entonces ellos si serán los verdaderos cómplices necesarios para que prevalezca la tiranía.

Caracas, 28 de Junio de 2024

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viernes, 21 de junio de 2024

La opción Constituyente del 28J

Por Luis Manuel Aguana

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Mucho ha resonado en las redes sociales y otros medios acerca de los posibles escenarios que se están planteando para antes, durante y después del 28J, muchos de ellos dando por sentada la victoria electoral del candidato opositor Edmundo González Urrutia (EGU), y qué es lo que efectivamente terminará haciendo el régimen de Nicolás Maduro Moros con eso, ante una realidad manifiesta que luce indetenible en las calles de toda Venezuela.

Sin intenciones de hacer de adivino, en esta modesta tribuna siempre he tratado de resaltar los hechos del régimen ante lo que ha ocurrido en el pasado y lo que este ha terminado haciendo, sin inventar nada. Por ejemplo, en diciembre de 2015 decidieron dejar pasar – a instancias de los militares, no hay que olvidarlo- la victoria de la oposición en las elecciones de la Asamblea Nacional y lograron dos días después, con el apoyo del TSJ, neutralizarla y minimizarla por todo su periodo constitucional. Incluso convocaron dos años después una Constituyente ILEGÍTIMA y sin la aprobación del pueblo en Consulta Popular Constituyente, para legislar por encima del Poder Legislativo del Estado, SIN QUE SE LES AGUARA EL OJO Y NO PASARA NADA. La Constituyente de 2017 de Maduro les sirvió efectivamente para neutralizar la Asamblea Nacional de 2015 hasta que su periodo se agotó.

Ahora bien, todo el mundo piensa, en el entusiasmo de la campaña electoral, en el escenario nada simple de que EGU gane la Presidencia de la República, por encima del fraude electoral que ya está corriendo, que las cosas serán diferentes y habrá una desbandada de los principales personajes del régimen, pudiendo así los venezolanos recuperar el país destruido que nos habrán dejado. Y creo que de nuevo estaríamos cometiendo un grave error.

Es cierto que la Presidencia de la República es un poder determinante en Venezuela al ser nuestro país marcadamente presidencialista. Pero de allí a que por esta elección haya un cambio de 180º, sin considerar lo que ha sucedido antes en nuestro país, es poco menos que una fantasía tropical plagada de ingenuidad.

En el escenario de que EGU logre ser proclamado Presidente Electo, Jorge Rodríguez no tiene por qué dejar de ser el Presidente de la ilegítima Asamblea Nacional, ni la Magistrada Caryslia Rodríguez dejar de ser Presidente del TSJ, ni Elvis Amoroso dejará de ser Presidente del CNE, ni Tarek William Saab dejará de ser Fiscal General de la República, así como el resto de la estructura que sostiene institucionalmente a esta tiranía. Ninguno tiene por qué abandonar sus cargos.

Al contrario, se reunirán, como lo hicieron en diciembre de 2015, para deshacerse de algo mucho peor para ellos, como lo fue una Asamblea Nacional opositora, y lo lograron con éxito. Asimismo, lo harían para deshacerse de EGU y poner las cosas a su favor de nuevo. A pesar de tener la Asamblea Nacional un poder casi que ilimitado en la Constitución, la oposición oficial se las arreglo de 2016 a 2020 para no usarlo a favor de los venezolanos, ni deshacerse del régimen como prometió, sino para convivir con él.

Y ustedes me dirán,  ¡tú lo que quieres es que nos coma el tigre! A lo que responderé: NO. Lo que quiero es que aterricemos. Si llegamos, con el favor de Dios, a la situación donde EGU resulte Presidente Electo y María Corina Machado (MCM) siga siendo la principal líder de la oposición, no esperemos ni un segundo a que teniendo el animal en el piso, herido, pero no muerto, se levante en cualquier momento y nos muerda el cuello en la yugular, haciendo inútil todo este esfuerzo que están haciendo los venezolanos para llegar al 28J y salir del régimen.

He escrito litros de tinta electrónica en las páginas de este blog indicando que la única forma de recuperar institucionalmente el país es a través de la convocatoria del DUEÑO DE LA SOBERANÍA a un proceso Constituyente de carácter Originario, indicando en algunos casos los mecanismos de convocatoria. Pero estos mecanismos han variado conforme ha cambiado la situación política del país, y el momento en que estamos nos obliga a reevaluar esa opción para la recuperación de Venezuela.

Por ejemplo, la Asamblea Nacional de 2015 pudo disparar la iniciativa Constituyente con las dos terceras partes de sus integrantes como indica el Artículo 348 Constitucional desde el primer día de su juramentación, y NO LO HICIERON, decantándose por un Referendo Revocatorio de Maduro en el año 2017, que fue bloqueado por el poder judicial. La oposición ha desestimado consistentemente la solución Constituyente porque creen que el pueblo les cobrará, como al régimen, todos sus errores. Y tienen mucha razón, pero de esa manera colocan su propia supervivencia política por encima del bienestar de la población. Igualmente, esa factura saldrá cuando efectivamente el pueblo consiga convocarse por encima de esas mezquindades.

La diferencia de este instante político con el anterior, donde propusimos esta solución, es que de llegarse a una situación –esta vez electoral- que coloque a un opositor en la Presidencia de la República, este no solo requerirá la estabilidad política que le pueda dar un proceso constituyente, sino que NECESARIAMENTE LA SITUACIÓN DEL RÉGIMEN NOS PONE EN LA OBLIGACIÓN DE CONVOCARLO para poder mantenerlo allí. En este caso, EGU tendría el resto de los poderes públicos trabajando para desmontar en los siguientes meses toda la institucionalidad de la Presidencia de la República antes de la entrega definitiva en enero de 2025.

Ya no es si la oposición política de la MUD-PU manifiesta si le conviene políticamente o no convocar una Constituyente, sino que ahora resultaría imperativo hacerlo para que la oposición conserve el lugar privilegiado de una Presidencia electa con los votos de los venezolanos. Y la manera de garantizarlo es que la presidencia de EGU se convierta en una presidencia de transición de máximo un año, que lleve a normalizar económica y políticamente al país, convocando posteriormente a otro proceso electoral en el marco de una Constituyente, donde si se pueda postular como candidata MCM, como debió ocurrir antes, y si el pueblo así lo decide, convertirla efectivamente en Presidente de la República.

Si la oposición y MCM dejan las cosas transcurrir “as usual” hasta enero de 2025, esperando que el régimen le entregue la banda presidencial a EGU, la Asamblea Nacional ilegítima de Rodríguez con todo su poder, tendrá el suficiente tiempo de vaciar de contenido lo que pueda hacer el Presidente de la República. Eso ya pasó con la Alcaldía Metropolitana de Caracas cuando ganó Antonio Ledezma. Incluso ellos mismos podrían convocar al Constituyente con las dos terceras partes de su Asamblea Nacional, bajo sus propias reglas de convocatoria, llamando a una nueva elección presidencial. O la convocamos nosotros o nos la convocan como hizo Chávez en 1999.

Como Presidente Electo, EGU no tendría la potestad de convocar al Constituyente. Entonces, solo restaría la fuerza política que trae la inercia de la elección presidencial, con MCM a la cabeza, quien debería estar convocando el Poder Constituyente Originario por iniciativa popular, tal y como lo establece el Artículo 348 Constitucional. La forma de llegar allí con el Poder Electoral todavía bajo control del régimen sería materia de otra discusión que no cabe aquí, pero lo que no podemos hacer es quedarnos festejando mientras el régimen dinamita lo que hemos conseguido.

Si MCM desea ser Presidente de la República y el pueblo venezolano verdaderamente la quiere en ese cargo, como así lo ha manifestado claramente en las calles a través de su gira política admirable por todo el país, desde ahora mismo debería pronunciarse a favor de la convocatoria del pueblo a una Asamblea Nacional Constituyente para reformar el Estado, y comenzar la recolección de voluntades para la convocatoria del dueño de la soberanía por iniciativa popular, introduciendo la opción Constituyente en la ecuación del 28J que asegure el resultado de esa elección a favor de los venezolanos. Para después podría ser demasiado tarde…

Caracas, 21 de Junio de 2024

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lunes, 17 de junio de 2024

La disyuntiva final

Por Luis Manuel Aguana

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A medida que se acerca el 28J se encrespan los ánimos y se acentúan los temores del régimen. Realmente no saben cómo parar el fenómeno político de María Corina Machado (MCM), que termina en el aumento consistente del apoyo popular a la candidatura de Edmundo González Urrutia (EGU).

Este fenómeno, más allá de político, se ha transformado en un asunto que ha traspasado las barreras de lo natural. La gente llora al ver pasar a MCM, llamándola “Libertadora”, la única capaz de hacer regresar a casa la familia venezolana desperdigada por el mundo. ¡Y no es para menos! La campaña de MCM ha resultado ser admirable –como la del Libertador-, sorteando todos los obstáculos que torpemente le han puesto, haciéndola todavía más exitosa. Hasta “Pasillo de Honor” militar le hicieron en  Barrancas del Orinoco. Eso no se había visto nunca antes, en cualquier campaña electoral previa en Venezuela.

Lo anterior hace muy diferente de lo ordinario la medición de fuerzas electorales. El  régimen de Maduro no está enfrentándose a una candidatura opositora común, se está enfrentando con un sentimiento nacional. ¿Cómo se compite con eso? Ponerlos en ridículo con su presencia sorpresiva en Nueva Esparta, y de paso reunir esa manifestación masiva en la isla, los dejó completamente desconcertados.

Ante esa realidad indetenible, el régimen responde profundizando la trampa electoral. Y en esta oportunidad le tocó a la asignación de testigos electorales en las mesas. En una reciente nota publicada por el Diario La Calle, del pasado viernes 14 de junio, leemos “Polémica decisión sobre asignación de testigos electorales se dispone a aprobar el CNE” (ver nota de Carlos Subero en https://lacalle.com.ve/destacados/polemica-decision-sobre-asignacion-de-testigos-electorales-se-dispone-aprobar-el-cne/). Veamos.

“Una delicada discusión se está dando ahora en el Consejo Nacional Electoral (CNE), cuando se disponen a aprobar las reglas que regirán para la asignación de los testigos electorales que acrediten los candidatos y comandos. El punto polémico es que se plantea que para poder ser acreditado como testigo electoral en una mesa de votación que funcionará el 28 de julio se debe ser elector de esa misma mesa”.

En efecto, nunca antes les había importado de donde salían los testigos. Ahora están imponiendo que la persona propuesta esté inscrita como elector en la mesa donde será testigo, implicando una reordenación opositora de miles de personas en todas las mesas del país porque previamente el testigo podía votar en cualquier mesa donde le correspondiera servir.

Pero no solo es el hecho que el partido del régimen este mejor preparado organizativamente que la oposición, como dice la nota de La Calle, para cumplir con esa nueva reglamentación, sino porque es el régimen a través de su CNE el que traslada a su antojo a cualquier persona desde cualquier mesa del país, poniendo a votar a quien quiera, donde quiera. Esa ventaja no la tiene la oposición. En otras palabras, antes de salir los listados del CNE con los electores por mesa, ya ellos se aseguraron previamente que sus testigos estuvieran registrados en las mesas antes de esa reglamentación.

Algunos me dirán, ¿sobre qué bases puedes afirmar eso? Y yo respondería ¡porque tienen el control electoral del país! ¡Lo pueden hacer! ¡Los testigos del régimen ya han sido designados desde hace meses! Basta asignarlos a sus mesas previamente por cruce de las bases de datos del partido del régimen con el CNE al momento de decidir definitivamente cuantas y cuáles son las mesas que se crearán por cada centro. Y si ellos lo pueden hacer porque son dueños del poder electoral, lo harán. Eso está fuera de cualquier “control” o “auditoría” que la oposición pueda exigir o realizar. Y esta podría ser una de las razones por la cual el famoso archivo TABLAMESA definitivo del país no ha sido dado a conocer a los partidos de la oposición.

Frente a esta “nueva” –que no es nueva- estratagema del régimen, lo que queda es que la oposición identifique a la brevedad, mesa por mesa, a sus propios testigos con el TABLAMESA más reciente disponible, identificando quienes de esos 600K testigos estarán disponibles en cada mesa del país. Y si no existen en los 600K testigos para todas las mesas, hacer públicos cuáles son los huecos para llenarlos adecuadamente, convocando a la población opositora. No tengo la más mínima duda de que existirá un venezolano por cada mesa del país que quiera salir de esta plaga.

De nuevo, no estamos hablando de un simple fraude técnico. Estamos hablando de toda una organización construida estructuralmente para delinquir electoralmente porque el régimen tiene el control del árbitro electoral. Lo que se asoma aquí es solo la muestra de un iceberg que hemos denunciado hasta el cansancio desde hace años.

Ahora bien, a esa organización es a lo que nos enfrentaremos el 28J. Es el sentimiento nacional de salir de “esto” que le lloran en la calle a MCM, frente al engaño y la trampa. De eso están en pleno conocimiento todos los actores de esta tragicomedia electoral, INCLUIDAS LAS FFAA, quienes serán los que en definitiva aceptarán o no que se pase por encima del sentimiento nacional de un cambio de nuestra calidad de vida.

No me llamo a engaño de que el pueblo venezolano cambie por sí solo la situación del país si estos delincuentes se roban las elecciones. Si lo hacen, claramente que habrá protestas en consecuencia. Pero ellas por sí solas no cambiarán la situación. El 11A-2002 los millones de personas que salieron a las calles de Caracas NO TUMBARON EL GOBIERNO, lo hicieron los militares que anunciaron al país que Hugo Chávez Frías había presentado su renuncia, “la cual aceptó”, Lucas Rincón dixit. Pero el pueblo venezolano en las calles fue condición necesaria, pero no suficiente. Los militares son los que al final han completado históricamente esa inferencia lógica, y serán ellos quienes decidan si seguimos o no con este infierno político socialista.

Si el régimen está muy seguro de que los militares los sostendrán después de ese fraude que hará el CNE el 28J y que hasta la Comunidad Internacional percibió, con Lula y Petro a la cabeza, proseguirán con esta trampa y anunciarán que ganó Maduro por “millones y millonas” de votos. De eso no me cabe la menor duda. Pero como bien dice el dicho popular, “seguro está el cielo que lo ensucien los zamuros”. Y yo dudo de que estén seguros de eso. Más seguro sería que negociaran antes su salida, dejando que el sentimiento popular del país se exprese sin condicionamientos. MCM no es más que la expresión de ese sentimiento. A cualquiera se le iría la vida en esa disyuntiva final…

Caracas, 17 de Junio de 2024

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