jueves, 8 de mayo de 2025

Extracción o Negociación

Por Luis Manuel Aguana

English versión 

En la era de las comunicaciones instantáneas, lo primero que se sacrificó fue la verdad, que fuera sustituida por la narrativa. Esto es, como no es posible engañar a nadie con un cuento construido desde las mesas editoriales de los periódicos más influyentes, porque la información cruda llega inmediatamente a los teléfonos móviles de cualquier persona, si se desea tergiversar la verdad de lo que realmente está pasando, basta con construir “una narrativa” y bombardearla por todos los medios digitales disponibles, y “la verdad” será la resultante de lo que surja del lado que tenga mayor penetración, audiencia y credibilidad.

¿Dónde está la verdad de lo que ocurrió con los rehenes del régimen de Nicolás Maduro Moros, encerrados por más de un año en la sede de la residencia de la Embajada de Argentina en Caracas? ¿En lo que dice la mass-media de la oposición o lo que dice la del régimen? Cada persona en Venezuela, dependiendo de su orientación política, lamentablemente ya decidió “lo que pasó”, de acuerdo a la narrativa de “su lado”, sin parar en raciocinio alguno. Pero este escribidor, que nunca se ha dejado llevar por las tecnologías que sustentan la mass-media de nadie, aún no lo decide, porque todavía faltan por pasar algunos hechos fundamentales que corroboren una u otra versión.

Algún avieso opositor me dirá: “Es que el anuncio del rescate lo hizo el propio Secretario de Estado de los EEUU, Marco Rubio, en su cuenta de X”. Pero es que el mismo Secretario de Estado es una de las partes de este enfrentamiento narrativo, o el mismo gobierno argentino, aliado fundamental de los EEUU, quien también se pronunciara en el mismo sentido. Y ni hablar de los intereses políticos locales en Venezuela. Pero tampoco se podría asegurar al 100% que no existiera tal extracción habida cuenta de los métodos muy sofisticados de los que disponen las agencias de inteligencia mencionadas por la mass-media opositora.

Hace casi 50 años, cuando no había redes sociales, la gente no se enteraba sino muchas horas después de cualquier evento en el mundo. En 1976, las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) montaron un operativo para extraer a los rehenes secuestrados por el dictador de Uganda, Idi Amín, en el aeropuerto de Entebbe: “La operación de rescate se ejecutó en la noche, cuando fueron transportados por vía aérea cien comandos de élite israelíes a más de 3500 km de distancia hasta Uganda. La operación, que fue planeada durante una semana, duró cincuenta y tres minutos y se rescató a ciento tres rehenes. Cinco comandos israelíes resultaron heridos y otro, el comandante de la unidad de asalto, teniente coronel Yonatan Netanyahu, murió durante la operación. Todos los secuestradores, tres rehenes y cuarenta y cinco soldados ugandeses murieron y once MiG-17 de fabricación soviética fueron destruidos en tierra. Un cuarto rehén fue asesinado por integrantes del ejército ugandés en un hospital cercano” (ver Wikipedia, Operación Entebbe, en https://es.wikipedia.org/wiki/Operaci%C3%B3n_Entebbe).

A pesar de todos estos años y una tecnología de comunicaciones atrasada en comparación con la de hoy, la información entregada al mundo luego de horas de un evento de esa naturaleza en un lugar tan remoto como Uganda, fue muy precisa, y no hubo dudas acerca de la verdad de lo que pasó en Entebbe. Incluso en la operación, los israelíes se trajeron con ellos, en uno de los aviones de tropas, una réplica del automóvil presidencial que utilizaba el dictador de Uganda, que formaba parte de la estrategia de engaño a unas tropas ugandesas semianalfabetas, para lograr distraer el acceso de los comandos armados al aeropuerto donde mantenían a los rehenes.

Con toda esa maniobra, ejecutada con precisión quirúrgica, frente a unas fuerzas que no se podían comparar con las de las FDI, los israelíes sufrieron bajas importantes, como las del hermano del actual Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. No en vano, él sabe muy de cerca lo que significa la lucha contra el terrorismo.

Con lo anterior deseo significar claramente que es muy cuesta arriba, sin una información precisa de los involucrados, tal y como se puede hacer ahora con la tecnología de comunicación actual, establecer que realmente ocurrió un “rescate” en un lugar fuertemente custodiado por el régimen, por unas fuerzas que no se comparan precisamente con los soldados semianalfabetas que Idi Amin tenía en Entebbe, sin dejar de lado que este rescate incluyó a la Sra. Corina Parisca de Machado, persona enferma y de edad avanzada, con el altísimo riesgo que una operación de esa naturaleza involucraría.

Tampoco se puede argumentar no la existencia de salvoconductos oficiales para sacar a los rehenes, como prueba de que no existió una negociación. Los rehenes norteamericanos le fueron entregados por el régimen al negociador norteamericano Richard Grenell, bañados, entalcados y en su avión, antes de salir para los EEUU, luego de su conversación con Nicolás Maduro Moros. Esas delicateses jurídicas y diplomáticas no existen cuando la alta política del régimen decide entregar a alguien que mantenga en sus mazmorras, a cambio de algo.

Entonces, ¿hubo o no hubo una extracción? Tal y como yo lo veo el verdadero fondo de esta discusión se encuentra en lo siguiente: si resulta ser una extracción –o vence la narrativa que apunta en esa dirección-, entonces la oposición “le va ganando al régimen” y corrobora que efectivamente sí está haciendo algo cuando todo el mundo está a la expectativa de algún movimiento que indique que estamos avanzando para su eventual salida. En otras palabras, EEUU y sus aliados están verdaderamente ayudando a María Corina Machado (MCM) y Edmundo González Urrutia (EGU), manteniendo  viva la esperanza del pueblo opositor a ese liderazgo, e indicando que todavía vale la pena “esperar” por el rescate del resto de la población venezolana que todavía permanece encerrada en el país, que es la cárcel más grande del mundo.

Si, por el contrario, se demuestra que fue una negociación, entonces el régimen está manteniendo su posición y va soltando a los rehenes que tiene en el país, conforme a su plan para consolidarse en el poder. Esto se correspondería con una posible negociación entre EEUU y Rusia, que estaría siendo informada por Putin a Maduro, en su actual viaje a Rusia que lo obligaría a torcer su política inflexible en contra de sus opositores, en especial los rehenes de la tolda de MCM, a cambio de permanecer en Miraflores.

Esta es la verdadera lucha que se está librando en los medios digitales por la credibilidad de la gente por este suceso, pero que no apunta a resolver el verdadero problema de Venezuela, sino a resolver la continuidad del liderazgo político de la parte que resulte vencedora y la rendición -o no- ante eso, del pueblo venezolano.

No se puede negar que estos golpes tienen un efecto muy importante en el ánimo opositor, porque a fin de cuentas cesó una situación grave de violación de los Derechos Humanos en contra de unos valientes venezolanos que han resistido un encierro en condiciones inhumanas, pero no define la realidad en el largo plazo, ni pueden esconder la verdad de lo ocurrido. Si se demuestra que los EEUU negociaron con el régimen –léase bien que NO la oposición de MCM- la salida de los rehenes de la embajada de Argentina, a cambio de algo, lo sabremos muy pronto. No por lo que diga Marco Rubio, MCM o el régimen, que al final no es lo importante, sino por lo que en realidad pase en relación con la continuidad de Nicolás Maduro Moros en el poder.

La primera de ellas la veremos el próximo 27 de mayo, cuando expire la prórroga de las operaciones de Chevron en Venezuela: “Este viernes 9 de mayo vence la Licencia General 8. Por lo tanto, la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés) decidirá en las próximas horas si habrá una nueva prórroga o simplemente permitirá que expire. Esta decisión dará además una señal en cuanto a lo que ocurrirá con la Licencia General 41, que ha permitido a Chevron operar en Venezuela, la cual cuenta actualmente con una prórroga hasta el 27 de mayo” (ver PanamPost, ¿Rescate o Negociación? La respuesta está en las licencias próximas a venecer, en https://panampost.com/jose-gregorio-martinez/2025/05/07/rescate-o-negociacion-la-respuesta-esta-en-las-licencias-petroleras-proximas-a-vencer/).

Si los venezolanos vemos que después de todo esto el régimen todavía permanece en el poder indefinidamente porque les dieron oxígeno en los EEUU, de nada valdrá lo que diga la mass-media de nadie, y poco importará si los extrajeron o los negociaron. Lo que prevalecerá será el sufrimiento de todos los que sobrevivimos en el país, aunque nos alegremos de que algunos hayan salido. Y tendremos entonces que explorar verdaderamente otras alternativas alejadas de engaños y medias verdades…

Caracas, 8 de Mayo de 2025

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martes, 6 de mayo de 2025

Negociación Constituyente

Por Luis Manuel Aguana

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A diferencia de lo muchos creen, los principios que sustentan lo que hoy se conoce como Derechos Humanos en el mundo, no nacieron con la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 10 de diciembre de 1948, y ni siquiera tampoco de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del Hombre, aprobada previamente en Bogotá el 30 de abril de 1948, en la Novena Conferencia Panamericana, con la creación de la Organización de los Estados Americanos, OEA.

Los principios fundamentales de los Derechos Humanos que hoy existen, tuvieron su origen en la Asamblea Nacional Constituyente aprobada en Francia, el 26 de agosto de 1789, en la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Los principios de libertad e igualdad entre los hombres, soberanía, presunción de inocencia, libertad de expresión, rendición de cuentas, separación de poderes, propiedad privada fueron establecidos en ese documento histórico y que hoy defiende la humanidad (ver Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, en https://www.conseil-constitutionnel.fr/sites/default/files/as/root/bank_mm/espagnol/es_ddhc.pdf).

La Asamblea Nacional Constituyente de Francia de 1789 fue la primera en su tipo en el mundo y nació pocas semanas después de la histórica Toma de la Bastilla. “El 14 de julio de 1789 los ciudadanos de París tomaron la prisión de la Bastilla, lo que marca simbólicamente el comienzo de la Revolución Francesa y el fin del absolutismo monárquico, sustentado en la doctrina del origen divino de la autoridad real”. El pilar fundamental sobre el que se sustentó esa Constituyente en Francia fue el trabajo del Abate Emmanuel Joseph Sieyès titulado, “¿Qué es el Tercer Estado?”,  “un documento contra los privilegios  que resulta clave para explicar tanto el advenimiento de la clase burguesa al poder como la doctrina del poder constituyente del pueblo” (ver El Historiador, El abate Sieyès y la Revolución Francesa, en https://elhistoriador.com.ar/el-abate-sieyes-y-la-revolucion-francesa/).

¿Por qué hago esa referencia histórica previa? Porque en Venezuela nos encontramos en una situación de completa anomia política, como se encontraba Francia en 1789, que motivó a los cambios estructurales que sucedieron posteriormente. En Francia se denominaba 1er. Estado a la nobleza (incluyendo al Rey), el 2do. Estado al clero, y el 3er. Estado al pueblo que con su trabajo sostenía al resto de los Estados. Las mismas razones que hicieron caer la monarquía de Luis XVI en 1789 se presentan en la Venezuela de 2025, con una clase política que rige el país con características  similares a las de la nobleza de Francia de 1789: corrupta y vividora del resto del país, con un 2do. Estado que en la actualidad no tiene la incidencia política que tenía en el mundo de entonces.

Quienes no estaban en la nobleza o en el clero –el 3er. Estado- comprendían el 98% de la población y “... carecían de poder y decisión política. Sobre él recaían los trabajos más duros. No tenía ningún derecho y pagaba todos los impuestos. Las exacciones fiscales de los campesinos llegaron a absorber hasta un 70 por ciento del ingreso”. Conservando las distancias, el cuadro no podía ser más similar y desolador, comparable al que tenemos en la Venezuela de hoy.

Los participantes del 1er. Estado, la nobleza, que detentaba el poder político, dilapidó toda la riqueza del país en guerras “que significaron la pérdida de la mayor parte de sus posesiones de ultramar y el agotamiento de los recursos”… “En este clima de efervescencia social, durante los últimos meses del año 1788 y los primeros del siguiente, aparecieron en Francia infinidad de escritos destinados a impugnar el orden existente, pero ninguno impresionó tanto como el panfleto del abate Emmanuel Joseph Sieyès, uno de los más esclarecidos representantes del Tercer Estado” (ver nota anterior de El Historiador, en https://elhistoriador.com.ar/el-abate-sieyes-y-la-revolucion-francesa/).

La única guerra que se ha dado en Venezuela en el presente siglo, ha sido la guerra del régimen de Hugo Chávez Frías y Nicolás Maduro Moros en contra de la población para cambiar nuestro modelo político. Esa guerra ha arruinado el país y ha dejado al sector político opositor completamente inerme para poder actuar a favor de los ciudadanos. No existe en la actualidad ninguna fuerza de lo que se dio en llamar la representación política, para ese 3er. Estado venezolano, para poder cambiar el estado de cosas en el país. Pero eso no significa que un 3er. Estado en Venezuela no exista y no se pueda manifestar.

Luego de más de 2 siglos de experiencia Constitucional, el mundo evolucionó, pero Venezuela olvidó sus propios orígenes. Dos procesos Constituyentes referenciales en el siglo XX, el de 1946-1947, que estableció nuestros Derechos Civiles y Políticos, y el de 1961, que nos dio convivencia pacífica luego de una tiranía, cerraron el siglo pasado en paz. Pero en estos 26 años retrocedimos Constitucionalmente, al destruir las bases federales de nuestra acta de nacimiento de 1811, entregando todo el poder a otro tirano con una nueva Constitución en 1999.

La guerra que se ha suscitado al tratar de corregir ese entuerto nos ha arruinado a todos,  desapareciendo en el proceso todas las bases institucionales que nos hacen un país funcional a los ojos de la comunidad de naciones. Urge recuperar en Venezuela los principios que sustentaron al primer Constituyente del mundo.

No hizo falta recurrir a un texto constitucional, o alguna reglamentación previa que les indicara a los franceses, y también poco después inspirados en ellos, a las provincias de lo que luego se conoció como los Estados Unidos de América, que un pueblo consciente de su situación se reuniera y decidiera un curso de acción para constituirse en Nación para enfrentar sus problemas. Solo hizo falta sentido común y mucha creatividad democrática, y que la iniciativa para eso no partiera necesariamente de su clase política, sino de las fuerzas vivas de la sociedad.

Estando en un punto semejante en el año 2014, la Cátedra Pío Tamayo de la UCV, coordinada por el Dr. Agustín Blanco Muñoz, acuñó el concepto Constituyente de Calle a esta solicitud que venía realizando el grupo que se conocería 2 años después como Alianza Nacional Constituyente, ANCO.

La interpretación jurídica precisa nos la dio en esa oportunidad el Dr. José Vicente Haro, para ese entonces Presidente de la Asociación Venezolana de Derecho Constitucional, quien explicara con mucha sencillez el concepto en una entrevista del programa “Toque de Queda”, que tenía el periodista José Domingo Blanco, Mingo, en EUTv, un espacio que cerrara posteriormente el régimen. Sin embargo, rescaté ese importante testimonio para la posteridad (ver Constituyente de Calle, Toque de Queda, EUTv con Mingo, en  https://www.youtube.com/watch?v=CoygzadEA1g).

Indicaba en una nota que publiqué en ese momento que, de acuerdo a la explicación sin desperdicio del Dr. Haro, “O hacemos una Constituyente con base a los procedimientos establecidos en la Constitución de 1999 y pasamos obligatoriamente por todos los caminos establecidos en ella (CNE, TSJ y demás Poderes invadidos), o hacemos una Constituyente sin seguir ese camino, tal y cuál se la dieron hace más de 200 años el pueblo francés y el pueblo norteamericano cuando fundaron a sus respectivas naciones. Esto es, convocando al pueblo a la calle a deliberar y reconstruirse, preguntándole, por ejemplo, si el modelo de desarrollo que quiere es el de los hermanos Castro”. De eso es lo que se trata toda esta discusión (ver Constituyente de Calle, en https://ticsddhh.blogspot.com/2014/02/constituyente-de-calle.html).

Hemos crecido en experiencia y aplicación de ese concepto desde ese entonces, que en su forma más básica es el explicado por el Dr. José Vicente Haro, pero que entendido después de muchos años de incomprensión política, han terminado por establecer que es la sociedad en su conjunto, Y NO SOLAMENTE SU SECTOR POLÍTICO, quien debe movilizarse para lograr ese preciado objetivo de lograr convocarse para restablecer el orden constitucional extraviado.

Esto también debe ser comprendido por quienes ejercen el gobierno, así como quienes lo sostienen, aun cuando esta apreciación no sea asimilada o compartida todavía por todos, porque de eso precisamente se trata un proceso constituyente. O nos sentamos a negociar ese proceso, o Venezuela no volverá a la normalidad política, con crecimiento y desarrollo económico, político y social. La otra manera es la exterminación del contrario. Y eso es lo que han tratado y continúan tratando de hacer los factores políticos en disputa, sin que ninguno haya tenido éxito. Y no creo que ninguno lo tenga si no lo han logrado en más de 20 años.

Esa es la quintaesencia de la Proclama que hiciera ANCO el 2 de mayo de 2025, titulada “Hacia una negociación Constituyente”, que no debe ni puede pasar por debajo de la mesa de ningún sector de la vida del país, ni de aquellos que desde fuera desean el bienestar de los venezolanos (ver Proclama ANCO: Hacia una negociación Constituyente, en https://ancoficial.blogspot.com/2025/05/proclama-anco-hacia-una-negociacion.html). No defendemos la Constitución de 1999 de una Reforma Inconstitucional. Defendemos nuestro derecho humano inalienable, proclamado desde  1789, de rehacer un Pacto Social a todas luces injusto que nos ha llevado a una guerra no declarada entre nosotros. Ese entendimiento haría que ayuden, en lugar de perjudicar, a que se materialice una solución que no es otra cosa que tratar de convivir después de una guerra, que lamentablemente ahora estamos perdiendo trágicamente  todos los venezolanos…

Caracas, 6 de Mayo de 2025

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miércoles, 30 de abril de 2025

El modo de diálogo del Papa Francisco

Por Luis Manuel Aguana

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“…la (verdadera) política es el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”

Papa Francisco (1936-2025)

En la última entrevista realizada por INFOBAE al Papa Francisco, y conducida por el periodista Daniel Hadad, fundador y CEO del prestigioso medio digital, publicada originalmente en marzo de 2023, el Papa se refirió en los últimos minutos a la situación de Venezuela:

“P: Las últimas tres preguntas tienen que ver con América Latina. La primera tiene que ver con Venezuela. El informe Bachelet de Naciones Unidas habla de violaciones, descargas eléctricas, presos políticos, desaparición forzada de personas. Me hizo acordar a la noche oscura que vivió la Argentina con la dictadura militar, pero 40 y tantos años después. ¿Ve alguna luz de esperanza en que pueda modificarse el régimen de Venezuela?

R: Pienso que sí. Pienso que sí porque son las circunstancias históricas las que van a obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen. Pienso que sí. O sea, nunca cierro la puerta a posibles soluciones. Al contrario, la fomento” (ver El último reportaje del Papa Francisco a Infobae, en https://www.infobae.com/sociedad/2025/04/21/el-ultimo-reportaje-del-papa-francisco-a-infobae/) (resaltado nuestro).

Como todos saben, el Papa Francisco nunca fue particularmente explicito en rechazar de plano públicamente al régimen de Nicolás Maduro Moros, refiriéndose siempre a la búsqueda de dialogo y el rechazo de las dictaduras, dándole de manera permanente el respaldo a la posición de los representantes de la Iglesia Católica local, esto es a la Conferencia Episcopal Venezolana.

Un ejemplo de eso fue una declaración de septiembre de 2024 a Rome Reports, donde a la solicitud de un mensaje para el pueblo venezolano, respondió: “No he seguido la situación en Venezuela, pero el mensaje que daré a los gobernantes es que dialoguen y hagan las paces. Las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano. Lean la historia de la Iglesia… Diré que el Gobierno y el pueblo hagan todo lo posible por encontrar un camino de paz en Venezuela. No puedo dar una opinión política porque no conozco los detalles. Sé que los obispos han hablado y el mensaje de los obispos es bueno” (ver Rome Reports, Las dictaduras acaban mal, en  https://www.romereports.com/2024/09/16/el-papa-se-pronuncia-sobre-venezuela-las-dictaduras-no-sirven-de-nada-y-acaban-mal/).

Sin embargo, en ese lenguaje simple del Papa Francisco, que no daba cabida a otras interpretaciones, nos veía como dos grupos enfrentados que debían dialogar, y en esa particular entrevista de INFOBAE de 2023, de una manera premonitoria se refirió a que las circunstancias históricas nos obligarían a cambiar “el modo de diálogo” que teníamos -y todavía tenemos- entre los bandos enfrentados en el país.

Lo anterior me dejó impactado porque los venezolanos nunca hemos tenido una representación que genuinamente haya “dialogado” con el régimen en unos términos que puedan considerarse equitativos. Porque si se considera que “dialogar” donde la parte “opositora” está completamente desacreditada y chantajeada por el régimen porque todos los negociadores tienen algún “rabo de paja” que el régimen explota hasta la saciedad, díganme ustedes si los venezolanos, esto es, aquellos a quienes ellos dicen representar en esa mesa de diálogo, podremos sacar algún provecho de esas negociaciones.

Y las “circunstancias históricas” cambiaron, tanto fuera como dentro del país. Y cambiaron mucho. Ahora y desde octubre de 2023, meses luego de esa entrevista de INFOBAE, María Corina Machado (MCM) se convierte en cabeza indiscutible de la oposición política y supuesta nueva negociadora, si las condiciones se dan para eso con el régimen. De hecho, el último diálogo oposición-régimen que dio origen al evento electoral del 28 de julio de 2024, sale del Acuerdo de Barbados que el régimen decidió ignorar.

Pero el Papa tenía razón. Las nuevas circunstancias históricas van a “obligar a cambiar el modo de diálogo que tienen”. Y eso tendrá que ocurrir, aunque MCM no lo quiera, si queremos salir del estancamiento de la situación política venezolana. ¿Y por qué lo digo? Porque si la herramienta de los políticos es la argumentación y el medio de convencer es el diálogo, no hay otra manera de resolver la situación política venezolana.

Y alguno de ustedes me dirá, “no, la solución es sacarlos a la fuerza”. Mi modesta respuesta sería que ese no es el terreno de los políticos. Los políticos son muy malos en establecer estrategias para la violencia, debiendo ceder para eso la conducción a los militares. Porque si Venezuela llegó al punto donde las circunstancias señalan que se debe desarrollar un conflicto armado para resolver el problema político, estamos peor de lo que pensé, porque a nuestros políticos todavía les falta muchísima preparación para esa eventualidad. Tendría que haber reencarnado en alguno de ellos El Libertador Simón Bolívar, el venezolano que combinó de manera única y genial la disciplina política y militar. Y solo el hecho de pensarlo causaría risa…

La situación externa de los EEUU, la interna con una oposición escondida y otra entregada que no se puede llamar oposición, aunado a la calle cerrada de una solución electoral en la que ya nadie cree, y los pasos cada vez más decididos del régimen para afianzarse en el poder con una Reforma Constitucional, sin contar con la pérdida de las FFAA tal y como la conocimos, no dejan margen alguno para otra cosa que no sea cambiar el modo de diálogo con el régimen y entrar a una nueva negociación. Esa es la evolución de la negociación política en Venezuela después del 28 de julio, con un modo de diálogo que sería completamente diferente al que hemos tenido hasta ahora.

La negociación de la MUD/PU fracasó, no solo porque nunca nos representaron genuinamente, sino por mediocre y ajustada a sus propios intereses políticos. Esa no fue una negociación verdadera, sino una entrega. La negociación que debe tener lugar ahora con MCM tiene que ser diferente. Estoy completamente seguro de que el régimen estaría dispuesto a negociar, pero no existirá negociación posible si lo que se ofrece a cambio es cárcel y persecución. La propuesta tiene que ser a la altura de la excepcional circunstancia del país, por lo que hay que ofrecer una negociación distinta.

Hay que poner sobre la mesa una salida en la cual puedan converger equitativamente los intereses de los grupos en disputa. ¿Y qué propuesta más equitativa que una elección Constituyente, donde se convocaría al pueblo, de un lado y de otro, para que decida el destino del país, con la intermediación electoral de la Comunidad Internacional? Es una solución que conoce muy bien el régimen y que con los negociadores adecuados podría convocarse, salvaguardando los intereses del país y de todos los sectores enfrentados.

En este caso, no se estaría eligiendo un presidente de la República para cualquiera de los bandos, sino la representación genuina del pueblo. Si ellos quieren una Reforma Constitucional, nosotros proponemos una Constituyente que es lo que corresponde para las reformas estructurales, como las del poder comunal que quieren hacer a la Constitución. Y que en ese escenario, reunidos todos en una Asamblea Nacional Constituyente, que esa representación decida lo que se hará, restableciendo el Estado de derecho. Esto está dispuesto en la Constitución y constituye una solución legítima y electoral que obviaría la desconfianza de todo el mundo, incluyendo sectores oficialistas, en el Consejo Nacional Electoral, garantizando la participación de todos los venezolanos.

Si la oposición política no quiere negociar, se me haría difícil entender su discurso, porque si los quieren presos, entonces deben buscar quien financie y conduzca una salida violenta que pueda lograrlo. Pero si no la han conseguido, ni existen las condiciones internacionales para proceder con eso, ¿entonces qué es lo que queda? HACER POLÍTICA.

Y hacer política en este contexto ES NEGOCIAR. El tema de fondo es qué le propones al otro para negociar. De allí nuestra propuesta, porque como están las cosas, tenemos la obligación ética de comenzar creativamente a proponer soluciones, porque mientras más tiempo pasa, la gente se va consumiendo de hambre, en un país cada vez más depauperado.

¿Es descabellado lo que proponemos? No lo creo. Creo que es más descabellado seguir esperando que alguien nos “salve” sin tener con qué hacerlo. Si somos serios, debemos empezar a avanzar nosotros mismos por alguna parte para al menos iniciar la recuperación de la esperanza de los venezolanos. Si la verdadera política es “el arte de presentar un proyecto y convencer al otro”, ya es hora de comenzar a obligarnos a cambiar el modo de diálogo, como dijo el Papa Francisco. La maestría en cualquier arte solo se alcanza con la práctica…

Caracas, 30 de abril de 2025

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jueves, 24 de abril de 2025

El componente activo de la abstención

Por Luis Manuel Aguana

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No son de ninguna manera sorprendentes las cifras que muestra la reciente encuesta CATI Meganalisis, Verdad Venezuela, que muestran la fotografía del sentir venezolano de la última semana de marzo 2025, en especial aquellas relativas a la desconfianza del venezolano en el sistema electoral (ver Encuesta completa en http://t.me/meganalisis).

En efecto, a la pregunta abierta “¿Usted votaría en las elecciones regionales que está convocando el actual CNE?”, la respuesta contundente fue un NO de un 83,7% de los encuestados. Pero el dato definitivamente brutal es la desconfianza en el CNE que, según la encuestadora, alcanza niveles históricos. A la pregunta abierta, “¿Usted confía en la honestidad, imparcialidad y profesionalismo del Consejo Nacional Electoral?”, la respuesta fue un NO en 87,73%.

Para aquellos que llevamos años denunciando la parcialidad y el fraude electoral del régimen a través del CNE en Venezuela, estas cifras no son más que el resultado de los años que fueron necesarios para que el pueblo venezolano terminara de despertar, y que se corresponden con el hecho de que existe una forma de gobierno autoritaria en Venezuela que ha manipulado históricamente las cifras electorales, llegando a su clímax el 28 de julio de 2024, donde los venezolanos internalizaron de forma definitiva que su voto no materializaría un cambio en la situación política del país en un futuro próximo previsible.

Incluso terminaron de desnudarse los supuestos opositores, quienes, a pesar de ser evidente el fraude en los resultados electorales del 28 de julio, todavía insisten en seguirle la farsa al régimen, postulando sus candidaturas para una nueva elección, sin aún existir resultados oficiales de la última elección presidencial. La reacción de repulsión de la gente no se hizo esperar, cuando ante la pregunta “¿Cómo calificaría usted a los políticos que decidan ser candidatos en las elecciones regionales del 25 de mayo?”, respondieron en un 81,8% que esos políticos “le sirven conscientemente a Maduro y al chavismo”. No era nada que ya no supiéramos, pero la sorpresa es que esos alacranes todavía insistan en ser reivindicados ante la opinión pública.

Pero la abstención, ahora contundentemente mayoritaria, sigue siendo un problema porque al manifestarse abiertamente el rechazo a las manipulaciones electorales del régimen, ésta por sí misma no constituye una forma de protesta efectiva, si no lleva consigo un componente activo de rebeldía ciudadana. No es solo abstenerse de comprar el producto electoral del régimen y su oposición alacrán, sino cualquier otra cosa que venga aparejada a eso, manifestando en la práctica una acción concreta del pueblo como consecuencia de ese rechazo.

El régimen ha anunciado una Reforma Constitucional que dará a conocer los primeros días del próximo mes de mayo y que debe someter a la consideración de los venezolanos a través de un Referendo a los 30 días de ser sancionada en la Asamblea Nacional (Artículo 344 Constitucional).

El régimen no va a quedarse con el rechazo de la mayoría de la gente, sino que actuará en consecuencia, manipulando los resultados como ya lo hizo con el Referendo del Esequibo, donde “aparecieron” de la nada 10 millones de votos, sin colas en los centros, y haciendo que exista la evidente posibilidad de rodar la fecha electoral del 25 de mayo a una que coincida con la fecha del Referendo sobre la Reforma Constitucional, que se apruebe en la Asamblea Nacional, matando de esa manera dos pájaros de tiro, y dejando muy posiblemente para la historia, esa elección como la que bien podría ser la última realizada de manera directa por los venezolanos.

¿Y por qué ese temor? Porque ya Maduro entregó su primer borrador de reforma de 80 artículos de la Constitución a la Comisión de Reforma Constitucional que preside Jorge Rodríguez, Presidente de la Asamblea Nacional del régimen, y “adelantó que esta reforma incluye una modificación de la estructura del Estado”. De la misma manera Maduro informó que se realizaría una “ampliación y perfeccionamiento de la democracia”, a través de “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-” (ver La Voz de América, ¿Qué cambios persigue la reforma constitucional que promueve Maduro en Venezuela?”, en https://www.vozdeamerica.com/a/que-cambios-persigue-reforma-constitucional-que-promueve-maduro-venezuela-/7980519.html).

Cambios de la envergadura señalados por el jefe del régimen, NO PUEDEN SER REALIZADOS, a través de una reforma, tal y como establece el Artículo 342 Constitucional:Artículo 342: La reforma constitucional tiene por objeto una revisión parcial de esta Constitución y la sustitución de una o varias de sus normas que no modifiquen la estructura y principios fundamentales del texto constitucional…” (resaltado nuestro).

Y precisamente el régimen pretende, según el anuncio de Maduro en su momento, “una modificación en la estructura del Estado”, al pretender modificarla con “la incorporación del poder comunal, social y popular” a los tres niveles de poderes existentes -nacional, regional y municipal-”. Esas modificaciones constitucionales solo pueden realizarse en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente legítimamente convocada, como lo establece la propia Constitución de 1999 en su Artículo 347.

Y todos estos eventos se llevarán a cabo con la ausencia del 83,7% de los electores venezolanos presentes en el país, y los electores que se encuentran en una diáspora de más de 8 millones de venezolanos, que por razones obvias no se contarán. Eso es a lo que se acerca el país en aproximadamente un mes, sin que tengamos respuesta alguna de la dirección de la oposición legítimamente electa el 28 de julio de 2024.

Ante esta situación aterradora, la Alianza Nacional Constituyente Originaria, ANCO, propuso al liderazgo político una acción concreta del pueblo, como componente activo al rechazo mayoritario del venezolano al sistema electoral, la convocatoria por iniciativa popular a una Asamblea Nacional Constituyente (o como se le conoce en el exterior, a una Convención Constituyente) con el Arbitraje Electoral de organismos internacionales, por presión de la Comunidad Internacional, ante unas Elecciones Regionales irritas y desnaturalizadas por el fraude, y frente una Constituyente ilegítima disfrazada Reforma Constitucional.

Esta sería una clara respuesta de rebeldía ciudadana al grave desmantelamiento del sistema democrático del país, por medio de una Reforma Constitucional írrita sin la participación de los ciudadanos, y cuya manifestación ya se está dando por los niveles históricos previstos de abstención. Si la dirigencia política opositora tiene una solución diferente frente a la disolución del Estado como lo conocemos, ya es hora de que la den a conocer. Los venezolanos estamos muy urgidos de ella…

Caracas, 24 de Abril de 2025

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miércoles, 16 de abril de 2025

Venezuela y el giro estratégico de EEUU

Por Luis Manuel Aguana

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Deseo comenzar esta nota con una reflexión muy reciente de quien es quizás uno de los personajes que más conocen el impacto de las políticas de la República Popular China (RPC) en Latinoamérica, R. Evan Ellis (1): “…en términos económicos, los nuevos aranceles estadounidenses pueden causar el mayor daño al propio EE.UU., al tiempo que promueven la penetración económica y política de la República Popular China (RPC)- en América Latina” (ver R. Evan Ellis,  Reflexiones en un momento de inflexión, en https://legadoalasamericas.org/reflexiones-en-un-momento-de-inflexion/).

Pero no me detendré en el impacto que ya tienen las políticas de la RPC en los EEUU, ocurridas en reacción a la nueva política comercial de la administración Trump. De eso deben ocuparse los estadounidenses. Me preocupa todavía más el impacto que tendrán en el resto del hemisferio y en particular en Venezuela.

R. Evan Ellis en una especie de “mea culpa” por su respaldo al MAGA de Trump, concluye el referido artículo con un llamado que creo muy acertado: “En Los EE.UU, América Latina y otros lugares, la trayectoria de las democracias depende, al final del día, de encontrar en nosotros mismos el coraje que nunca deberíamos tener que encontrar, y de hablar sobre lo que sabemos que es correcto.  Incluso si nosotros, como individuos, no influimos en las tendencias preocupantes, nunca podemos saber quién se verá impulsado a actuar por nuestra voz o por nuestro silencio”.

En otras palabras, tenemos que encontrar el valor de hablar sobre lo que sabemos que es correcto, aun si no influimos en la política, porque si no lo hacemos alguien se hará cargo de actuar, nos quedemos callados o no. Y de manera preocupante el silencio en Venezuela, y en particular de la oposición, es atronador, en especial cuando debido a nuestro particular problema, estamos adosados al destino de triunfo o fracaso de lo que están haciendo los EEUU con el resto del mundo.

En otro artículo de finales de febrero, Ellis precisa en más detalle esta situación: “La política de "América Primero" de la administración Trump representa, posiblemente, un cambio estratégico significativo que se aleja de la búsqueda de los intereses estratégicos de Estados Unidos mediante el fomento del apoyo global a la democracia, los derechos universales y las instituciones. En cambio, Washington está adoptando un  enfoque mucho más transaccional, buscando beneficios más concretos mediante una combinación de incentivos y castigos. Los expertos en relaciones internacionales debatirán durante mucho tiempo el impacto estratégico, la eficacia y la moralidad de este cambio” (ver R. Evan Ellis, La política exterior de Trump podría acelerar el avance de China en América Latina, en https://revanellis.com/trumps-foreign-policy-could-accelerate-chinas-advance-in-latin-america) (resaltado nuestro).

Esto es lo que realmente se encuentra en el fondo conceptual de nuestra futura relación con los EEUU, al menos desde la perspectiva de la presente administración estadounidense. Venezuela y el resto de los países ahora no contamos con esa perspectiva estratégica norteamericana de antaño, surgida después de la II Guerra Mundial que impulsaba el “fomento del apoyo global a la democracia, los derechos universales y las instituciones”, sino que ahora lo que buscan del resto del mundo es una transacción que le brinde beneficios materiales a los EEUU. Eso no es malo ni bueno, simplemente es lo que se nos impone ahora.

Pensar que los EEUU nos ayudarán a quitarnos de encima a los delincuentes que están en el poder por una lógica de los Derechos Humanos no ocurrirá. O que seguirán la perspectiva de que existen unos criminales –como los del Tren de Aragua o el Cartel de los Soles- que pueden afectar los intereses de los EEUU desde el punto de vista de su seguridad interna y por eso deben tendernos una mano, eso tampoco ocurrirá.

La perspectiva que ahora entiende la nueva administración de los EEUU, apunta a que solo nos ayudarán en nuestro problema si ven que pueden sacar beneficios concretos en el camino. El cómo nos planteemos esa situación desde la acera opositora va a competir con lo que el régimen y sus socios internacionales fuertes (Rusia, China, Irán) también propongan o le planteen a los EEUU, o si en esta guerra comercial que sostienen con China el balance va o no a su favor.

Las grandes preguntas a responder serían, por ejemplo, estas: “¿Qué tan económicamente conveniente es para los EEUU que en Venezuela exista una democracia?”, o bien “¿Qué podrían hacer los líderes democráticos a favor de los EEUU, que no puedan hacer los delincuentes del régimen de Nicolás Maduro Moros?”.

Lo anterior podríamos matizarlo con la variable china. Es ampliamente conocida la relación que el régimen tiene con la RPC. Podríamos formularnos estas otras preguntas: “Qué podríamos darles a los EEUU los venezolanos en democracia para mejorar su posición estratégica frente a la guerra comercial –u otra- que tienen los estadounidenses con la RPC?”, o bien “¿Qué cosa tiene Venezuela que no debería tener la RPC para mejorar la posición de los EEUU, y que de otra manera no tendrían si existe un gobierno democrático en Venezuela?”. No me adelantaré a dar las respuestas posibles a todas esas preguntas que supongo que muchos de ustedes ya tienen. Simplemente, me limitaré a las palabras del experto petrolero venezolano, el Dr. Humberto Calderón Berti, al final de una entrevista en un reciente programa de opinión:

“P: Con el cierre de la pregunta, con la administración Trump, ¿ve usted una participación efectiva a corto o mediano largo plazo de la administración de Donald Trump para un cambio en Venezuela en unidad con los venezolanos, Humberto?

R: Yo creo que tenemos mucho apoyo en estos momentos internacional, mucho apoyo de la Unión Europea, mucho apoyo en América Latina y mucho apoyo en los Estados Unidos. Yo de eso no tengo yo ninguna duda, ninguna duda de que hay un apoyo muy sólido bipartidista, por cierto, en los Estados Unidos, tanto de los republicanos como los demócratas, para que se produzca un cambio político en Venezuela. Es que la gente sabe, las propias petroleras deben saber, y me refiero ahora a las petroleras, que si hay un cambio de gobierno en Venezuela, el negocio que hoy vale son 200 se va a convertir en negocio de 1000 ¿Por qué? Porque las oportunidades van a ser muy grandes porque el país hay que rehacerlo. Es que la gente todavía no entiende muy bien que lo que tenemos entre manos es la reconstrucción de un país de postguerra sin haber tenido guerra, pero esa es la realidad.  Entonces las oportunidades van a ser gigantescas para todo el mundo y eso es lo que nosotros tenemos que interiorizar y ese es el llamado que tenemos que hacerle al sector privado internacional y ese es el llamado que tenemos que hacerle a los venezolanos que confiemos en Venezuela…” (ver Norbey Marín, Hasta que caiga la tiranía, Calderón Berti habla sobre nuestro petróleo y el poder de negociar, en https://youtu.be/fcvfvQ1gK7g?t=2806) (resaltado nuestro). Recomiendo a todo venezolano interesado en el destino de este país que vea completo este video del Dr. Calderón Berti.

Habida cuenta que todo apunta a que ya opera un giro estratégico en los EEUU hacia una concepción transaccional del mundo con esta nueva administración de Trump, ¿por qué teniendo Venezuela el respaldo de los dos partidos importantes de los EEUU, se insiste todavía en la concepción anterior de unos EEUU que priorizaban el fomento los Derechos Humanos y las instituciones en los países? ¿No será que más bien hay que cambiar la narrativa permanente en la dirección de convencer al gobierno de los EEUU, que los negocios en Venezuela de 200 hoy pueden ser 1000 mañana, como indica Calderón Berti, dentro de unos parámetros de respeto a los contratos, y que eso solamente puede hacerse en el marco de un país en democracia, seguridad jurídica y Estado de derecho, en la lógica de la reconstrucción de postguerra de un país que no ha tenido guerra? Esto sin mencionar todo lo demás que tiene Venezuela, en la disputa comercial con la RPC, para negociar a favor del modo de vida occidental. Piensen solo en las tierras raras venezolanas…Se los dejo allí para su consideración.

Es verdad que el viraje, para muchos desagradable, de los EEUU al dejar de promover los valores de la democracia y la libertad a favor de los negocios –cosa que nunca tampoco dejaron de hacer- buscando del mundo beneficios concretos al corto plazo, afecta directamente nuestra grave situación, al punto de permitir que el país se siga hundiendo si no tenemos una visión clara de lo que queremos hacer.

Si les decimos a los estadounidenses que queremos que hagan algo porque aquí hay unos criminales violando Derechos Humanos como jefes de la organización terrorista  Tren de Aragua, estaremos de último en la lista de sus prioridades. Lamentablemente, muchos más Derechos Humanos se violan en el mundo que en nuestro país. Pero si les decimos que contribuiríamos con un peso específico y de muchas maneras a la guerra que tienen desatada con la RPC, tal vez las cosas sean diferentes y nos presten más atención, centrándolos a negociar con nosotros los términos del cómo. Y allí tenemos gente muy capaz de hacerlo en muchos campos, con décadas de experiencia, como, por ejemplo, el Dr. Calderón Berti en el negocio petrolero.

En estos momentos nos vendría muy bien un viraje del discurso opositor, acercándonos más a lo que sucede en el mundo, actualizando la perspectiva aun a sabiendas de que en realidad el régimen está avanzando y violando cada vez más nuestros Derechos Humanos. En algún momento los EEUU acabarán por entender que Latinoamérica es el terreno natural del modo de vida occidental con libertad que antes fomentaban, y que es precisamente aquí donde hay que extender la fortaleza del libre comercio y la protección de los valores que hicieron fuerte a ese país. Como afirma R. Evan Ellis, hay que hablar de lo que sabemos que es correcto, así no influyamos en lo que suceda. En esta modesta tribuna siempre lo hemos hecho. Al final, esa es precisamente la razón por la que siempre nos hemos atrevido a opinar…

Caracas, 16 de Abril de 2025

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(1) El Dr. Evan Ellis es profesor de investigación de estudios latinoamericanos en el Instituto de Estudios Estratégicos de la Escuela de Guerra del Ejército de Estados Unidos, y se centra en las relaciones de la región con China y otros actores del hemisferio no occidental, así como en el crimen organizado transnacional y el populismo en la región.