Por Luis Manuel Aguana
“Veinte países emplazan a la OEA a
concretar una hoja de ruta sobre Venezuela” (http://www.noticierodigital.com/forum/viewtopic.php?t=1&t=64148#p864137).
No se podía esperar otra cosa. La decisión de concretar una hoja de ruta “en el
menor plazo posible para “apoyar el funcionamiento de la democracia y el
respeto al Estado de Derecho” en nuestro país, marca el comienzo de una “crónica
de una muerte anunciada” dirigida al gobierno de Venezuela. Las pruebas
irrefutables presentadas de las continuas violaciones a los derechos humanos de
los venezolanos ya eran tan evidentes que los cancilleres de la OEA no pudieron
seguir mirando para los lados.
Y digo al gobierno de Venezuela
porque esa decisión de profundizar el caso venezolano, ya no de la mano del
Secretario General, sino del seno del Consejo Permanente de la OEA, para apoyar
el “respeto del Estado de Derecho” no es en contra de los ciudadanos de este
país sino en contra de quienes en mala hora desgobiernan a los venezolanos. Y
van dirigidas a comenzar una presión de fuera hacia dentro a fin de que ese
desgobierno tome un curso democrático que algunos dudamos que esté interesado
en tomar, habida cuenta que no se trata de un gobierno sino de una banda de
delincuentes que han tomado como rehén a un país entero. Así de grave están las
cosas.
Pero,
¿qué ha hecho la oposición oficial con ese esfuerzo que hace el Secretario
General de la OEA, Luis Almagro, al exponer al mundo la narco-dictadura de Nicolás
Maduro? Hasta ahora sabotearlo. Hace algunos meses atrás exponía el polvo de
oro que nos brindaba Almagro al exponer el caso venezolano en la OEA (ver ¿Y qué
hacemos con ese Informe? http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/y-que-hacemos-con-ese-informe.html).
De no
existir una estrategia opositora congruente con el planteamiento de Almagro en
la OEA, todo ese esfuerzo no podrá ser aprovechado (ver El desenlace de una
carta en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/03/el-desenlace-de-una-carta.html).
La
resolución final de la OEA terminara como todas ellas, exhortando al gobierno
venezolano a solucionar la crisis por la vía electoral. Pero cuando la comunidad
internacional convoca a esa solución a través del Sistema Interamericano lo que
el lenguaje diplomático está diciendo es “consulten al pueblo” y resuelvan.
Pero eso aquí es interpretado como "hagan elecciones". Y de consultar
al pueblo libremente a hacer elecciones bajo el secuestro del sistema electoral
por una dictadura hay una diferencia abismal.
Ambas
cosas -consultar al pueblo y elecciones- significan lo mismo cuando en el país
en referencia existe democracia. Esto es, tolerancia a la existencia del otro
en el marco de un Estado de Derecho. Ese no es el caso de Venezuela. Todos, léase
bien, todos los poderes públicos se encuentran secuestrados por el gobierno. Ergo,
todos aquellos que piden elecciones deben con esa declaración indicar como se
harán en el medio de un secuestro electoral.
Sin
embargo en la OEA siguen teniendo razón: la solución continúa siendo, “consulten
al Soberano”. Ese lenguaje diplomático es muy sutil para ser adecuadamente
comprendido por la mayoría que solo ve en su desesperación “la inutilidad” de
unos esfuerzos a los que no les ve eficacia para remover al régimen. Pero es absolutamente
útil y además muy pertinente.
Los
gobiernos democráticos del continente y sus embajadores en la OEA están muy conscientes
que una dictadura no hace elecciones espontáneamente, hay que obligarla a
hacerlas. No son un atajo de idiotas que están pidiéndole peras a una mata de
mango. Hay que obligar al régimen venezolano a respetar las reglas de la
democracia. Pero eso no se logra solamente desde afuera. Hay una parte -la más
importante- que hay que realizar aquí. Y eso no se ha logrado con quienes dicen
hacer oposición política en el país, ni será una concesión graciosa de un
régimen autoritario, por lo que hay que hacer otra cosa y
comunicarla claramente a los países amigos que desean tanto como nosotros la recuperación
de la libertad en nuestro país.
La
posición de la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/) en
relación a la solución institucional que abogamos para Venezuela ya ha sido
comunicada de manera oficial al Santo Padre, Su Santidad el Papa Francisco (http://ancoficial.blogspot.com/2016/11/carta-de-la-anc-al-papa-francisco-31-10.html)
y a su enviado Papal Monseñor Claudio María Celli (http://ancoficial.blogspot.com/2016/11/carta-de-la-anc-mons-claudio-maria.html)
en ocasión de las negociaciones por el dialogo de la oposición oficial con el
gobierno el año pasado. De allí que la comunidad internacional está al tanto
que las soluciones constitucionales a la crisis de Venezuela no se acabaron con
el atropello del régimen al impedir el Referendo Revocatorio el 2016.
Los
Cancilleres de la OEA al referirse a la convocatoria a que el pueblo se
pronuncie pacifica y electoralmente no solo abogan por una solución pacifica e
institucional de la grave crisis que atravesamos en Venezuela, sino porque se
imponga un cambio en la manera en que se ha gobernado el país. Eso no solo se
circunscribe a exigirle de una manera ilusa a un régimen autoritario a que
realice elecciones libres, sino a que el mismo pueblo se organice, se pronuncie
y lo imponga haciendo uso de su derecho a la participación legitima establecida
en la Constitución. Y eso amigos se llama el Poder Originario convocando una
Asamblea Nacional Constituyente.
Al
convocar los ciudadanos al Constituyente de la manera prevista en nuestra
Constitución, no solo haremos valer nuestro legítimo derecho constitucional
para convocarnos, sino que la comunidad internacional nos estará diciendo que contaremos
con el apoyo del hemisferio reunido en la OEA, condición necesaria -más no
suficiente- para hacerlo. El cambio definitivo habrá de venir cuando los
responsables de garantizar que eso pase, ya en ese momento no les quede duda de
quién es el dueño de la Soberanía, al contar con el apoyo del continente, y actuando
en consecuencia...
Caracas,
30 de Marzo de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana