Por Luis Manuel Aguana
De la clasificación sugerida por el analista
político Laszlo Beke en su Resumen de hechos políticos del 29-3-2018, “Dimisión
vs. Elección”, y difundida ampliamente en las redes sociales, extraemos la
primera parte:
“…Un
conocido clasifica los opositores en los siguientes grupos, dónde no incluye a
Henry Falcón y su equipo ya que los considera colaboracionistas:
· Oposición –
Los que siguen considerando que con elecciones se puede lograr un cambio de
gobierno. Con mayor o menor vehemencia se siguen manifestando algunos líderes y
partidos del Frente Amplio por esta opción, jugando con fechas desde Mayo hasta
Diciembre 2.018. Sorprendentemente dentro de sus exigencias y expectativas
electorales nunca está la desaparición previa de la ANC, incluso proponiendo
otro diálogo más ahora en Puerto Rico. La opción del Frente Amplio como
respuesta única se ha debilitado, por cuanto los elementos claves de la
Sociedad Civil que hicieron ese extraordinario acto en la UCV han manifestado
su descontento con el manejo posterior de los componentes de la MUD a partir
del acto de Chacao.
· Disidencia –
Los que buscan la Dimisión del Presidente a través de la Presión, apoyan las acciones
internacionales, desconocen a la ANC y apuntan a elecciones después de una
transición. Su gran reto es lograr conectar con la protesta social. Aquí el
grupo más conocido lo representa SoyVenezuela.
· Resistencia –
Lo conforman grupos que quedaron muy disminuidos después de la brutal represión
de las protestas del año pasado y otros grupos similares al de Óscar Pérez.
Seguramente siguen existiendo en la clandestinidad y están dispuestos a usar la
fuerza para lograr su objetivo de cambio de gobierno.
Dentro
de este momento tan duro y tan difícil para Venezuela lo más lógico que debería
ocurrir es un acercamiento entre la Disidencia y los partidos de la
Oposición que finalmente se unan a la idea de la Dimisión en lugar de la
Elección como exigencia hacia el futuro.”
Las clasificaciones grupales son constructos
teóricos que permiten realizar análisis para explicar una realidad difícil de
abordar. Sin embargo, lamentablemente como en cualquier otro modelo, a veces no
abordan algunas realidades que no se ajustan a la clasificación.
En la clasificación de la trilogía apuntada por el
conocido del analista Beke no entramos aquellos que no proponemos una
“Dimisión” de Nicolás Maduro ante una oposición entregada al régimen, ni
tampoco aquellos que no estamos de acuerdo con buscar unos fusiles para “sacar
a la fuerza” a Maduro, que no sea otra que la que entraña la fuerza de la
voluntad popular. De allí que esa trilogía no explique completamente la
realidad política venezolana.
La clasificación no está, a nuestro juicio, entre
aquellos que buscan imponerse a una dictadura a través de unas elecciones
imposibles de ganar, o que Maduro renuncie (entre otras cosas porque eso es
pedirle manzanas a una mata de mangos), ni buscar una violencia generalizada donde
la población desarmada tiene todas las de perder.
A nuestro juicio la situación debe contemplarse
desde la perspectiva de resolver el problema de lograr que triunfe la verdadera
voluntad de los venezolanos por encima de un régimen que se ha impuesto por la
fuerza, porque ha comprado la participación de la “oposición” oficial
venezolana; y en la medida que esa compra se ha hecho evidente, parte de esa misma
oposición se ha ido apartando, ya bien sea por razones de honestidad o por claros
intereses políticos, generando en el camino focos de resistencia, debido a que
en el medio de ese tránsito el régimen ha producido destrucción y muerte.
Desde mucho antes de las elecciones presidenciales
de Octubre de 2012 y posteriormente, ante las elecciones de Capriles-Maduro del
14 de Abril de 2013, un grupo de venezolanos denunciamos públicamente al
sistema electoral venezolano y pedimos condiciones a esa oposición que ahora se
rasga las vestiduras por “condiciones electorales” (ver A la sociedad
democrática venezolana ante el llamado a Elecciones el 14 de abril de 2013, en http://declaraciondecaracas.blogspot.com/2013/03/ante-las-elecciones-del-14-de-abril.html).
No existía entonces esa “Disidencia” ni tampoco los
grupos de “Resistencia” –todos eran parte de los mismo- solo una oposición
electoralista que ignoró abiertamente las advertencias que hicimos de ir sin
condiciones a ese matadero electoral que representó el 14A-2013, donde Henrique
Capriles, ante el inmenso fraude perpetrado por Maduro, nos llamo a tocar
cacerolas y bailar salsa bajo la excusa que deseaba evitar muertes con el
régimen. Pues bien, al final tuvimos no solo un fraude sino varios y cientos de
muertes.
Poco a poco los venezolanos de tanto golpe y
decepción electoral han ido entendiendo por las malas que el sistema de contar
votos está corrompido y es una trampa. ¡Qué lamentable que no nos hayan creído
entonces! Sin embargo, el régimen y sus agentes “opositores” insisten en
llevarnos por ese camino sin garantías, pretendiendo que vayamos a elegir un
nuevo Presidente con una Constituyente inconstitucional en plena actividad,
haciendo lo que le viene en gana.
De ese grupo de venezolanos que ya entendieron a
los golpes y después de muchos años de haberles advertido que el camino
electoral estaba viciado, y que ahora también concuerdan que la Constituyente
de Maduro es ilegitima, salen aquellos que la clasificación anterior llama
“Disidencia”. Pero como estos no pueden sugerir el camino electoral, se saltan esa
parte importante del discurso político sin explicar cómo se llega a esa
transición, más allá de pedir la renuncia del régimen. Eso tal vez funcionará
como discurso político de opositor radical pero muy poco como una propuesta para
salir de este gravísimo problema de una manera pacífica y constitucional.
La “Resistencia” no es más que una consecuencia de
toda esta tragedia y es más que lógica cuando hay un régimen que atropella
Derechos Humanos y asesina venezolanos. Sin embargo no será de allí donde salga
la respuesta política necesaria para que ocurra el desplazamiento de estos
delincuentes.
Entonces la clasificación de la oposición en la
trilogía Oposición-Disidencia-Resistencia no sería la más adecuada porque el
agrupamiento se basa en mecanismos que han demostrado su inviabilidad para el
cambio del régimen: La “Oposición” a través de elecciones, la “Disidencia” a
través de la dimisión de Maduro, y la “Resistencia” a través de la fuerza, retrotrayéndonos
veladamente a la discusión del 2014 cuando para cambiar al régimen, un grupo
político insistía en elecciones (la MUD) y el otro que no veía otra solución
que irse a las calles a exigir una “salida” hasta que el régimen cediera. De
estos se han separado en estos últimos 3 años aquellos que aun piensan en una
oposición más dura, autodenominándose “Resistencia”.
¿Cuál debería ser entonces el criterio de
clasificación? A estas alturas y dada la gravedad de la situación venezolana,
los opositores deberían agruparse de acuerdo a la descripción detallada que
hagan para lograr la sustitución del régimen. La “Oposición” nos está vendiendo
que través de unas elecciones “con condiciones” podremos vencer al régimen con
este CNE. Dicen que ganarán por el rechazo mayoritario de la población al
gobierno; y luego que ganen se “encargarán” de la Constituyente
inconstitucional del régimen. Por mas descabellado que nos parezca, ese es el
plan que sostienen.
En una nueva clasificación, tanto lo que llaman
“Disidencia” como “Resistencia” sostienen el mismo plan: presionar -uno más
“light” que el otro- para que Maduro se vaya por cualquier vía, incluyendo un
pronunciamiento militar interno o una injerencia humanitaria, por presión
nacional e internacional. Es claro que eso pasaría por el nombramiento de un
gobierno de transición que ninguno de ellos explica de donde saldrá, pero ese
es su plan. Por otro lado, sugerir que la “Oposición” electoralista se una a la
“Disidencia” para lograr una “Dimisión” de Maduro y sus delincuentes, tal y
como se sugiere arriba, es una aspiración que pasa por la extinción de los
dinosaurios políticos “opositores” que todavía están vivitos y coleando en ese
nuevo disfraz de la MUD.
Pero por último se halla un grupo no mencionado en
el análisis, la Alianza Nacional Constituyente-ANCO con su Agenda
Alternativa para Venezuela que propone una Consulta Popular que obligue a
un gobierno de transición desde el seno de los representantes del pueblo electos
en una legítima Asamblea Nacional Constituyente Originaria por Iniciativa
Popular, previo al desmantelamiento de la Constituyente inconstitucional del
régimen. El Gobierno de Transición nacería de las manos de unos Constituyentes
electos SIN EL CNE, a través de un Consejo Electoral Ad Hoc específicamente
ordenado por el pueblo para esa función en la Consulta Popular.
Resumiendo, solo existirían 3 grupos de opositores
en una nueva clasificación: a) los que creen en elecciones con el CNE de Tiby;
b) los que creen en la renuncia de Maduro como consecuencia de un
pronunciamiento militar interno y/o injerencia humanitaria; y c) los que
creemos que una Consulta Popular generará la fuerza política nacional e
internacional para que se produzca un cambio en el estado de cosas –incluyendo
el escenario militar- (por eso la llamamos Agenda Alternativa) por la manifestación
popular que se genere. Esa sería la verdadera clasificación opositora, pero lamentablemente
no es muy conocida para debatirla públicamente. Entonces démosle la difusión necesaria
y comencemos hoy…
Caracas,
30 de Marzo de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana