viernes, 1 de junio de 2018

Dos consultas y una fotografía

Por Luis Manuel Aguana

En contraposición al viejo dicho popular “no aclares porque enredas” me voy a atrever a hacerlo porque creo que es importante explicar insistentemente, aunque sea en cada presentación, reunión, correo, servilleta de restaurant, mensaje de celular o en cualquier pasillo, porque razón la Consulta Popular que estamos proponiendo no tiene nada que ver con lo que pasó el 16J, aunque tengan el mismo nombre. ¿Y porque otra consulta si ya hicimos una el 16 de Julio? nos repite la gente como un mantra, incluso para desechar la propuesta sin discutirla.

Creo que la mejor explicación se puede dar utilizando un símil. Lo que pasa en el país es como una gran película que ahora está pasando a mas de 30 cuadros por segundo –muy rápido- y que comenzó hace 20 años. Una consulta sería una fotografía que hacemos de esa película, que congela en una sola imagen el estado político de ese momento. Y vaya que la diferencia entre los momentos políticos del país a la fecha 16J-2017, al país de ahora mismo son abismales teniendo en cuenta la velocidad del desarrollo de los acontecimientos políticos actuales. En consecuencia, las fotografías de ambos momentos son muy diferentes.

Describamos un poco la fotografía a Junio de 2017. La gente en la calle, el régimen arrinconado y bajo la lupa de todo el planeta porque estaba asesinando muchachos. Explicaba el año pasado después del 16J (ver ¿Qué parte de la pregunta No. 3 no entendió la MUD, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/07/que-parte-de-la-pregunta-no-3-no.html), que para parar la convocatoria inconstitucional de Maduro a una Asamblea Nacional Constituyente, la Alianza Nacional Constituyente-ANCO le propuso a la MUD una salida de ese callejón a través de una propuesta concreta: un Referendo Consultivo sin el CNE conducido por la sociedad civil y fundamentado en el Artículo 71 constitucional, para preguntarle al pueblo si quería o no una Constituyente convocada desde el gobierno. Forzados, ahorcados y sin respuestas para una población muriendo en las calles, accedieron a la petición.

El momento político –la fotografía- de ese entonces indicaba que la respuesta que debía manifestar la sociedad civil ante ese robo de nuestra prerrogativa constitucional de convocarnos en Asamblea Constituyente, era convocarnos como se establecía en el texto constitucional. La Asamblea Nacional aplicando la constitución nos convocó utilizando uno “los medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político” establecidos en el Artículo 70 constitucional: la Consulta Popular. Esta fue una salida políticamente hábil ya que el pueblo puede perfectamente convocarse a sí mismo para ejercer, como en efecto lo hizo, su participación en los grandes temas del país, manifestándose claramente en lo político.

Sin embargo, esa Consulta no estaba en la hoja de ruta de la MUD, ni de los partidos presentes en la Asamblea Nacional en ese entonces. Ellos querían que el régimen llamara a elecciones y la consulta que propusimos tenía el atractivo para ellos de sacar a la gente de las calles –efecto colateral- y de obligar al régimen a negociar elecciones, que era lo que en realidad querían (no de designar un Gobierno de Unión Nacional como les ordenó el soberano en la pregunta No. 3 del 16J). Pero la jugada les salió mal porque al no cumplir con el pueblo, pero tampoco conseguir las elecciones que buscaban en República Dominicana, así como el resto de las demandas, crearon un estado de decepción contrario en la población del cual todavía no han podido salir.

Si los Diputados hubieran cumplido con la Consulta del 16J, el juego sería otro ahora, pero no contaron con que la expresión popular del 16J fuera inesperadamente contundente. La sentencia política del pueblo fue extraordinaria, tanto que motivó el respaldo unánime de la comunidad internacional. Si la Asamblea Nacional hubiera cumplido era imposible que los militares no hubieran respaldado ese Gobierno de Unión Nacional designado. El pueblo hubiera salido en masa a las calles a respaldar cualquier decisión que la Asamblea tomara, así de simple. Esos son los momentos que los políticos deben “oler” por simple olfato político. Pero tienen las narices tapadas por ambiciones mezquinas. Ese fue el mismo momento que Henrique Capriles desperdició cuando el CNE nos robó las elecciones del 14A-2013 y el candidato nos mando a bailar salsa y tocar cacerolas.

La ventana se cerró…otra vez y se desperdició el momento. Es increíble cómo se han desperdiciado esos momentos fotográficos del país. Con razón Diosdado Cabello se burla de la oposición oficial en todos sus programas de televisión; y siempre está, por supuesto que con la pequeña ayuda de los sistemas de inteligencia sofisticados pagados por el Estado, muchos pasos adelante de estos ineptos. Disculpen pero no hay forma de decirlo de otra manera.

Esa fue la fotografía de la Consulta Popular del 16J. Si bien es cierto que el mandato de la pregunta No. 3 sigue vigente, el momento político NO, porque no se aprovechó. Entonces hay que volver a crear las condiciones para que el pueblo se exprese ante la situación del aquí y el ahora y proceder inmediatamente en consecuencia del resultado, utilizando el momento político de este momento.

El 16J preguntamos al pueblo si rechazaba y desconocía “la Constituyente propuesta por Nicolás Maduro sin la aprobación previa del pueblo de Venezuela”. No había llegado el 30J-2017. Pues bien, la rechazamos y la desconocimos, por lo tanto es írrita por mandato popular. Pero más allá de eso, Maduro siguió adelante y el 30J-2017 la impuso, y ahora está tomando decisiones que nos afectan directamente; por lo que es necesario ahora desconocerla y desmontarla de la misma manera: por mandato popular. Se hace necesario preguntar directamente eso al depositario de la soberanía.

Pero preguntar también la conveniencia o no de convocarnos para un verdadero proceso Constituyente por iniciativa del pueblo soberano, para restituir nuestro derecho conculcado por Maduro, al convocar al Constituyente sin tener la cualidad para hacerlo. Y en caso de proceder, consultarle al pueblo si autoriza o no la designación por parte de los ciudadanos Constituyentes de un Gobierno de Unión Nacional, tal y como se le preguntara en otra fotografía política anterior.

Ya con esos razonamientos se podría justificar un segundo proceso de Consulta Popular. Sin embargo, la Consulta Popular tiene varias formas de interpretarse de acuerdo a como se pretenda aplicar: a) Como una forma de lucha No Violenta; b) Como manera o método de organizar a la sociedad civil para esa lucha; c) Como mecanismo de unificación de la sociedad para un propósito común: combatir al régimen.  Veamos.

a)      Como una forma de lucha No-Violenta. Efectivamente, basándonos en el Artículo 70 constitucional podemos promover todo tipo de consulta, contabilizada por los ciudadanos, para discutir las materias que nos atañen como país. Nadie nos puede impedir eso constitucionalmente. Cualquier cosa que haga el régimen en detrimento de los ciudadanos podemos consultarlo de acuerdo al alcance del problema: nacional, estatal y municipal. Usemos organizadamente ese mecanismo y demostremos si es verdad o no que es el pueblo quien manda como decía el Comandante Galáctico. Nunca habrá numéricamente más gente en la calles protestando, que haciendo una cola para manifestar pacíficamente y en las urnas su desacuerdo en lo político. ¡Ese fue el éxito del 16J! En esto último no hay riesgo para la 3ra y 4ta edad, personas con discapacidad, personas que trabajan y no pueden salir a las calles a protestar abiertamente, etc…(para una explicación más completa de esto ver Caída Inevitable, en http://ticsddhh.blogspot.com/2014/03/caida-inevitable.html).
b)     Como manera o método de organizar a la sociedad civil para esa lucha. La sociedad civil es la que más ha salido perjudicada por la desorganización y la falta de estrategia del liderazgo político. ¿Por qué no organizarnos para generar un sistema permanente de respuesta a los atropellos del régimen? La Consulta Popular organizada puede ser una respuesta permanente de la sociedad civil en todos los órdenes para articular un método de lucha permanente. En eso nos podrían acompañar perfectamente los empresarios, sindicatos, gremios, etc., que han salido afectados por las decisiones de la delincuencia gubernamental;
c)       Como mecanismo de unificación de la sociedad para un propósito común: combatir al régimen. Un sistema permanente de Consultas Populares que corra transversal a cualquier grupo social, los unificaría en un solo propósito. Los empresarios y trabajadores podrían acordar consultas de corte nacional en relación a la inflación y salarios. Esas herramientas son pacificas y constituyen una respuesta contundente en contra de decisiones que los perjudican como grupos sociales.

Pero lo más importante es que una Consulta Popular que englobe las líneas maestras de lo que percibamos como los principales problemas nacionales, le da objetivamente a todo el mundo –nacional e internacionalmente- la respuesta acerca de lo que los venezolanos realmente queremos, no lo que los políticos dicen que queremos. Si eso lo establecemos entre todos, la comunidad internacional y todo el mundo nos ayudará a conseguir eso. Nosotros propusimos esas preguntas en nuestra comunicación a la Asamblea Nacional (ver http://ancoficial.blogspot.com/2018/04/carta-la-asamblea-nacional-16-04-2018.html).

Mientras lo que queramos no esté definido seguiremos dando tumbos sin dirección y más aun si el liderazgo político se encuentra completamente descabezado y sin estrategia para la lucha. Definamos entonces la consulta que necesitamos hacer como pueblo y procedamos. “No hay viento favorable para el barco que no sabe adónde va”, afirmaba Séneca (4  a.C. - 65 d.C.). Si ya tenemos el viento de la comunidad internacional a nuestro favor, es hora de definir hacia donde deseamos ir. ¿Y quién mejor que el pueblo soberano para responderlo? ¡Que el pueblo venezolano decida!

Caracas, 1ro de Junio de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 28 de mayo de 2018

¿Y ahora qué? La demostración de la fuerza popular

Por Luis Manuel Aguana
Intervención en la Cátedra Pío Tamayo de la Universidad Central de Venezuela, 28-05-2018

De nuevo mi saludo y agradecimiento a la Cátedra Pío Tamayo y al Prof. Agustín Blanco Muñoz por esta nueva oportunidad para debatir a Venezuela. Y me gusta usar el término “debatir a Venezuela” porque eso es lo que menos se hace en nuestro país, en especial cuando la situación se torna cada vez más difícil y compleja, y se requirieren análisis permanentes como los que se realizan en esta Cátedra. La mayoría actúa reactivamente a lo que nos hace el régimen, y no proactivamente. Y para actuar proactivamente hay que pensar primero, establecer lo que hay que hacer, y efectivamente hacerlo después.

Las preguntas del foro en la Cátedra de hoy “¿Y ahora qué?¿Seguiremos esperando la invasión, la insurrección, el golpe, la dimisión o la próxima convocatoria a elecciones?”,  estarían adecuadamente respondidas si alguien en la oposición oficial –no solo aquella que fue a elecciones, sino la que precisamente no fue- se hubiera tomado el trabajo de pensar en este escenario después del 20 de Mayo, que en mi modesta opinión, no dicha sino escrita en blanco y negro desde hace varios años, era perfectamente previsible: el régimen se volvió a robar las elecciones.

El 8 de Octubre de 2012, día siguiente de la elección de Capriles-Chavez, titulé una nota en mi blog con la misma pregunta de esta Cátedra: “¿Y ahora qué?” (ver ¿Y ahora qué?, en http://ticsddhh.blogspot.com/2012/10/y-ahora-que.html). Decía en aquel entonces algo perfectamente aplicable a este momento:

Cualquiera con cierta decencia le dejaría paso a otro para que tome las decisiones de ahora en adelante. Toda la dirigencia está ahora en el banquillo. En especial aquella que nos dijo que con ese sistema era imposible perder las elecciones. Me gustaría ver a los técnicos del Grupo La Colina, en especial a Juan Mijares, decirnos cómo Chávez remonto la cuesta al punto de pasar por encima de Henrique en más de un millón de votos. Pero lo más importante, las condiciones electorales. ¿Seguiremos montándonos en el ring con las manos amarradas? ¿Seguiremos yendo a los sucesivos procesos electorales con un RE que no aguanta una auditoría mínima? ¿Seguiremos aceptando que no se abran el 100% de las urnas electorales? Deberemos empezar a considerar seriamente no ir a un nuevo proceso electoral sin condiciones. Y eso pasa por descabezar a todos aquellos que dijeron que con esas condiciones chimbas con las que fuimos ganábamos las elecciones. Hay que empezar a pelear en serio por Elecciones Auténticas.

No lo oyeron los dirigentes opositores pero si fue oído por el mismo pueblo el que se convenció, y terminó no yendo a un proceso electoral sin condiciones. Pero eso no lo acaban de entender aquellos que creyeron que iban a sacar al régimen enfrentando a una maquina de fabricar votos y lo justifican diciendo que al “ganar” la abstención Maduro se quedó, como lo afirmara Eduardo Fernández en su lamentable artículo titulado “¡Ganaron!”que circula por las redes sociales.

Por ningún lado se refirió Eduardo Fernández a un sistema electoral pervertido que dice que participaron 9,3 Millones de venezolanos cuando los centros estaban desiertos en todo el país, y que Maduro sacó de esos fantasmas 6,2 millones de votos. Un sistema que el año pasado le puso 8,1 millones de votos a la participación en esa Constituyente ilegitima igualmente fantasma y posteriormente dijo que Andrés Velásquez había perdido las elecciones, aun demostrándole al mundo con las actas en mano que había ganado la Gobernación de Bolívar. Todo un robo en descampado del gobierno para proteger la destrucción del ambiente y el latrocinio en el Arco Minero.

Estos son los dirigentes que pretenden dirigir la lucha opositora. Con razón no hemos salido de esta tragedia. Sin embargo algo diferente paso el 20 de Mayo. El venezolano dejo de creer – ¡por fin! - en el sistema electoral del régimen, y en el camino también de sus seguidores de la oposición oficial que han conducido hasta ahora la lucha opositora. A partir de ahora se ha abierto una nueva posibilidad de conducción política a un pueblo  ávido de soluciones creativas para ponerle fin a esta pesadilla. Finalmente estos seguidores sufrieron un golpe fundamental cuando al salir el primer día del robo del 20M a pedir nuevas elecciones, el régimen les calló la boca juramentando a Nicolás Maduro ante la ilegitima Asamblea Nacional Constituyente. ¿Cuál será ahora el discurso de esa gente? ¿Intentar seguir engañándonos? Ahora más del 80% del Registro Electoral les dio la espalda el 20 de Mayo.

¿Que tendremos los venezolanos después de esta aplanadora del fraude de Maduro y su Constituyente ilegitima después del 20M? Derogar la constitución actual, disolviendo a la Asamblea Nacional e instaurando un régimen constitucional de corte cubano. No hay que ser adivino para suponer que ese es el siguiente paso. ¿Qué hacer ante esa panorámica evidente que se nos viene encima en cualquier momento después de la juramentación ilegitima? Nuestra respuesta a los venezolanos es accionar los elementos constitucionales necesarios para impedir ese cambio, y en eso solamente el pueblo tiene la palabra.

El 24 de noviembre de 2017 un grupo de venezolanos pertenecientes a la Alianza Nacional Constituyente, entre los que tengo el honor de participar, introdujimos un RECURSO DE EJECUCION DE SENTENCIA ante el TSJ-L (Tribunal Supremo de Justicia Legítimo, con sede en Washington, DC.), en nuestra condición de ciudadanos no investidos de autoridad (para mayor explicación revisar mi nota del 3 de diciembre de 2017, Recurso y Sentencia, en http://ticsddhh.blogspot.com/2017/12/recurso-y-sentencia.html), en lo que respecta a la activación de los Artículos 333 y 350 constitucionales, señalados en el numeral tercero del dispositivo de la sentencia No. 001/2017 del TSJ-L, que emitiera ese Alto Tribunal en fecha 25 de Octubre de 2017, declarando nula a la Asamblea Nacional Constituyente del régimen.

A la pregunta de esta Cátedra de que hacer de ahora en adelante, la respuesta es Resistencia Civil No violenta, traducida en encauzar todas las actividades de restablecimiento constitucional, para generar un procedimiento que ponerle al frente a la tramitación ilegítima de un proceso constituyente para cambiar la constitución y en el cual la ciudadanía, investida de autoridad o no, tiene la obligación de colaborar en el restablecimiento de la constitución vigente. En otras palabras, la única manera de hacer cumplir el fallo del TSJ-L es con un procedimiento que le de cauce a la ejecución del Artículo 333y 350, y eso fue lo que solicitamos en ese Recurso.

El 26 de Febrero pasado vine a esta Cátedra y dije que una Consulta Popular era una alternativa para enfrentar la destrucción (http://ticsddhh.blogspot.com/2018/02/una-consulta-popular-como-alternativa.html). Ahora creo que dejo de ser una alternativa para convertirse en lo único que podemos hacer en Venezuela para salir del régimen. Es necesario recordar ahora el fallo del TSJ-L: “En razón de que el país está sumido en una crisis social y económica profunda que tiene afectado la vida normal de los ciudadanos, es procedente la activación de la resistencia civil y pacífica decretada por este Alto Tribunal al tenor de los artículos 333 y 350 constitucional, lo que hace urgente producir los cambios que requiere Venezuela para la restitución de la vigencia de la Constitución y por ende de la democracia en Venezuela, por lo tanto, cualquier salida de la crisis que se pretenda en el escenario político, debe hacerse dentro de los mecanismos de participación popular que consagra el artículo 70 de la Constitución, y nunca a espaldas del pueblo, con el fin primordial de provocar la salida inmediata de todo aquello que ha generado la crisis por la que atraviesa el país”. (subrayado nuestro)

De allí que las preguntas de esta Cátedra el día de hoy solo tienen una respuesta: lograr la demostración de la fuerza popular del depositario de la soberanía, traducida en la concurrencia del pueblo a una Consulta Popular SIN LA PARTICIPACION DEL CNE, a tenor de lo requerido en nuestra comunicación a la Asamblea Nacional el 16 de abril de 2017 (ver Carla a la AN en, http://ancoficial.blogspot.com/2018/04/carta-la-asamblea-nacional-16-04-2018.html), pero esta vez con una diferencia muy importante en la primera pregunta:

1.- ¿Aprueba Ud. desconocer los resultados de la elección presidencial del 20 de Mayo de 2018?

2.- ¿Aprueba Ud. permitir la inmediata apertura de los canales de ayuda humanitaria, con el fin de dar asistencia en alimentos y medicinas al pueblo de Venezuela, bajo la supervisión de las Iglesias y Organizaciones de Derechos Humanos del país y que se proceda de inmediato a ordenar la libertad plena y el sobreseimiento de los procesos y medidas en contra de los enjuiciados y perseguidos políticos?

3.- ¿Aprueba Ud. desconocer y en consecuencia considerar disuelta la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente instalada por el gobierno y nulas todas sus actuaciones?

4.- ¿Aprueba Ud. convocar una legítima Asamblea Nacional Constituyente Originaria por Iniciativa Popular, con Bases Comiciales que incorporen proporcionalmente la más amplia  representación ciudadana con principios rectores dignos y justos?

5.- ¿Aprueba Ud. autorizar que la Asamblea Nacional Constituyente Originaria designe, de entre sus miembros electos, una Junta de Gobierno de Transición de Unidad Nacional hasta la aprobación de una nueva Constitución?

6.- ¿Aprueba Ud. respaldar a  la comunidad internacional (OEA, ONU, Unión Europea, Estado Vaticano, Grupo de Lima, Parlamento Europeo, Ex Presidentes de IDEA) y demás países y organizaciones, en su determinación de ayudar al pueblo venezolano en su heroica lucha por el rescate de la libertad y aprobar su correspondiente apoyo a las acciones que se deriven de esta Consulta Popular?

7.- ¿Aprueba Ud. exigir a los integrantes de la Fuerza Armada Nacional que, de acuerdo  a la Constitución y las leyes, den su apoyo al proceso y resultado de esta Consulta Popular?

Esta Consulta debemos aprobarla y empujarla todos los venezolanos como ocurrió el 16 de Julio de 2017, porque de otra forma no podría realizarse; y es la manera en que podría constituirse como una herramienta formidable de Resistencia Civil No-Violenta, democrática, pacifica, electoral y constitucional en contra del régimen. Su resultado tendría la fuerza telúrica de un 11 de abril de 2002, cuando el pueblo se expreso de manera contundente logrando la salida de Chávez; y del 16 de abril de 2017 cuando la Comunidad Internacional le dio el espaldarazo a la Asamblea Nacional para cambiar al gobierno y no lo hizo.

Esta solución de lograr que el pueblo venezolano decida ha sido respaldada por los Obispos de la Iglesia Católica en su Exhortación Pastoral de su Asamblea Ordinaria Plenaria realizada el 12 de Enero de 2018, “Dios Consolará a su pueblo”. En este mensaje los Obispos dijeron claramente que ante “Las dificultades de entendimiento cada vez más graves entre el gobierno y la oposición política, a falta de un punto de apoyo común que se respete en la realidad, como debería ser la Constitución vigente, exigen al pueblo que asuma su vocación de ser sujeto social con sus capacidades de realizar iniciativas como, por ejemplo, que la sociedad civil lleve adelante una consulta para señalar el rumbo que quiere dar a la nación como prevé nuestra Carta Magna (Cfr. Art. 71).”. Este apoyo se reitera en la valiente posición pública expresada por Mons. Ovidio Pérez Morales, y cito “Urge, por tanto, que el soberano recobre el ejercicio de su poder y ordene, según el artículo 71 de la Constitución qué hacer en concreto para que no se siga destruyendo el país, sino que se lo enrumbe hacia una convivencia democrática, pluralista, solidaria y productiva. Me adhiero a la propuesta de que se organice en tal sentido una inmediata y genuina consulta (referéndum) al soberano, asegurando su autenticidad y el respeto a sus resultados.”. Hemos manifestado públicamente nuestro respaldo a la posición de Mons. Pérez Morales (ANCO manifiesta su solidaridad y apoyo a Mons. Ovidio Pérez Morales…, en http://ancoficial.blogspot.com/2018/05/anco-manifiesta-su-solidaridad-con-mons.html).

Finalmente, el régimen podría tratar de impedir la Consulta pero habría que ver si las Fuerzas Armadas estarían dispuestas a arremeter en contra de un pueblo que desea expresarse libre y pacíficamente, y más aún con el apoyo de la Iglesia Católica, que ha respaldado públicamente esta propuesta. De realizar esta Consulta no tendríamos que esperar que nos invadan, o una insurrección violenta o un golpe, ni una dimisión, ni mucho menos las elecciones de un CNE corrupto, porque estaríamos actuando proactivamente como una Fuerza Popular unida, pero no unida por los partidos políticos sino por un propósito común. El pueblo soberano decidiría de nuevo el curso de la historia de Venezuela.

Muchísimas gracias…

Caracas, 28 de Mayo de 2018

Twitter:@laguana