Por Luis Manuel Aguana
No es muy difícil imaginar luego de los
sucesos del 5 de Enero que esta crisis parlamentaria haya sido creada
deliberadamente por quienes fueron sus protagonistas principales, la oposición
oficial y el régimen de Nicolás Maduro Moros. Los eventos que siguieron de una
supuesta “división” de la oposición, entre aquellos “opositores” que se
vendieron al régimen, y la otra que sale prístina y sin mácula a reclamar que
fue burlada y expulsada del Parlamento, lucen como una puesta en escena burda
que solo busca reflotar una imagen que ya los venezolanos vemos apagarse
paulatinamente sin dar respuesta clara al cese de la usurpación de Nicolás Maduro
Moros.
La crisis de Venezuela comenzó a girar –de
nuevo- en elegir diputados para la Asamblea Nacional, retrotrayéndonos a
comienzos del 2015, donde las campañas de los partidos le pedían a los
venezolanos que esperáramos un poco más porque a partir de enero de 2016 los diputados
opositores ya electos despacharían al régimen. Y Venezuela les creyó. Los
venezolanos votaron masivamente por la oposición. Y perdieron. Perdimos todos…
Escribí el 7 de Diciembre de 2015
preguntándome si efectivamente había ganado la MUD o había perdido el régimen
(¿Gano la MUD o perdió el gobierno? en https://ticsddhh.blogspot.com/2015/12/gano-la-mud-o-perdio-el-gobierno.html).
Cuatro años después, el régimen ha demostrado que terminaron ganando en los
hechos esa elección. Desde el comienzo el régimen neutralizó la victoria de la
oposición de la elección de la Asamblea Nacional del 6D-2015, así como ha
neutralizado todas las victorias que por una u otra causa han logrado (o les
han dado). El caso de la propia Asamblea Nacional es el mejor ejemplo de que no
hay, ni habrá solución electoral mientras el régimen continúe en el poder.
Pero a mi juicio lo más grave de todo esto es
que a la Comunidad Internacional se le haya vendido la solución electoral que
proponen tanto la oposición y el régimen, insistiendo en que la solución de la crisis
del país pasa por realizar elecciones. Esa es una solución para los partidos
políticos, no para los venezolanos. No se puede entender que en un régimen que
ha secuestrado todos los Poderes Públicos, y especialmente el Poder Electoral,
todavía los partidos de la oposición insistan en vendernos la solución
electoral con un CNE corrupto para terminar con la crisis del país.
Desde hace muchos años hemos insistido que
cualquier solución de la crisis venezolana pasa por la participación de la
Soberanía Popular. Participación ciudadana NO ES LO MISMO QUE ELECCIONES. De
hecho, las elecciones son una forma de participación ciudadana en los asuntos
que nos atañen, y eso va mucho más allá que la escogencia puntual de unos funcionarios
para cargos públicos; y que hasta ahora en aquellos casos que han salido
electos candidatos opositores, el régimen se las ha arreglado para
desconocerlos y encarcelarlos.
Esa participación ciudadana nos ha sido
negada, tanto por el régimen como por su oposición. Los primeros en impedir
abiertamente las convocatorias a Referendos Revocatorios, y los segundos al
silenciar hacia afuera que constitucionalmente los venezolanos podemos ejercer
directamente nuestra soberanía a través de los mecanismos que la misma
Constitución nos garantiza. Es el mismo pueblo el que debe expresar abiertamente
su voluntad en relación al problema que vivimos los venezolanos. Y esa
expresión, debido a la magnitud del problema que atravesamos, no puede ser a
través de elecciones. Esa expresión general solo se puede manifestar a través
de una Consulta Popular llevada a cabo por los ciudadanos, al margen del
secuestro del Poder Electoral. Eso nos lo permite la Constitución a través de
su Artículo 70.
Desde mucho antes de la sentencia del TSJ
Legitimo del 13 de Junio de 2018 que declaró NULO el uso del Sistema
Automatizado para elecciones en Venezuela y ordenó la reestructuración del CNE
y del Registro Electoral, hemos planteado que no se pueden realizar más
elecciones en Venezuela sin haber limpiado el Poder Electoral. Los partidos
políticos de la oposición oficial han ignorado abiertamente esa Sentencia con
el fin de seguir yendo a procesos electorales con el régimen. Eso es inaceptable
para los ciudadanos porque representa la abierta cohabitación que hemos
denunciado una y otra vez, y que ya es del conocimiento de la Comunidad
Internacional.
De allí que debamos dirigirnos directamente a
ellos y hacerles una pregunta fundamental: ¿Qué más podemos hacer los
ciudadanos sino insistir que se nos está conculcando nuestro derecho
establecido en la Constitución de ejercer directamente nuestra Soberanía? Deseamos
denunciar que los representantes de la oposición han interceptado nuestro deseo
constitucional de expresarnos y ejercer nuestra Soberanía a través de los
mecanismos de participación popular establecidos en la Constitución para
decidir el problema de Maduro y su régimen criminal. Sin embargo se ha
silenciado esta solución a la Comunidad Internacional priorizando arreglos
electorales con un régimen que no ha hecho otra cosa que despreciar la voluntad
de los ciudadanos pisoteando la Constitución.
De allí que un grupo de ciudadanos
propongamos al mundo UNA CONSULTA POPULAR que restaure la vigencia de la
Constitución de Venezuela, sin la participación de NINGUNO DE LOS PODERES
SECUESTRADOS POR EL REGIMEN. Son TODOS LOS CIUDADANOS, los investidos y no
investidos de autoridad, los que tienen esa obligación de acuerdo a nuestra
Carta Magna en su Artículo 333. Deseamos decir que no son solo los Diputados,
quienes son funcionarios investidos de autoridad, sino también los millones de
venezolanos quienes sufrimos en carne propia los vejámenes de un régimen
criminal. Es por eso que es OBLIGANTE CONVOCAR a los ciudadanos para que se
manifiesten y decidan qué camino se debe seguir.
Sin embargo, aun teniendo esa prerrogativa
constitucional, muchos todavía se preguntan cómo hacerlo si el régimen tiene
secuestrados todos los poderes. Pues lo primero que debemos preguntarnos es, si
es o no una solución convocar al Soberano Pueblo de Venezuela para que decida,
y si eso efectivamente nos quitaría al régimen de encima, apartando para el
final el como efectivamente “cobraríamos” ese mandato. Es como el conocido
cuento del gato y los ratones, la pregunta no es como se le pone el cascabel al
gato para saber cuando se acerca, sino preguntarnos si el cascabel es
efectivamente una solución o no. Si todos acordamos que eso es una solución, el
siguiente problema a considerar es cómo se le pone el aparato al gato.
Y como tal vez muchos piensen que convocar la
Soberanía Popular no es una solución, comienzo por allí. No existe mayor fuerza
política que un pueblo pronunciándose al unísono frente al mundo acerca de su
destino. Echen una mirada a la historia. Miren a la India de Gandhi y el
empecinado esfuerzo pacífico de su pueblo de echar a los ingleses de su tierra;
miren las concentraciones originadas por el sueño de Martin Luther King y el
resultado de la presión del pueblo de color por los derechos civiles en los
Estados Unidos.
Y sin ir más lejos en tiempo y lugar: miren
el 16 de Julio de 2017 en Venezuela, cuando toda la Comunidad Internacional,
luego de los extraordinarios resultados de esa fiesta cívica, ESPERABA QUE LA
ASAMBLEA NACIONAL invistiera un nuevo Presidente Encargado, respaldado por las
mas de 7,5 Millones de manifestaciones de voluntad expresadas ese día. El
régimen se encontraba TECNICAMENTE CAIDO y los políticos “opositores” NEGOCIARON
esos resultados por unas elecciones regionales. Nunca como antes estuvimos más
cerca de la libertad que el 16 de Julio de 2017 si la oposición oficial no nos
hubiera entregado.
Si la Comunidad Internacional se convence que
la Consulta Popular es igualmente
electoral porque convoca al pueblo, es pacífica y es constitucional como
efectivamente lo es, entonces toda la presión internacional se debe dirigir NO
A UNAS ELECCIONES como pide Maduro o su oposición a la medida, sino A QUE SEA
EL MISMO PUEBLO EL QUE EXPRESE SU PARECER ACERCA DE LA PERMANENCIA O NO DEL
REGIMEN y que esta actúe con la fuerza necesaria y con la autorización de ese
mismo pueblo como resultado de esa consulta, en el caso que el mandato popular
no se cumpla. Asimismo esa consulta debe establecer como debe realizarse la transición
y el mecanismo para escoger ese Gobierno
de Transición, estableciendo finalmente las bases para un proceso electoral
limpio y transparente. Ese Gobierno de Transición tendría entonces el respaldo
popular necesario para ser estable y gobernar uno de los periodos más difíciles
que afrontaremos los venezolanos.
Si todo el mundo se convence de CONSULTAR AL
PUEBLO, como en efecto ya se convenció la Iglesia Católica venezolana, tal y
como lo han expresado sus Obispos en su reciente Conferencia Episcopal,
aparecerán efectivamente los recursos
para realizar la consulta, la organización y la gente para llevarla a cabo,
donde participarían todos los venezolanos que están en Venezuela y en el
exterior.
Los venezolanos requerimos entonces que la
Comunidad Internacional cambie su posición respecto a la solución para
Venezuela y nos ayude a convocar a los venezolanos a expresarnos de acuerdo a
la Constitución EN UNA CONSULTA POPULAR RESTAURADORA DE LA CONSTITUCION. Que
entienda que en Venezuela NO SE PUEDEN HACER ELECCIONES PARA ELEGIR A NADIE
MIENTRAS EL REGIMEN SE ENCUENTRE EN FUNCIONES, Y QUE SUS SANCIONES SEAN PARA OBLIGARLO
A CONTARSE EN TERMINOS PLEBISCITARIOS. Solo así comenzaremos a ver luz al final
del túnel…
Caracas, 17 de Enero de 2020
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana