sábado, 20 de junio de 2020

Entre lo institucional y lo político


Por Luis Manuel Aguana

Hace muchos años hice una comparación sencilla para dar a entender la diferencia entre lo Institucional y lo Político: ¿Cual debe ser la salida de este país ante esta vergonzosa anomia de estos pseudo líderes opositores? ¿Esperar que este liderazgo "madure" para comenzar a resolver realmente-y de manera estructural-, los problemas de la gente? ¿O quedarnos todos tranquilos mirándonos el ombligo? Es como si un carro (lo institucional) se quedara accidentado en una carretera oscura por una falla mecánica y la solución sugerida a los pasajeros para continuar es cambiar al chofer (lo político). Obviamente otro chofer no moverá el carro…” (ver Doce Ejes y un Destino, en https://ticsddhh.blogspot.com/2013/06/doce-ejes-y-un-destino.html).

Pues bien, el enfrentamiento de los partidos políticos en Venezuela en los 40 años previos a 1998, y más de los 20 que llevamos de esta tragedia “socialista” –¡más de 60 años!- ha sido fundamentalmente por tener la oportunidad de manejar el carro o el autobús que mencionaba, y por supuesto quien debería ser el chofer. NADIE se planteó nunca que el autobús –lo institucional- estaba en ruinas y en pésimas condiciones para continuar, ni mucho menos someterlo a urgentes reparaciones (aunque hubo voces que lo gritaron sin ser oídas). Lamentablemente en 1998 los venezolanos intentaron cambiar el chofer –lo político- creyéndose el cuento de un “mecánico” de carretera estafador que envenenó el autobús y lo fundió pocos kilómetros más adelante. Ahora estamos en peores condiciones que antes, con un autobús irreparable y los venezolanos siendo todavía engañados con la ilusión de volver a poner en marcha el autobús si cambiamos el chofer.

El autobús representa las Instituciones del Estado venezolano. De acuerdo al modelo clásico de Instituciones, Sectores y Sistemas,La acción de gobierno no es función administrativa, sino intrínsecamente política, en el sentido más vulgar del arte de lo posible y en el más técnico de asignación autoritaria de prioridades, de acuerdo a la captación por el gobernante de las demandas del grupo gobernado. Se administran Instituciones y se gobiernan sectores…” (1).

¿Qué significa lo anterior? Ya lo mencionaba en el 2012: Hay una frontera bien definida entre administración y gobierno. En otras palabras, que las Instituciones son las responsables de una sana administración de los recursos, constituyendo las células primarias y por tanto, la columna vertebral de la administración del Estado. Son ellas las que realizan la acción del gobierno, es decir, son las que HACEN QUE LAS COSAS PASEN. El trabajo de los políticos es la asignación de prioridades en el marco de una institucionalidad existente. Pero con una institucionalidad carcomida y destruida por la corrupción y dominada por criterios políticos y no técnicos, es imposible, léase bien, imposible, dar servicios o bienes de calidad en el largo plazo (ver La Institucionalidad: ¿Cómo se come eso?, en https://ticsddhh.blogspot.com/2012/01/la-institucionalidad-como-se-come-eso.html).

Es claro que en este momento al no existir Instituciones (porque fueron destruidas completamente por la plaga que nos cayó encima desde 1998), las soluciones que deben plantearse primero deben ser de carácter INSTITUCIONAL para hacer regresar al Estado a un mínimo gobernable. ¿Cuál es el papel de lo político en estas circunstancias? Determinar las prioridades de acuerdo a un modelo Institucional establecido, y al no haberlo, la política venezolana se ha reducido al terreno básico del “quítate tú para ponerme yo”, a como de lugar. Y las soluciones que salen de los políticos abordan el problema de la sustitución del poder desde ese terreno, habida cuenta de la destrucción Institucional del Estado. De allí que las soluciones políticas que presentan traten de imponer rutas de acción fáctica sin asidero institucional alguno. Ese abordaje no es bueno ni malo, es simplemente diferente, y no necesariamente contradictorio, y presenta a nuestro juicio un rechazo internacional que dificulta y alarga la solución del grave problema de los venezolanos.

Desde ANCO hemos apoyado una solución propuesta por un grupo de ciudadanos honorables de la sociedad civil venezolana para el rescate del Estado dentro de los mecanismos establecidos en la Carta de la OEA desde la perspectiva INSTITUCIONAL (ver Respaldo de la solicitud de la Sociedad Civil venezolana a la OEA por una Solución Humanitaria Electoral, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html) a través de un auxilio humanitario que se imponga por la vía pacífica, constitucional y electoral, que restablezca una mínima institucionalidad al país para poder arrancar acto seguido con la esfera de lo político, por la vía de un Gobierno de Transición o una elección Presidencial.  

No voy a señalar aquí de nuevo el grado de destrucción de la Institución electoral venezolana mejor conocida como CNE. Simplemente diré que no es posible usarla para resolver la crisis, como ya es del conocimiento de todo el mundo, y es por eso que solicitamos que se logre imponer la sustitución de sus funciones a través de los Estados miembros de la OEA, y que estos funcionen de manera ad-hoc como árbitros para realizar lo que no se puede garantizar en Venezuela: un proceso electoral limpio, autentico y transparente, ya bien sea para consultarle al pueblo acerca del camino a seguir  a través de una transición o simplemente la elección inmediata de la conducción política que comenzaría a reconstruir toda la Institucionalidad destruida.

No voy tampoco a explicar de nuevo cómo se logra eso con un régimen delincuente que se negaría a permitirlo (ya lo expuse en mi nota anterior, Solución Humanitaria de carácter Electoral, en  https://ticsddhh.blogspot.com/2020/06/solucion-humanitaria-de-caracter.html), pero si señalaré que este camino no es de ninguna manera excluyente a cualquier fórmula que la dirigencia política opositora desee aplicar, porque ambas –la institucional y la política- irían dirigidas exactamente al mismo objetivo: el cambio de la situación política que azota a los venezolanos.

Sin embargo, el hecho de que algunos venezolanos no creamos que NADIE fuera de Venezuela moverá un solo dedo para ayudarnos militarmente si antes no ven que lo hacemos nosotros, no significa que los demás nos quedemos sentados esperando a que algún país se conmueva de nuestra situación, advirtiéndoles al mismo tiempo que el agravamiento de la misma tendrá consecuencias para sus países. Es tremendamente fácil decirles a otros países que hagan lo que tú no puedes o no quieres hacer. Si quienes creen que una acción armada internacional es la solución (que ciertamente lo es si estuvieran trabajando por eso) entonces lo menos que podemos esperar de ellos es que actúen en consecuencia para que los venezolanos podamos evaluar si vale la pena esperar el éxito de esa salida. Cuando Carlos Delgado Chalbaud decidió la vía armada para acabar con la tiranía de Juan Vicente Gómez, se fue a Europa, fletó un barco con armas y tripulación, el famoso “Falke”, y lo hizo. Fracasó en el intento pero lo hizo, no se puso a hablar pendejadas en los diarios de la época, gritando que esa era la solución para salir de Gómez. Esas cosas no se dicen, se hacen. Mientras tanto el resto de nosotros, civiles que no podemos intentar otra cosa que soluciones civiles, no nos podemos quedar esperando porque alguien se anime a empuñar un fusil. Cuando eso ocurra, entonces actualizaremos el cuadro y veremos donde nos ubicamos cada uno ante esa nueva realidad.

Mientras eso no ocurra decidimos no esperar un segundo más y movernos con las herramientas que los ciudadanos poseen porque no tenemos otra cosa. Esta propuesta no es la panacea pero si da un espacio de maniobra a los países de la OEA para decidir por su cuenta sobre el caso venezolano, dado el hecho que la oposición oficial no da señales de dar un paso para resolver el problema de ninguna manera, y no hacer nada agrava aún más la situación.

La respuesta que dio el Presidente del TSJ Legítimo, Miguel Ángel Martin Tortabú a la comunicación que enviamos al Secretario General de la OEA, se circunscribe en esa ruta institucional que buscamos para rescatar el país (ver Presidencia TSJ, Oficio No. TSJ/SP-005-2020, del 18 de Junio de 2020, en https://twitter.com/miguelmartint1/status/1273286422959730688), brindando su pleno respaldo, al solicitar los buenos oficios de la OEA para movilizarse a plantear el asunto solicitado al Consejo Permanente de la OEA, teniendo “en cuenta la legitimidad constitucional de los ciudadanos venezolanos que dirigen esta petición”. En otras palabras, los firmantes somos perfectamente hábiles constitucionalmente para dirigirnos a la Organización de Estados Americanos-OEA y esperar una respuesta.

Este es solo el primer paso de una ruta institucional larga que alude a la participación de todos los venezolanos en la resolución del grave problema del país, en contraposición a una ruta política que se vende como corta pero nadie se anima a concretarla, haciéndose en la desgarradora realidad tremendamente larga. El que crea en eso que siga esperando o se anime a empuñar un fusil. Solo el balance entre lo institucional y lo político definirá que pasará en Venezuela los próximos meses. Mi presentimiento es que los venezolanos terminaremos empujando el autobús porque ya dejamos de creer en que alguno de los choferes que se anuncian lo pondrá en marcha. Si ese es el caso, bien por nosotros…

Caracas, 20 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

[1] Juan Ignacio Jiménez, Política y Administración, Cap. 2. Modelo Tridimensional: Instituciones, Sectores y Sistemas, 1970.

miércoles, 17 de junio de 2020

Solución Humanitaria de carácter Electoral

Por Luis Manuel Aguana

Mucha gente se quedó en el título y no leyó más. Muchas reacciones negativas sin leer el contenido de un comunicado suscrito por personas de la sociedad civil que deseamos una solución pacifica, electoral y constitucional. SI, leyeron bien, ELECTORAL (ver ANCO respalda la solicitud de la SOCIEDAD CIVIL VENEZOLANA al Secretario General de la OEA para la aplicación de una SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL http://ancoficial.blogspot.com/2020/06/comunicado-anco-respaldo-la-solicitud.html). Pero electoral no necesariamente significa con el CNE del régimen, o de las manos de Jorge Rodríguez y la nueva Directiva de un CNE sacada de las mangas del TSJ Ilegitimo de la Av. Baralt. ¿Cuál ha sido fundamentalmente el problema de Venezuela desde el año 2004, año del Referendo Revocatorio de Hugo Chávez? Que el régimen desmontó pieza por pieza desde ese año el único mecanismo de resolución de controversias políticas del que dispone cualquier país del mundo civilizado: un árbitro imparcial, transparente y confiable. Sin eso, lo que les queda a quienes son parte en un conflicto es recurrir al garrote. Y el que lo tiene más grande, gana. En otras palabras la razón de la fuerza, porque la fuerza de la razón de las mayorías fue desmontada. Punto.

Ahora el país en su conjunto clama por ese garrote. Y como ya en el país también se desmontó la única institución que desde nuestra fundación como República era la que ponía orden entre partes en conflicto, las Fuerzas Armadas, entonces quienes quieren una solución al problema político claman por esa fuerza fuera del país. Y no se equivocan, el razonamiento es correcto desde una perspectiva de causa y efecto: como todo se desmontó, entonces alguien de afuera debe venir a arreglar lo que los venezolanos descompusimos.

Desde esa perspectiva, cualquier país del mundo nos ve como gallina que ve sal. Como ya el cáncer de Venezuela ha crecido contaminando a la región, el argumento para solicitar esa “ayuda” de fuerza entonces es “si no se meten, entonces ustedes también sufrirán de lo mismo”. Y no les falta razón a quienes aducen eso. Las cosas llegarán, de continuar el proceso de descomposición política, económica y social, al punto en donde no haya otra cosa que hacer. Para ese momento ya no habrá República y todo el que se meta se llevará una parte. Sí, como lo leen. Porque si llegamos a ese punto, claro que se meterán pero no será para resolver el problema de los venezolanos sino para resolver el suyo propio, porque en ese momento quien tendrá el control será el que tenga los fusiles. Y esos no seremos nosotros.

¿Cómo se puede evitar eso? En la Guerra de Independencia, había alguien que comenzó la guerra, o al menos dio motivos para iniciarla. Y esos fuimos nosotros. Al declararnos como nación independiente de España, se nos vinieron encima los españoles. Los venezolanos al mando supremo del Libertador, condujeron el proceso desde el mismo comienzo. Eso pasaba desde iniciar la guerra, conseguir los reales para pelear en ella, pasando por contratar oficiales extranjeros para que nos ayudaran, hasta sacar al último soldado español de nuestras tierras. Y la cosa dio para libertar 4 naciones más. Mi pregunta desde que comenzó esta confrontación fue: ¿y quién está a cargo para hacer lo que hay que hacer? Si la cosa solo hubiera quedado en una “declaración”, Venezuela todavía fuera una provincia de España.

Ahora bien, cuando salió Juan Guaidó al ruedo todos lo señalamos como el responsable de conducir ese proceso de liberación, para bien o para mal. ¿Ustedes creen que si Guaidó pide ayuda militar a los países que lo reconocieron, para proceder a una intervención militar, estos se la van a dar inmediatamente por arte de magia? Les voy a ahorrar la duda: definitivamente NO. Tendría que conformarse primero un Gabinete de Crisis, con diplomáticos experimentados y Generales institucionales para comenzar país por país a negociar para conseguir que cada uno cambie su posición política, que ya ha expresado en los diferentes foros internacionales: que no quieren una solución militar para Venezuela. ¡Pues claro que no la quieren! Yo tampoco la querría si no veo a ningún venezolano levantando primero una mano para organizarse como lo hizo el Libertador para luchar una Guerra de Independencia para liberar a su país. Y menos aún si encima de eso ven al Presidente que nos representa, ser el portavoz de un grupo de partidos opositores que han dicho abiertamente al mundo que rechazan una solución militar. Entonces, ¿qué hacemos los venezolanos? ¿Insistir tercamente que los países vengan a “liberarnos”? ¿Manifestar frente a la Casa Blanca por eso hasta conseguir que los norteamericanos se animen a poner muertos en nuestro país? (y no es que eso no sirva para demostrar cómo se deteriora Venezuela, pero definitivamente no para conseguir que las cosas cambien). Esa es la receta para agregar 100 años más a los 20 que ya lleva el castro-chavismo-madurismo.

A los venezolanos nos encantan las soluciones inmediatas (¿y a quien no?). “Lo mío que me lo den ya” es parte de nuestro vocabulario. De eso ya he escrito bastante en este blog. Eso es cultural. Todo el mundo en Venezuela desea que le expliquen cómo salir de este complejísimo problema en 240 caracteres de Twitter. Y lamentablemente eso no es posible. Es más fácil pedirle a Guaidó (y no es que lo defienda) que autorice el 187#11, o que “se aplique el TIAR o el R2P” (cosas que están muy, pero muy lejos de su control). Eso si cabe en esos 240 caracteres. Guaidó o ningún político del G4 ni siquiera ha comenzado a considerar nada de eso porque NO TIENEN UN GOBIERNO CON EL QUE CONDUCIR NINGUNA ESTRATEGIA. Y al parecer tampoco pretenden tenerlo. Entonces mal pudiéramos pedirle eso o cualquier otra cosa.

Al estar las cosas así, seguiremos esperando a que el país se halle en una situación de mayor desintegración política con cada día que pasa. Y ese proceso está ocurriendo cada vez más aceleradamente. ¿Qué debemos buscar entonces? Primero no quedarnos tranquilos. Mientras exista vida hay esperanza. Ahora pensamos en el nuevo mantra de “solos no podemos” pero en otra acepción. En este sentido pedirle a los países, como venezolanos dolientes directos de este grave problema, que consideren soluciones en el conjunto de las cosas que ELLOS SI PUEDEN HACER por Venezuela. Es allí donde debe aplicar la creatividad. En otras palabras, no pedirles que pongan sus muertos sino que nos ayuden a potenciar las fortalezas que sí tenemos para resolver la crisis. ¿Y cuál es nuestra mayor fortaleza? Que todo venezolano en el mundo desea terminar esta pesadilla. Y eso es una fuerza telúrica como un terremoto de grado 10. La gran pregunta es ¿cómo hacemos para canalizarla y aplicarla? ¿Cómo nos podrían ayudar desde afuera con eso?

Y es de allí donde surge la SOLUCIÓN HUMANITARIA DE CARACTER ELECTORAL. Solicitarle a los países más cercanos que son los que están en el marco de la OEA (lease implícitamente: NO los que se encuentran en la ONU), y a su Secretario General, Luis Almagro, quien ha sido un adalid en la lucha por nuestra libertad, y que ya se han reunido innumerables veces para tratar el caso venezolano, A QUE ACTÚEN COMO ÁRBITROS , NO COMO INTERVINIENTES EN NUESTRO CONFLICTO, en sustitución de aquel que el régimen destruyó, y lograr con la ayuda de ellos a QUE OCURRA UN EVENTO ELECTORAL completamente conducido por la OEA. Está claro que el grupo de delincuentes que gobierna Venezuela nunca querrá contarse en buena lid y aún menos con un árbitro imparcial. Pero no es a ellos que va dirigida esta solución sino a sus amos los rusos, los chinos y demás países sobre los cuales ellos se sustentan.

Para aquellos escépticos que aun creen que esos países pudieran ignorar una solución como esta, les recuerdo que ellos sí son vertebrados, y están conducidos por políticos que buscan también una solución satisfactoria, y están plenamente conscientes que están utilizando una caterva de delincuentes para su beneficio, y claramente preferirían que esa situación cambie sin dañar sus intereses.

En esta dirección, y solo como un ejemplo, les recuerdo la comunicación que ANCO le dirigió al Presidente de Rusia, Vladimir Putin el 11 de Febrero de 2020 (ver ANCO entrega carta al Presidente de Rusia, Vladimir Putin, en http://ancoficial.blogspot.com/2020/02/comunicado-anco-anco-entrega-carta-para.html) y que hoy es menester hacer público, que fue respondida oficialmente el 25 de Mayo de 2020 a través de su Embajador en Venezuela, Sr. Sergey Melik-Bagdasarov. Allí claramente se indica en nombre del Presidente Putin, que “Rusia ha abogado por el arreglo en Venezuela por los mismos venezolanos” (ver respuesta de la Embajada de Rusia, en https://tinyurl.com/ybwsehce) . Entonces mal podría Rusia como país, oponerse a una solución como la expresada en nuestra propuesta a la OEA, si existiese la suficiente presión regional para que cedan los delincuentes que se sostienen a las expensas de esos países. De la misma manera China y el resto de los países que acompañan al régimen. No estamos diciendo que esto no haya que trabajarlo diplomáticamente, o que la solución esté a la vuelta de la esquina. ¡Claro que hay que trabajarla! Pero es una solución que si está al alcance de esos países y que de buena gana estarían dispuestos a ayudar si contribuimos con ideas que puedan ir en el camino que ellos están dispuestos a transitar.

Definitivamente no hay soluciones mágicas ni inmediatas, así sean de fuerza, para el grave problema que tenemos los venezolanos. Hemos planteado una solución como parte de sociedad civil venezolana. La sociedad civil no le pertenece a ningún grupo, ni ninguno se puede atribuir su representación como un todo. Hay quienes creen en una solución de fuerza. Eso lo respetamos. Lo inaceptable es que se nos condene por creer que existen soluciones que pudieran ser mejores y más expeditas, planteadas en las instancias correspondientes, y haciendo el trabajo que hay que hacer. Nos atacan sin debatir el fondo con argumentos, por la redacción de la carta, o por quienes la firmamos, que tenemos pleno derecho de proponer otra solución. Eso no merece siquiera una respuesta. La solución planteada está dirigida a Venezuela, y solo su Soberanía Popular tendrá en su momento la palabra definitiva.

Caracas, 17 de Junio de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana