Por Luis Manuel Aguana
Me
imagino que al leer la propuesta de la Alianza Nacional Constituyente de
convocar a un Referendo Consultivo para que sea el pueblo soberano quien decida
qué hacer con este país (ver La Solución reside en el Pueblo Soberano, en http://ancoficial.blogspot.co.id/2017/10/la-solucion-reside-en-el-pueblo-soberano.html),
la primera reacción de mucha gente fue: ¿Qué? ¿Otra Consulta? ¿Otra
Constituyente? Dice el refrán popular que “el picado de culebra le tiene miedo
al bejuco”, y es natural que esa sea la primera reacción. Pero cuando uno está
en un laberinto es necesario treparse de alguna manera en algo para poderlo
apreciar desde arriba para saber por dónde salir. Y eso fue lo que hicimos.
En la
Alianza veníamos con un planeamiento claro que le hicimos a todos los sectores
políticos del país: ¡convoquemos al Constituyente a través de los medios que
nos da la Constitución! E impongamos el cumplimiento de lo que dicte el
Soberano a través de toda la presión de calle que sea posible. Por eso si valía
la pena morir en las calles, no para que alguien fuera Gobernador o Presidente.
Si no fuera porque es patético daría risa: el único que escuchó fue el régimen
y lo usó para huir hacia delante, convocando él mismo inconstitucionalmente a
una Constituyente que ahora hasta juramenta Gobernadores de la oposición.
Nadie
nos escucho. Y tal vez era imposible que la gente lo hiciera dado el ruido de
los altavoces que tenían los principales líderes que pedían Referendo Revocatorio
para “sacar a Maduro”. Es claro que nadie podía competir con eso.
¿Constituyente? ¿Unos loquitos pidiendo eso cuando lo que queremos es sacar al
gobierno? En el paroxismo de lo que la gente quiere es muy difícil pensar si lo
inmediato está allí mismito. Así es como el régimen y su oposición nos ha
fastidiado, por no decir lo que corresponde.
Pero,
¿quiénes han salido fastidiados, para seguir con la misma palabra, de toda esta
tragedia que todavía no termina? ¿Los partidos? ¿El régimen? ¿Los lideres
políticos? No. Somos todos los venezolanos. Usted y yo. Los partidos siguen
allí, intentando ver como sobreviven con unas nuevas elecciones de Alcaldes, y
los presupuestos de esas Alcaldías para pagar militancia y mantenerse. ¿Y
nosotros como quedamos allí? Los venezolanos tenemos que seguir calándonos al
régimen con una inflación anualizada que de acuerdo al Fondo Monetario
Internacional se estima cerrará el 2017 en 1.660% (Ver noticia del 4-10-2017,
FMI estima que la inflación cerrará el 2017 en 1.660%, en http://www.finanzasdigital.com/2016/10/fmi-estima-que-inflacion-de-venezuela-cerrara-el-2017-en-1-660/).
Se dice fácil, académico. Pero eso representa que desde ya no ganamos lo
suficiente para comer. Simple. Eso sin contar con el grave problema de las
medicinas y tratamientos que la gente enferma tiene que tomar todos los días y
ya no puede adquirir.
Y como todos
los venezolanos tenemos que comer y los enfermos tomar medicinas todos los
días, no entendemos por cual razón los partidos y sus lideres nos siguen
alargando la agonía indicando tercamente que con otra elección resolvemos este
problema, que como se puede comprender no aguanta otro día. Entonces somos
nosotros quienes tenemos el problema y debemos resolverlo. No
podemos seguir esperando que otro lo resuelva. Pero hay algunos “detalles” que
arreglar antes. Veamos.
Ya el
régimen hizo una Constituyente. Es inconstitucional y a la vez es una realidad
aun cuando no sea reconocida por eso, ni por nosotros ni por la comunidad internacional,
y está allí haciendo cosas que deben ser revocadas al restituir el Estado de
Derecho en el país. Pero el único que puede restituir constitucionalmente ese
entuerto es el pueblo a quien el régimen conculcó ese derecho.
Podríamos
hablar de un golpe de Estado para restituir la legalidad. Pero aquí no se trata
de quien es más fuerte para imponerse. Porque si de eso se tratara el régimen
tendría “la razón”. No es la razón de la fuerza, es la fuerza de la razón, que
es en lo que se fundamentan las naciones civilizadas. Pero lo que si hace –o
debe hacer- la fuerza es respaldar lo legal, lo constitucional, esto es, la
razón.
Parece
un juego de palabras pero no lo es. El hecho que los que tienen en este momento
la fuerza, estén respaldando la “no razón” o lo ilegal e inconstitucional, no
significa que la razón haya desaparecido y deba en algún momento imponerse con
el respaldo de la fuerza, de cualquier fuerza. Por eso es que hay que decir qué
es lo que se debe hacer en base a la razón, a lo legal y constitucional, aun
cuando aquellos a quienes les compete cumplir lo que en razón les toca no lo
hagan.
En base
a lo anterior, en primer lugar concluimos que debe restituirse el derecho
conculcado a los venezolanos de decidir si deseamos o no una Constituyente.
Aquí la Alianza está siendo firme y diáfana: no estamos pidiendo que se haga
constituyente al margen de la voluntad de los venezolanos. Lo que estamos
pidiendo es que el pueblo decida si la quiere, que es una cosa muy diferente. Y
nosotros particularmente la queremos por dos razones muy importantes: 1) iniciar
un verdadero proceso de reconciliación y reencuentro nacional que garantice la
paz y la unidad nacional, discutiendo un nuevo país donde convivir; y 2) darle el mandato a la
Asamblea Nacional Constituyente para ejecutar lo ya decidido por el pueblo en
la Pregunta No. 3 de la Consulta Popular del 16J: renovación de los Poderes
Públicos y nombramiento de un Gobierno de Unión Nacional. De esta manera
constitucional, una nueva Asamblea Nacional Constituyente no se atribuiría un
derecho que solo tiene el pueblo de quitar o poner gobiernos y Poderes
Públicos.
Sin
embargo para poder llegar a ese punto, si queremos resolver este problema
inmediatamente, la Asamblea Nacional de mayoría opositora debe realizar dos
cosas a la brevedad: 1) designar un nuevo Consejo Nacional Electoral,
equitativo y transparente, que garantice Elecciones Auténticas; y 2) utilizar
la mayoría simple que tienen para convocar a un Referendo Consultivo en los
términos que indica el Artículo 71 Constitucional para convocar a ese Referendo
Consultivo con el nuevo CNE. Y cuando hablamos de un CNE equitativo y
transparente que garantice Elecciones Auténticas no nos referimos a cualquier
componenda que ponga ese CNE en manos del régimen sino una composición que le
de confianza a los venezolanos para ir a votar.
Ustedes
dirán, “eso es imposible. El régimen no permitirá un CNE equilibrado”. Pero eso no debería detener a los ciudadanos
diputados de designarlos como lo deben, de la misma forma como designaron a los
Magistrados que ahora despachan desde la sede de la OEA en Washington, DC.
Estoy seguro que habrá venezolanos capaces y decentes que se postulen para
Rectores de un CNE legítimo. Esa es la lucha que los diputados deben seguir
dando a favor del restablecimiento de la libertad y la democracia.
Una vez
nombrados esos nuevos Rectores del CNE, se abrirán los caminos para ese
Referendo Consultivo, si es que la Asamblea Nacional lo aprueba por mayoría
simple. Pero si no lo hace, ni tampoco nombra a un nuevo CNE que nos garantice
equidad y transparencia, elegiremos el camino constitucional para obligar a ese
Referendo Consultivo, recogiendo el 10% de manifestaciones de voluntad, porque
tenemos el derecho constitucional de hacerlo, y mantener esas firmas hasta que
exista un CNE que si garantice nuestra voluntad. Ustedes dirán, ¿y cuándo sería
eso? Y la respuesta sigue siendo la misma, cuando nosotros lo obliguemos
cívicamente en las calles y por todos los medios constitucionales, o como se
hizo el 16J, creando una situación política que ponga de manifiesto cual es la
verdadera voluntad de la mayoría.
¿Estarán dispuestos los Diputados de la
Asamblea Nacional a acompañarnos en esta ruta? Deberían hacerlo si entendieron
el reciente mensaje de Luis Almagro, cuando le impusieron el Premio Francisco
de Miranda en el Instituto Interamericano por la Democracia:“…el contar con un Poder Judicial
independiente es el camino hacia delante. Tener
una Asamblea Nacional constituida de acuerdo a sus poderes constitucionales,
asumiendo sus poderes constitucionales, asumiendo sus responsabilidades
institucionales, porque esa Asamblea Nacional tiene una responsabilidad hoy,
luego de la instalación de la Asamblea Nacional Constituyente, de nombrar un
nuevo Consejo Nacional Electoral”
(ver Luis Almagro en el Instituto Interamericano por la Democracia, https://youtu.be/JBc1_f8CQAQ minuto 8:18).
Si no la asumen, “Dios y la Patria os lo
demandarán…” como dice el juramento que alguna vez hicieron. Aquí no se trata
de quedarnos tranquilos esperando ver si los partidos asumen su responsabilidad,
decidiendo con ello si nos morimos por hambre o por enfermedad. No podemos
esperar más, se trata de nuestra vida. La solución, en consecuencia, está en nosotros…
Caracas, 30 de Octubre de 2017
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana