Por Luis Manuel Aguana
Dos aspectos sobresalen de la
sentencia condenatoria de Nicolás Maduro Moros publicada el lunes 29 de Octubre
por el Tribunal Supremo de Justicia legitimo en el exilio: a) la demostración
fehaciente que Maduro se apropió 35 millones de dólares a favor de su campaña electoral
a la presidencia de la República del año 2013; y b) la ratificación del “vacío
institucional” de poder que existe en Venezuela como consecuencia de eso. A
partir de la publicación de esa sentencia ya es oficial que en Venezuela no
existe un gobierno que pueda ser reconocido como legitimo por nadie en el
mundo.
De la acusación de la Fiscal
General de la República: “NICOLÁS
MADURO solicitó a
Odebrecht una cantidad de dinero para el financiamiento de su campaña, a cambio
del favorecimiento de la empresa en futuros contratos y pagos. Consta que como
producto de esa petición, recibió la cantidad de 35 millones de dólares, los
cuales fueron depositados en cuentas en el extranjero, simulando ser el pago de
acreencias producto de contratos ficticios entre sociedades mercantiles”, vino
la sentencia del TSJ legítimo: “PRIMERO: Del acervo
probatorio incorporado al expediente mediante audiencias orales y públicas, se
encuentra suficientemente comprobado, la comisión de los hechos punibles objeto
del juicio y una relación de causalidad que demuestra fehacientemente la
culpabilidad y la responsabilidad penal de Nicolás Maduro Moros, en la
perpetración de los delitos de Corrupción Propia y Legitimación de Capitales, previstos
y sancionados en los artículos 64 y 35, de la Ley Contra la Corrupción y la Ley
Orgánica contra la Delincuencia Organizada y Financiamiento al Terrorismo,
respectivamente.”. (ver documento de
la sentencia en el Twitter Oficial del TSJ legitimo en, https://twitter.com/TSJ_Legitimo/status/1056859165187076096?s=03, páginas 9 y 149).
Esta sentencia me recordó la que logro Eliot Ness y sus Intocables el 24 de
Octubre de 1931 en contra del gánster Al Capone, quien fuera condenado a 11
años de prisión y 50.000 dólares de multa por fraude fiscal. En otras palabras
a un asesino que aterrorizó la época de la prohibición en los Estados Unidos lo
único que pudieron probarle para mandarlo a prisión fue un fraude fiscal por
centavos.
Y eso es lo que realmente parece esa sentencia de Maduro, luego que después
que los mafiosos del régimen y la constructora brasileña Odebrech estafaran a
la nación por un monto superior a los 35 mil millones de dólares en obras
pagadas y no ejecutadas, 35 millones de dólares ni siquiera llega a la propina
de los mesoneros del festín que se dieron con los reales de los venezolanos. En
otras palabras ¡lo condenaron por haber cobrado aproximadamente el 0,1% de lo
que se llevaron! Mucho menos de la propina de un mesonero en un restaurant. ¡Qué
propina tan miserable!
¿Y lo demás? Porque si Odebrecht cobró sin ejecutar las obras y como mínimo
se repartieron el botín al 50% todavía faltarían `por procesar a quienes se
llevaron no menos de 17,5 mil millones de dólares, solo con el negocio de esa
constructora. Y todo eso sin contar con los Bs. 2.082.116.226.489,15
correspondientes a la Central Hidroeléctrica Tocoma que igualmente cobraron y
no ejecutaron: “La Sala pudo constatar,
los montos cancelados por el Gobierno Nacional a la empresa Odebrecht a través
de experticia contable incorporada por su lectura, de donde se desprende la
obra y la cantidad de dinero cancelada” (ver cuadro de obras y sus montos en
las páginas 138 y 139 de la sentencia).
La lista de obras es dolorosa y explica en buena parte la crisis que
vivimos: La Línea 5 del Metro de Caracas, el Sistema de Transporte Masivo
Caracas-Guarenas-Guatire, Metro Cable de Mariche, Cabletren Bolivariano, El
Sistema Vial III Puente sobre el Rio Orinoco, Puente Cacique Nigale (conocido
como el segundo puente sobre el Lago de Maracaibo), Proyecto para la
recuperación de la pista principal del Aeropuerto de Maiquetía, La Central Hidroeléctrica
de Tocoma, Proyecto Agrario José Ignacio Abreu en Anzoátegui, Metro Cable La
Dolorita, Ferrocarril Caracas-La Guaira-Guatire. Todas esas obras se pagaron
sin construirse causando un daño colateral impresionante: “…se generaron importantes pasivos
laborales, miles quedaron sin empleo o subempleados, y gran parte del aparato
productivo (proveedores de materiales, equipos, insumos, materia prima, etc.)
que creció a la par de estos proyectos fallidos, vieron frustradas sus
posibilidades de crecimiento y de operatividad, atestando un importante golpe a
las oportunidades de desarrollo económico del país” (página 139).
Me atrevería a decir que era negocio pagarle a Nicolás Maduro Moros ese
0,1% de propina si se hubiera asegurado que Odebrecht concluyera esas obras a
favor de la Nación. ¡Creo que los venezolanos se los hubiéramos pagado con
gusto! Pero ese es precisamente el problema. Ponemos en las manos de cualquiera
y sin control una incalculable riqueza y esperamos cándidamente que no se las
robe y que las aplique a favor del colectivo. Y sin haber aprendido nada se
pretende de nuevo hacer exactamente lo mismo con otra elección de presidente
después de la caída de este sátrapa, sin plantearse una discusión constituyente
del sistema político y cambiar las reglas constitucionales que le entregan todo
ese poder al Presidente de la República. Por eso, al igual que Capone, a Maduro
tuvieron que condenarlo por centavos, aunque fuera más que valido para sacarlo
de la Presidencia de la República.
Pero en donde realmente reside la importancia de ese documento es en la
formalización de la Falta Absoluta del Presidente de la Republica. 35 millones
de dólares son un regalo que justifica su salida por todo el daño que
comparativamente le ha hecho a Venezuela y que justifica oficialmente el
nombramiento inmediato de un Gobierno de Emergencia Nacional.
Ya la Asamblea Nacional no se puede esconder detrás de su Consultoría
Jurídica alegando que no existía sentencia firme. Pues desde el lunes 29 de
Octubre de 2018 ya la hay. Ya los partidos de la Directiva de la Asamblea
Nacional no pueden seguir alegando que Nicolás Maduro Moros es Presidente hasta
el 10 de Enero de 2019. No. Ya no era Presidente desde el 9 de Enero de 2017, y
al ellos no realizar el procedimiento constitucional para sustituirlo dejaron
el caso en el limbo institucional. Y ya a partir de hoy oficialmente no es
Presidente sino un reo con sentencia de cárcel. Ya los gobiernos de todo el
mundo deben desconocerlo.
Pues ahora llego la hora de nombrar otro Presidente ahora porque quien
ocupa el cargo en Miraflores debe ser detenido y trasladado a Ramo Verde para
cumplir una condena por corrupción propia y legitimación de capitales, de
acuerdo a esa sentencia. Y aquí no vale el hecho de que a Maduro no lo
detengan. Esa es la responsabilidad de los cuerpos de seguridad del Estado,
allá ellos con su responsabilidad. Y a todo el mundo le corresponde cumplir su
parte de responsabilidad. A la Asamblea le toca nombrar un nuevo Presidente. Y
si ellos no lo hacen por las razones que sean, el mismo Alto Tribunal que
emitió esa sentencia tendrá la obligación de decidir entonces en el marco de
los Artículos 333 y 350 constitucionales. Llegó la hora de las grandes
decisiones para todo el mundo. Llegó la hora de llenar un vacío de poder que
nos concedió una pequeña propina de 35 millones de dólares…
Caracas, 30 de
Octubre de 2018
Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana