domingo, 6 de septiembre de 2020

Supervivencia grancolombiana

Por Luis Manuel Aguana

Describí la situación política de finales de 1824 en la República creada por el Libertador, la Gran Colombia, antes de la separación de los países hermanos, Colombia y Venezuela (ver Una solución grancolombiana, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/12/una-solucion-grancolombiana.html). Tal vez esto haya que repetirlo muchas veces dada la delicada situación política de la Venezuela de 2020. La corriente principal de los partidos políticos apuntaba a echar para atrás la independencia –¡aunque ustedes no lo crean!- queriendo regresarse a España; la segunda corriente impulsaba una federación entre la Nueva Granada y Venezuela; y la minoría todavía apoyaban el proyecto grancolombiano de El Libertador. Lo que finalmente prevaleció fue la separación de nuestros países, como la solución política que se albergaba en los corazones de Páez y Santander. Nadie daba un centavo por el proyecto grandioso de Bolívar, y por lo que luchó hasta su muerte en Santa Marta.

Tal vez si se le hubiera preguntado a la unión grancolombiana que pensaban ellos que se debía hacer después de tanta sangre derramada, las cosas podrían haber sido diferentes. Creo que si hubiera sido posible consultarle al pueblo esa separación, mucha gente se hubiera preguntado si era más fácil o mas difícil reconstruir toda una nación destruida por una guerra, unidos o separados, y el resultado hubiera sido sorprendente. Tal vez se les pudo vender a los grancolombianos en ese momento que más prometedor era un futuro unido. Pues bien, los políticos de ese entonces decidieron la cosa con la sangre derramada de ambos pueblos durante los años de la Independencia. No había otra forma de hacerlo en esa época, y el resto es historia.

Las presentes generaciones de venezolanos y colombianos tienen la gran ventaja de una historia común. De aprender de los errores que hemos cometido por separado para no cometerlos cada uno de su lado. Se ha dicho en Colombia que hasta que se resuelva el problema de Venezuela no se resuelve el problema en Colombia. Hoy puedo añadirle a eso la afirmación al revés: hasta que se resuelva el problema en Colombia, los venezolanos no veremos una solución definitiva del problema en Venezuela. Me atreví a decir en esa nota que el tamaño de la crisis que padecemos requiere de un genio como el de El Libertador, quien definitivamente era nuestro factor unitario, y que entre ambos países debemos formular una solución conjunta para realizar lo que sea necesario para desmontar la mafia delincuencial y terrorista que abate a nuestras naciones. Que aunque ambas naciones políticamente se hayan separado en 1830, los problemas siguen siendo comunes en diferentes escalas y requieren de soluciones concertadas, aprendiendo cada uno de los errores que comete el otro.

En atención a lo anterior, los colombianos cometieron nuestro error al cambiar su sistema electoral, aceptando en su legislación la figura del llamado voto electrónico en el año 2004, mediante la Ley 892 del Congreso de Colombia. En el año 2011, el Congreso colombiano aprobó la Ley Estatutaria 1475, que reafirmó el error del voto electrónico, e introduciendo el componente de identificación biométrica en el sistema electoral, abriendo la misma caja de pandora que se abrió en Venezuela con las famosas “captahuellas”.

Aun sin todavía ser implementado en su totalidad el voto electrónico, el partido Centro Democrático propone la implementación del “voto virtual para que los ciudadanos puedan prescindir del voto presencial”, llevando un sistema no probado al siguiente nivel de peligrosidad (ver nota de Alberto López Núñez en El Nacional, Un error suicida, https://www.elnacional.com/opinion/un-error-suicida/).

Tal y como menciona Alberto López Núñez en su excelente nota, a instancias de mi querido y desaparecido amigo grancolombiano Antonio Nicolás Briceño, presenté el 20 de Diciembre de 2013 a varias personalidades de la política colombiana los peligros que enfrentaba la democracia en su país con una legislación que establecía el voto electrónico en Colombia, indicándoles que estaban a tiempo de modificar las leyes que lo habían introducido, explicándoles como se desarrolló esa trampa en Venezuela, donde la eliminación del escrutinio manual por una verificación estadística por ley había sido la clave para llevar al cementerio la voluntad de los venezolanos. Desafortunadamente al parecer no me expliqué bien o no les transmití a los políticos colombianos, con la suficiente claridad, la gravedad y la importancia que tenia abordar este cáncer en sus primeras etapas en el cuerpo institucional de Colombia, al punto que parlamentarios del partido Centro Democrático están proponiendo la aprobación de una variante del mismo cáncer.

En Venezuela Hugo Chávez Frías pudo avanzar lo que avanzó en la destrucción sistemática de la institucionalidad democrática porque contó con una herramienta demoledora a partir del momento en que los venezolanos en las calles lo habíamos obligado a ir a un Referendo Revocatorio: un sistema electrónico para fabricar votos,  puesto al servicio de los intereses del castrocomunismo internacional, y construido especialmente para hacerlos perpetuar en el gobierno a partir del año 2004. Plantear la sofisticación de esa implementación en Colombia es cometer suicidio, como bien titula su artículo Alberto López Núñez. Y alguien se los tiene que repetir, como en efecto aquí lo hago, y en especial al partido del principal enemigo de los comunistas en Colombia, el ex Presidente Álvaro Uribe Vélez.

Desde esa época en Venezuela hemos avanzado en nuestra lucha por derogar esta maquinaria electoral del régimen, hasta aun después de la tiranía, y aunque no hayamos cambiado todavía el sistema electoral, si hemos logrado poner de manifiesto al mundo que es necesario ese cambio inmediatamente luego de recuperar la democracia y la libertad. Se han realizado esfuerzos de divulgación para alertar a los países acerca de este cáncer de laboratorio construido para penetrar las democracias del continente.

Les invito a ver una extraordinaria muestra de la investigación que se ha hecho de esta enfermedad con casos evidentes de fraude electoral cometidos utilizando medios electrónicos en Venezuela, Ecuador, Bolivia y Filipinas, en el video “Dangerous Connections, a story behind the electronic vote” (ver en español en https://youtu.be/MTeSO8wjJVc), algunos de los cuales tienen un protagonista común: la empresa Smartmatic, engendro creado por el régimen de Hugo Chávez y que ha logrado colarse en varios países latinoamericanos, incluyendo sospechosamente a Colombia. Este video forma parte de una serie documental realizada por Guillermo Salas, abanderado de esta lucha por el restablecimiento de un sistema electoral justo, auténtico y transparente en Venezuela. Vista la magnitud de esta plaga, sorprendentemente todavía desconocida por muchos políticos latinoamericanos, hemos tenido que abrir esta lucha más allá de nuestras fronteras.

Un avance fundamental logrado el 13 de Junio de 2018 para Venezuela fue la sentencia del Tribunal Supremo de Justicia Legítimo en el exilio, que declaró “NULO E INAPLICABLE a partir de esta fecha el uso de del SISTEMA AUTOMATIZADO DE VOTACION Y ESCRUTINIO para la elección de cargos de representación popular de los poderes públicos, así como para la celebración de referendos, en los términos señalados en el artículo 295.5 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela” (ver Sentencia completa en https://ticsddhh.blogspot.com/2018/06/tribunal-supremo-de-justicia-declara.html).

Consideramos histórica ésta Sentencia, producto del esfuerzo de luchadores por un sistema electoral auténtico en Venezuela y a quienes me honra acompañar, y donde destaca la figura de la Dra. Adriana Vigilanza García, su principal promotora. Esta pieza jurídica es enseñanza de aplicación inmediata para cualquier país latinoamericano que desee conocer como enfrentar los daños que el voto electrónico ha provocado en Venezuela, y como muestra de lo que se puede y se debe hacer, aun cuando este mal haya comenzado a introducirse en la institucionalidad de nuestras naciones. Recomiendo encarecidamente a los legisladores colombianos leerla y proceder a invalidar a la mayor brevedad posible el voto electrónico en su legislación mientras tengan la posibilidad de hacerlo.

Si en su próximo proceso electoral presidencial, Colombia cae en las manos del castro-comunismo internacional como consecuencia de estos haberse apoderado de su sistema electoral, Venezuela sufrirá las consecuencias, aun cuando para ese momento nos hayamos desembarazado del régimen de Nicolás Maduro Moros. Y tanto si lo hayamos hecho o no, si los colombianos no derogan el voto electrónico de su sistema electoral, correremos en Venezuela el peligro permanente de agravar nuestra propia situación con los embates continuados de los elementos de la izquierda internacional que pretenden apoderarse del poder por la vía de un voto manipulado en Colombia por medios electrónicos. Nunca como en el pasado nuestro destino estuvo más cercano. Procedamos entonces, si ya no tenemos la unidad político-territorial que creo para nosotros El Libertador, por lo menos si a tener un criterio común de supervivencia grancolombiana. Al menos eso le debemos al Padre de nuestras Patrias…

Caracas, 6 de Septiembre de 2020

Email: luismanuel.aguana@gmail.com
Twitter:@laguana

1 comentario:

  1. Es muy cierto la corrupción es un factor que nunca se podrá erradicar porque los valores no se fomentan desde pequeños,la corrupción ha impedido que se respeten los derechos y libertades de los individuos.

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