martes, 23 de febrero de 2021

Un Pacto de la Sociedad Civil

Por Luis Manuel Aguana

English versión

 

“El triunfo no es definitivo, el fracaso no es fatal.

Lo que cuenta es el valor para seguir adelante…”

Sir Winston Churchill

Para el momento de publicar mi última nota no había sido publicado por ANCO el texto completo oficial y definitivo del Pacto para el Restablecimiento Constitucional (ver texto completo del Pacto en https://ancoficial.blogspot.com/2021/02/comunicado-anco-acta-que-contiene-el.html) por lo cual solo hice al final una referencia breve del importante llamado que habían realizado los ex integrantes del Comité Organizador de la Consulta Popular, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el Ing. Enrique Colmenares Finol, a las organizaciones civiles en Venezuela y el mundo, para acompañar un Pacto para la Activación del Artículo 333 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela para el Restablecimiento Constitucional y a formalizar en toda Venezuela la unión de las organizaciones de la Sociedad Civil a través de un esfuerzo organizativo coordinado para el Restablecimiento Constitucional y la Reafirmación de la Soberanía Popular.

Y esto es de una trascendencia tan importante que amerita dedicar especialmente unas líneas a explicar la importancia de este nuevo Pacto político que se le presenta al país, y que en el actual momento de crisis profunda que vivimos en Venezuela, considero de una dimensión histórica de igual o mayor relevancia que el que se formalizó en la Quinta “Punto Fijo” por los forjadores de la democracia que nació después del Congreso Constituyente de 1961, a pesar de que el Pacto de Punto Fijo se haya establecido inmediatamente después de caer la dictadura de Pérez Jiménez y no antes.

Y es por este preciso detalle que es tan importante la propuesta de un Pacto de la Sociedad Civil porque los venezolanos tendremos que ganarnos la libertad de nuestro país palmo a palmo. “¡Que el pueblo decida!” no es un mero deseo ni una afirmación hueca de ANCO para el cierre de nuestros comunicados. Estamos empeñados en hacerla valer en toda su extensión desde que asumimos el compromiso y emprendimos la jornada, de convocar al Poder Constituyente Originario para cambiar las bases de la institucionalidad política de este país, destino por el que continuamos trabajando. La Consulta Popular es un hito de esta larga jornada, y muy necesario para empoderar a los venezolanos y dar el paso siguiente para hacer valer el mandato que nació de ese acto de soberanía.

El Artículo 333 Constitucional nos impone del deber a todos los venezolanos, los investidos y no investidos de autoridad, “de colaborar en el restablecimiento” de la vigencia efectiva de la Constitución. Pero la Constitución no precisa –ni es su misión- cómo se realizará esa tarea mayúscula, por lo que requerimos de un procedimiento de restablecimiento constitucional. Y de eso es lo que trata ese nuevo Pacto que propone ANCO a los venezolanos.

El Pacto establece el compromiso ineludible de los venezolanos de restablecer el funcionamiento de todos los poderes Públicos y de la Fuerza Armada Nacional, y reparar la lesión sufrida por la Soberanía Nacional debido al “… no acatamiento del resultado electoral del 6 de diciembre de 2015; la autorización por parte del Tribunal Supremo de Justicia del proceso constituyente sin convocatoria popular; la inobservancia de los resultados vinculantes de la Consulta Popular realizada el 16 de julio de 2017; y, el incumplimiento tanto por la Asamblea Nacional Legitima como por los usurpadores del Poder Público de los mandatos vinculantes de la Consulta Popular celebrada el 12 de diciembre de 2020”. En otras palabras, la desviación provocada por los poderes usurpados debido a la inobservancia de la Constitución por el régimen de Nicolás Maduro Moros y de aquellos que desde el régimen y grupos políticos de la oposición oficial, aun se niegan a reconocer los resultados vinculantes de la Consulta Popular celebrada del 7 al 12 de Diciembre de 2020.

Es por eso que los ciudadanos empoderados de un mandato emanado de esa Consulta Popular decidimos a través de este Pacto “Reagrupar y unificar las fuerzas político-ciudadanas que adversan al régimen y procuran su salida del poder, activando la resistencia civil y pacífica a la que tenemos derecho…”. Y así reagrupados, “…instar a la sociedad civil organizada, de conformidad con lo establecido en el artículo 326 de la vigente Magna Carta, a cumplir su rol de corresponsabilidad en el cumplimiento y preservación de los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, promoción y conservación ambiental y afirmación de los derechos humanos, así como la satisfacción progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos…”. De ese compromiso se derivan acciones concretas que deben ser ejecutadas de una manera organizada por todos los sectores que tienen la corresponsabilidad de asistir a la seguridad de la Nación.

En virtud de esta realidad incontestable ANCO ha tomado la iniciativa de promover un Pacto para sumar esfuerzos en la conformación de una organización de carácter Nacional con representación a nivel Estadal, Municipal y Parroquial, con presencia internacional, que asuma la responsabilidad de acciones concretas de todos aquellos que en la sociedad civil concuerden con este Pacto para el Restablecimiento Constitucional y Reafirmación de la Soberanía Popular. Las acciones que se deriven de la unión de los diferentes sectores convocados establecidos en el Artículo 326 Constitucional (económico, social, político, cultural, geográfico, ambiental y militar) serán la clave capaz de hacer desplazar al régimen de Nicolás Maduro Moros.

Un Pacto de la Sociedad Civil de la naturaleza del planteado que pueda ser el protagonista de la salida del régimen de Nicolás Maduro sería absolutamente mucho más estable y sentaría las bases de una gobernabilidad absoluta del país posterior a la caída del régimen porque todos los sectores involucrados estarían comprometidos a restablecer el orden Constitucional, garantizando la seguridad de la Nación.

Mientras más nos tardemos en sumar, el régimen seguirá en su ruta de destrucción del país. Mientras más nos tardemos en construir una fuerza coherente imposible de parar, el régimen continuara en el poder. Nótese que aquí no estamos prometiendo que el régimen caerá mañana porque firmamos un Pacto para continuar. Lo que decimos es que si no tenemos esa fuerza ni la promesa de hacernos más fuertes a través de una estructura de acción coherente, no lo haremos caer. Por eso suscribo en todas sus letras a Sir Winston Churchill en una cita que describe este esfuerzo y que encabeza esta nota: “El triunfo no es definitivo, el fracaso no es fatal. Lo que cuenta es el valor para seguir adelante…”. Nunca nadie estuvo tan acertado…

Caracas, 23 de Febrero de 2021

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viernes, 19 de febrero de 2021

El océano de la Sociedad Civil

Por Luis Manuel Aguana

English version

Desde que un prócer del chavismo originario pregunto: “¿La sociedad civil? ¿Cómo se come eso?” han habido múltiples intentos de organizar de alguna manera a esa masa informe de ciudadanos que en una comprobada mayoría sumamos millones en contra del régimen de Nicolás Maduro Moros en el reclamo por el regreso del Estado de Derecho a Venezuela. Nadie en particular puede atribuirse tal representación.

La sociedad civil en Venezuela es, y supongo que así será igualmente en otras partes del mundo, un océano de especies diferentes cuya diversidad es precisamente la que la hace rica en matices, representando cada aspecto de la vida en comunidad. Nadie puede organizar esa diversidad ni mucho menos atribuirse ninguna representación de ella. A lo más que se puede llegar es a sumar voluntades a favor de una causa común en aquellos que puedan parecerse, pero la experiencia nos dice que ni aun así. Lo que queda es que si algún grupo u organización logra el milagro de sumar mayores voluntades a favor de una causa que los anime a todos, la experiencia indica que se hará más fuerte y será capaz de influir en los demás en ese gran océano. 

Y al igual que los peces en el océano, será cada vez más difícil que pueda ser engullido por otros peces más pequeños, e incluso por otras especies. Pero es claro que la causa de esa organización debe ser objetiva y clara. No puede dejar lugar a dudas de ninguna naturaleza y lo más importante: que sea una aspiración que nos convoque a todos. Y eso no es fácil de conseguir.

La organización de la sociedad civil a la que pertenezco, ANCO, comenzó como un sentimiento de cambio de los venezolanos de las regiones de Venezuela. El grito de un país olvidado que reclama y sigue reclamando un lugar en la toma de decisiones de un sistema construido del centro hacia la periferia, donde toda la estructura de poder y de reparto se encuentra bajo el control de quien le ponga las manos a Miraflores. Y como finalmente eso lo lograron unos delincuentes, terroristas y narcotraficantes, la ruina de Venezuela se hizo más evidente y palpable. 

Nuestra causa es la autonomía regional en todos los sentidos, política, económica, territorial, judicial, institucional, con la construcción de un nuevo Pacto federal donde el verdadero poder resida en el ciudadano, como la base fundamental de la pirámide institucional. Eso es un planteamiento de fondo, no de forma. Nuestro Gran Cambio propuesto reside allí. Aquí no hay cargos que buscar hasta que ese cambio se logre. Los cargos que buscaremos –si es que lo hacemos- serán aquellos que los mismos ciudadanos puedan controlar cuando exista un sistema que proteja lo que es de todos hasta el nivel más bajo de la pirámide del Estado.

Fuimos proponentes fundamentales de la Consulta Popular porque creemos en que el Depositario de la Soberanía tenía y tiene mucho que decir y decidir en relación a la tragedia que nos afecta directamente. Los partidos políticos han desdeñado y aun desdeñan la opinión del pueblo en los asuntos que le conciernen, por encima de lo dispuesto en la Constitución de 1999, que es por cierto lo único de lo que disponemos los venezolanos para defendernos del narco régimen. Cuando podamos cambiarla lo haremos para una mucho mejor, pero por ahora usaremos esa. 

Las figuras más visibles de ANCO, la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el Ing. Enrique Colmenares Finol, hicieron un llamado (ver ANCO Oficial en  https://ancoficial.blogspot.com/2021/02/blanca-rosa-marmol-de-leon-casi-siete.html y https://ancoficial.blogspot.com/2021/02/ing-enrique-colmenares-finol-solo-la.html) a ese océano de la Sociedad Civil en nombre de un fenecido Comité Organizador de la Consulta Popular designado por la Asamblea Nacional, con el fin de insistir en que la obra que comenzó con ese acto cívico monumental realizado con mucho esfuerzo en todo el mundo del 7 al 12 de Diciembre de 2020 solo está comenzando, y que debe transformarse en un movimiento cívico de grandes magnitudes a los fines de ser capaz de desplazar al régimen con la organización adecuada en todo el país. Todos los que participamos en ese esfuerzo de la Consulta Popular, y ellos en especial tenemos la autoridad moral de hacer ese planteamiento.

Pero ese llamado no es de ninguna manera fácil, porque en primer lugar ni ellos ni nosotros representamos a la Sociedad Civil en su conjunto pero si a un sentimiento de cambio profundo que tenemos en toda Venezuela de que las cosas sean diferentes. Solo somos una organización en ese océano descrito pero que tiene la pretensión de crecer para convertirse en un sentimiento indetenible y que todos nos acompañen en ese Gran Cambio que le hemos propuesto al país (ver El Gran Cambio, una propuesta para el país que queremos, en https://ancoficial.blogspot.com/2021/01/comunicado-anco-el-gran-cambio-una.html).

Durante ese llamado al país, los ex integrantes del Comité Organizador de la Consulta Popular solicitaron el apoyo de las organizaciones civiles en Venezuela y el mundo a acompañar un Pacto para la Activación del Artículo 333 de la Constitución de la Republica Bolivariana de Venezuela para el Restablecimiento Constitucional y a formalizar en toda Venezuela la unión de las organizaciones de la Sociedad Civil a través de un esfuerzo organizativo coordinado para el Restablecimiento Constitucional y la Reafirmación de la Soberanía Popular.

Este paso es determinante para lo que viene ahora en Venezuela, donde se desaparecieron los partidos y aparecieron unas organizaciones cohabitantes que en lugar de enfrentar al narco régimen, ahora nos piden acudir a unas elecciones de Gobernadores y Alcaldes sin que haya cambiado absolutamente nada desde el 20 de Mayo de 2018 y el 6 de Diciembre de 2020. Unos políticos que terminaron de venderse al régimen porque ya no tienen nada que ofrecerle al pueblo venezolano que no sea su cara para ser electos en unos cargos que ellos mismos saben que no servirán para bajarle absolutamente nada al sufrimiento del pueblo venezolano.

Solo quedamos nosotros en la Sociedad Civil y todas las organizaciones que la componemos. Dimos el paso de proponerles una fórmula para seguir juntos y hacer cumplir el mandato de un pueblo que creemos que todavía no ha perdido la esperanza. Hagamos organizadamente de ese océano un tsunami que socave las bases del régimen hasta que caiga. Solo eso nos queda por hacer…

Caracas, 19 de Febrero de 2021 

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lunes, 15 de febrero de 2021

Las implicaciones de un mandato

Por Luis Manuel Aguana

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Ha sido muy difícil explicar la trascendencia de la expresión ciudadana ocurrida del 7 al 12 de Diciembre de 2020. Mas que el mero nombre al que quieren reducirla para apartarla del camino aquellos que tienen intereses diferentes a los del pueblo venezolano, la Consulta Popular representa el deseo y a la vez el mandato de un pueblo, dirigido a todos los venezolanos, pero en especial a quienes dicen ser sus representantes políticos. Decir despectivamente “la consulta no sirvió para nada” no solo desconoce el fondo mismo de la expresión democrática de un pueblo sino de las consecuencias que esa expresión tiene en una sociedad que desea vivir en democracia.

Cuando decimos que los poderes tienen su fuente principal en el voto de los ciudadanos, es porque cuando le ponemos un termómetro a la voluntad del pueblo y medimos su expresión, de los resultados de tal medición decidimos quienes conducirán el destino de todos al darles el poder para que tomen decisiones por nuestra cuenta. Es exactamente lo mismo cuando decidimos asuntos al consultárselos a los ciudadanos. El pueblo decide. Ese es el principio de la democracia.

Los venezolanos decidimos vivir en democracia a pesar que quienes conducen el país lo han sometido por encima de eso y por la fuerza de las armas. Pero aun cuando eso sea así por la fuerza de los hechos, la razón sigue asistiéndonos a quienes creemos que son las mayorías quienes deciden, Y esas decisiones no se borran porque alguien tenga un fusil para evitarlo. Los primeros que debemos estar convencidos de eso somos los demócratas, los que creemos en el principio democrático.

Si la voluntad de los venezolanos en su mayoría se manifestó en una Consulta Popular, convocada de acuerdo lo establecido en la Constitución, de exigir que Maduro y su régimen deben abandonar el poder para que se puedan producir elecciones libres, transparentes y verificables, mal podría nadie que se llame a si mismo demócrata llamar a algún proceso electoral antes de que esa misma voluntad sea satisfecha. Esa es una lógica irrefutable.

Sin embargo los enemigos de la Consulta Popular, que por cierto en su gran mayoría no se hallan en la acera del régimen sino de la “oposición”, siguen insistiendo en que la Consulta “no sirvió para nada” porque el régimen de Nicolás Maduro Moros no se derrumbó al día siguiente de producidos los resultados. Pues bien, los venezolanos deben entender que si seguimos la lógica detrás de estos resultados, NO ES POSIBLE para nadie convocar a ninguna elección después del 12 de Diciembre de 2020 antes de que el régimen abandone el poder, siendo este es el primer resultado de la Consulta Popular. Y quienes lo hagan son cómplices del régimen de Nicolás Maduro Moros.

Lo anterior hace ilegitima la convocatoria que los factores políticos del régimen y su oposición están haciéndole engañosamente a los venezolanos. Ya groseramente existen listas de candidatos a Gobernadores haciendo caso omiso a lo expresado por los venezolanos en Diciembre como si eso no hubiera pasado. ¡Cuidado con eso! Les puede pasar lo mismo que a Maduro el 20 de Mayo de 2018 y 6 de Diciembre de 2020. Desconoceremos cualquier proceso electoral que se produzca con Maduro en el poder, al margen del mandato de la Consulta Popular.

Este primer resultado (o más bien consecuencia) de la Consulta Popular inhabilita CUALQUIER negociación nacional e internacional que conduzca a elecciones con el régimen en funciones de gobierno, y que de realizarse tales negociaciones la primera condición para sentarse con nadie debe ser que Maduro y su régimen se aparten del poder, en obediencia estricta a la voluntad que el pueblo expresó del 7 al 12 de Diciembre de 2020. De esto DEBERÍA estar informada la Comunidad Internacional, y en especial la Unión Europea y su Grupo de Contacto, quienes están solicitando de nuevo otra ronda de conversaciones con miras a producir elecciones con el régimen de Nicolás Maduro Moros. Y como sabemos que los partidos políticos están en eso en el exterior desde ya estamos solicitando la presencia de una representación reconocida y calificada de la Sociedad Civil en cualquier posible negociación que se pueda iniciar, con intermediación de la Comunidad Internacional, al margen de ese mandato del pueblo venezolano.

El otro resultado de la Consulta Popular, aun sin que nadie haga absolutamente nada después de expresada la voluntad popular del 7 al 12 de Diciembre de 2020, es la decisión del pueblo de que CUALQUIER venezolano tiene la suprema autorización (y digo SUPREMA porque viene de la autoridad más alta en cualquier democracia) de gestionar lo que sea necesario para proteger a los venezolanos de los crímenes de Lesa Humanidad y detener los desafueros del régimen.

Y esto es perfectamente lógico. No solo los políticos tienen esa responsabilidad sino cualquier venezolano consciente, investido o no de autoridad, como lo dice el Artículo 333 Constitucional. Si alguien tiene por cualquier circunstancia el poder para mover lo que sea necesario afuera para socorrer a los millones de venezolanos que están pasando necesidad en nuestro país, el pueblo decidió darle el poder para gestionar lo necesario para hacerlo. Desde una pequeña protesta cívica hasta una invasión militar si así lo creen conveniente. De allí que aquellos que creen que esta última puede ser una solución al problema tienen desde el 12 de Diciembre la autorización constitucional del pueblo venezolano. Basta de pedírselo por las redes sociales a Guaidó o a cualquiera; ya pueden moverse ustedes mismos concretamente para lograrlo porque ya cuentan con el mandato del único que puede autorizar semejante cosa. Y esto no es retórico.

Y para aquellos que apunten que estoy convocando a desatar la violencia en Venezuela, desde ya les digo que se equivocan. Sólo les ilumino acerca de las posibles implicaciones y repercusiones de lo que determinó el pueblo venezolano con la Consulta Popular e ilustrarlos de que lo resuelto del 7 al 12 de Diciembre de 2020 no es una mera declaración sin implicaciones. Es la determinación del pueblo venezolano de llegar hasta las últimas consecuencias solo por ese mandato.

Alguien siempre saldrá argumentando: “pero esa Consulta Popular no es vinculante”, como ya lo esgrimió la misma Asamblea Nacional de 2017 cuando destempladamente decidió no acatar el mandato del pueblo el 16 de julio de ese año. A esos les digo que terminen de entender el carácter participativo de la Constitución de 1999, donde se modificó la esencia del Articulo 5 (Articulo 4 de la anterior de 1961) que explica como se ejerce la Soberanía a partir de 1999: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley...”, y la forma prevista en la constitución, específicamente en el Artículo 70, es el siguiente: “Son medios de participación y protagonismo del pueblo en ejercicio de su soberanía, en lo político: la elección de cargos públicos, el referendo, la consulta popular...”. Entonces los venezolanos ejerciendo nuestra Soberanía decidimos lo expresado en las 3 preguntas de la Consulta Popular realizada del 7 al 12 de Diciembre de 2020.

Todo lo arriba señalado va en el sentido de ilustrarle a mis estimados lectores que desde ya esa Consulta Popular está operando sin que hayamos todavía movido un dedo en hacer efectivo en la práctica el mandato que de ella emana, mas allá de exigir su respeto y cumplimiento e informar de ella a todo el mundo. Eso vendrá en algún momento que no tengo porque explicar. Solo aquellos que si estamos dispuestos a hacerlo cumplir debemos ahora estar pensando en los diferentes mecanismos concretos para el desplazamiento del régimen en concordancia con el mandato emanado por la Consulta Popular. Algunos lo estamos pensando de manera pacífica y constitucional. Otros tal vez no tanto. Pero lo importante es que ya existe el instrumento constitucional y el mandato supremo del pueblo venezolano, con todas sus implicaciones. Quedará de parte de cada uno de nosotros hacer que se cumpla…

Caracas, 15 de Febrero de 2021

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jueves, 11 de febrero de 2021

La interpelación de Blanca Rosa

Por Luis Manuel Aguana

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Es increíble la tenacidad con la cual los enemigos pasados y todavía presentes de la Consulta Popular aun la cuestionan, incluso luego de haber obtenido los resultados por todos conocidos, que no son de ninguna manera nuestros como promotores, sino del pueblo venezolano. Cuando leí la nueva invitación que hacía el periodista José Domingo Blanco, Mingo, a un debate entre el Dr. José Vicente Haro y la Dra. Blanca Rosa Mármol, de nuevo me dije “otra interpelación a la Dra.”, pero esta vez con un sesgo definitivo de claro ataque al proceso ocurrido del 7 al 12 de Diciembre de 2020 al convocarla con este sugestivo título “¿De qué sirvió la Consulta si no hubo Interinato? (ver Por todos los Medios, en https://twitter.com/ptlmedios/status/1359535194227814400 y programa completo en https://youtu.be/1QXdw3PxgMw).

¿Y porque digo ataque? Porque esa Consulta no fue convocada por Juan Guaidó (ya lo hemos repetido hasta el cansancio, y en mi caso en este blog) sino a propuesta de la Sociedad Civil, de nosotros en ANCO, y acogida por el Presidente Encargado. Que los partidos políticos intentaran  desviarla –como lo hicieron- hacia sus intereses grupales es otra cosa. Y desde adentro lo peleamos y lo arreglamos con ellos. Y eso ocurrió porque consideramos que no es suficiente con decir desde afuera que hay que salir de Maduro sino que hay que meterse en el problema del país, ensuciarse las manos y pelearlo como se debe. Y esto se hizo, al punto que dos personajes de indudable calificación moral e intelectual, como lo son la Dra. Blanca Rosa Mármol de León y el Ing. Enrique Colmenares Finol, prestaran sus nombres para representar a la Sociedad Civil en un proceso convocado de nuevo por los partidos desacreditados de la Asamblea Nacional, arriesgando sus nombres y reputación personales.

Tal vez hubiera comprado la primera parte de la pregunta “¿De qué sirvió la Consulta?” aunque esa pregunta también la hemos respondido. Al menos yo lo he hecho en este medio (ver Una Patente de Corso o de qué sirvió la Consulta Popular, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/01/una-patente-de-corso-o-de-que-sirvio-la.html). Pero al parecer eso no ha sido suficiente para quienes insisten que el problema está en la Consulta y no en quienes fuimos investidos por la Soberanía Popular precisamente por el resultado de ella, para hacer algo concreto en relación con la salida de Nicolás Maduro Moros del poder. Los que quieren que vengan los cañones de la Comunidad Internacional más bien deberían darnos las gracias porque con ese resultado tienen la patente para hacerlo mañana mismo si lo desean, con o sin el Artículo 187.11. Pero eso, como cualquier otra solución, HAY QUE TRABAJARLA para hacerla realidad. Por eso era necesario que el pueblo de Venezuela se pronunciara para hacerlo, y esa patente la conseguimos para todo el mundo con la ayuda del pueblo venezolano.

Me sorprendió la mención de mi nombre en el mencionado programa en un tono recriminatorio de parte de Mingo, dando a entender mi poca tolerancia a la crítica porque inmediatamente respondo, como efectivamente si lo hice en la única nota –hasta ahora- que le he dedicado a sus titulares (ver Una propuesta ingenua, https://ticsddhh.blogspot.com/2020/06/una-propuesta-ingenua.html) donde también hice referencia a lo sesgado del título de la invitación a su programa. Incluso hasta me disculpé en esa nota porque reaccioné al titular antes de oír el programa, haciéndolo con una anécdota de mi desaparecida hija periodista, con la idea de dar una explicación cercana porque considero a Mingo además de amigo, un periodista serio que entendería mi punto. Lamento que no haya sido asi.

En esta oportunidad siguió sin gustarme el titular pero le di el beneficio de la duda hasta oír el programa de hoy, lo que lamentablemente reafirmó la razón que tuve al escribir la nota en referencia. Llevar a la Dra. Mármol a esa interpelación no resolvía el fondo del problema porque el problema NO ES ni ha sido nunca la Consulta Popular, que a estas alturas ya pasó, sino lo que haremos con sus resultados como bien lo indicaron los muchos oyentes del programa. El debate discurrió en la mayor parte en si lo que hicimos fue válido o no, o si ayudó o no a Guaidó, o si Guaidó es legitimo o no. ¡Por favor! La Consulta Popular NUNCA tuvo que ver NADA con el Gobierno Encargado sino con un PRONUNCIAMIENTO ABSOLUTAMENTE NECESARIO Y CONSTITUCIONAL del pueblo para realizar las acciones para salir del régimen.

La insistencia vana de la aprobación del Artículo 187.11 no solo del Dr. José Vicente Haro sino de medio país que pide eso, no resolvía ni resolverá el fondo del problema porque para realizar cualquier intervención militar por razones humanitarias ¡ningún país necesita permiso! Los policías en cualquier lugar del mundo no necesitan permiso para entrar a un lugar si ven que adentro se comete un crimen. ¡El problema no es el permiso sino lograr que los policías se decidan a moverse! Y eso en el caso del R2P lo decide el Consejo de Seguridad de la ONU.

El R2P, del que por cierto se habló por primera vez a la opinión pública venezolana hace justo 2 años en el programa Por Todos los Medios, el 7 de Febrero de 2019 (ver El R2P o porqué la ayuda humanitaria si puede entrar a Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2019/02/el-r2p-o-porque-la-ayuda-humanitaria-si.html), puede ser una solución si hacemos nuestro trabajo fuera del país. Y cuando digo “nuestro” es el de los venezolanos, llámense políticos o no. O como ahora decimos, INVESTIDOS Y NO INVESTIDOS DE AUTORIDAD. En este momento estamos buscando maneras de que se nos escuche internacionalmente como legítimos representantes de la Sociedad Civil PORQUE 6,4 MILLONES DE VENEZOLANOS nos pronunciamos a favor de la exigencia de que Maduro abandone el poder para luego hacer elecciones. Y eso pesa en la Comunidad Internacional.

Estamos exigiéndole al Presidente Encargado que reconozca y haga reconocer a los países del continente y fuera de él que los venezolanos NOS PRONUNCIAMOS en Diciembre a favor del Cese de la Usurpación ANTES DE CUALQUIER PROCESO ELECTORAL CON MADURO EN EL PODER. Eso fue una decisión que tomó el pueblo venezolano en esa Consulta Popular que tanto le disgusta a mucha gente y que resultará ser EL UNICO OBSTACULO para que los políticos no nos metan otra elección con Maduro en Miraflores.

Insistir que Juan Guaidó no es Presidente Encargado solo abona a que Maduro siga existiendo y es un tiro que nos estamos dando en el pié. El problema NO ES JURIDICO, ES POLITICO. La Comunidad Internacional, comenzando por los Estados Unidos y seguido por el Parlamento Europeo, RECONOCIERON A GUAIDO no por razones jurídicas sino porque los demócratas venezolanos no podíamos quedarnos sin representación política y ellos sin interlocutores frente a este régimen de delincuentes. ¿¿¿Cuándo lo van a terminar de entender??? Después que salgamos del régimen veremos qué hacemos con Guaidó porque luego tenemos que rehacer la institucionalidad de la representación política del país.

Finalmente una explicación obligada. No escribo esta nota a instancias de la Dra. Mármol de León. Quienes la conocen saben de su integridad hasta para eso, ni la escribo en defensa de ella sino a favor de que se logre entender la situación en la que nos encontramos con la Consulta Popular. Para mayor explicación de lo que haremos, al menos desde mi perspectiva, pueden revisar la última nota en este blog que fue una intervención que hice en un Foro Chat en Nueva Esparta (ver Un Gran Cambio para el desarrollo de Venezuela, en https://ticsddhh.blogspot.com/2021/02/un-gran-cambio-para-el-desarrollo-de.html) y las respuestas que di a los participantes de ese Foro (ver Presentación El Gran Cambio – Respuestas a los participantes, en https://youtu.be/sxNJAdCNWHM) que creo que son más determinantes. Solo aspiro en esas modestas respuestas poderle bajar la ansiedad a quienes aun desean seguir interpelando a la Dra. Blanca Rosa Mármol de León con preguntas que ya han sido respondidas… 

Caracas, 11 de Febrero de 2021

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sábado, 6 de febrero de 2021

Un Gran Cambio para el desarrollo de Venezuela

Por Luis Manuel Aguana

 

Intervención en el Foro-Chat “El Gran Cambio”, organizado por ANCO Nueva Esparta en fecha 5 de Febrero de 2021

Buenas tardes,

Mi agradecimiento por la generosa invitación de la Coordinación de ANCO del Estado Nueva Esparta y a todos quienes nos acompañan hoy. Muchos de ustedes se estarán preguntando cual es el objeto de estar hablando de otra cosa que no sean las acciones directas para remover al régimen del poder, como lo está pidiendo gran parte de la opinión que se mueve por las redes sociales como consecuencia del mandato de la Consulta Popular. Y mi respuesta es la siguiente: DE LO QUE HABLAREMOS HOY ES PRECISAMENTE LA PRINCIPAL ACCION QUE DEBEMOS ESTAR DESARROLLANDO EN TODO EL PAIS PARA EL LOGRO DE ESE OBJETIVO porque explica la razón principal por la cual queremos a los delincuentes del régimen fuera del poder.

Y esa explicación no va en el sentido de tratar de resolver lo inmediato lo que ya han destruido y colocar a Venezuela en una posición de ser un país “normal” de nuevo. NO. Cualquier plan de gobierno estándar que se aplique después de la caída del régimen conseguirá eso, siempre y cuando no sea socialista. Lo que pretendo explicar esta tarde va más allá de eso. Va en el sentido de lo que debemos ir haciendo desde ahora para que ocurra esa caída como parte de un desarrollo ulterior de mucha mayor magnitud, y que dependiendo de que tanto se haya comprendido en términos ciudadanos, no solo evitara que la tragedia que vivimos se vuelva a repetir, como ocurrió en Nicaragua y está ocurriendo en Bolivia y Ecuador, sino que nos dará la base ciudadana para encontrar las respuestas organizadas para el problema que tenemos ahora mismo.

Sería un lugar común decirles que en Venezuela todo tiene que cambiar, en especial el manejo de lo que se dice de todos y que ha terminado históricamente en manos de pocos. Hace muchos años hice una comparación sencilla para dar a entender la diferencia entre lo Institucional y lo Político. Decía en ese entonces: “¿Cual debe ser la salida de este país ante esta vergonzosa anomia de estos pseudo líderes opositores? ¿Esperar que este liderazgo "madure" para comenzar a resolver realmente-y de manera estructural-, los problemas de la gente? ¿O quedarnos todos tranquilos mirándonos el ombligo? Es como si un carro (lo institucional) se quedara accidentado en una carretera oscura por una falla mecánica y la solución sugerida a los pasajeros para continuar es cambiar al chofer (lo político). Obviamente otro chofer no moverá el carro…” (ver Doce Ejes y un Destino, en tinyurl.com/4vhvftgo) .

Pues bien, el enfrentamiento de los partidos políticos en Venezuela en los 40 años previos a 1998, y más de los 20 que llevamos de esta tragedia socialista, se ha tratado fundamentalmente por tener la oportunidad de manejar el carro o el autobús que mencionaba, y por supuesto quien debería ser el chofer. NADIE se planteó nunca que el autobús –lo institucional- estaba en ruinas y en pésimas condiciones para continuar, ni mucho menos someterlo a urgentes reparaciones, aun cuando hubo hubo voces que lo gritaron sin ser oídas. Lamentablemente en 1998 los venezolanos cambiaron el chofer, insistiendo en lo político, creyéndose el cuento de un mecánico de carretera estafador que envenenó el autobús y lo fundió pocos kilómetros más adelante. Ahora estamos en las peores condiciones jamás pensadas, con un autobús inservible y los venezolanos todavía siendo engañados con la ilusión de volver a poner en marcha el autobús si cambiamos el chofer. Esa fantasía debe detenerse ahora mismo para que se pueda avanzar en la solución del problema.

Muchas de las cosas que estoy diciendo aquí ya las he repetido y publicado en mi blog a lo largo de muchos años de intentar vender un cambio que sin duda hay que hacerle a ese autobús. Pero me he convencido que eso no servirá de nada si la gente no entiende un concepto fundamental: EL CONCEPTO DE CIUDADANIA. ¿De qué vale una explicación muy teórica y conceptual del problema pero con implicaciones muy graves en la práctica, si la gente aun sigue persiguiendo los espejitos electorales de los políticos, como borregos de unos zorros disfrazados?

En el siglo XIX, una vez alcanzada la liberación del territorio que ahora lleva el nombre de Bolivia, El Libertador, consciente de que el esfuerzo de la libertad era inútil sin educación, envió a su propio maestro, Don Simón Rodríguez, para organizar la enseñanza en esa nueva República. El Maestro Rodríguez sostenía una tesis, a mi juicio muy avanzada, tanto para su época como para la nuestra, según la cual es una contradicción desear Repúblicas sin  republicanos. Decía el Maestro Rodríguez citado por Arturo Uslar Pietri: “el que nada sabe, cualquiera lo engaña, el que nada tiene, cualquiera lo compra”. En las múltiples enseñanzas que Uslar Pietri nos legó, afirmaba que en esta tesis de Simón Rodríguez, “se trataba de enseñar para que nadie pudiera engañar a otro y de darle una base productiva para que nadie pudiera comprarlo, para que fuera un ciudadano” (ver Arturo Uslar Pietri, Serie en video “Simón Rodríguez” en Youtube, Partes 1, 2, y 3: https://youtu.be/uKEE7qCOox4, https://youtu.be/9AgJbztyRgY, https://youtu.be/2ExSCFfHMe4).

De acuerdo a esa enseñanza, una primera aproximación conceptual del ciudadano sería aquel que no puede ser engañado porque tiene una educación, ni tampoco puede ser comprado porque tiene una base productiva que lo impediría, basada en esa misma educación. Paradójicamente, si en el siglo XIX un planteamiento como ese pudo haber sido ambicioso y fracasar, pero deberíamos preguntarnos porque todavía fracasa en pleno siglo XXI.

Sostengo firmemente que es imposible someter a un pueblo culto consciente de sus derechos. Por esa razón los países con indicadores altos en materia educativa disponen de gobiernos respetuosos de los derechos humanos y disfrutan de altos grados de desarrollo social y económico.

Si la base de nuestro Pacto Social fundamental, la Constitución, está estructurada de forma tal que sea el Estado quien distribuya (esto es, el Estado benefactor), quien decida cuanto y en qué forma darle a los ciudadanos su parte del reparto de la renta del país, conceptualmente estamos partiendo del sitio equivocado. Eso nos condiciona en el Pacto a que hay alguien que da y otro que recibe, independientemente de las porciones que se repartan. Ese esquema condiciona y genera de por si la lucha por el poder de quienes buscan repartir en su propio beneficio. En otras palabras, buscan conducir el autobús, independientemente si este está estructuralmente dañado. Un esquema como ese es tóxico y destructivo en el largo plazo para cualquier sociedad. Nosotros somos la prueba viviente de eso.

No se plantea en nuestra Constitución que sean los ciudadanos los que deban trabajar para el sostenimiento de las Instituciones del Estado. No existe la capacidad ciudadana para manejar los impuestos y la discrecionalidad política, administrativa y financiera necesaria para resolver su diario vivir y su calidad de vida.

Y al no ser eso así, queda en las manos de quien reparte proveer el bienestar ciudadano, y de allí comienza la feroz lucha de los factores políticos para alcanzar las posiciones de Poder que les permitan ejercer la administración del Estado, pervirtiendo el objeto fundamental de su propia razón de ser, que no es otro que el de proveer bienestar y calidad de vida a los ciudadanos, generando corrupción y elites corruptas.

El Municipio, unidad básica y fundamental del territorio que reúne bajo su seno a las comunidades agrupadas en ciudades, en la actualidad dependen para sus necesidades más elementales del auxilio financiero del Estado. La organización que nos hemos dado a través de ese Pacto Social distorsionado en su esencia, desde hace varias Constituciones venezolanas, aún reparte la renta del país hasta en un 20% a todos los Estados y Municipios, a través de una figura jurídica denominada Situado Constitucional (Artículo 167.4 Constitucional). De ese 20%, los Municipios han recibido históricamente a su vez un 20%, quedándole al Estado regional el 80% restante de ese 20%. Es un Pacto absurdo donde los ciudadanos reciben la menor parte y solo gana quien reparte, que se queda con el 80%, tanto a nivel Nacional como a nivel Estadal.

En otras palabras, el Municipio, el lugar donde viven las personas, donde desarrollan sus actividades, su trabajo, su recreación, se educan y educan a sus hijos y conviven, recibe la parte más ínfima en el reparto, quedando al arbitrio de una entidad superior, “El Estado”, la buena o mala administración de la parte más grande. Los impuestos nacionales como el IVA, no se regresan a ellos en la misma proporción, así como tampoco los impuestos de transacciones inmobiliarias, y aquellos provenientes de los Registros y Notarías de documentos. De esta manera, en ninguna parte de Venezuela los ciudadanos disfrutan de los impuestos que ellos mismos generan, quedando estos a la discrecionalidad de quien conduzca el Estado, y de su buena o mala administración, y no de los ciudadanos que los producen. Eso no ocurre en ningún lugar del mundo. El sistema esta pervertido en su esencia.

¿Puede ser ese un esquema viable? ¿Cómo pueden las personas consustanciarse con sus problemas y sus soluciones en las ciudades cuando no está en ellas el poder resolverlos? ¿Qué interés puede tener un ciudadano de resolver el mismo sus problemas? En pocas palabras, ¿cómo puede alguien ejercer su ciudadanía, si de entrada esta cercenada su capacidad de ejercerla? El sistema que tenemos no está diseñado para hacer ciudadanos sino habitantes, o peor aún, borregos sin criterio que deben ser conducidos al matadero de quien tiene el poder.

Tenemos entonces ciudades repletas de personas -habitantes- esperando que “alguien” resuelva que las calles están rotas, que llegue el agua, que funcione el servicio eléctrico, que haya trabajo, y pare usted de contar. Con las complejidades de hoy, los problemas se han multiplicado exponencialmente y es imposible para pocas personas, aun teniendo los recursos, poder administrarlos eficiente y oportunamente para las grandes mayorías. Y cuando los recursos son escasos esa tarea es virtualmente imposible.

Entonces debemos empezar por el principio: volver al ciudadano. Plantearnos que un sistema que se base en que alguien lejos del propio ciudadano pueda resolver los problemas y necesidades mejor que aquellos que habitan en sus propias comunidades, es un sistema que debe ser sustituido por otro que efectivamente esté consustanciado con los problemas de la gente. Pero que ese nuevo sistema le entregue no solo el poder político sino también los recursos y las responsabilidades, a fin de que las comunidades puedan hacer contraloría y seguimiento cercano.

Y de esto es lo que trata El Gran Cambio (ver documento oficial en https://tinyurl.com/4px9rdy6). Estamos proponiendo reordenar las funciones que deben estar en cada nivel de la pirámide del Estado, dándole el poder y los recursos para que se ejerzan y administren lo más cerca posible del ciudadano y este tenga la responsabilidad cercana de su cuido y custodia. De esta manera invertimos la pirámide actual del poder. Esto evidentemente traería cambios profundos en las relaciones de los representantes políticos con el ciudadano que a partir de ese momento sería el sujeto activo y no pasivo de la política del país. Por supuesto eso conllevaría a un reordenamiento territorial para poder administrar más eficientemente el poder y los recursos. Eso está contenido parcialmente en el documento que publicamos recientemente, porque todavía hay mucho por desarrollar.

Ahora bien, construir ciudadanía no es fácil en un ambiente donde todo el mundo pide que le resuelvan los problemas, como ha sido la costumbre hasta el sol de hoy en Venezuela. Cuando desde ANCO impulsamos la Consulta Popular sabíamos que ese mandato ordenado por los venezolanos de expulsar al régimen del poder lo focalizarían hacia nuestra organización cuando efectivamente está en cada uno de nosotros la responsabilidad fundamental de hacerlo cumplir. Después de esa Consulta vamos a tener que convertirnos forzosamente en ciudadanos. Vamos a tener que comenzar organizándonos en todos los Estados de Venezuela para examinar en cada región que cosa está en nuestras manos poder hacer para que el mandato se cumpla. Y se asombrarían de lo que podríamos hacer si nos lo proponemos entre todos organizadamente. En otras palabras, ejerciendo nuestra ciudadanía. Eso fue lo que primero hicimos entre todos con la Consulta Popular pero ustedes no se dieron cuenta. Pero ahora lo haremos de una manera consciente.

Cada Estado tiene sus propias potencialidades para impulsar cualquier cambio en el “status quo”, ya bien sea para salir del régimen o para desarrollar su propia región integralmente de acuerdo a esas potencialidades. Y eso solo lo saben sus propios ciudadanos, nadie más. Solo ustedes pueden responder cual es el peso específico que tiene el aporte de su Estado para que el sistema actual del régimen se siga sosteniendo. Algunos tendrán mayor o menor incidencia en eso, de la misma forma en identificar cuales cosas deberían hacerse en su Estado para elevar sustancialmente la calidad de vida si existiera un marco institucional que se los permitiera. Ambas son tareas que desde ahora se deberían estar preguntando a ustedes mismos para comenzar a investigar, pero teniendo en cuenta de que se tiene la conciencia ciudadana de actuar coordinadamente en el marco de un compartimiento estanco de una totalidad que se organiza nacionalmente para eso.

A la pregunta del qué podemos hacer para hacer cumplir el mandato de la Consulta Popular y salir del régimen, la respuesta se encuentra en ustedes mismos, en cada Estado del país. Y luego de eso, en las acciones coordinadas entre todos desde la perspectiva nacional. Si en este momento yo tuviera una respuesta a esa pregunta, no la diría. Y tampoco la deberían decir ustedes en los Estados. Cada uno deberá organizarse para hacer efectiva la liberación. Y esa conciencia ciudadana deberá manifestarse organizadamente, cada uno accionando desde su propia realidad. De otra manera los venezolanos seguirán esperando indefinidamente que “alguien” aparezca de la nada y resuelva el problema. Si logramos entre todos las acciones concretas y coordinadas para hacer cumplir el mandato y salir del régimen, mucho más sencillo será lograr ejecutar aquellas necesarias para realizar los cambios que hacen falta para alcanzar el país que queremos en el marco de El Gran Cambio que proponemos.

Cada Estado deberá comenzar desde ya a discutir su propio modelo de desarrollo regional en el marco de esa propuesta conceptual. Y los integrantes de ANCO en cada Estado comenzar a abriles la mente a sus ciudadanos de esa posible nueva realidad. Esa propuesta no excluye a nadie y define una ruta clara de acción ciudadana para cambiar verdaderamente a Venezuela. Comencemos ya porque vamos retrasados…

Muchísimas gracias,

Caracas, 6 de Febrero de 2021

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