Por Luis Manuel Aguana
“El opresor no sería tan fuerte si no tuviese cómplices entre los propios
oprimidos”
Simone de Beauvoir
La renuncia de la vicepresidente de la Comisión Nacional de Primarias (CNP) dice mucho más de lo que no dice, más aún viniendo de una persona formada como Ingeniero de Información de una universidad tecnológica (Universidad Tecnológica del Centro, UNITEC) (ver El Político, Renuncia de la vicepresidenta de la Comisión Nacional de Primaria, María Carolina Uzcátegui, en https://tinyurl.com/2w3d9hh9).
Los técnicos tenemos ciertamente una deformación profesional: queremos que las cosas estén en su lugar antes de comprometernos en algo. Y si el compromiso es del tamaño generado por las expectativas de la población de elegir a la persona que efectivamente tenga los votos de los opositores venezolanos para hacerle frente al régimen, no podemos equivocarnos en demandar de nuestros mandantes lo que sea necesario exigir para que se cumpla efectivamente lo que técnicamente se requiera para tener el éxito esperado.
Hay dos caras importantes a considerar en la misiva de renuncia de la Ing. Uzcátegui, la técnica y la política.
En la cara técnica cabe resaltar la confesión según la cual, “Hoy, no están dadas las condiciones técnicas y logísticas para que el proceso de primaria sea una consulta amplia y al alcance de la mayoría de los venezolanos independientemente de su estrato social. La meta establecida sobre el número de centros de votación no ha podido ser alcanzada y luce cuesta arriba dado los tiempos del cronograma. El tratamiento que se ha dado a los votantes en el exterior no ha sido sincero, pues no se cuenta con las capacidades necesarias para atender a una diáspora que, en su mayoría, no podrá participar en el proceso electoral del 2024 gracias a la política sistemática de exclusión sostenida en los últimos años por parte del Gobierno Nacional. No existen las garantas necesarias, con el proceso de voto manual, para que los resultados que se desprendan de esta consulta sean un fiel reflejo de la voluntad de los venezolanos con deseo de participar” (resaltado nuestro).
En algún momento destacamos en este blog la importancia de los aspectos técnicos y logísticos necesarios para llevar el voto a la mayor cantidad de opositores, y más aún cuando se trata de que ninguno de esos aspectos se pueden llevar a cabo sin dinero. Hoy los venezolanos deberíamos saber, al menos de modo general, como se va a llevar a cabo ese proceso de cara al país opositor, incluyendo los procedimientos de participación de la sociedad civil, como por ejemplo en las mesas electorales, cuantos centros se habilitarán y donde –tanto dentro como fuera del país-, y en especial cuando se anunció la realización de un voto manual que exige la masiva participación de la gente. Todo esto sin contar con cuál Registro Electoral se trabajará para esas elecciones primarias.
Si se desea que el país opositor participe en ese proceso, lo más lógico es que desde mucho antes se haya iniciado una campaña de llamado para la articulación de todo aquel que desee participar desde la sociedad civil, porque tal y como lo han vendido, las primarias no solo convocan a los partidos políticos sino a todo el país opositor dentro y fuera de Venezuela. Y esa ha sido la historia lamentable de la participación ciudadana con los partidos, cada uno de ellos queriendo tomar un pedazo de una torta que no existe y que más bien hay que trabajarla para que todos podamos comer. Eso ya lo vivimos en la Consulta Popular de 2020.
La gravedad de la afirmación de la insinceridad con la cual se ha conducido el proceso para los venezolanos de la diáspora dice mucho de cómo se concibió esa participación en primer lugar. El Reglamento para la participación de electores venezolanos en el exterior en la elección primaria de 2023, aprobado el 6 de mayo de 2023 por la CNP, indica en su Artículo 4 lo siguiente: “Podrán votar en la elección Primaria en el exterior en alguna de las ciudades o localidades que a tal fin disponga la Comisión Nacional de Primaria, de conformidad con este Reglamento, los venezolanos ya inscritos en el Registro Electoral del CNE para votar en el exterior y los que, estando o no en dicho Registro, actualicen sus datos para votar en dichas ciudades o localidades”. Eso ya pone un límite al número de electores venezolanos porque eso no incluye a los millones que migraron del país y que jamás pudieron inscribirse en el exterior porque el régimen elimino desde hace años esa posibilidad. Entonces, ¿a que jugaba la CNP desde un comienzo? ¿A trabajar con el régimen? ¿Se dio cuenta de eso ahora la Ing. Uzcátegui?
Por otro lado, los partidos no se mueven, al verse perdedores ante una opción que luce claramente vencedora. De allí a que definitivamente se retirara la candidatura de Manuel Rosales y otras vean el proceso como gallina que ve sal. No juegan a que gane el país. Y eso nos lleva a la siguiente cara de la renuncia de la Ing. Uzcátegui, la política:
“Me duele asumir que este proceso de primara está siendo utilizado por intereses que, lejos de creer en la fortaleza del proceso democrático electoral, hoy juegan a enrumbamos por proyectos personales y no colectivos”….“Mi llamado es a los candidatos participantes en el proceso, depongan los intereses individuales y partidistas que lejos de fortalecer la primaria, la han fracturado. Es momento de pensar en el país y en la gente, en los mecanismos que nos permitan fortalecer el voto como instrumento para alcanzar los cambios sociales, políticos y económicos demandados por la mayoría del pueblo venezolano” (resaltado nuestro).
Me extraña que una persona de esa posición no haya pensado en eso antes de asumir una responsabilidad como esa. Los partidos de la oposición oficial no están interesados en lo que Venezuela gane, sino en lo que ellos ganen. Lamentablemente es así. Pero en una pelea donde se decidirá la legitimidad de una tiranía ante la Comunidad Internacional, cualquiera podría pensar que dejarán de lado eso y trabajarían juntos por el país. Craso error, y es lamentable que los venezolanos lo vean escrito en blanco y negro de las manos de una protagonista de la historia que ojalá sea que haya sido utilizada como tantos otros de buena fe, a los fines de la perpetuación del régimen.
Pero hay algo más grave que subyace en la renuncia de la Ing. Uzcátegui: que sean los mismos opositores los que estén implosionando a la CNP desde adentro antes que el régimen se haga cargo y asuma el costo político, nacional pero aun más internacional, que eso conlleva. ¿Será eso lo que está pasando? Debe estar lista la sentencia del TSJ de Maduro para darle un hachazo a la cabeza de la CNP pero prefieren que sea ella misma la que haga los honores, como “chacumbele” que el mismito se mató. De esa manera, todos los interesados quedarán contentos. ¡Cuánta razón tenía Simone de Beauvoir…!
Caracas, 27 de Julio de 2023
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