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martes, 22 de mayo de 2018

Una abstención sin dueño

Por Luis Manuel Aguana

No me cansaré de citar a Leoncio Martínez “Leo”, en su editorial del semanario “Fantoches” del 26 de septiembre de 1936 titulado “El significado de las Masas Populares” (ver la reproducción de ese histórico editorial en http://ticsddhh.blogspot.com/2011/06/el-significado-de-las-masas-populares.html) cuando se intenta dar explicaciones del comportamiento de las masas populares, y en especial lo que sucedió en las elecciones presidenciales del 20 de Mayo.

Escribía el inmortal “Leo”: Con frecuencia los dirigentes de masas son simplemente amanuenses de los dictados populares, instrumentos empleados por la conciencia pública, en quienes el pueblo aprovecha la cualidad técnica de saber hablar o de saber escribir o de saber proyectar. Diríase que muchas veces el líder es algo así como el eje de transmisión que moviliza todas la piezas de un taller, pero que no sería capar de animar todo aquel mecanismo si no estuviera motorizado por el impulso de un único generador de energías”. (subrayado nuestro)

¿Se podría decir que el pueblo no votó en dictadura el domingo 20 de Mayo, animado por algún liderazgo movilizador de “todas las piezas de un taller”, que generara toda la energía capaz de producir lo que paso ese día? Sin duda que no. Cada persona actuó en conciencia de acuerdo a una situación que consideraba hostil para su propia vida, no porque algún “dirigente” político lo convenciera de hacerlo de una forma o de otra. Cada venezolano actuó según su propia conciencia, todos, chavistas-maduristas y opositores, incluso aquellos que valientemente no se dejaron extorsionar por comida.

Pero luego prosigue Leoncio Martínez con un concepto que evidenciaba su profundo conocimiento de la realidad política venezolana y que todavía, aún siendo vigente, no es cabalmente comprendido por la clase política a pesar de haber pasado 80 años de ser formulado: Los pueblos no siguen a sus agitadores sino a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría. Los pueblos no conocen agitadores sino interpretes, por eso siguen a quien les promete alimento cuando tienen hambre, a quien les habla de justicia cuando se sienten oprimidos, y hasta a aquellos que les prometen venganza cuando se sienten víctimas. Siguieron a Boves porque Boves les prometió vengar el engaño de que les hacían victima las incumplidas promesas de quienes firmaron el Acta de 1811, porque Boves les ofreció el saqueo y la batalla en represalia contra “el mantuano” y contra el “criollo blanco” que se había adueñado de todo lo que se suponía debiera pasar a manos del pueblo. Pero luego siguieron a Bolívar, porque el Libertador concretaba mucho mejor las aspiraciones, definiéndolas con palabras de una doctrina bien formulada y ya reinante en Europa, que se llamaba Democracia. Boves, como intérprete, no tradujo sino la cuestión pasional, bárbara, casi animal, que se agitaba en el alma de la masa; Bolívar, llegó más a fondo, más a la raíz del espíritu público y, en vez de invitar para la intentona descabellada y sin horizonte, expuso programa total y concreto, fiel intérprete de todo cuanto se deseaba”.

¿Quiénes son los intérpretes de lo que paso el 20M? Este pueblo actuó SOLO el 20M, individual y colectivamente, siguiendo su conciencia, y dando una lección magistral de política a su dirigencia opositora que siente que los abandonó en manos de unos criminales. Entonces ¿porque ahora todo el mundo se cree dueño de esa decisión del pueblo venezolano? ¿Quién se hará cargo de ser interprete de la realidad venezolana de este momento después de este nuevo atraco del régimen? ¿Esta dirigencia mediocre que nos metió en el problema? ¿Cuál será el planteamiento político que se le debe dar al país para encausar “el impulso de un único generador de energías”, que solo está en las manos del pueblo soberano? Si la actual dirigencia política cree que el solo hecho de ser “opositor” del régimen constituye suficiente credencial para salir de él, apropiándose de una bandera que solo le pertenece al pueblo, tendremos a Maduro y su sistema comunista del Plan de la Patria por muchos años más. No es suficiente con decir “yo lo haré mejor”. Hace falta más que eso.

A mi juicio Venezuela se debate entre dos problemas muy serios que le impiden pasar  la página del siglo XX: Maduro y su mafia narcoterrorista-castrocomunista y la estruendosa falta de interpretes que propongan algo con lo que las masas populares se sientan identificadas, mas allá de querer salir de estos delincuentes que desgobiernan a Venezuela. Al otro lado de la acera de Maduro hay un vacío que se siente en todo el país, y que por el solo hecho de existir impide que avancemos hacia un verdadero cambio.

Ya lo decía “Leo”: la misma masa popular que siguió a Boves, luego siguió a Bolívar. Sin embargo, la misma masa popular que siguió a Chávez, aunque disminuida y que a duras penas continúa siguiendo a Maduro, porque está aún en el gobierno y paga a quien le acompaña, no consigue suficientes razones para seguir a ningún opositor. ¿Cuál es la propuesta de esa “oposición”? ¿Regresar a 1998? ¿Liderazgos mesiánicos de “quítate tú para ponerme yo”? Hace falta mucho más que eso para que la masa cambie de acera definitivamente.

Hace algún tiempo afirmaba en este blog que podríamos decir sin faltar a la realidad que el último Plan dirigido a mejorar las condiciones de vida del venezolano lo idearon unos jóvenes con ideas comunistas hace poco mas de 83 años, con la intención de salir de un país primitivo, gobernado en dictadura por gente que nació el siglo XIX, y que ya fallecieron todos de viejos, y cuyos herederos no han hecho nada más que usufructuar el país que salió de allí. Ese fue el Plan de Barranquilla escrito en 1931.

El último punto del Programa de ejecución del Plan de Barranquilla establecía “Convocatoria dentro de un plazo no mayor de un año de una Asamblea Constituyente, que elija gobierno provisional, reforme la constitución, revise las leyes que con mayor urgencia lo reclamen y expida las necesarias para resolver los problemas políticos, sociales y económicos que pondrá a la orden del día la revolución”. De ese Plan surgió la Constituyente de 1947 (ver texto completo en  http://200.2.12.132/SVI/images/stories/rb/pdf/barranquilla.pdf). ¿Les parece conocido ese esfuerzo?

Allí los adecos, quienes fueron en su mayoría los autores de ese Plan, resolvieron en esa Constituyente los derechos civiles y las condiciones de vida de un país primitivo, bajo el ideario de hombres y mujeres que vieron más allá del ombligo de sus aspiraciones personales. Después de eso, NADIE, ni siquiera los mismos adecos, tuvieron algún Plan para refundar el país. Luego de alcanzar el poder y compartirlo con quienes les acompañaron a partir de 1961, ordeñaron tanto a la vaca hasta que la mataron en 1998.

Pues bien, esa visión de los fundadores de la democracia fue la que el país siguió como masa popular uniforme, al punto que en 1961 ese Plan se concretó y el país se relanzó hacia una era diferente de cambios fundamentales, lejos de montoneras y golpes militares…hasta 1992.

¿Hasta cuando las masas populares acompañaron esa visión? Hasta que se extinguió de las manos de sus mismos creadores y herederos, algunos de estos últimos vivitos y coleando, que en la actualidad pretenden seguir viviendo de esa vaca que se murió en 1998. Ya es hora de una nueva visión, de un nuevo Proyecto que inspire y emocione a los venezolanos de esa gran masa popular, y de unos nuevos intérpretes que lo lleven a cabo. Es hora de un nuevo Plan. Es hora que las masas populares encuentren “a quienes encarnen a una aspiración unánime de la mayoría” como decía “Leo” en 1936. Queda de nosotros convencer de eso a los venezolanos y hacerlo realidad cuando todos pretenden atribuirse una abstención que no tiene dueño…

Caracas, 22 de Mayo de 2018

Twitter:@laguana

lunes, 27 de junio de 2016

Federación de Alianzas

Por Luis Manuel Aguana

Las cosas se decantan con el tiempo. Debes a veces dejar que las ideas se reposen para analizarlas mejor. Y eso necesita tiempo. Y las ideas, así como el agua, deben dejarse reposar para poder usarlas. A veces hay que meterles candela para poder desinfectarlas, sin contar que con que en algunas oportunidades también deben ser filtradas. Hace más de un año les contaba que en 1931 doce jóvenes comunistas decidieron describir el país que deseaban, en un papel que llamaron “Plan de Barranquilla” (ver Del Plan de Barranquilla al Proyecto País Venezuela, en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/02/del-plan-de-barranquilla-al-proyecto.html).

Estos jóvenes “cabeza caliente” dibujaron un país que no existía en 1931, antes siquiera de morirse el dictador eterno, Juan Vicente Gómez. No tenían ellos la bola de cristal para saber cuándo se iría. Pero ese país que dibujaron, esencialmente impregnado de una ideología que se resiste a morir, aún sobrevive hasta nuestros días. Todavía hay ex candidatos presidenciales y partidos políticos que apuestan por la subida de los precios del petróleo para “salir de la crisis” para seguir mamando de la teta petrolera y vivir de la renta. Eso nos da la medida del trabajo que todavía nos toca por hacer.

Pero volvamos al comienzo. Las ideas de esos jóvenes de 1931 fueron efectivamente aplicadas, por supuesto filtradas y decantadas con el tiempo, durante el transcurso histórico y político del país por los protagonistas del Plan de Barranquilla, pero desde las trincheras de un partido que cambió la historia de Venezuela, Acción Democrática. Esas ideas, ahora socialistas-populistas, marcan la pauta de todos los partidos del país. Gran parte de lo que nos pasa se lo debemos a ese “pequeñísimo” detalle. Hablaremos en su oportunidad de ese fenómeno.

Alrededor de esas ideas de cambio se aglutinaron las mentes más brillantes de la política, la educación, la salud, la economía, y muchas otras ramas del saber, que dieron lugar a una transformación efectiva de un país ciertamente rural a uno más moderno. Las ideas estaban allí y Venezuela corrió con la suerte que el tiempo vital de esas personas coincidió con el tiempo político de la democracia.

Pero muchos seguros no estaban todavía construidos y el experimento tenía que consolidarse para que fuera permanente. Los hombres duran poco y las instituciones estaban todavía en formación. Y pasó que las ideas que aglutinaban a esas personas se fueron diluyendo con el tiempo. Ya estaba efectivamente construido el andamio pero aun faltaba. Las ideas de perfeccionamiento y construcción de una democracia le quedaron a una “nueva generación política”, la siguiente de aquella que había parido en 1931 ese Plan decantado y filtrado con el tiempo. Pero esa “nueva generación” estaba disfrutando del Poder y del dinero que había llegado a manos llenas.

El tiempo hizo de las suyas, como suele hacer. Ahora no existen ni la primera ni la segunda generación de esos políticos, ni menos todavía dinero para reconstruir. Y peor aún, las ideas alrededor de lo que se aglutinaron aquellos constructores del país quedaron como simples slogans políticos sobre los cuales los nuevos protagonistas pretenden construir un nuevo país, pero esta vez alrededor de personalidades no de ideas. Si no fuera patético y triste, daría mucha risa.

Todos los partidos que nacieron con el declive de los principales del inicio del siglo XX, se han construido alrededor de figuras. No las nombro aquí porque todos las conocen. ¿Y donde están las ideas? ¿Dónde está ese nuevo Plan de Barranquilla capaz de concebir una Venezuela moderna? Pero lo más grave ¿dónde están esos Estadistas políticos capaces de conducirlo? Se ha confundido juventud con nuevas ideas. Y lo que hay son jóvenes recitando lamentablemente lo mismo de los viejos del pasado.

Cada partido “nuevo” esta hecho en lo fundamental de la misma sustancia. Se traspasan dirigentes entre ellos mismos como intercambio de barajitas usadas. Prendan la televisión y vean en los pocos programas de opinión que todavía quedan, quienes son los que pretenden conducir los destinos de Venezuela, y en una época de total incertidumbre, solamente atados a un discurso basado en slogans del pasado. Hay entonces  que rehacerlo todo, comenzando por la manera de concebir el hecho político.

Aquí no se trata de atacar a los partidos. Esa confusión normalmente la tienen quienes aun no comprenden que a Venezuela hay que interpretarla, y se molestan porque se indique que la sociedad civil está cansada de que la usen para conseguir cuanta vaina necesiten los partidos, llámese votos, firmas, marchas, sin que eso se traduzca efectivamente en un cambio sustantivo de su calidad de vida.

O peor aún, sin notar que efectivamente la cantera de personas capaces de construir una nueva Venezuela esta efectivamente allí, en todos los rincones del país, y que los consigues como mangos en el suelo en todos los pueblos de esta Tierra de Gracia, dispuestos a participar en la construcción de algo nuevo. Allí están los Estadistas que se necesitan, lo que hace falta es que se manifiesten y se les de la responsabilidad, en un Plan concertado donde todos participen.

Como lo indique hace más de un año en esa nota del Plan de Barranquilla, el Proyecto País Venezuela es nuestro nuevo Plan (http://ancoficial.blogspot.com/p/documentos-fundamentales.html). La diferencia es que ahora lo estamos “pateando” en toda Venezuela, incorporando voluntades en lo que hemos llamado Juntas Activadoras del Poder Constituyente Originario, en el marco de la Alianza Nacional Constituyente (http://ancoficial.blogspot.com/). Venezolanos aglutinados, como en los orígenes mismos de nuestra vida moderna en el siglo pasado, alrededor de un cuerpo de ideas, no de personas, seguros de conseguir lo mejor de lo mejor, entre toda la gente que de buena voluntad desea y aspira una Venezuela extraordinaria para las nuevas generaciones.

Poco a poco esas Juntas Activadoras en cada Estado están organizándose. No solo para recoger las firmas necesarias para convocar a un proceso Constituyente de acuerdo a los fundamentos de nuestra propuesta, sino también para soñar y diseñar qué es lo que desean y esperan para su propio Estado, de su país. Si se logra, como esperamos, convocar a una Asamblea Nacional Constituyente, son ellos los que defenderán como Constituyentistas su sueño de independencia regional allí. Nadie lo hará mejor que quienes viven, luchan y mueren en esas tierras…No pueden ni deben aceptar imposiciones de partidos ni de grupos, solo los ciudadanos organizados harán valer sus aspiraciones locales para su futuro. Eso es parte de ese nuevo Plan.

Cada Junta Activadora ha demostrado ser diferente. ¡Hacer las cosas de una manera distinta es extraordinario! Está empezando a germinar esa semilla porque precisamente cada Estado de Venezuela es diferente. Se ha desarrollado de una manera distinta en el devenir histórico y solo sus ciudadanos saben que hacer allí, nadie se los puede decir. Cada Estado ha ido organizándose a distinta velocidad y en algún momento cercano se articularán todos.

Y esa articulación requiere de una partitura común para que exista armonía entre todos. ¡Es el embrión de una Federación! Esa partitura es el Pacto entre todos. Así como en una orquesta: cada instrumento es distinto pero la suma de sus acordes suenan  armoniosamente si siguen una partitura que sea común para todos. Esas Alianzas pronto confluirán en una Federación, como el primer paso hacia una propuesta del Estado Federal Descentralizado que aspiramos, y esa Federación será la directora de esa orquesta de múltiples acordes diferentes.

Esa es la concepción primaria de un movimiento Político –sí, con P mayúscula- que va mas allá de llevar a nadie a ningún cargo público sino a cambiar las estructuras políticas de Venezuela, reenfocando el desarrollo del país adonde de estar –en las Regiones-, reconciliando y reconstruyendo un sueño como el que una vez tuvieron unos jóvenes en 1931. Esta vez somos más de 12 personas, con profesionales de primera línea en todos los Estados, con una estructura dirigida por ellos, por nadie más. Hacer una Federación de Alianzas es nuestro reto de ahora, y es la primera etapa de nuestro Plan de una Federación de Estados, que es en lo que debe convertirse la nueva Venezuela del siglo XXI.

Caracas, 27 de Junio de 2016

Twitter:@laguana

martes, 17 de noviembre de 2015

Un venezolano pensante

Por Luis Manuel Aguana

Existe un permanente dilema entre el pensamiento y la acción: “Muchos muchachos piensan que se tumba a Gómez, después de beber unos tragos, buscando camorra a un policía y apareciendo en la Plaza Bolívar al grito de “Abajo la tiranía”….”. Así se expresaba Mariano Picón Salas en los debates universitarios con su paisano y amigo merideño Alberto Adriani, exponiendo desde un principio su parecer en relación a ir una acción sin pensar primero. ¿Les suena conocido? (Mariano Picón Salas, Buscando el camino https://youtu.be/SFdkkxQfWGU).

Tal vez sea audaz de mi parte decir que ese dilema hizo durar la dictadura de Gómez los 27 años que duró, pero si estoy seguro que tuvo mucho que ver la permanente discusión muy venezolana, entre aquellos que insistían en actuar sin analizar y los menos que indicaban todo lo contrario: educarse para pensar, pensar y luego actuar. Se inscribía Picón Salas en estos últimos, muy pocos por cierto, en una Venezuela rural llena de montoneras y caudillos, cuyas charreteras eran ganadas a punta de acción.

Y no crean que la situación haya cambiado mucho en pleno Siglo XXI. Tal vez la modernidad haya escondido esa faceta del venezolano de disparar primero y averiguar después. Siempre sale. La muestra más patética la tenemos con la elección de un golpista en 1998, cuando los venezolanos, sin pensar, reventamos al sistema de partidos y lo elegimos Presidente, reivindicando lo venezolano de la acción primero y confiando en que “un militar arreglaría esto”. Pues no, lo estropeó muchísimo más.

Mariano Picón Salas reclama al venezolano pensante. Aquel que le da valor a la educación y la cultura como la única salida de nuestros países para salir adelante. La apreciación política que hace al momento de salir electo Rómulo Gallegos como Presidente de la República, revela su posición acerca de que es lo que debe ir primero en el interminable debate entre la fuerza de la razón y la razón de la fuerza: “Gallegos se nos trueca en símbolo viviente en que la inteligencia y la justicia acaban por prevalecer en el combate moral de las sociedades contra las fuerzas desatadas del atropello y de la tiranía”.

Es por eso que respalda un Plan pensado para la transformación del país realizado por Rómulo Betancourt: “He pasado varios días con el Plan de Barranquilla, y a pesar de mi desconfianza metódica de los documentos revolucionarios por primera vez he encontrado allí una tentativa clara y realista de la política venezolana…Nuestro problema es hacer un país moderno de esa tierra de doctorcitos, malos poetas e historiadores epopéyicos….”.

Decía en una nota pasada (ver Del Plan de Barranquilla al Proyecto País Venezuela en http://ticsddhh.blogspot.com/2015/02/del-plan-de-barranquilla-al-proyecto.html) que ese plan ha marcado a Venezuela hasta el presente, y que aunque este fuera de corte comunista, elaborado por unos jóvenes dominados en ese entonces por esa ideología, llegaron con esas ideas en la cabeza al poder 30 años después y lograron ser firmantes de una nueva Constitución. No en vano pensar y ejecutar, así sea para el largo plazo, paga y paga muy bien.

Al decir de Ramón J Velásquez: “es de Mariano Picón la idea, que luego hace suya los programas de Betancourt, en cada aldea venezolana una escuela, en cada pueblo venezolano un liceo, y en las capitales de los Estados, Institutos Pedagógicos para formar profesores…”. Educación, educación y más educación. Y así se hizo. Rómulo Betancourt respaldó como el político inteligente que fue, el pensamiento de Mariano Picón Salas. Mucho nos hubiéramos ahorrado de la tragedia venezolana del presente si los actuales políticos hubieran seguido las recomendaciones de la gente pensante.

“Picón Salas no solo declara su adhesión al Plan de Barranquilla: va mas allá y le propone a Betancourt la realización de un acelerado proceso educacional para crear en Venezuela un Nuevo Tipo de Hombre. La batalla modernizadora, en su opinión, debía iniciar una nueva clase que se debía formar con el maestro, con el profesor; clase que debía ser preparada con una educación moderna de base económica” (1).

Fuera de toda la experiencia política y diplomática que le distinguió toda su vida, nuestro énfasis en Mariano Picón Salas es en su faceta intelectual,  el escritor insigne, fundador de la Facultad de Filosofía y Letras en el momento de la construcción de la Ciudad Universitaria de la UCV en 1945. “Mariano Picón Salas tiene la osadía de crear una Facultad de Humanidades cuando el pensamiento dominante clama por la formación de técnicos…”. Luego de ver la entrevista de Moisés Naim a Fareed Zakaria, relatada en mi anterior nota (ver En defensa de la humanidades http://ticsddhh.blogspot.com/2015/11/en-defensa-de-las-humanidades.html) casi me convenzo que Zakaria saco su tesis del rescate de las humanidades de nuestro Mariano Picón Salas. Necesitamos con urgencia escuelas donde se enseñe a pensar en Venezuela. Hoy no es un lujo, es una necesidad.

La obra de Picón Salas es de alcance universal. Hay que recordar que fue Miembro de la Academia de la Historia de Venezuela, Colombia y Argentina, y de la Real Academia de la Historia de España, clase de distinciones rara vez vistas en algún compatriota. En 1954 recibe el Premio Nacional de Literatura que comparte con Arturo Uslar Pietri. Ese mismo año es mencionado como candidato al Premio Nobel de Literatura.

Del video magistral reseñado en esta nota resaltamos su propio sentir: “He hecho lo que pude en una vida que los 20 años soñé sedentaria y se pobló de accidentes. Tampoco la literatura, suma consolación en los días malos, fue mi exclusivo oficio. He sido profesor con cariño por su cátedra. Funcionario un poco indisciplinado, y de petulantes iniciativas que a veces incomodaban a los jefes. Diplomático eventual y periodista, sobre todo he tenido una profesión, mis compatriotas y contemporáneos saben en qué estriba esa profesión de llamarse venezolano. Es decir, de actuar y pensar en un país en tormentoso y contradictorio proceso de crecimiento. Un país que todavía está descubriendo ríos y riquezas geográficas que parece entra al futuro con un pánico y una utopía no muy diversa a la de aquellos primeros exploradores que penetraban en las selvas de América…(Subrayado nuestro).

En otras palabras un venezolano de profesión, con un profundo amor por este país que requiere que sus hijos piensen y actúen el medio de un “tormentoso y contradictorio proceso de crecimiento”. Que puedan guiarlo, en una suerte de jornada de exploración de su propia grandeza, a ese futuro que está por descubrirse. Estoy seguro que tenemos esos venezolanos pensantes, que señalarán pronto la ruta, como lo hicieran esos primeros exploradores de América, adentrándose en la peligrosa selva que ya se nos presenta al frente como un hecho inevitable…

Caracas, 17 de Noviembre de 2015

Twitter:@laguana

(1) De la Educación, Las Ciencias Sociales y La Filosofía, Eduardo Rodríguez, compilador pág. 267-268 en http://goo.gl/pGll5J.